"El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le
temen, y los defiende."1 Texto bíblico del libro de los Salmos, del que seguramente hemos escuchado mucho. Pero, ¿qué significa este pensamiento para mí? Hace algunos años mientras dirigía un club de conquistadores, decidimos salir un fin de semana a acampar. Elegimos un sitio en el estado de Morelos, un lugar agradable, aislado, junto a un río; y disfrutamos de tres días especiales e inolvidables. Ese domingo al regresar a la ciudad de México, después de caminar un rato sentimos mucha sed. Nos detuvimos en una casa a solicitar un poco de agua, nos atendió una señora muy amable. Después de conversar unos momentos acerca de quienes éramos y que hacíamos, le comentamos nuestra reciente experiencia. Nos miró sorprendida, y preguntó si no nos había sucedido algo en ese lugar. No, le respondí, y nos explicó que en ese lugar frecuentemente acudían grupos de vándalos a divertirse y hacer sus fechorías, lo que lo había convertido en un lugar sumamente peligroso. Sin saber, estuvimos tres días expuestos a un gran peligro, pero sin duda "el ángel de Jehová" nos protegió. ¿Cómo actúa la protección de Dios? Dios tiene algo conocido como área de protección. Mientras estemos dentro de esa área, nos encontramos seguros. En el momento en que voluntariamente traspasamos los límites de ese círculo, estamos Peligro en peligro. Permítanme ilustrarlo de la siguiente manera: En los andenes del metro (tren subterráneo), antes del túnel donde están colocadas las vías, hay unas líneas amarillas dibujadas en el piso. Mientras estamos detrás de esas líneas, nos encontramos seguros, pero en el momento en que las rebasamos, estamos en Zona peligro. El tren puede aventarnos, podemos protecto resbalar y caer en las vías o alguien por accidente ra puede empujarnos. de Dios No es posible pedir la protección de Dios mientras Segurid manejamos a una velocidad de 150 kilómetros por ad hora en una zona de curvas. Él promete ayuda y cuidado en tanto nosotros estemos dentro de su círculo protector. Una escritora cristiana dijo: "Los ángeles de los atrios celestes acompañan los pasos de aquellos que vayan y vengan a la orden Peligro de Dios." 2
Todos hemos escuchado que tenemos un ángel guardián.
Este ángel guardián vigila nuestros pasos y nos protege de todo peligro, es el emisario de Dios para vigilar nuestro bienestar. Yo personalmente he sido cuidado de muchos peligros; de algunos me he dado cuenta, otros ni siquiera pasan por mi mente. Anhelo ese momento glorioso de la resurrección, el cuál él mismo ángel me contará todos esos peligros de los que he sido librado. Como lo describe la autora antes referida: "¡Que sensación le producirá conversar con el ángel que fue su guardián desde el primer momento; que vigiló sus pasos y cubrió su cabeza en el día de peligro; que estuvo con él en el valle de la sombra y el Peligro muerte, que señaló su lugar de descanso, que fue el primero en saludarle en la mañana de la resurrección, y conocer por medio de él la historia de la interposición divina en la vida individual, de la cooperación celestial en todo trabajo a favor de la humanidad!" 3 Yo he decidido colocarme dentro del área de protección de Dios y gozar de ese maravilloso momento, ¿y tú?. 1. Salmo 34:7 2. Deseado de todas las Gentes, pág. 32 3. La Educación, pág. 305 Preparado por el Ptr. Jorge García Pastor del Distrito de Ramos Millán CD. México DF