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                Maestría en Gerencia Empresarial 
Funda. Filoso. y  Metod. de la Gerencia 
                                                                
 

Un dilema con el Éxito


(Caso: Análisis sobre situación personal del Autor:)

En los últimos años, he aprendido, que la vida te ofrece muchas oportunidades y


que el dilema del éxito es, saber afrontar los retos de manera prudente y poseer la
suficiente astucia para sortearlos con valentía, inteligencia y la humildad necesaria
para comprender que a veces logras ser exitoso y en ocasiones los resultados no
son los que esperabas.
Inicio con esta reflexión, pues me propongo dedicar unas cuantas líneas a una
situación particular de mi vida que me ha permitido crecer como ser humano y que
como realidad, me ha brindado momentos de mucha alegría y otros de profunda
introversión, incluidas en esta, las emociones que conllevan las realidades difíciles
que te exigen fortaleza y determinación para seguir adelante, sonreír y pensar
positivamente aun cuando se hace difícil.
Unos años atrás y podría decir que muy recientemente, decidí tomar un rumbo
nuevo, emprender un camino profesional distinto, uno que me permitiese ser
independiente, que me proveyera de satisfacciones, no solo profesionales, sino
familiares y por qué no decirlo, me acariciara el ego, haciéndome sentir que dando
estos nuevos pasos estaría colocando unas nuevas piedras en mi camino al éxito.
Decidí entonces rechazar un empleo, tal vez uno de los mejores, uno de los mas
retadores y sin duda, con una altísima proyección profesional. Un buen cargo, con
una superior y justa retribución, excelente nivel de exposición y reconocimiento en
el cual el solo hecho de haberlo logrado ya acariciaba mi ego y mis deseo de ser
reconocido ante una comunidad a la que había pertenecido por mucho tiempo.
Ese día, me desperté muy temprano, asombrado aun por la fortaleza con la que
había decidido, no solo escribir la carta de renuncia, sino la emoción expectante
de llegar a las lujosas oficinas de una torre empresarial de La Castellana, donde


 
confluían empresas de gran prestigio internacional como a la que ese día le diría,
hasta pronto.
Cerca de las 08:00 a.m., ingrese al edificio, con el animo muy en alto y visionando
mis sueños, los cuales tenia muy bien planteados, tanto, que de solo imaginar el
reto de afrontarlos desde ese momento, ya me generaba exaltación, una
excitación divina, maravillosa, que solo se compara a aquella del primer día en tu
primer empleo.
Ascendí hasta el piso 11, en un interminable viaje, no hacia más que pensar en las
técnicas de relajación, esas en las que respiramos con profundidad, retenemos el
aire y como por arte de magia, desaparece el rubor de nuestras mejillas. Casi
mágico. Ingrese en las instalaciones de una de las más prestigiosas empresas
francesas que ocupaba la segunda posición en tamaño y valor en el mundo de la
industria farmacéutica, una en la que cualquiera daría la vida por pertenecer, y que
yo ese día decidía dejar atrás.
Inicie la sesión en el computador que me habían asignado tan solo cinco meses
atrás. Salude a un par de compañeros, me serví una tasa grande de café negro y
comencé a pensar en la mejor forma de iniciar el dialogo con quien había
depositado su confianza en mi experiencia y comenzaba a mostrar gestos de
simpatía e incluso de amistad.
Decidí propiciar el encuentro lo antes posible. Nervioso y tenso, comencé un
dialogo mental que aumentaba mi nerviosismo y propensión a errar. No sabia que
explicar, no sabia como lo recibiría ese individuo que ese preciso día y no otro,
desde el pasillo me gritaba, ¡¡¡Que mas mi pana!!! como gesto de apertura y de
aceptación, como quien siente gran familiaridad. Yo, ya casi mudo, aterrado, y
relacionando mi situación actual con la que en sueños me había planteado como
futuro próximo decidí dar el “gran” paso.
Mis palabras temblorosas y tímidas, algo adelantaron. No se como, su expresión
corporal y sus gestos faciales me indicaba que esperaba sucediera algo
inesperado, como si los presentimientos no fuesen solo cosas de pueblos
desolados o cuentos para atemorizar a niños, pero lo primero que escuche fue, “Mi


 
pana no me vayas a renunciar, viejo no ahora que es cuando mas te necesito”. No
se como lo supo, pero mucho se ha escrito sobre el lenguaje corporal y creo que
ese día mi cuerpo era una valla, una pancarta que decía Hoy me Voy, hasta
pronto y gracias.
Recibí entonces, ya en un clima mas formal, una invitación a su oficina, mucho
mas lujo dentro que fuera, un espacio de encuentro de carácter, poder e
iniciativas, un lugar propicio para ejercer la función del coach, el mejor sitio para
brindar soporte, apoyo y de líder. No creo existiera otro mejor para tan
determinante momento.
Mi carta en sus manos, con tal elocuencia no dejaron dudas, otro proyecto
interesante había aparecido y cual adolescente invitado a un viaje a la playa,
decide empacar maletas y sin pedir permiso anotarse en la lista de asistentes que
dejan un espacio para ocupar otro. Así me sentí, no creo poder describirlo mejor.
Sus preguntas fueron muy claras, sin presiones, ni prejuicios me invitaron a
conversar sobre este nuevo episodio. Un nuevo rumbo, una empresa propia, en la
que mis capacidades, experiencias y ganas de ponerle, traerían sus frutos
visionados en dinero, una vida mas tranquila, menos presiones, mas tiempo libre y
la satisfacción de estar haciendo las cosas correctas, al menos eso creí, al menos
eso defendía.
Creo que fue justo, amable y respetuoso. Propició en mi una revisión sobre cuan
claro tenia el proyecto y cuan decidido estaba. Creo que yo hubiera hecho lo
mismo. Eso sumó a mi experiencia personal y porque no decirlo, también a mi
experiencia profesional, Siempre he creído que el líder se gana el espacio y yo a
este individuo le había concedido uno muy especial. Lo merecía pues fue no solo
oportuno, además fue atento, cuidadoso y sobre todo retador. Ganas de hacer
mejor las cosas fue lo que sentí desde los primeros días de compartir en su mismo
equipo y estar en este me hizo sentir nuevamente apreciado.
Fue una despedida muy corta. Mi ilusión en afrontar mis nuevos retos no me
permitieron seguir allí. No hubo un almuerzo, no hubo una tarjeta. No deje
espacios para lágrimas ni despedidas. Creo que debí hacerlo diferente pero


