Está en la página 1de 36

5

atemporia
nutrición subliminal en cuatro patas
Ilustración: Useless Idea
El Fondo Editorial Tierra Adentro
en coordinación con el
Instituto Coahuilense de Cultura,
la Secretaría de Cultura de Jalisco y
el Centro Cultural Tijuana
ha entregado, en el primer semestre de 2007, los siguientes premios

Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri


Alejandro Pérez Cervantes, por Murania
(…“por su estructura compleja y eficaz, sus imágenes
poderosas y el lirismo de su lenguaje.”) Acta de jurado:
Sara Sefchovich, Hernán Lara Zavala y Álvaro Enrigue

Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino


Luis Jorge Boone, por Traducción a lengua extraña
(…“que nos regala el acto infinito y necesario
de traducir el mundo a la poesía.”) Acta de jurado:
Patricia Medina, Armando González Torres y Eduardo Hurtado

Premio Binacional de Novela Joven


Frontera de Palabras/Border of Words
Albaro Sandoval, por Lodo en tierra santa
(…“donde se cuenta una historia descarnada sin ningún
tipo de complacencias, mostrando la realidad más negra
de la existencia en el norte de México.”) Acta de jurado:
Mauricio Carrera, Miguel Méndez y Eduardo Antonio Parra

Otros títulos próximos a aparecer en nuestro catálogo:


La poética del Cimarrón de Sergio Ugalde
Círculo de Eranos de Carlos Reyes A.
Siluetas del simulacro de Raúl Criollo
Bosque dorado teñido de sangre de Eugenia Robleda
cinco
Poesía
Ivonne G. Ledesma,
Luis Ángel Orozco Vázquez y
Silvia Favaretto
Cuento
Agape por Rafael Rodríguez Victoria
El acompañante por Andrés Fabián Valdés
Ensayo
Apuntes paranoicos y algo negros
sobre la frontera (I) por Gabriel Valtierra
Fotografía
Fotografías
Javier Sánchez
Ilustraciones
Useless Idea
Ilustración: Useless Idea

atemporia
Dirección Editorial
Alejandra Peart
Producciones Editorial Atemporia
Alejandra Peart, Eduardo Ribé
Diseño
Alejandra Peart
Edición
Eduardo Ribé

Editorial Atemporia
Oficinas Administrativas y de ventas:
Patricio Sanz 207 Col. del Valle
México D.F. 03100
www.editorialatemporia.com.mx

Reseva de Derechos
04-2007-032114371300-102.
ISSN en trámite.
Cada texto es responsabilidad del autor.
Prohibida la reproducción total o parcial
del contenido sin previa autorización
de los editores.

www.revistaatemporia.com

Esta revista cuenta con el apoyo otorgado por el


Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de
Revistas Independientes 2006 del Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes.
Ilustración: Useless Idea
La verdad estable
Fotografía: Javier Sánchez

IVONNE G. LEDESMA

NEGACIÓN
DE LA LUZ

digo que no existe la luz


lo que brilla es el espacio entre nosotros

somos figuras de ceniza rompiendo la monotonía del aire:


un par de precipicios ambulantes
donde se pierden los sonámbulos

digo que nuestra sombra es la creadora de la noche


que el día es sólo un invento inútil
como un reloj de sol bajo las nubes

lo que no dudo es la verdad de tus latidos


cuando me acerco poco a poco
y murmuro promesas
a tu ombligo
DESPUÉS
DEL ASCENSOR

De esta ventana en quinto piso


puede verse el pasado en forma de mendigo
desde la altura es evidente que sus manos extendidas
en realidad no esperan nada
sólo enseñan la tierra del recuerdo

esta ventana en quinto piso


es refugio de palomas
ángeles de ciudad
mensajeros de tristeza
que con ojos de espejo reflejan otros ojos
laberintos de alas que no vuelan

en esta habitación de quinto piso


se hospeda el miedo
sube sin escaleras ni ascensor
y la distancia con la calle no aleja las sombras

junto a la cama una tarjeta


anuncia
EL HUMO LLENA
bienvenidos a esta habitación de quinto piso LOS SILENCIOS
desde la ventana
esta mas cerca el vacío
Entre la oscuridad
se interpretan dos sombras

ya ni siquiera hablamos
y dejamos que el humo llene los silencios

tu bocanada imita la silueta


de un abrazo de ayer
mi boca nada en el recuerdo de tu cuerpo
ahogándome con olas de pasado

