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Los negocios con Venezuela / Exportaciones bajo sospecha

Hubo comisiones
por US$ 43 millones
Es lo que pagaron firmas argentinas a los intermediarios en las
operaciones que investiga la Justicia para saber si encubrieron coimas

Domingo 2 de mayo de 2010 |

Era un negocio muy próspero: los gestores exclusivos para concretar las exportaciones
de maquinaria agrícola a Venezuela
cobraron en tres años 43 millones
de dólares por sus servicios, que
ascendían al 15 por ciento del total
de la venta.

La magnitud de esa comisión alentó las


sospechas de la Justicia, sobre todo
desde la reciente declaración
testimonial de Eduardo Sadous, ex
embajador argentino en Caracas, que
habló de coimas de -justamente- 15
por ciento en ventas enmarcadas en
los convenios bilaterales que firmaron
desde 2004 Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
El monto total de las comisiones -un servicio que usualmente no supera el 3% del embarque-
surge de la información aportada por empresas del sector y por una de las gestoras que
participó de las operaciones que ahora investiga la Justicia.

Madero Trading, la intermediaria radicada en la Argentina que entró en el negocio en 2008,


hizo saber a LA NACION que sólo participó de esas gestiones durante seis meses y que cobró
apenas 500.000 pesos, aunque había firmado un contrato para actuar en ventas que
alcanzaban los 70 millones de dólares.

En esa firma confirmaron que el grueso de las comisiones las cobró Palmat International, con
sede principal en Miami, que empezó a operar como agente exclusivo en 2006, en el inicio del
convenio bilateral de intercambio de combustible venezolano por maquinaria argentina. Su
participación costaba el 15 por ciento del total de la venta, de acuerdo con lo pactado con la
Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).

Entre 2006 y 2008, se exportaron a Venezuela bajo esa modalidad productos por 292 millones
de dólares, según datos oficiales.

Madero Trading se sumó a las operaciones luego de firmar un contrato con la Cafma, en abril
de 2008, al que accedió LA NACION. Las empresas del sector se comprometían a pagarle el
tres por ciento de las ventas por sus servicios de logística en Buenos Aires.

Fuentes relacionadas con la historia indicaron que los productores argentinos pidieron que
hubiera un gestor en la Argentina, luego de algunas complicaciones en los envíos de
maquinaria durante los primeros años, en los que Palmat era el agente exclusivo. Cuando se
sumó a Madero, Palmat pasó a cobrar un 12 por ciento por sus servicios.

Madero Trading fue creada por José Ernesto Rodríguez, ex gerente de Desarrollo de Impsa
(Pescarmona) que dejó esa compañía para dedicarse a las operaciones de intermediación. Fue
un ejecutivo de mucha presencia en los negocios de Pescarmona en Venezuela y era conocido
por los funcionarios encargados de esa relación.

Palmat International está radicada en Miami. En 2007, poco después del escándalo de la valija
de Antonini Wilson, empezó a facturar sus servicios desde una filial en Panamá. Y en 2008
"compartió" las comisiones con Madero Trading.

LA NACION intentó contactar a los dueños de Palmat y obtuvo respuesta vía e-mail del
argentino-venezolano Roberto Wellisch, su dueño, pero se excusó de hablar en este momento
(ver aparte).

Crecimiento exponencial
La declaración judicial de Sadous volvió a dejar bajo sospecha toda la relación comercial entre
la Argentina y Venezuela, que tuvo un crecimiento exponencial desde 2004.

En ese año, Néstor Kirchner y Hugo Chávez firmaron el primer convenio que creó un
fideicomiso desde el cual se intercambian combustible venezolano y productos industriales y
agropecuarios de la Argentina. Ese fideicomiso tiene movimientos del orden de los 750
millones de dólares al año, según declaró a LA NACION días atrás el ministro de Planificación,
Julio De Vido.

El lunes pasado, el ex defensor del pueblo Eduardo Mondino sacó a la luz un viejo expediente
en el que se denunciaban como presuntas coimas los servicios de intermediación facturados
por las gestoras. Los documentos están en la Justicia desde el jueves.

