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TU AMOR CRUCIFICADO Eramos an nios cuando supimos de tu amor y decidimos seguirte.

Han pasado muchos aos y aqu seguimos, Seor, en el camino. Desde el comienzo nos conmovi tu amor crucificado. All supimos que t no eres un Dios impasible y lejano; por liberarnos diste tu vida, tu amor no es regalo de rico que no cuesta nada. Al ver a Jess ajusticiado supimos de golpe que el mundo no marcha bien. Jess en el suplicio se convirti desde entonces en la gran pregunta. Vindole llegamos a sospechar que nuestra felicidad no expresaba la verdad de la vida. Mirndole morir de tan mala manera comprendimos que nuestra existencia no poda limitarse a cumplir los deberes que asigna la sociedad viviendo con todos en paz. Si a ti te condenaron por qu a nosotros nos honran los amos del mundo? Acaso se han convertido y buscan la justicia por la que t diste la vida? O somos nosotros quienes nos convertimos en sus servidores? Tu amor nos empuj a salir de nuestra casa, dejamos el camino habitual para encontrarnos contigo en los pobres; quisimos sencillamente ayudar. Poco a poco comprendimos que el amor es entre iguales y tuvimos que elegir; habamos descubierto un tesoro y no nos pes venderlo todo para comprarlo. Entonces nos nacieron nuevos ojos: el mundo de los pobres no era la orilla de la ciudad; los pobres son los pilares invisibles que la sostienen, los pobres son las manos que nos mantienen, los pobres son en realidad los oprimidos. Habamos descubierto la miseria de nuestra grandeza, ese era el pecado del mundo: nunca fuimos bienhechores, siempre fuimos ladrones o cmplices. Entonces dejamos la ofrenda ante el altar y corrimos a reconciliarnos con ellos. Comprendimos que el pueblo era el cordero que carga el pecado del mundo; slo l podr convertirse en el cordero de Dios que quita el pecado del mundo y en su lucha el Prncipe de este Mundo es arrojado fuera. Eramos an nios cuando supimos de tu amor y decidimos seguirte. Aqu seguimos, Seor. Ahora sabemos del bien y del mal. No somos justos que te piden recompensa, somos los pecadores que necesitan perdn. Desde el comienzo nos conmovi tu amor crucificado. Ahora estamos metidos en su camino histrico de muerte y resurreccin.
Pedro Trigo sj SALMOS DE VIDA Y FIDELIDAD Oraciones desde el compromiso por la liberacin

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