y te pregunto el por que de este seguir aquí


negándonos espacio
negándonos olvido
cuando ni el humo alcanza para dos

y tu respuesta es otra nube gris


otro fantasma diminuto
de lo que fuimos
que danza entre nosotros
y luego se disuelve
como la necesidad que ya no nos tenemos
como una imagen del adiós
que se nos mete a los pulmones
REMOLINO

soy el árbol que agoniza en el camino


y no lo sabe porque no ve su sombra

soy la luciérnaga atrapada en la tela de la araña


e ilumino a la muerte
sin saber que es la mía

soy el huracán que se entretiene en el espejo


unos segundos antes de quebrar el mundo

un remolino que tira de la angustia


y dice
que debo caminar despacio si pronuncio tu nombre
dice
que mi equilibrio tropezó hace muchos años
y cojea desde entonces
y se le esconde la cordura en las mañanas

una tormenta nacida del eclipse


cuenta
que la paz sólo se encuentra en la memoria del deseo
dice también que la muerte es un invento
para los que queremos olvidar
Tinta luz
Fotografía: Javier Sánchez
Para morir de amor
Fotografía: Javier Sánchez
un CUEN TO de

AGAPE
R A FA E L R O D R Í G U E Z V I C T O R I A

Ese día me llamó en la noche, por ahí de las nueve.


-¿Qué haces?, ¿pegado a las cobijas como siempre? —me dijo.
- No, llevo un rato despierto pero no me he levantado de la
cama.
- ¿A dónde me vas a llevar?
- ¿A dónde quieres que te lleve? —le contesté.
- Al callejón por unos papeles y luego de regreso; a ver qué se
nos ocurre.
-A lo mejor llego como a las diez y media.
-Hazle como quieras, siempre y cuando estés aquí antes de las
11. El camello sale a dar su ronda a las 12. Muévete, maricón, que
después se va a poner bueno.
-Oye… ¡Me cago en tu madre, Gigí! —eso no lo alcanzó a oír
porque me colgó. Pero si no es por el encabronamiento, no me
levanto.
Nos conocimos por Internet hace seis años. Primero platicaba
conmigo todas las noches. Después de tres meses de chatear,
accedió a encontrarnos en la vida real. Entonces la conocí en serio:
AGAPE

no muy guapa pero inteligente, con voz de mando. Me incluyó


en sus negocios al mes de que nos vimos afuera del mundo
virtual. Comenzó a instruirme en el secuestro expres, la extorsión
telefónica y en poco tiempo hacía yo mismo las llamadas. Casi
todo el dinero se lo quedaba. Yo no tenía interés por el varo. Lo
que siempre quise fue estar a su lado.
Gigí controlaba varias células. Conocía a casi todos los buenos,
desde comandantes, ministeriales y matones hasta el mismo se-
cretario delegacional. No cualquiera le entra en el negocio. En el
DF sólo tres personas, además de nosotros, controlan el mercado,
a los grandes clientes; las zonas jodidas son de los principiantes.
Eso también lo pactamos con la policía, para que ellos de vez en
cuando puedan salir en los periódicos y en la tele, demostrando
que hacen su trabajo.
Esa noche me llamó para drogarnos y coger. Cuando lo ha-
cíamos en ese orden, a ella le gustaba que la mordiera y le suc-
cionara la herida. La primera vez que me lo pidió no le entendí.
Pero poco a poco le agarré gusto a la ceremonia. Era eso, una
comunión. Dejaba que ella entrara en mi cuerpo, como la ostia.
Dios adentro de mí, en mis venas, Gigí entre mi propia sangre y
luego en mi alma. Sólo que en la iglesia sí te dicen que Cristo te
ama. Ella era más mística.
Después de darme un regaderazo, me preparé una lata de atún
y salí con el coche. Compré un six de Tecate para tomarlo en lo
que Gigí terminaba de arreglarse. No había tráfico, con todo y
escala hice veinte minutos. Al llegar toqué el timbre y chiflé desde
la calle. Nunca se tardó en abrir, así que le pedí a Lilia, la vecina,
que dejara treparme desde su patio hacia la ventana de la sala.
-Soy yo, no me vayas a pegar un plomazo —grité una vez aden-
tro para no sorprenderla. -Traje unas frías.
Me quité la sudadera y la puse junto con el six sobre la mesa.
Escuché la cafetera y fui a la cocina. No había nadie. Estará en
el baño, me dije. Pero no. De camino al cuarto, al doblar en el
pasillo, encontré su cuerpo tendido en el suelo: tenía los ojos hin-
chados en sangre y la boca abierta como si fuera a dar un grito.
AGAPE

Su rostro aún conservaba el miedo. Quise tocarla pero no pude


moverme en un rato. Cuando me recuperé, salí corriendo. Entré
en el auto y conduje hacia donde me llevó el impulso hasta que
los nervios obligaron a detenerme. Aunque temía que me incul-
paran, no la podía dejar allí.