Ante las primeras publicaciones que los ligan al caso, los dueños de Madero Trading hicieron
llegar a LA NACION documentos y explicaciones sobre su actuación.
Transmitieron que el contrato firmado abarcaría ventas cercanas a 70 millones de dólares, de
las que ellos debían cobrar el tres por ciento (más de dos millones de dólares). Pero sólo
llegaron a cobrar 500.000 pesos antes de desvincularse, en septiembre de 2008, porque las
operaciones eran "inmanejables".

Los contratos eran exclusivamente entre privados: sólo se mencionaba a los gobiernos al
señalar que las ventas se harían en el contexto de los convenios bilaterales. La justicia federal
intenta determinar ahora eventuales relaciones entre los intermediarios y funcionarios
argentinos.

Del aluminio al vino, el pequeño


imperio del dueño de Palmat
El gestor Wellisch actúa con bajo perfil en decenas de rubros; se negó a
hablar con LA NACION

Domingo 2 de mayo de 2010 |

Rodríguez Niell / Enviada especial

CARACAS.- "Recibida su nota, gracias. Lamentablemente no estoy disponible en estos


momentos." Roberto Wellisch, el mutimillonario acusado de haber cobrado a empresas
argentinas comisiones que se convirtieron en sobornos por exportar en el marco del
fideicomiso acordado por los gobiernos de Kirchner y Hugo Chávez, decidió no hablar.

Sólo rompió su silencio con ese breve e-mail, la respuesta a una nota que le había dejado LA
NACION un día antes en su oficina de esta ciudad. Estas líneas, firmadas por él, llegaron en un
correo electrónico a nombre de Palmat C.A., la compañía con la que debían contratar las
empresas que pretendían vender maquinaria agrícola en Venezuela y pagarle comisiones del
15 por ciento de la operación, de acuerdo con pruebas reunidas en la causa judicial en marcha
en la Argentina, donde se investiga si las comisiones eran en realidad coimas encubiertas.

Wellisch es el presidente de la firma, pero sus negocios no se agotan allí. Desde la exportación
de camarones a Ecuador hasta la comercialización de aluminio a gran escala y la venta de
electricidad, se dedica a las cosas más variadas.

Funciona, incluso, como el representante en este país de una de las empresas más famosas
de vinos argentinos y tiene una exclusiva casa que los distribuye, según relataron dos
empresarios. "Le cuadra muy bien con su personalidad de gourmet", dijo uno de ellos. Pero la
nueva apuesta de este gran "intermediador" es su entrada al mundo industrial: empezó a
producir hilos de aluminio para la construcción de cercas, contó alguien que conoce de cerca
sus negocios.

Wellisch no es chavista. Cuestiona a Chávez en la intimidad, como buena parte del mundo
empresarial venezolano, pero también lo ha hecho en público: hace cuatro años hizo una
inusual crítica a las políticas del gobierno venezolano en un almuerzo con la ministra de
Defensa, Nilda Garré, cuando ella era la embajadora en Caracas, recordó un empresario que
participó de esa reunión. Pero negocios son negocios y, si bien Wellisch ya era millonario antes
de Chávez, cuentan que su fortuna se multiplicó desde la llegada del comandante al poder.

El centro de buena parte de sus negocios está en la región de Guayana, el corazón de la


industria pesada venezolana. Su mujer es de allí, de Ciudad Bolívar.
En esa zona, gobernada por Francisco Rangel Gómez -un hombre que todos señalan aquí
como de estrecha relación con Chávez-, hicieron fuertes negocios grandes empresas de
argentinos.

"Nada que ver"


Pese a su fortuna, Wellisch no es un boliburgués clásico, con costumbres de nuevo rico
ostentoso. "No tiene nada que ver con esos tipos que llevaba el gobierno a hacer negocios a la
Argentina y bajaban del avión vestidos de cuero de arriba a abajo", dijo una fuente con una
sonrisa maléfica.

"A él lo apasionan los negocios más que acumular dinero. Maneja el mismo auto, creo que es
un Sedán, desde hace años", relató un hombre que fue su competidor y hoy es su amigo. "Es
un fanático del trabajo, tiene un matrimonio que no sufrió escándalos (está casado en
segundas nupcias con una venezolana que también tenía hijos) y nunca se toma más de 15
días de vacaciones, que destina a viajar a los Alpes franceses a esquiar", añadió la fuente.

