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Juan L.

Ortiz

Obra Completa

No era necesario...

No era necesario mirar el cielo ni las ramas.


Aqu te vi, en la tierra pura, en la tierra desnuda.
Aqu te vi, espritu primaveral, danzar o arder serenamente como la alegra sin nombre,
transparencia imposible de una dicha flotante sobre el polvo.

Aqu te vi, nia fantasmal de velos difanos, en el medioda inexistente.


No era necesario mirar el cielo ni las ramas.

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