E sa noche me llamó para drogarnos y coger.


Cuando lo hacíamos en ese orden, a ella le
gustaba que la mordiera y le succionara la herida
La primera vez que me lo pidió no le entendí. Pero
poco a poco le agarré gusto a la ceremonia.
Al regresar creí que la calle estaría llena de patrullas. No fue
así. De todos modos dejé el auto a dos cuadras. La puerta del
edificio estaba abierta, también la del departamento. Cerré con
llave y caminé hacia Gigí. Su cuerpo se tornaba azulado. Se veía
indefensa. Le apreté el cuello para ver que se sentía tener el con-
trol; la verdad hasta me dieron ganas de montarla; eso sí no pude.
Me entró una angustia insoportable. Entendí la situación; no me
iba a responder nunca. La perdía para siempre. Por fortuna se
me ocurrió algo: la arrastré hasta el baño y la metí desnuda en
la tina.
Me acordé del Agape, la fiesta del amor en la iglesia de Cristo;
de la comunión que íbamos a tener esa noche, de la dicha que
era llevarla en el alma. Corrí a la cocina. En el trayecto escuché
pasos afuera del departamento, así que coloqué la mesa contra la
entrada. No podían interrumpir. Tomé un cuchillo y regresé al
baño. Tocaron al timbre.
Pensé hacerlo despacio, con respeto, pero golpeaban desespe-
rados; necesitaba escoger lo más efectivo. Me di cuenta ensegui-
da: el útero, las trompas, los senos, tejido fértil. Comencé a cortar.
La puerta del departamento cedió. Entraron gritando. Cuando
forzaban la puerta del baño, hinqué el cuchillo en el vientre, so-
bre la pelvis. Después de la incisión introduje los dedos y saqué
un pedazo. Lo engullí. Pero juro que yo no la maté. a
Luis ¡ngel O. V·zquez

DEJADO EL QUE SE DEJA


(antipoema)

…y es que bailo tango,


masco chicle,
pego leve
y tengo pelis porno de a montón,
¡tururú!

-Cadáver Camaney

No te culpo de nada
simplemente te regalo
todo lo que ya no soy,
y lo que fui se va al carajo sin escalas:
te regalo mis ganas de creer,
mis…
nuestras seudobuenas intenciones,
las cursilerías incoloras;
se acabó el pendejo buena gente,
llega ahora el pendejo tirándole a cabrón,
el amable hijo de puta
y anfitrión de la chingada.
Así que su mirada de niña mala arrepentida
me la apunta pa otra esquina
y pasito tun-tún.
ESPERAR
SENTADO

No hay peor lucha que una sin copas


para brindar de un adiós a otro;
no me regañe porque mi sobriedad brilla por su ausencia
cuando sus ojos y sus manos embriagan sin remedio.

Yo no quiero que me quiera


como formalmente usted lo quiere;
yo no prometo una vida calma
con pantuflas a la mano.
Yo no quiero que me tome de la mano
como formalmente toma de la suya;
yo no prometo coche en puerta
camino al súper y al gimnasio:

Yo propongo y prometo despertar cada madrugada


para narrarle historias con mis manos,
escribirlas en su espalda,
en su rostro,
en sus senos,
en su ombligo,
en su pubis,
en sus piernas;
yo prometo ahuyentarle pesadillas cada luna llena
cuando la memoria hombre lobo
esté hambrienta de nostalgia;
yo prometo charlas y debates
donde logre usted opacarme y desmorone argumentos
con palabras y sus labios;
yo prometo naufragar en sus brazos
bajo la luz de los faroles y taxistas trasnochados
cada que haga falta;
yo prometo tantas dulces guarradas
y colmenas de sabrosa impertinencia
que le roben carcajadas
y regalen buenas noches buenos días.
Quiero empezar de nada para regalarle mi todo,
mis secretos hedonistas culpables y no tanto,
mis desveladas descaradas inocentes y no tanto;
para regalarle mis ganas de roncar su incertidumbre
y fumar sus miedos,
de digerir sus reproches amorosos.