Incluso quienes no lo quieren dicen que se muestra educado y cortés, y que tiene una
presencia imponente, con su porte de más de un metro ochenta. Un hombre de pocas
palabras, agradable pero algo frío. "No es caribeño. En eso se le nota lo argentino", dijo un
empresario. Lo describió como una rara mezcla de austríaco, argentino, judío y venezolano.

Wellisch llegó esta semana a Caracas desde Miami, donde vive buena parte del año. Molesto
con la prensa argentina (cuentan que se queja porque dice que lo golpean mucho), prepara
aquí con sus colabores una estrategia para reaccionar ante el escándalo que lo toca. Por el
momento, su respuesta es un cordial silencio.
Los negocios con Chávez siguen
bajo control de De Vido
|El ministro de Planificación continúa al frente de la relación política y comercial con
Venezuela, por encima de la Cancillería. Para recibir a empresarios tiene reservadas dos
suites en un hotel de Recoleta. Y viaja a Caracas en un jet privado.

Por: Nicolás Wiñazki / Clarín /Viernes 30, Abril 2010

Julio De Vido sigue siendo, en los hechos, el hombre que maneja la relación política y
comercial con Venezuela. Pasan los embajadores en Caracas, él sigue. Lo saben los
empresarios argentinos que hacen negocios multimillonarios en el país de Hugo Chávez. El
ministro de Planificación Federal suele atenderlos para evacuar sus dudas y encaminar sus
proyectos caribeños en un lugar neutral y secreto: dos habitaciones del cuarto piso del hotel
Hyatt, en Buenos Aires. As lo contaron fuentes empresariales que pasaron por la mesa que el
ministro dispone en una de las suites, la más pequeña, con vista a un jardín fantástico.

De Vido trabaja en Caracas siempre moviéndose por encima de la Cancillería y de la propia


embajadora en esta ciudad, Alicia Castro. "Me pasa todo por el costado", suele repetir ella en
diferentes ámbitos, algo similar a lo que decían en su momento el ex canciller Rafael Bielsa y el
ex embajador Eduardo Sadous.

A pesar de que ella se empeñó varias veces en accionar proyectos binacionales, como el
salvataje venezolano a la empresa SanCor, funcionarios de Planificación Federal terminaron
siempre por imponerse en medio de esos planes, admitieron fuentes diplomáticas.

De Vido, el ministro más poderoso del Gabinete, no cede espacios. Venezuela es su terreno.
Vuela a Caracas con mayor frecuencia que sus jefes, los Kirchner: varias veces se lo vio
aterrizar aquí en un jet privado, marca Citation, contaron empresarios que lo trataron en el
Hyatt y que conocen además la trama del comercio venezolano-argentino. El presidente Hugo
Chávez tiene tanta confianza con el ministro con el que habla cuestiones bilaterales hace siete
años que lo llama cariñosamente por su nombre de pila: le dice Julio, a secas, arrastrando la u,
algo típico de la tonada caribeña.

La embajadora Castro se dio cuenta que Planificación Federal iba a tener enorme influencia en
Caracas incluso antes de ocupar la residencia argentina en esta ciudad. El ex titular del
organismo encargado de controlar los peajes de las rutas, Claudio Uberti, resistió su
designación en ese destino tan preciado para él. Fuentes diplomáticas contaron que Uberti
intentó desacreditar la figura de Castro a través de notas en los diarios afines al gobierno. No lo
logró. Castro es hoy la embajadora en Caracas. Tiene una excelente relación con Chávez y
con eso le saca ventaja a sus rivales del Gabinete. En sus periódicas apariciones en los
medios, el líder bolivariano expone todo el tiempo al Gobierno de Cristina como uno de sus
principales aliados regionales. Aún se pueden ver en las autopistas de Caracas grandes
carteles mostrando a Chávez y Cristina frente a frente: anunciaban la visita de la presidenta
argentina con motivo del Bicentenario venezolano.

