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EL SEOR QUE TENA ALGO EN EL OJO

Jouy, Jules
Dos seores, correctamente vestidos de negro, se cruzan en la escena. Uno de ellos detiene al otro y
cortsmente le ruega que tenga a bien soplarle el ojo. El seor detenido hincha los carrillos y sopla.
Intilmente. Sopla una y otra vez con distinta intensidad. Sin resultado. Toma una largavista y,
como Napolen en el campo de batalla, atentamente contempla el ojo afectado. Estira hasta el
colmo el catalejo, para ver mejor, y de paso le pone el otro en compota al seor. Inspeccin intil:
nada ve.
Entonces extrae un taladro de su bolsillo, saca de su rbita el ojo enfermo y lo observa en todos los
sentidos. Ocurrencia feliz: al fin encuentra!
Hace mutis por un momento, y entre bastidores se oye, entretanto, un ruido sordo, como el de un
gran peso que cae en el suelo; luego le devuelve el ojo al seor. En ese momento, un coche cargado
con una piedra enorme y tirado por cuatro robustos caballos pasa por el fondo del escenario.
El seor se aleja, dando muestras de alivio. Eso era lo que lo molestaba.
El libro de la imaginacin. Editorial Fondo de Cultura Econmica.

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