Y le digo,
quizá sonando mucho a Benedetti,
que si usted no piensa lo que siento
ni lo siente al pensarlo,
no se preocupe,
igual sé esperar sentado.
Y ES AQUÍ

Y es aquí,
ahora,
cuando prefiero en definitiva resignación
un trago amargo de confiable pesimismo
a un dulce pero caducado sorbo de optimismo traicionero.

Y es aquí y ahora
que tiro la toalla,
derrotado cabalmente
en el séptimo asalto rumbo a la lona
porque me sobran los no,
me sobran los quizá,
pero nunca jamás los hubiera:
soy un ardido perdedor
por oficio y amor al arte.

Aun así,
y que lo sepa el mundo,
con todo y la rendición definitiva,
me siento completo,
inspirado por la prueba y error.

Aunque no voy a negar


lo incómodo que me hace vivir
esa inspiración,
siendo ésta tan inconstante
e irregularmente irregular.

Y bien lo sabes,
amo congruente las causas suicidas,
los amores en definitiva perdidos,
esos que se dejan buscar pero no encontrar;
y oculto los ases bajo la manga de mi contrincante oráculo,
y subo la apuesta casi con pánico a salir victorioso.
Y es ahí,
en ese instante,
cuando prefiero en definitiva resignación
un trago amargo de confiable pesimismo
a un dulce pero caducado sorbo de optimismo traicionero.

Y ENTONCES…

—Y entonces…
—Pues me trajo el texto para que se lo publicara.
—¿Y luego?
—Está bien jodido.
—Chale… ¿y ahora?
—Ni idea… no sé cómo decírselo.
—Déjame ver el texto.
—Ahí está.

No queda camino virgen


Donde la espera intervenga a buen rito:
Una partida de cara
Un caracol cojo
Un pastel de boda chueco y prometiendo pudrirse.

—¿Cómo la ves? Verdad que está bien jodido.


—Está… locochón. ¿No será algo vanguardista?
—Vanguardista mis huevos: se le acabó la mota y lo dejó su vieja, es todo.
—No pos sí.
Ilustración: Useless Idea

el acompañante
p o r A N D R É S FA B I Á N VA L D É S

—No suelo recoger a ningún extraño cuando viajo haciendo ruta, y mucho menos
si ya es de noche —le explico mientras veo su cara bonita; pero como llevaba más
de dieciséis horas encima del camión y el sueño me vencía por la falta de descanso,
supuse que sería de gran ayuda tener a alguien con quien conversar durante el
transcurso de las horas nocturnas de trabajo.
—De verdad, gracias por recogerme —me dice.
—Es un lugar muy peligroso para andar por ahí. Tratá de tener cuidado; no hay
que meterse en cualquier lugar a cualquier hora.
Con disimulo le miro las piernas; flacas, pero bien formadas.
—No se preocupe, he estado en peores lugares. Además sé defenderme sola.
Saca un pequeño espejo y un lápiz labial de su bolso, y con ellos comienza a
pintarse los labios de rojo. Enciendo una de las luces interiores para que pueda
verse mejor. Me agradece el gesto y echa su cuerpo unos centímetros hacia delante
para arrimar su rostro a la luz. Desde mi ubicación casi se le pueden ver los pechos
por entre el escote de su blusa. Parecen duros y redondos; muy lindos a pesar de
que son pequeños. Deseo verlos; para ello debo hacer mi cabeza un poco hacia
arriba.
—¿La luz se hizo fuerte? —pregunta sin quitar sus ojos del espejito.
Miro hacia el camino. Quedo encandilado. Una bocina potente me ensordece. ¡Un
brutal impacto! ¡Estallidos! El auto da vueltas violentas. Todo gira caóticamente:
el interior del auto, luces, el rostro de ella, oscuridad.
De pronto el auto queda quieto. Mis brazos tiemblan, y cuelgan de mi cuerpo.
Me duele la cabeza. Nos encontramos al revés; pies para arriba. Forcejeo para
quitarme el cinturón de seguridad; está difícil. Empiezo a golpear la puerta con el
hombro. Los golpes son débiles; apenas logro moverme. La puerta se abre y caigo
desde el interior de la carrocería. Siento un intenso desgarre en todo el cuerpo. Mi
sangre brota a borbollones. Me levanto, muy adolorido. Le doy la vuelta al auto
hasta llegar al asiento del acompañante. No la escucho quejarse ni hacer ningún
ruido. Me asusta. Quiero abrir la puerta cinchando con la mano pero es imposible.
Empiezo a pegarle patadas. Pateo una y otra vez. Al fin se abre crujiendo con un
ruido metálico. Entones su cuerpo cae al suelo, ensangrentado, ¡sin vida! Su carita
infantil está desfigurada por las graves lesiones. Maldigo mi suerte. Soy culpable.
Estoy aterrado y no sé qué hacer. No puedo dejar de temblar.