Hasta hace poco, Uberti y De Vido atendían en Caracas a empresarios y dirigentes en un sitio
alejado de la residencia que ocupaba Eduardo Sadous, un embajador designado por Duhalde y
resistido por el ultrakirchnerismo.
La oficina caribeña que usaban esos dos representantes de la Quinta de Olivos ante el
empresariado venezolano-argentino, estaba ubicada en el cuarto piso de la Torre Europa,
sobre la avenida Francisco de Miranda, en el municipio de Chacao. En ese lugar se cerraron
buena parte de los negocios que Uberti realizó en Caracas en nombre del Gobierno argentino.
Era su "embajada paralela". En la oficial, quien los ayudaba con sus menesteres comerciales
era Alberto lvarez Tufillo, ex agregado comercial en la residencia argentina.

La oficina K de la Torre Europa desapareció. Hoy funciona allí un ente regional llamado
Sistema Econmico Latinoamericano y del Caribe. El "valijazo" de Antonini Wilson obligó a sus
antiguos ocupantes a buscar nuevos lugares para cerrar sus negocios, como el Hyatt de
Buenos Aires o el hotel Tamanaco, en Caracas, donde suelen hospedarse las comitivas
argentinas cuando viajan aquí.

Hoy, en la Torre Europa nadie recuerda a Uberti o Julio De Vido. En la puerta de lugar
sobresale el cartel de un restaurante llamado Bichi. El logo es un gigantesco pingüino.

NEGOCIOS. Un pingüino en el ingreso de la Torre Europa de Caracas,


donde funcionaba la embajada paralela hasta la salida de Uberti del
Gobierno. (Leo Vaca)

IMPORTACIONES Y COMISIONES OSCURAS, MAS UNA DEUDA DE US$ 1.264 MILLONES

Igual al triángulo de las Bermudas


Por: Alcadio Oña / Clarin / 30 de abril 2010

Curioso, pero real: el repunte de la economía puede ser un buen negocio en principio para Hugo Chávez.
Y la explicación es que, con el aumento del consumo, la Argentina necesitará más gasoil y fuel para
abastecer sus centrales térmicas, que en gran medida son adquiridos a Venezuela.

Según datos del mercado, en el primer trimestre la


demanda industrial de energía eléctrica creció un 6,2 %
respecto del mismo período del año pasado. Y hubo un
notable 10 % en marzo, proveniente de los grandes
usuarios industriales.

La recesión de 2009 había provocado un bajón del 5,3


% en la demanda energética de las fábricas. En
cambio, ni se percibió en la domiciliaria sino todo lo
contrario: con tarifas subsidiadas que benefician sobre
todo a los sectores de mayores recursos, entre este
primer trimestre y el de 2008 se incrementó nada
menos que un 15,3 %.
Con consumos residenciales que seguirán en aumento, más el repunte de la economía, la cuestión
regresa al punto inicial. Después de cierta caída provocada por la retracción de 2009, este año volverán a
crecer las compras de gasoil y fuel.

Por efecto de la ausencia de políticas efectivas y de inversiones, el país produce cada vez menos gas y
petróleo. Y el faltante se cubre con importaciones de todo tipo.

En gasoil, ascendieron a 4.119 millones de dólares entre 2007 y 2009. Y en fuel, a 1.225 millones. Sólo
entre ambos conceptos, la suma canta enormes US$ 5.344 millones.

Es plata que sale del Estado y que, en buena medida, va a Venezuela. Todo bajo el manto de los
contratos firmados entre Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

Hay varios puntos cuanto menos incomprensibles en estos acuerdos. Uno es que Venezuela no produce
ni fuel ni gasoil: se los compra a otros proveedores. El siguiente, que por esa triangulación la Argentina
paga un sobrecosto. Una comisión del 7 %, como se estima en el mercado, daría US$ 374 millones sobre
la cuenta total.

Obviamente, el país podría ahorrárselos si adquiriera los combustibles directamente a los proveedores de
la petrolera venezolana PDVSA.

En el caso del fuel oil hasta podría comprarlo aquí mismo. En base a datos del INDEC, ocho ex
secretarios de Energía de diversos gobiernos afirman que en 2007 la Argentina exportó fuel por US$
586,3 millones e importó por 385,7 millones.

Agregan un dato también llamativo: fue más cara la tonelada del combustible importado que la del
exportado. Y así hubo, en apenas un año, un diferencial de US$ 36,3 millones que se quedó en algún
lugar: en principio todo el fuel se le compra a Venezuela.

