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Esta es una parte de una ponencia comparativa con la Ciudad de Buenos Aires. La
versión completa: http://www.saap.org.ar/esp/docs-congresos/congresos-
saap/V/docs/geary/claudia-pereyra.pdf
El modelo de Barcelona
Es en este contexto, que el municipio de Barcelona inicia un proceso de
democratización de la vida local y de descentralización. La originalidad del modelo de
Barcelona no reside en las características de cada uno de los procesos que lo conforma
sino en la combinación de los mismos. Estos son:
El proceso de descentralización
Ahora bien, todos estos subprocesos de la descentralización en la ciudad de
Barcelona no se dieron de manera simultánea ni tampoco sin la aparición de obstáculos.
Es importante enfatizar que la descentralización es un proceso lento, en el que aparecen
contradicciones, falta de recursos y medios para hacerlo efectivo e incluso el mismo
modelo puede tener una ambición que tal vez excesiva.
Lo que sí cabe destacar de la experiencia de Barcelona es como es posible
encarar un proceso descentralizador sin contar desde sus inicios con la reglamentación
más adecuada pero sí con la voluntad política para realizarlo. Esto se debió a que la
descentralización de la ciudad se vio reglamentada desde sus inicios (1985) por tres
tipos de legislación: nacional, autonómica y municipal. Tanto el Estado nacional como
la Comunidad Autónoma de Cataluña tienen ingerencia en la organización política y
administrativa de las ciudades. Esto llevó al Ayuntamiento de Barcelona a tener que
encarar el proceso de descentralización basándose en este marco legislativo. Sin
embargo, al contrario de lo puede parecer, dicha legislación no limitó las posibilidades y
alcances del proceso en los municipios sino todo lo contrario, le otorgó legitimidad y un
amplio margen para su autoorganización.
Se puede analizar la evolución del proceso de descentralización del
Ayuntamiento de Barcelona a partir de la identificación de tres etapas:
La participación en la práctica
Los resultados al nivel de la participación dependieron de la capacidad de
presión y consenso que tuvieran los ciudadanos en cada distrito como de la voluntad
política y no tanto de los instrumentos formales de participación comunes a cada uno
de ellos. Sin embargo desde los años noventa, se ha venido consolidando una tendencia
7 Martínez, Andrés W. (1997) op. cit., pag. 114
en la que la participación en el ámbito del distrito ha surgido de iniciativas de
abajoarriba
y no tanto desde el uso de los mecanismos formales de participación. Han ido
surgiendo nuevas formas de coordinación y coproducción entre entidades y Distrito,
llegando los movimientos sociales urbanos a disminuir su papel reivindicativo para
pasar a convertirse en proveedores de servicios a la comunidad. En Barcelona hay un
fuerte tejido asociativo. Claro que no se encuentra homogéneamente distribuido (en
términos de densidad y tipo de asociación), pues según la composición social de cada
distrito encontraremos más o menos asociaciones y de diferentes tipos: deportivas,
culturales o asociaciones culturales extranjeras, entidades asistenciales, fundaciones
dedicadas a la difusión científica, etc.8
Un ejemplo de cómo están funcionando los distritos y como es la interrelación
entre los diferentes actores sociales es lo sucedido en uno de los distritos que
comprenden el centro de la ciudad: Ciutat Vella.
Ciutat Vella coincide con el casco histórico de la ciudad y ha tenido que encarar
la pérdida de peso económico y la falta de tejido urbano o vivienda. Con el paso de los
años se acentuó la emigración hacia zonas aledañas, con viviendas y espacios urbanos
de mejor calidad, lo que ha implicado la pérdida de población con ingresos elevados, la
disminución de la actividad económica y paralelamente la profundización de los
problemas de marginación social. 9 En 1987, se creó el Area de Rehabilitación Integrada
de la “Ciutat Vella” cuyo objetivo fue la recuperación del distrito (en términos de
urbanismo y vivienda, de infraestructura, de bienestar social y equipamientos, de
movilidad, seguridad y promoción económica). Para ello se conformó una comisión
gestora con representación de:
-El gobierno autónomo de Cataluña
-El ayuntamiento (sectores centrales y distritales)
-Asociaciones de vecinos
-Un representante del sector empresarial
El objetivo de esta comisión era la búsqueda de consenso entre las administraciones, los
vecinos y un reparto de las tareas entre las instituciones. Se llegó incluso a crear una
empresa mixta para asumir los compromisos de rehabilitación, donde tuvieron
participación entidades financieras, comerciales y de servicios. Siempre tuvo lugar la
participación vecinal en la planificación y el seguimiento de la ejecución de los
proyectos. Los resultados han sido muy positivos, entre ellos podemos encontrar: la
mejora de las condiciones ambientales mediante la recuperación de espacios verdes, del
puerto y las playas, inversión en infraestructura de servicios, programas de vivienda, de
bienestar social, potenciación de los valores patrimoniales, turísticos, culturales,
dotación de equipamientos a los centros deportivos, cívicos, culturales, etc.
Sin embargo, también han aparecido una serie de obstáculos y perversiones en la
participación. Los partidos y la burocracia tienden a bloquear los mecanismos de
participación directa y a emplear y reproducir el sistema de representación indirecta. Es
por eso que llama la atención el sistema utilizado para la elección de los consejeros de
distrito Este garantiza a los partidos mayoritarios (mediante su intervención en la
designación de los mismos) el manejo político en el ámbito comunal. Sin embargo, aún
cuando se necesita profundizar algunas reformas, son muchos los canales
complementarios de participación que se encuentran abiertos a la comunidad, que van
más allá de las elecciones y la participación en un partido político, de manera que es
8 Para
mayor información al respecto ver: Martínez, Andrés W. (1997) op. cit.
9 Dalmau,Joan A., “Renovación del centro histórico de Barcelona” en La ciudad en el siglo XXI,
Washington,BID, 1998.
posible, ya sea individual o colectivamente, hacer llegar sus demandas, informarse,
cooperar o participar en el proceso de toma de decisiones.