Todo gira caóticamente: el interior del auto, luces,


el rostro de ella, oscuridad.
De pronto el auto queda quieto. Mis brazos tiemblan,
y cuelgan de mi cuerpo. Me duele la cabeza. Nos
encontramos al revés; pies para arriba. Forcejeo
para quitarme el cinturón de seguridad; está difícil.
Empiezo a golpear la puerta con el hombro.

Observo a los alrededores; no hay una luz encendida a muchos kilómetros. Sólo
los focos de la ruta podrían delatarme. Pero todo está quieto y silencioso; no parece
haber nadie. Tan sólo se percibe el sonido del movimiento del agua al otro lado
de la ruta. Ya he pasado por este lugar otras veces, y de hecho conozco que por
allí corre un arroyo. Quizá sea lo suficiente profundo para ocultar algo. Trato de
calmarme y de convencerme que nadie ha visto nada. Tal vez el conductor del
vehículo con el que chocamos también se encuentra muerto; es muy seguro que lo
esté, sólo oigo el agua correr…
Voy hacia el cuerpo, y al verlo nuevamente, tan joven, horriblemente lastimado,
no puedo evitar llorar. Pero intuyo que en una situación así no se debe perder el
tiempo; cada minuto que pasa es importante para lo que me sucederá a mí.
Tomo el cadáver; es liviano. Lo sostengo tratando de que no vuelque sangre y
deje rastros sobre la hierba. Camino rápidamente rumbo al arroyo. La sangre
tibia chorrea sobre mis brazos. Recuerdo cuando la recogí en el camino; se veía
tan indefensa… Observo su cara y distingo el rojo del lápiz labial. Siento mucha
culpa. ¡Mierda con todo esto! Casi llego a la ruta; falta cruzar algo de balastro.
Piso mal sobre las piedras. El suelo se mueve y resbalo. Caigo. El cuerpo de ella
rueda hasta pasar las balizas y queda visible en plena ruta.
—¿Para qué mierda levanté a esta pendeja?
De repente escucho una bocina acercándose velozmente. Levanto la cabeza. Una
luz me enceguece. Siento un golpe en la frente. Abro mis ojos. Tomo el volante
con fuerza. Lo giro instintivamente. La luz poderosa desaparece en un pestañear.
—¡No te duermas! —escucho gritar—. ¡Casi nos matamos! ¡Nos salvamos por un
pelo! ¡Creí que íbamos a morir!
Piso el freno y el camión se detiene de un tirón. Observo al desconocido. Es un
hombre de apariencia callejera: pelo largo y descuidado, tiene la barba de hace
muchos días, igual que uno de esos tipos de la cárcel; por lo demás está bastante
deteriorado. Sin embargo, a pesar de esta extraña compañía, siento un gran alivio;
una descarga de mil kilos de masa criminal.
—Menos mal que yo le estoy haciendo compañía —menciona—. Si no, solo, ya se
hubiera matado… Hubiese pasado del sueño a la muerte sin darse cuenta.
Quedo mudo, observando su cara de pobre tipo, tratando de encontrar aquella
cara joven y bonita de labios rojos. a

Ilustración: Useless Idea


Confirmación de la gravedad
Fotografía: Javier Sánchez
Desvanecer
Fotografía:
Javier Sánchez

Estudio del sueño


Fotografía: Javier Sánchez
Silvia Favaretto

GUATEMALA /LLUVIA
Serbare (in memoriam) Guardar (in memoriam)

