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SALA DE ESPERA.
“Es normal que el vendedor tenga que esperar antes de ser recibido. No es
frecuente que llegando a la cita lo reciban de inmediato. Sin embargo, es
común que se impaciente al ver que el tiempo corre y no hay señales de que
vaya a ser atendido. La consulta frecuente del reloj, dar vueltas de un lado para
otro, preguntar a la secretaria a qué hora va a ser recibido, son cosas que
influyen negativamente en el ánimo del vendedor y en su imagen ante la
empresa que visita”, dice Rogelio Sotomayor, representante de seguros en
Grupo Nacional Provincial.
Lo conveniente, una vez transcurrido la espera sin haber sido recibido, será
que en ese mismo momento tramite otra cita. Haber llegado puntualmente y
haber esperado lo pone en ventaja en ese momento. Es la oportunidad ideal
para solicitar un nuevo espacio.
CARA A CARA
Una vez que el vendedor está frente al prospecto, este último seguramente le
ofrecerá un café. No existe una norma en cuanto a si debe aceptar o no, pero
sepa que si lo hace tiene la oportunidad de alargar la entrevista.
“Lo peor que puede hacer un vendedor al momento de una entrevista es tener
en la mente la comisión que va a recibir si obtiene un buen pedido. Esto le
podrá llevar al fracaso, porque al tener la mente ocupada en una cosa que no
es conseguir la venta habrá de perder detalles de lo que está tratando, otro
aspecto que provocará que se muestre nervioso e irritado ante el temor de no
obtener resultados positivos”, señala Vega.
Es difícil encontrar ese lado en todas partes, lo común es que tenga que
sentarse enfrente del prospecto. Si se trata de una mesa y hay que hablar con
dos o más personas el lugar idóneo sería la cabecera, con el fin de dominar el
auditorio.
El vendedor deberá respetar los puntos de vista del prospecto, adoptando una
actitud respetuosa y abierta frente a las ideas que exponga.
Debe conocer a fondo su personalidad para que pueda distinguir entre sus
experiencias y sentimiento y los de su prospecto a fin de evitar verse influido
por éste.
“Cuando hemos realizado una venta debemos pedirle a nuestro prospecto que
nos dé los datos de algunos de sus amigos o conocidos que se puedan
interesar en lo nuestro”, explica. Le pediremos su autorización para utilizar su
nombre como referencia y cuando busquemos al nuevo prospecto quizá nos
ayude el referirnos diciendo que hablamos de parte de su amigo “fulano de tal”.
Si logra hacer que cada prospecto lo recomiende con otros conocidos, pronto
podrá extender una cadena de buenos prospectos.
Existen varios métodos que le pueden ayudar a dominar el teléfono. Todo está
en saber usar las palabras adecuadas. Una frase mal empleada puede costar
la venta.
Considere que el tiempo disponible es muy breve. Evite decir que se trata de
una encuesta para luego valernos de eso para querer venderle algo, porque
puede molestar a la gente. Se trata de hacerle hablar de tal manera que nos
pueda decir cuál es su problemática en lo referente a su producto o servicio.
Ordene la información de su guión, dice Dense Plascencia, consultora de
programas de Telemarketing quien después de haber sido Televendedora
durante 8 años, es una fiel convencida de los guiones: “Te va marcando el
camino que debes seguir para convencer”, dice. Tenga un texto general, el cual
irá adecuando a cada prospecto. Empiece por un breve saludo y pase
inmediatamente a captar su atención.
Platique rápidamente lo que puede hacer por él o ella, dele tiempo para
comentarios o preguntas. En ese momento deberá despertar su interés y su
deseo por saber más. “No olvide dirigirse al prospecto por su nombre y hablarle
de usted”, advierte Plascencia.
No los deje a la espera. “Con esto, seguro nos colgarán la llamada”, dice
Plascencia. Tenga todo su material a la mano para poder responder a cualquier
pregunta de manera inmediata. Si hay algo que verdaderamente no pueda
responder con exactitud, prometa investigarlo y regresarle la llamada. Y cuando
lo haya hecho, vuélvale a llamar.
SIEMPRE…
NUNCA…
Ahí viene el supervendedor, ese ser fantástico que incrementa las ventas en un
día, detiene quejas del prospecto con la rapidez del rayo y despliega más
energía que varios vendedores juntos. De estatura heroica, es el gurú de la
tierra prometida del capitalismo y el paradigma para todos los demás
vendedores.