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Elogio A La DificultadTAA2
Elogio A La DificultadTAA2
Estanislao Zuleta1
Tomado de: Estanislao Zuleta. Ensayos Selectos.
Ediciones Autores Antioqueos,
Medelln 1992, volumen 76: 9-16
ocano
de
mermelada
sagrada,
una
eternidad
de
aburricin.
Metas
un
de lo fcil; no solamente sobre sus consecuencias, sino sobre la cosa misma, sobre la
predileccin por todo aquello que no exige de nosotros ninguna superacin, ni nos pone
en cuestin, ni nos obliga a desplegar nuestras posibilidades.
Hay que observar con cunta desgraciada frecuencia nos otorgamos a nosotros
mismos, en la vida personal y colectiva, la triste facilidad de ejercer lo que llamar una
no reciprocidad lgica; es decir, el empleo de un mtodo explicativo completamente
diferente cuando se trata de dar cuenta de los problemas, los fracasos y los errores
propios y los del otro cuando es adversario y cuando disputamos con l. En el caso del
otro aplicamos el esencialismo: Lo que ha hecho, lo que ha pasado es una
manifestacin de su ser ms profundo; en nuestro caso aplicamos el circunstancialismo,
de manera que an los mismos fenmenos se explican por las circunstancias adversas,
por alguna desgracia coyuntural. l es as, yo me vi obligado. l cosech lo que haba
sembrado; yo no pude evitar ese resultado. El discurso del otro no es ms que un
sntoma de sus particularidades, de su raza, de su sexo, de sus neurosis, de sus
intereses egostas; el mo es una simple constatacin de los hechos y una deduccin
lgica de sus consecuencias. Preferiramos que nuestra causa se juzgue por los
propsitos y la adversaria por sus resultados.
Y cuando de este modo nos empeamos en ejercer esa no reciprocidad lgica que es
siempre una doble falsificacin, no slo irrespetamos al otro, sino tambin a nosotros
mismos, puesto que nos negamos a pensar efectivamente el proceso que estamos
viviendo.
La difcil tarea de aplicar un mismo mtodo explicativo y crtico a nuestra posicin y a la
opuesta no significa desde luego que consideremos equivalentes las doctrinas, las
metas y
los intereses de las personas, los partidos, las clases y las naciones en
conviene esa doble falsificacin con la cual, en verdad, podra defenderse cualquier
cosa.