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Este poema describe el atardecer junto al mar, con el sol hundiéndose en las olas mientras se aferra a los acantilados con sus rayos dorados. El mar se levanta poderoso mientras el sol finalmente se hunde en sus aguas como en un lecho soberbio, deshecho en brasas cárdenas. El mar amado ofrece al poeta consuelo para su cuerpo dolorido, su alma y corazón lacerados, y su amarga y fatigada vida, dejándolo no pensar en nada.
Este poema describe el atardecer junto al mar, con el sol hundiéndose en las olas mientras se aferra a los acantilados con sus rayos dorados. El mar se levanta poderoso mientras el sol finalmente se hunde en sus aguas como en un lecho soberbio, deshecho en brasas cárdenas. El mar amado ofrece al poeta consuelo para su cuerpo dolorido, su alma y corazón lacerados, y su amarga y fatigada vida, dejándolo no pensar en nada.
Este poema describe el atardecer junto al mar, con el sol hundiéndose en las olas mientras se aferra a los acantilados con sus rayos dorados. El mar se levanta poderoso mientras el sol finalmente se hunde en sus aguas como en un lecho soberbio, deshecho en brasas cárdenas. El mar amado ofrece al poeta consuelo para su cuerpo dolorido, su alma y corazón lacerados, y su amarga y fatigada vida, dejándolo no pensar en nada.
la voz del mar aquella tarde... El da, no queriendo morir, con garras de oro de los acantilados se prenda. Pero su seno el mar alz potente, y el sol, al fin, como en soberbio lecho, hundi en las olas la dorada frente, en una brasa crdena deshecho. Para mi pobre cuerpo dolorido, para mi triste alma lacerada, para mi yerto corazn herido, para mi amarga vida fatigada... el mar amado, el mar apetecido, el mar, el mar y no pensar en nada!...