Vivo la vita Vivo la vida


ricordata dalla mia bisnonna. recordada por mi bisabuela.
Lei in me amò e deluse, Ella en mí quiso y defraudó.
appese le viscere al vento, Sacó las entrañas a colgar al viento,
spazzò il pavimento con i capelli. barrió el piso con su pelo.
I suoi piaceri tolsero la polvere dalla Sus placeres quitaron el polvo de la
cassapanca,] cómoda.]
si mise a letto con la mia stirpe. Ella se acostó con mi estirpe.
Io, invece, Yo, en cambio,
viaggerò con valige cariche dei suoi viajaré con la maleta cargada de
sogni, sus sueños,]
sussurrerò all’orecchio soplaré en el oído de
dei suoi amanti, sus amantes,
farò il bagno nell’acqua calda me bañaré en el agua caliente
che lei tanto desiderò, que tanto añoró
mi laverò la sua faccia con mani me limpiaré su cara con manos
inschiumate di sapone prezioso, espumosas de jabón fino,
mi metterò la crema sulle sue gambe me pondré crema en sus piernas
per idratarle dopo questi para hidratarlas después de estos
cent’anni d’oltretomba, 100 años de ultratumba,
mi dipingerò le sue unghie di me pintaré sus uñas con
smalto scarlatto esmalte escarlata
e andrò a letto con i suoi progenitori. y me encamaré con sus progenitores.

Verrà il passato e Vendrá el pasado y


mi troverà morta me encontrará muerta
con i capelli sparsi nella polvere con el pelo enmarañado en el polvo
e le dita dei piedi y los dedos de los pies
smaltate di rosso. esmaltados de rojo.
E contenta, Dio mio, Y contenta, por Dios,
contenta. contenta.
ARGENTINA/ RÍO
Nient’altro che fuoco

Di sì che voglio scrivere


ma mi escono braci
e mi sanguina il naso.
Sì voglio scrivere e ci provo
intingendo le parole in inchiostro di
limone]
ma bruciano gli occhi e inaridiscono le
mani.]
Di sì , ti ho detto,
voglio scrivere ma la penna brucia
e le scintille appiccano fuoco al foglio
e il legno dello scrittoio si annerisce
e cade a terra la cenere
con la mia ispirazione
e mi esce fumo dalle dita
e la mia poesia è fuoco,
nient’altro che fuoco.
Fuego, nada más

Que yo sí quiero escribir


pero me salen brazas
y me sangra la nariz.
Sí quiero escribir e intento hacerlo
mojando las palabras en tinta de limón
pero queman los ojos y secan las
manos.
Que yo sí, sí te dije
quiero escribir pero la lapicera arde
y las chispitas prenden fuego a la hoja
y la madera del escritorio se
ennegrece
y cae al piso la ceniza
con mi inspiración
y sale humo de mis dedos
y mi poema es fuego,
fuego, nada más.
VENECIA/LAGUNA
Uscio e Presagi
(Polena)

Ti ho visto allontanarti
sotto una luna di pietra pomice
portando,
stretto sottobraccio,
il cadavere di una sirena.

Ti ho visto strapparle, in spiaggia,


squame grigiastre
e sopportando
l’odore di pesce marcio
baciarle le labbra morte
di fiori che anneriscono
al discorso del sole.

Ti ho visto tinto di nero


in una oscurità di luna saponosa
cercando di rifuggire
il rumore di quel canto:
la canzone dell’oceano
è il soffio del vento
che fischia tra le aperture
di uno scheletro

e i tuoi occhi solo sale, sale che brucia.


Umbral y presagios
(mascarón de proa)

Te vi alejarte
bajo una luna de piedra pómez
cargando,
apretado bajo el brazo,
el cadáver de una sirena.

Te vi arrancarle, en la playa,
escamas grisáceas
y soportando el
olor a pez podrido
besarle los labios muertos
de flores que ennegrecen
bajo el habla del sol.

Te vi anochecerte
en una oscuridad de luna jabonosa
intentando deshechar
el ruido de ese canto:
la canción del océano
es el soplido del viento
filtrando en una calavera

y en tus ojos sólo sal, sal quemando.


Apuntes paranoicos y algo
negros sobre la frontera
por Gabriel Valtierra

ADVERTENCIA

El siguiente texto ha sido escrito por


una mentalidad agudamente paranoica
y obsesiva compulsiva, con mucho de
tendencia hacia la autodestrucción, la
mitomanía y que todavía se atreve a jugar
con estos elementos literariamente. Las
opiniones aquí expresadas no buscan
hacer un bien ni un daño a la humanidad
sino todo lo contrario. Cuando se usa la
palabra frontera nos referimos en concreto
a San Luis Río Colorado, Sonora, México,
que es la única frontera que más o menos
conocemos.

