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-Ah est -dijo Nasrudin tranquilamente-. Siempre pasa lo mismo cuando tiendo
la ropa.
EL SUEO DE LA MARIPOSA
Chuang-tzu nos la ha transmitido.
Un hombre suea que es una mariposa. Revolotea con gracia de flor en flor,
abriendo y cerrando sus alas, sin el ms mnimo recuerdo de su naturaleza
humana.
Cuando despierta, se da cuenta con sorpresa de que es un hombre. Pero es un
hombre que acaba de soar que es una mariposa? O una mariposa que suea
que era un hombre?
Dicen que nunca pudo responder esta pregunta.
El califa, que senta un gran afecto por su visir, lo dej partir. El hombre regres
a su morada, ensill el mejor de sus caballos y, en direccin a Samarkanda,
artaves al galope una de las puertas de la ciudad.
Un instante ms tarde el califa, a quien atormentaba un pensamiento secreto,
decidi disfrazarse, como haca a veces, y salir de su palacio. Solo, fue hasta la
gran plaza, rodeado por los ruidos del mercado, busc a la muerte con la
mirada y la vio, la reconoci. El visir no se haba equivocado en lo ms mnimo.
Ciertamente era la muerte, alta y delgada, vestida de negro, el rostro medio
cubierto por un chal rojo de algodn. Iba por el mercado de grupo en grupo sin
que nadie se fijase en ella, rozando con el dedo el hombro de un hombre que
preparaba su puesto, tocando el brazo de una mujer cargada de menta,
esquivando a un nio que corra hacia ella.
El califa se dirigi hacia la muerte. sta, a pesar del disfraz, lo reconoci al
instante y se inclin en seal de respeto.
-Tengo que hacerte una pregunta -le dijo el califa en voz baja.
-Te escucho.
-Mi primer visir es todava un hombre joven, saludable, eficaz y probablemente
honrado. Entonces, por qu esta maana cuando el vena a palacio, lo has
tocado y asustado? Por qu lo has mirado con aire amenazante?
La muerte pareci ligeramente sorprendida y contest al califa:
-No quera asustarlo. No lo he mirado con aire amenazante. Sencillamente,
cuando por casualidad hemos chocado y lo he reconocido, no he podido ocultar
mi sorpresa, que l ha debido tomar como una amenaza.
-Por qu sorpresa? -pregunt el califa.
-Porque -contest la muerte- no esperaba verlo aqu. Tengo una cita con l esta
noche en Samarkanda.