 
estaba en la carrera de llegar mas rápido a mi meta y la emoción no me dejaba
pensar.
Reuní mis capitales que aunque no fueron muchos llevaban consigo la insignia del
“ganador” y eso sentí era suficiente. La valentía de haber dado el gran paso
conjugado con el reforzamiento positivo de decir “yo puedo yo lo hago” me
encegueció por unos meses. Tal vez había entrado en otro mundo sin saber en
que momento, pero ya no tenia vuelta atrás.
Inicie los registros, los trámites burocráticos, las reuniones de “socios” y con
proveedores, la remodelación de local, uno que era el aporte de uno de los nuevos
miembros del equipo o que ahora conformaba. Creo que cumplí con todos y cada
uno de los pasos que se dice deben tomar los “emprendedores” para arrancar un
negocio, hacerlo crecer y comenzar a recibir esos frutos que en mi modelo ideal
existían.
Comenzaron las operaciones en un mercado muy competido, con diversidad de
productos y empresas grandes, cuyos modelos de negocio habían sido probados,
y en esa misma línea, decidimos ser seguidores del ejemplo de años que ofrecían.
Nunca pensamos seria fácil, pues la experiencia acumulada no se traslada tan
fácilmente de una cabeza a otra, pero la confianza en el tradicional dicho “querer
es poder” nos obnubilaba y no nos permitía ver que cada vez seria mas duro, pues
el triunfo no llega si no es con esfuerzo y este además no es suficiente para
generar las diferencias, había que indagar mas, que buscar bien esos espacios en
los que nuestro tamaño si cupiera realmente. Todo esto no vendría de más nadie
sino de nuestro propio esfuerzo y esta vez los esfuerzos en motivar el esfuerzo no
fueron suficientes.
Ha pasado solo un año. Aun recuerdo con emoción las primeras reuniones, fueron
intensas y apasionantes. Las primeras compras me generaron un nivel de
exaltación que podría compararla con la compra de mi primer vehículo varias
décadas atrás y les confieso, que se siente una emoción especial y no se pasa tan
rápido el estado de energía intenso y ganas de triunfar que sentía en aquellos
días.


 
Hoy mis socios están en sus nuevos empleos, cada uno dedicado a lo que mejor
sabe hacer y yo, aunque sigo soñando y visionando esos lindo espacios futuros de
paz y concreción, estoy divisando con emoción, algo nuevo, un buen empleo que
pronto llegará y que aunque no se cual es, ni donde será, sé, que con esta fe viva
e inmensa confianza que tengo en dios y el amor de mi esposa e hijas, llegara
para dotarme otra vez de alegría y entusiasmo, al levantarme bien temprano en la
mañana, entonar una canción alegre, mirar por la ventana al cielo dando gracias al
señor, bendecir a mis a hijas, llevarlas al colegio y seguir labrando con tesón mi
camino hacia el éxito.

Edgar Peña Sanabria


C.I. V- 8.694.442


 
ANALSIS DEL CASO
Hechos:
 Análisis deficiente del mercado competitivo
 Excesiva confianza en sus capacidades y fortalezas
 Renuncia apresurada a la empresa
 Interés en instalar una empresa con poco capital
 Poco conocimiento de las capacidades de los socios
 Poco análisis de áreas de oportunidad individual y de la empresa

Problema:
La situación planteada en este caso, permite identificar que el problema
presentado es debido a la Excesiva Autoconfianza que no le permitió identificar
las áreas de oportunidad y dificultades que se presentarían al momento de iniciar
un negocio con pocos recursos, con gente no conocedora del medio o área
económica, las cuales debieron ser evaluadas a profundidad, previamente antes
de tomar la decisión de abandonar su empleo.

Solución:
 Iniciar un programa de formación gerencial en el que se enfatice el
desarrollo personal para modelar la actitud de autoconfianza y se facilite el
tema de “emprendimiento” como formula empresarial.
Matriz DOFA:
 Fortalezas:
o Fortalece al individuo y su capacidad de auto regularse
o Mejora su capacidad de análisis y comprensión del mundo
empresarial
 Debilidades:
o Requiere de Madurez para afrontar sus áreas de mejoras
o Requiere de Tiempo de aplicación y adopción(curva de aprendizaje)
 Amenazas
o Abandono / renuncia a sus iniciativas
 Oportunidades:
o Mejorar su integración con la realidad del mundo empresarial
o Creación de modelos empresariales exitosos


 

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