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Los poderes terapéuticos del juego pueden clasificarse en ocho categorías generales:
comunicación, regulación emocional, mejora de la relación, juicio moral,
manejo del estrés, fortalecimiento del yo, preparación para la vida y autorrealización.
Los poderes terapéuticos del juego pueden clasificarse en ocho categorías generales:
comunicación, regulación emocional, mejora de la relación, juicio moral,
manejo del estrés, fortalecimiento del yo, preparación para la vida y autorrealización.
Los poderes terapéuticos del juego pueden clasificarse en ocho categorías generales:
comunicación, regulación emocional, mejora de la relación, juicio moral,
manejo del estrés, fortalecimiento del yo, preparación para la vida y autorrealización.
Los poderes teraputicos del juego pueden clasificarse en ocho categoras
generales: comunicacin, regulacin emocional, mejora de la relacin, juicio moral, manejo del estrs, fortalecimiento del yo, preparacin para la vida y autorrealizacin. El captulo 2 presenta una descripcin detallada de los agentes curativos especficos que son inherentes al juego. Esos mecanismos de cambio constituyen el fundamento de los modelos tericos y son por ende el corazn y el alma de la terapia de juego. Sin importar la edad, el juego tiene muchos beneficios en la vida. Es divertido, educativo, creativo, alivia el estrs y fomenta las interacciones y la comunicacin social positiva. Cuando los nios juegan, aprenden a tolerar la frustracin, a regular sus emociones y a destacar en una tarea que es innata. Pueden practicar nuevas habilidades de una forma que tiene sentido para ellos, sin los lmites estructurados del mundo real o la necesidad de usar un lenguaje verbal. No existen errores demasiado grandes que no puedan resolverse ni desafos muy difciles que no puedan enfrentarse mediante el juego. Esta actividad da a los nios la oportunidad de dominar su mundo a medida que crean, desarrollan y mantienen su sentido de s mismos. Utilizan el juego para comunicarse cuando no tienen las palabras para expresar sus necesidades y esperan que los adultos entiendan su lenguaje. Como sealara atinadamente Landreth (2002a), el juego es el lenguaje del nio y los juguetes son las palabras.