INTRODUCCIoN

yasunto
o no deseaba caer en el tan trillado
de escribir directamente sobre lo que
significa vivir en la frontera y sin embargo
lo voy a hacer. Déjenme explicarles
rápidamente el por que no quería hacerlo
y después el por que resolví que siempre
sí. No deseaba poner por escrito nada que
tuviera que ver con mi lugar de origen,
al menos profusamente, porque estuvo y
está de cierta manera de moda. Muchos
escritores fronterizos se complacen en esa
denominación de origen, convirtiéndose
en especímenes para los sociólogos (en
su biografía, en sus bodrios), pero con
un casi nulo valor literario en esa mierda
que vomitan y que ellos llaman novelas o LA FRONTERA
cuentos. Estoy diciendo que navegan con
esa bandera y que se presentan en todos
los congresos, ferias del libro y tertulias, sin A mí me gusta más estar
otra cosa qué ofrecer. Ocurrió lo mismo en la frontera, porque la gente es más
con los cubanos y los brasileños –pero a sencilla y más sincera, me gusta como
nivel sexual– entre las americanas rubias, se divierten, como llevan, la vida alegre,
a las que de pronto dejaron de gustarles positiva y sin problemas.
los mexicanos y entendieron que el latino Aquí es todo diferente, todo,
sabroso no era aquel moreno que gustaba todo, es diferente, en la frontera, en la
de las rancheras, sino el caribe y en general frontera, en la frontera.
el de descendencia afro, puertorriqueña A mí me gusta más estar en
incluida. Y así como los cubanos y demás la frontera, porque la gente es más feliz
se empeñan en explotar su acento y su y siempre espera, vivir mejor, estar mejor
baile e inventar historias fabulosas que y se supera. Y todo logran porque aquí
les ocurrieron cuando todavía vivían en la gente es buena.
sus tierras natales, con el sólo fin de meter Aquí es todo es diferente,
la pinga lo más posible cuando están en todo, todo es diferente, en la frontera, en
Norteamérica; así, el escritor fronterizo se la frontera, en la frontera. ¡Ah!
presenta como un tigre dientes de sable La gente no se mete en lo que
que se considera valioso por su exotismo, no le importa, todo respetan cada quien
olvidándosele que primero debe aprender vive su vida, lo más hermoso de la gente
a escribir. Por lo mismo este asunto de en la frontera, es que la gente cada vez
disertar largamente sobre la frontera: es más unida.
cada nuevo documento (mal escrito) le Etcétera...
asegura una invitación en el siguiente
acto por venir. Aunque existen plumas
dignas por estos lares, a la mayoría de los -Juan Gabriel
escritores fronterizos nos hace falta técnica
y originalidad, y aquí surge el quid del
asunto: yo no quería repetirme y deseaba Acusar a Juan Gabriel de
no caer en los males que ya anuncio. Sin mentiroso por su canción “La frontera”
embargo decidí escribir sobre la frontera me parece demasiado porque ha cantado
porque le dije a la escritora argentina cosas como las siguientes: “Una mujer
Georgina Rôo , que lo haría. rechazada es más peligrosa que un animal
salvaje ”, pero sí puedo señalarlo de ser
parcial. Por supuesto que la letra es una
invitación a ver la vida a través de
la puerta de cantina de un antro
fronterizo donde un jotito baila
música disco, con las nalgas bien
paradas, sin importarle el qué dirán,
primera ventaja sustancial del límite
entre México y los Estados Unidos
respecto al resto de poblaciones del
país: en especial las rurales, que ya
las ciudades, son otra cosa. Este gay
retro de la melodía por supuesto que
no lee los periódicos ni tiene grandes
problemas en la existencia. Anda en
la veintena y lo único que le importa
es que esa última parte siempre se
respete: “La gente no se mete en lo
que no le importa, todo respetan cada
quien vive su vida”. ¿Para qué meterse
en complicaciones? En la frontera
todos somos alegres, trabajadores y
dejamos que la gente haga de su culo
un papalote.
Mi visión de ella es distinta,
of course. a

__________
1 La escritora ni me conoce. Nada más
porque la leí, miré una foto de ella y se me
hizo guapa le mando correos buscando
llamar su atención.
2 “La gitana”.
autores
atemporales
cinco
useless
idea
Genova Italia. Se define como un ser creativo, ecléctico
proveniente del espíritu Punk. Useless Idea es su nombre artístico
o seudónimo. Lleva 15 años practicando Arte Callejero. Ha
participado en diversos encuentros y eventos culturales de gran
importancia, entre los que se encuentran: EVES 2006. Loggia
Piazza Benches/Genova. STREET ART/SWEET ART. 7
PAC//March/2007/Milan. EVES STREET CINEMA. MUMA
Museum/23/February/2007/Genova. FABRICA NOTES
BOOK/2006. Extension conceived from Fabrica and exposed to
the center Pompidou to Paris in October 2006. FABRICA NOTES
BOOK/2007 Mobile extension debut in Italy, Triennial Milan/
from the 5 june to the 15 July 2007.

