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El documento analiza el capítulo 26 del Evangelio de Mateo, que narra la Oración en el Huerto de los Olivos y la detención y juicio de Jesús. Resalta que Jesús siempre cumplió la voluntad del Padre y su misión de salvar a la humanidad a través de su pasión, muerte y resurrección. También muestra la humanidad de Jesús en su sufrimiento y la debilidad inicial de los apóstoles antes de recibir el Espíritu Santo. Describe cómo los sumos sacerdotes orquestaron un juicio f
El documento analiza el capítulo 26 del Evangelio de Mateo, que narra la Oración en el Huerto de los Olivos y la detención y juicio de Jesús. Resalta que Jesús siempre cumplió la voluntad del Padre y su misión de salvar a la humanidad a través de su pasión, muerte y resurrección. También muestra la humanidad de Jesús en su sufrimiento y la debilidad inicial de los apóstoles antes de recibir el Espíritu Santo. Describe cómo los sumos sacerdotes orquestaron un juicio f
El documento analiza el capítulo 26 del Evangelio de Mateo, que narra la Oración en el Huerto de los Olivos y la detención y juicio de Jesús. Resalta que Jesús siempre cumplió la voluntad del Padre y su misión de salvar a la humanidad a través de su pasión, muerte y resurrección. También muestra la humanidad de Jesús en su sufrimiento y la debilidad inicial de los apóstoles antes de recibir el Espíritu Santo. Describe cómo los sumos sacerdotes orquestaron un juicio f
Reflexiones sobre Evangelio de Mateo cap 26, 36-75.
Qu se nos quiere mostrar y enfatizar con la
narracin de la Oracin en el Huerto de los olivos? Lo primero que se puede apreciar, es la determinacin de Jess para hacer siempre y antes que nada, la voluntad del Padre. Cumplir aquello para lo que ha sido destinado. Su misin. El sentido de la encarnacin viene a cumplirse ahora, est principal aunque no exclusivamente en la Pasin, Muerte y Resurreccin de Jess. No se trata de desmerecer y menos de negar el valor de Su enseanza y de la infinidad de signos milagrosos que l hizo. Hay evidencia que, con el poder de Dios, otros antes que Jess y tambin despus- han realizado esa clase de enseanza y de actos. Jess es ms grande y ms claro que ninguno. Ms poderosos son Sus signos. No obstante, lo que es nico y distintivo es que se cumpla en l la determinacin del Padre para salvar a toda la humanidad: la entrega en sacrificio de Su propio Hijo. En ninguna otra religin existe nada siquiera parecido. El sello del cristianismo, es la entrada, por la encarnacin, del mismo Dios en la historia humana, que tendr como misin consumar la salvacin de todas las naciones. Hacer la lectura de todos los textos del Antiguo Testamento, que se refieren al Mesas, desde la perspectiva que tenemos hoy los creyentes, deja una impresin indeleble. El Evangelio de Mateo ha insistido a lo largo de toda su narracin en que
paso a paso, con la vida y la muerte de Jess, se ha
cumplido la promesa de la salvacin para todas las naciones, como estaba escrito. Enseguida, se puede notar que se nos muestra de pleno la humanidad de Jess en Su sufrimiento y en la soledad ante el mismo. Podemos ver tambin que, a esa altura, los apstoles vivan an muy sujetos a las solas fuerzas de su humanidad. Har contraste muy fuerte con el valor con que todos ellos, despus de recibir el don del Espritu Santo Pentecosts- se condujeron al llevar la Buena Nueva por toda la tierra, corriendo riesgos que para la gran mayora significaron muerte violenta por permanecer fieles a su fe y su misin. Qu se nos ensea con la narracin de la detencin y enjuiciamiento de Jess? Lo primero es encontrarnos con el feo rostro de la traicin, que proporciona la oportunidad por la que andaban de cabeza los sumos sacerdotes y los dems principales. Qu debi pasar en Judas para vender a Jess? Pudo haber sido dominado por la frustracin de la seguridad que no habra restauracin en trminos terrenales del reino y la libertad de Israel. Recordamos que la inmensa mayora una la nocin del Mesas con su urgencia que terminara la dominacin romana, dura, onerosa, humillante. Pudo haber sido mero amor al dinero, el vil deseo de acumular riquezas.
Pudo ser signo de disconformidad con los afectos de
Jess y del papel predominante de otros en el grupo: Pedro, Santiago, Juan. La gama de posibilidades se extiende como una mancha de aceite y la respuesta es solo una: no sabemos. Tambin, en la escena de la comparecencia ante el Sanedrn, vemos la facilidad para la inmoralidad y la falta de escrpulos de los que oficiaban de lderes espirituales de Israel. Eran unos farsantes y producen una farsa de juicio; las conclusiones y la sancin estaban previamente adoptadas y slo se buscaba calzar con algn elemento de circunstancia, sin importar su verdadero mrito o valor, lo que serva a sus intereses. Tenan preparados testigos falsos para que, con expresiones usadas fuera de su contexto y en contra de su verdadero sentido, incriminaran a Jess. Fracasan porque Jess, que nunca minti, siendo preguntado sobre su condicin de Hijo de Dios, no eludi ni false la respuesta positiva. Caifs, anterior sumo sacerdote, proclama a gritos blasfemia!, rasgas vestiduras y decide que nada ms es necesario. Los miembros del Sanedrn que crean en Jess, guardaron silencio en ese momento. As se pudo imponer la voluntad mayoritaria de matar a Jess sin importarles si era o no el Hijo del Dios que decan venerar. Como no les convena que lo fuera, eligen no intentar reflexionar qu significara que lo fuese. Ponen sus intereses delante de todo. La presencia y el testimonio de Jess, les impiden mantener sus
posiciones desde las que han dirigido y piensan
seguir dirigiendo al pueblo creyente. Nos permite tambin la narracin, afinar la mirada de a quienes se debe atribuir la responsabilidad por todo lo que se sigue. No es una obra del pueblo, sino de los principales, de los que tienen intereses que defienden, o creen defender, cometiendo deicidio. Podemos tambin reflexionar sobre la fuerza y prioridad que damos a las cosas materiales, a la influencia, a la imagen. La historia en general y la de la Iglesia catlica en particular, son ricas en casos en que se evidencian los mismos fenmenos, causando parecidos desastres por apego al dinero, al poder y a la imagen. El descaro con que los sumos sacerdotes y sus esbirros maltratan a Jess antes de enviarlo ante Pilato, es el vivo retrato del abuso de poder que permite herir, amedrentar y violentar a inocentes. Toda la historia ha estado sembrada de casos as. Parece claro que sin un anclaje en la fe y la gracia del Espritu Santo, los poderosos se dejan llevar con extrema facilidad al abuso del dbil, del que est indefenso. La cobarda que evidencia ese gesto no ha impedido que lo repitan hasta hoy los abusadores. Pinsese en la difusin enfermiza de las filmaciones de sus crmenes que hace el ISIS. Igual sensacin deja la lectura de la historia contempornea de la URSS y de China, especialmente la de los crmenes de Stalin y Mao. Asesinaron sin lstima ni asco a decenas de millones de sus propios compatriotas. Ambos murieron sin haber tenido que responder por ello.