Los dólares que la Argentina paga van a un fideicomiso mutuo, de donde a la vez salen los que
Venezuela usa para los bienes que adquiere aquí. En este punto entran las comisiones del 15 %, a favor
de la trade Palmat, que exportadores argentinos deben desembolsar para poder entrar en el mercado
venezolano.

Resulta una comisión notable, sólo por su magnitud. Tanto que en la hipótesis de que ese 15 % se
hubiese aplicado sobre todas las exportaciones que se hicieron entre 2006 y 2009, la ganancia de Palmat
arrojaría unos 700 millones de dólares.

Nunca nadie informó sobre cuánto hay en el fideicomiso mutuo, aunque empresarios argentinas se han
quejado por el atraso en los pagos. Además, se da por descontado que de esa caja sale el dinero que
PDVSA emplea para comprar el combustible que manda para acá.

Y parte de esta sospechosa montaña de dólares, que orbita en las cercanías de Julio De Vido, es lo que
investiga la Justicia. Para decirlo sin vueltas, averigua eventuales maniobras de corrupción a ambos lados
del mostrador. Parecido al triángulo de las Bermudas, donde todo se perdía inexplicablemente.

Los números abruman, pero hay más. Según el Presupuesto, la Argentina tiene una deuda con
Venezuela, reconocida, de US$ 1.264,8 millones.

En el mismo Presupuesto existe una partida de $ 5.000 millones, unos US$ 1.300 millones, para importar
combustibles, gas y pocas cosas más.

Está a nombre del Ministerio de Planificación y se calcula que será necesaria bastante más plata.
Simplemente, porque la economía demandará mucha energía: la ley estima un crecimiento del 2,5 %,
cuando muy probablemente será del doble.

En el Gobierno jamás admitirán una crisis energética. Si no la hay es porque se gastan miles de millones
de dólares en taparla, con los subsidios indiscriminados incluidos.

Es, al fin, una gigantesca maraña, tan sospechosa como intrincada. Y de la cual algunos pueden estar
sacando provecho.
Política | Bielsa y el caso Venezuela

“Kirchner me dijo que era un malentendido”


El ex canciller revela que le informó al ex presidente sobre el faltante de US$ 90 millones en un
fideicomiso. “Él no le dio importancia”.

Por Nicolás Diana

Respuestas. Por primera vez Bielsa habla del escándalo de los supuestos
sobornos en la relación con Venezuela.