ivonne g.
ledesma
Torreón Coahuila, México. 1979. Poeta. Representante de “Alforja,
revista de poesía” en Torreón. Ha publicado su poesía en varias
revistas impresas y electrónicas. Participa en las antologías “Mujeres
poetas en el País de las Nubes” (2005) y “Conjuro de luces” (2006),
además de “Voces sin fronteras” (Canadá 2006, Éditions Alondras).
Ha participado en varios encuentros de poesía y expuesto fotografía
en varias muestras colectivas. Fue becaria del FECAC en la emisión
2005-2006, en la categoría de Jóvenes Creadores. Fundadora de
Nit, revista-tríptico de poesía que se publica mensualmente desde
2003, y miembro del colectivo del mismo nombre, con quien realiza
periódicamente lecturas de poesía musicalizadas.

rafael rodríguez
victoria
Ciudad de México. 1983. Actualmente estudia la licenciatura en
Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Autónoma de
México.

luis ángel o.
vázquez
También conocido como Cadáver Muerto. Egresado de la
licenciatura en Literaturas Hispánicas por la Universidad de
Sonora. Cinéfilo y hedonista libertario postestructuralista, defensor y
predicador del cunnilingus y la canabis, Pumas de corazón. Publicó
el libro de poesía y minificción Palabras menores: un intento desesperado
por hacer Literatura. También documentalista sin recursos y director
frustrado de películas porno, además, amante y promotor de la
contracultura.
andrés fabián
valdés
Uruguay.1978. Actualmente reside en Argentina. Egresado como
publicista gráfico en Escuela de Artes y Artesanías “Dr. Pedro
Figari”. Seleccionado en el VIII Certamen Internacional de Poesía
y Narrativa Breve; Editorial de los Cuatro Vientos. Colaborador de
la revista de arte Vademécum. Participa como miembro en Planeta
SF. Ha publicado en las revistas digitales Azul@rte, Esperando a
Godot, La Tecl@ Eñe y Marca Acme.

silvia
favaretto
Venecia Italia. 1977. Ha obtenido el primer premio en el concurso
de poesía INVES (Palermo, 1998), el de Cuentos Infantiles
VALLE SENIO (Riolo Terme, 1999), y el certamen de videopoesía
“Giuseppe Malattia della Vallata” (Barcis, 2002 y 2003) con
el cineasta Christian Panebianco. Ha publicado en 2002 en
Colombia su primer libro de poemas bilingüe “La carne del tiempo”.
También ha publicado el poemario bilingüe “La tetra santità e il
variopinto orrore” (2003), el ensayo “Narrative femminili cubane tra mito e
realtà” (2003), el cuento infantil “La mariposa Rossella” (2002) y el cd
“Veneziaires Multiverso” con Silvia Longhoni (2004) y el hipertexto
“El sacrificio de la mar”. Graduada en la Facultad de Lenguas y
Literaturas Extranjeras, actualmente vive y trabaja de intérprete y
profesora en Venecia dedicándose a la realización de videopoemas
y a la investigación literaria.

gabriel
valtierra
San Luis Río Colorado Sonora, México. Aquello conocido como
Gabriel Valtierra nace en los setenta dentro de uno de los tres
cráteres principales de la reserva de la biósfera conocida como el
Pinacate, en territorio sonorense. Su madre, una artista, buscaba
un lugar original para parirlo, para ello contaba solamente con la
ayuda de un chamán, un pliego de periódico y una mochila para
cargarlo de regreso.
Casi cagado desde lo alto de un cráter, Valtierra esquivó a la
muerte cuando atrapado por las garras de un águila piadosa, ésta
le salvo de impactarse contra los restos de una nave espacial en el
fondo del abismo. Hoy Gabriel Valtierra promete convertirse en
un gran escritor, cosa que parece, seguirá prometiendo.

javier
sánchez
Ciudad de México. 1980. Está por concluir la Licenciatura en
Comunicación Visual. Idealista y soñador. Desde que tiene memoria
se empeña en escribir simplemente por el placer de hacerlo y quizá
unos 4 años atrás descubrió la fotografía como medio de expresión.
Cuenta con 2 sitios web para desahogar estas inquietudes: www.
javierese.com y www.cieloraso.org. Actualmente busca la manera de
sustentarse a través de alguna actividad que las involucre.

También podría gustarte