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Dido y Eneas

Troya Arda.
Eneas, uno de los guerreros ms nobles, estaba preparado
para salir a pelear en defensa de la ciudad amada.
Venus, La madre de Eneas le haba dicho que huya de Troya,
Eneas no estaba muy seguro, pero se dio cuenta de que
deba obedecer.
Carg en sus espaldas a su padre Anquises y tom a su hijo
Ascanio de los brazos de Cresa. Pero de repente mir a
ambos lados y su esposa ya no estaba con l CREUSA!
Grit. Pero las nicas respuestas fueron los sonidos de las
llamas. Venus le dijo que an as no me importaba, se tena
que ir de Troya.
Muy lejos de all en Tiro otro fuego se alz.
Elisa estaba muy triste por la muerte de Siqueo, su esposo.
Pero esa noche Siqueo apareci en una sombra y le dijo que
su hermano lo haba mandado a matar a el. Le dijo que
deba buscar todas sus riquezas del lugar donde ellos mas le
gustaba estar. Entonces Elisa fue a buscar el oro y riquezas y
fundo su nueva ciudad Crtago, y se cambi el nombre a
Dido.
Eneas antes de llegar a Crtago pas por muchos pueblos y
su padre Anquises haba muerto en uno de ellos. a los
cuales los dioses como Juno le ponan obstculos, o dioses
como Venus que le daban consejos.
Dido le dio Hospitalidad, pero en un momento Venus busc
a Cupido para que le lanzara una flecha de amor a Dido y se
enamoraran.
Pasaron mucho tiempo juntos como novios pero Jpiter le
dijo que deba partir, que ir a Italia era su destino final.
Entonces l parti pero Dido antes enojada, angustiada le
pidi que se quede. Pero el dijo que era su destino.
Entonces Dido hizo una pila de todas las cosas de Eneas
para incendiarla. Entonces la hizo, se puso arriba de la cima
y se clav una espada en el vientre. Y Ana, hermana de Elisa,
incendi la pila.
Eneas rumbo a su destino se encontr a la Sibila. Eneas le
pregunt su destino, si los dioses le estaban haciendo una
broma o era realmente un destino. Y fueron caminando al
Averno.
El alma de Dido apareco y lo mir y desapareci. Y tambin
vio a su padre Anquises con el cual charl un rato.
Eneas cerr los ojos y cuando los volvi a ver la Sibila no
estaba.
Entonces le preguntaron:
-Maana Seor?
Eneas respondi:
-Si, maana. Con una mirada al horizonte.



MXIMO SENATORE

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