Rafael Bielsa lo dice por primera vez: “Yo le llevé el cable a Néstor Kirchner que hablaba de
irregularidades con el fideicomiso con Venezuela”. El ex ministro de Relaciones Exteriores se
refiere al documento reservado que le envió el ex embajador en Caracas, Eduardo Sadous,
donde denunciaba que faltaban 90 millones de dólares de un fideicomiso creado por la
Argentina y Venezuela para intercambiar fuel oil por bienes industriales.
Sadous saltó a la fama hace una semana
cuando se supo que ante la Justicia declaró
que varios empresarios le dijeron que
quienes querían hacer negocios con
Caracas debían pagar entre un 15 y un 20
por ciento de coimas a funcionarios del
Ministerio de Planificación de Julio De Vido.
Bielsa, quien fue canciller entre el 2003 y el
2005, jura que Sadous nunca le habló
concretamente de coimas, se refiere al rol
de Claudio Uberti en los negocios con
Venezuela y confiesa: “Si llega a haber
corrupción en este gobierno me va a doler
profundamente”.
Noticias: ¿Sadous alguna vez le habló de coimas que pedían funcionarios argentinos?
Rafael Bielsa: No, nunca. Vinculado con la operatoria que no fuese estrictamente la compra de
combustible por parte de la Argentina y la creación del fideicomiso, que yo recuerde, nunca me
hizo ningún comentario. Le aclaro que no puedo hablar del contenido del cable que me envió
porque debo guardar secreto por mi cargo. Puedo sí hablar de lo que hice.
Noticias: ¿Y qué hizo cuando recibió el cable?
Bielsa: Hice dos cosas. Primero le llevé el cable a Néstor Kirchner y además le mandé una nota
al embajador de Venezuela en Buenos Aires en la que le pedía que me informara del estado
del fideicomiso, porque había versiones de que había un faltante. Él consultó con Venezuela y
mediante un fax me informó que en el momento en el cual ese fax se enviaba, el fideicomiso
tenía los fondos que debía tener en función del libro de entradas y salidas. Y que había habido
algunas irregularidades administrativas. Su argumento fue que el fideicomiso no era un
instrumento financiero que Venezuela estuviera acostumbrado a manejar. Esto lo decía una
carta que tiene que estar en Cancillería.
Noticias: ¿Esto no le resultó raro? Porque la plata había desaparecido.
Bielsa: Más allá de que a uno algo le resulte llamativo o no, si había alguna irregularidad, esa
irregularidad sólo podía haber sido cometida por aquellos que tenían las facultades de sacar
fondos, que eran los venezolanos.
Noticias: Volvamos a Kirchner. ¿Qué hizo con la información del cable?
Bielsa: Le envié la documentación a Kirchner y con posterioridad nos reunimos. Le expliqué la
preocupación del embajador Sadous, y él tomó perfecto conocimiento y cartas en el asunto. Si
mal no recuerdo, me dijo que era un tema de De Vido, pero no me dijo “acá hay alguna
irregularidad”, al contrario, le pareció que era un malentendido. No me dio la sensación, como
otras veces que hemos hablado, de que esto encendiese alguna luz roja. Me pareció que lo
consideraba un error administrativo y no le dio demasiada importancia.
Noticias: Hay denuncias de que Claudio Uberti manejaba una “embajada paralela”.
Bielsa: Parecería que la expresión diplomacia paralela es algo malo. Cualquier país del mundo
usa diplomacia paralela, todos los países serios. Si vos tenés en tu país a un individuo que es
un gran empresario, que tiene vinculación con el premiere de Afganistán, pongamos, lo usás.
Eso se hace con civiles, con políticos de otro partido y es muy común.
Noticias: Pero Uberti se encargaba de las relaciones comerciales con Venezuela.
Bielsa: A mí no me consta. Eso es lo que se dice. Y es posible que lo hiciera, pero eso no
interfería en absoluto con las funciones propias de Cancillería. Si hubiese interferido, yo no lo
habría permitido.
Noticias: Si se hubiese enterado que Uberti estaba manejando negocios paralelos...
Bielsa: (Interrumpe). Era conocido que él viajaba por cuestiones en las que a veces trabajaba
con gente de la embajada, a veces con el agregado comercial de la embajada, a veces con el
secretario de nuestras relaciones económicas internacionales, y a veces iba y no avisaba a
nadie.
Noticias: ¿Estaba bien que fuera y no avisara?
Bielsa: Depende de lo que hiciera. Yo no podía controlar si era un viaje de carácter personal o
institucional.
Noticias: ¿No era función de la Cancillería o de la embajada saber qué estaba haciendo
Uberti?
Bielsa: Bueno, con el diario del lunes todo el mundo gana el Prode. Hoy, posiblemente, hubiese
sido oportuno pedir que informara por escrito antes de viajar y a su regreso qué se le ofrecía en
Venezuela. En aquel momento, estamos hablando de noviembre del 2005, no había
absolutamente nada. No se habían producido la mayor cantidad de viajes de Uberti a
Venezuela, que se produjeron con posterioridad, entre el 2006 y el 2007. La verdad es que no
había ningún motivo por el que interesarse con especial énfasis en Uberti, y no por el secretario
de Cultura que viajaba seguido a Europa.
Noticias: ¿Cree que hay corrupción en el Gobierno?
Bielsa: En todo orden de la vida hay salvajismo. Imagino que sí, que habrá, imagino. Ahora, yo
soy abogado, ¿y qué hace un abogado? Espera que eso lo determine un juez. ¿Y qué hace un
militante político? Le ruega a su Dios que eso sea mentira. Yo le ruego a Dios...
Noticias: Está entre esas dos disyuntivas.
Bielsa: No, yo le ruego a Dios que no sea cierto.
Noticias: En el caso de Ricardo Jaime hay una investigación sobre supuesto
enriquecimiento ilícito y dádivas. Y a Uberti también lo investigan.
Bielsa: Si hay corrupción en el Gobierno me dolería profundamente. Si alguien tiene un centavo
hecho en la política por una actitud delictiva, va a merecer mi desprecio eterno.
http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=2681&ed=1740
Sigue el escándalo

Coimas a empresarios: Gobierno se defiende,


Cobos habla de corrupción y Sadous ratifica sus
denuncias
El supuesto pedido de coimas para comercial con Venezuela moviliza a
toda la clase política y a distintos sectores empresarios. El Gobierno,
como siempre, se defiende y desacredita las versiones. Pero desde el otro
lado no se callan y responden.

