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ETAPAS DEL

DESARROLLO
AFECTIVO
EL NEONATO, el pequeño es capaz de
sentir emociones que transmite al
ambiente que lo rodea. Inicialmente
las emociones agradables se expresan
a menudo a través del estado de
calma, mientras que el malestar, la
tensión y el hambre se expresan a
través del llanto y la agitación motora.
PRIMERAS SEMANAS DE VIDA
Las manifestaciones de las
emociones tienen aún un carácter
indiferenciado y afectan globalmente
a todo el organismo. Se trata, en
efecto, de reacciones no
coordinadas, motoras y viscerales,
que se registran cada vez que el niño
es objeto de estímulos intensos,
internos y externos, que él traduce
en llanto uniforme.
CON EL PASO DEL TIEMPO
Las emociones empiezan a adquirir
características más selectivas,
condensándose en una especie de
código que puede ser comprendido
por quien se acerca al niño,
permitiendo por tanto intervenir con
modalidades más adecuadas.
DOS O TRES PRIMEROS MESES DE
VIDA

El niño es capaz de
reconocer la figura
materna y de
reaccionar con dolor
cuando ésta se aleja de
él y con miedo cuando
se le acercan
personas extrañas.
AL DESARROLLARSE
ULTERIORMENTE
Hallará placer no sólo
en presencia de la
madre, sino también
junto a personas que
le son familiares, con
sus pequeños amigos,
con animales y juegos
que poco a poco
aprenderá a amar.
LOS NIÑOS Y SUS RELACIONES
AFECTIVAS
Es necesario que quien
esté a su lado, sobre
todo la madre, lo
conozca bien y pueda
garantizarle lo que
necesita, en su justa
medida, en un contexto
familiar de tranquilidad
en el que él pueda
expresarse de forma
libre y creativa.
TRASTORNOS DEL
DESARROLLO
AFECTIVO
DEPRESIÓN
Estado de tristeza
excesiva. Además en este
estado de incapacidad se
encuentra, o más bien, se
siente extremadamente
triste. Normalmente, este
sentimiento de inutilidad,
viene acompañado por
otro sentimiento de culpa,
y en esta situación, la idea
de suicidio viene a
considerarse como una
solución apropiada.
Un niño que está deprimido se
muestra pasivo, con expresión triste,
además de observarse un
enlentecimiento en sus funciones
psicológicas. Sin embargo, en la
adolescencia, la depresión suele
adquirir el tono de la melancolía.
Las características asociadas con la
depresión entran en dos categorías

Las físicas, que se manifiestan por falta de


apetito o pérdida de peso, o por lo
contrario, demasiado apetito y aumento de
peso, poca energía, fatiga, cansancio,
dificultad para concentrarse o pensar e
irregularidades en el sueño.
Las conductuales, que incluyen la
melancolía, tristeza, desamparo,
desconsuelo o irritabilidad.
LA ANSIEDAD

Todo el mundo experimenta


ansiedad o temor en ciertas
ocasiones; pero cuando éste llega a
convertirse en algo tan irracional e
inadaptivo, y además, la situación
temida es importante para la
adaptación del niño (ir a la escuela,
por ejemplo), entonces este miedo
debe ser atendido.
CONDUCTAS ASOCIADAS A LA ANSIEDAD:
• Preocupación injustificada.
• Temor a la persona a quien se tiene mayor
apego se marche para siempre.
• Renuncia o negación de irse a dormir,
evitar estar solo, pesadillas.
• Respiración y ritmo cardiaco acelerados.
• Berrinches o llanto para evitar contacto
con una situación atemorizante.
• Entre otros.
Aparece hacia el octavo mes de
vida. La ansiedad tiene
características clínicas que la
relacionan con la inquietud y las
conductas que, la expresan, y se
puede conceptuar como un temor
aprensivo a que suceda algo que
afecte al individuo.
LAS FOBIAS INFANTILES
Llegan a desarrollarse
de diversas maneras;
una de ellas incluye el
condicionamiento
clásico, el cual se puede
resumir en lo siguiente:
siempre que ocurra un
estímulo doloroso o que
inspire temor, es posible
que los estímulos
neutrales relacionados
con ese suceso
condicionen miedo.
Podemos especificar un ejemplo LA
FOBIA ESCOLR, consiste en un deseo
persistente y apremiante de evitar la
escuela. También es probable que se
asocie con el miedo a la separación.
El niño manifiesta, en días de la
escuela, dolor de cabeza, náusea,
vomito y dolor de estómago. Es
posible que los padres, sin quererlo o
saberlo propicien que falte a la
escuela y fomenten su fobia.
AGRESIÒN
La agresión puede definirse como la
violación excesiva de los derechos de los
demás. En particular la agresión física, casi
siempre despierta la atención de los
adultos. Sus manifestaciones abarcan todo
un conjunto de acciones negativas:
golpear, empujar, patear, morder,
rasguñar, arrebatar las cosas a otros,
gritarles o cualquier acto que viole los
derechos de los demás. Posteriormente, se
suman al mentir y propagar chismes
malintencionados.
La agresión puede definirse como la
violación excesiva de los derechos de los
demás. Está asociada a la incapacidad del
niño para alcanzar sus objetivos sin
perjudicar a quienes le rodean.
LA MENTIRA

A edades tempranas, la mentira es


una actitud normal, que no implica
ningún problema sino se convierte en
una norma. La mentira o acción
explícita de inducir a engaño o
alterar intencionalmente la realidad,
merece especial atención a partir de
entre los seis a ocho años.
En general, se debe
evitar que la mentira se
convierta en hábito
arraigado que perturbe
la personalidad y altere
sus relaciones con los
demás. El niño
mentiroso con un
soporte personal frágil, y
aunque puede obtener
algún beneficio con su
conducta, le provoca al
mismo tiempo un
profundo malestar.

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