Al cruce de las denuncias salió el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien sostuvo que
"no hay ningún empresario que haya salido a ratificar" los dichos del ex embajador en
Venezuela, Eduardo Sadous, quien denunció que se cobraban coimas de 15 a 20% a
empresas argentinas para comerciar con el país caribeño.

"En cualquier comercio internacional se utilizan empresas intermediarias. Nunca vi que


para una coima se den facturas", ironizó Randazzo, quien de esta manera le restó
importancia a los dichos de Sadous. Además, resaltó que "no hay ningún empresario que haya
salido a ratificar los dichos del ex embajador.

El ministro del Interior salió a descalificar a Sadous luego de que este descalificara los dichos
del titular de Planificación, Julio De Vido, quien lo acusó de haber colaborado con los golpistas
que derrocaron al presidente venezolano, Hugo Chávez, en 2002.

Sadous había dicho que De Vido "miente" cuando lo acusa de haber colaborado con los grupos
golpistas. Según consignó un matutino porteño, en el entorno de Sadous afirman que, para el
ex embajador, "el órgano de aplicación era el Ministerio de Planificación".

En la investigación que se sigue por el escándalo, el fiscal solicitó varias medidas de prueba, y
entre las últimas, la citación a declarar como testigo al presidente de la Cámara Argentina de
Fabricantes de productos agrícolas. Asimismo, el juez Julián Ercolini recibió por parte de
Eduardo Mondino, ex titular de la Defensoría del Pueblo de la Nación, amplia documentación
sobre los negocios de exportadores.

Otro que no se abstuvo de opinar sobre el caso fue el vicepresidente Julio Cobos, quien
consideró que los supuestos pedidos de coimas tiene que ser investigados por la Justicia, y
sostuvo que "hablar de que en un gobierno no haya corrupción es casi una utopía".

En una entrevista con el diario El Tribuno de Salta, el vicepresidente admitió que "hablar de
que en un gobierno no haya corrupción es casi una utopía. Siempre existen casos en
niveles bajos, altos o medios".

En este sentido, indicó que "lo que hay que hacer es tratar de eliminarlos. Para ello desde el
propio Gobierno se debe brindar toda la posibilidad a la Justicia de que se esclarezcan los
hechos".

Mientras que en otro matutino, se escuchó una voz que hasta ahora no se había pronunciado.
Es la del empresario venezolano que intentó ingresar al país con un maletín cargado con 800
mil dólares, Guido Antonini Wilson, quien sostuvo que el ex titular del Occovi Claudio Uberti
"había montado una oficina en Caracas" para cobrar coimas.
El venezolano aseguró que "era vox populi" el supuesto pago de coimas en los negocios
bilaterales, y afirmó que un directivo de la petrolera venezolana PDVSA quiso "acabar con lo
peajes" que supuestamente cobraba Uberti pero "lo sacaron del puesto porque el presidente
argentino (por entonces Néstor Kirchner) pidió su cabeza".

EDUARDO SADOUS, EX REPRESENTANTE EN CARACAS


“De Vido miente”, dice el embajador que reveló negociados con
Venezuela
El ministro lo había acusado de no tener pruebas de las presuntas coimas que se
pagaban para exportar. Pero el diplomático cree que el sistema era manejado
desde Planificación.
Por Fernando Oz

Tranquilo. PERFIL encontró ayer a Sadous al volver a su casa de Barrio Norte, lejos del
escándalo.
Eduardo Sadous, el ex embajador de la Argentina en Caracas que denunció que se cobraban
presuntas coimas a las empresas que querían ingresar al mercado venezolano espera con
paciencia nuevas embestidas judiciales en su contra. Aún no llegó a su domicilio la carta
documento que le envió el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, donde le pide que
se retracte de sus dichos ante la Justicia.
Desde la localidad rionegrina de Villa Regina, el jefe de la cartera de Planificación acusó a
Sadous de haber sido “colaborador y anfitrión de los grupos que derrocaron en el año 2002 al
presidente Chávez” y agregó que las acusaciones del ex embajador “tienen una pobreza
argumental espantosa, sin ninguna prueba”.
Sin romper con sus modos diplomáticos, Sadous esboza una sonrisa. Prefiere “no debatir
sobre la investigación judicial” y, antes de escapar de los reporteros gráficos que buscan
retratarlo, aclara a PERFIL que De Vido “miente”. “Jamás fui anfitrión de grupos golpistas”, jura
el ex embajador antes de aclarar que dejó su cargo con todos los honores.
“Cuando se hizo el golpe en Venezuela yo no estaba, lo del golpe fue en abril de 2002 y yo
llegué a Venezuela el 17 de octubre. La única vez que la oposición venezolana fue recibida en
la Embajada argentina en Caracas fue cuando vino el presidente (Néstor) Kirchner en la
Cumbre del G-15 y fue el Gobierno argentino el que me pidió a mí que convocara a los líderes
de la oposición en la residencia para tener una reunión con él (Kirchner) y hablar del proceso
venezolano. En ese momento estábamos en los prolegómenos del referendo revocatorio. Yo
había recibido una instrucción de la Cancillería. Del Estado argentino estaban Kirchner,
(Rafael) Bielsa, Alicia Castro, Miguel Bonasso y yo”, explica Sadous en diálogo con este diario.
De Vido quedó una vez más en el centro de un nuevo escándalo de supuestos hechos de
corrupción producto de la relación con Venezuela, tal como ya había ocurrido con el Valijagate,
que reveló el intento de Antonini Wilson de ingresar 800 mil dólares al país.
Planificación. El cable que envió Sadous el 26 de enero de 2005 a las 15.45 desde la
Embajada en Caracas a la Cancillería fue la génesis del escándalo que vuelve a tener a De
Vido y a su ex fiel colaborador Claudio Uberti en la mira de la Justicia. Allí se hablaba de “grave
situación”, de un faltante de 90 millones de dólares en una cuenta fiduciaria creada por un
convenio entre la Argentina y Venezuela; un aparente desmanejo de Pdvsa.
Allegados a Sadous revelan lo que el ex embajador dice en privado: “El sistema estaba bien
hecho, pero la ejecución del sistema estaba mal. El fideicomiso era muy útil. El sistema era
perverso en el sentido de que el órgano de aplicación era el Ministerio de Planificación Federal.
El que autorizaba la imputación de esos fondos para comprar los bienes y servicios a la
Argentina era Planificación”.
Un funcionario del Palacio San Martín que conoce a la perfección el engranaje de negocios
entre Caracas y Buenos Aires explicó a PERFIL que “los empresarios no iban a Cancillería
porque desde ahí no se podía hacer nada. Iban al Ministerio de Planificación porque ahí se
manejaba el fideicomiso. Los únicos que pueden declarar son los empresarios que quedaron
afuera, porque no pagaron nada”.
Sadous no sólo tendrá que afrontar una denuncia por falso testimonio, estrategia judicial que
están amasando los abogados que asesoran a De Vido, por denunciar las irregularidades en el
manejo del millonario fideicomiso entre Venezuela y la Argentina. El diplomático también tendrá
que lidiar con una investigación interna que comenzó a realizar la Cancillería y que finalizaría
en un sumario administrativo en su contra.
La Cancillería ya pidió al juez federal Julián Ercolini que envíe una copia de la declaración
testimonial que brindó Sadous en la causa Nº 1217/09, caratulada “Fideicomiso República de
Venezuela s/defraudación contra la administración pública”. En el marco de ese expediente, el
ex embajador declaró bajo juramento que “hubo comentarios de empresarios que señalaban
que había que pagar comisiones” para ingresar al mercado venezolano. En esa misma
declaración dijo: “Hubo empresarios del sector de maquinaria agrícola que no fueron
beneficiados por no haber pagado lo acordado en calidad de retornos”.

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