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La Digitalización del libro se hizo con la autorización del autor, que en gran amor nos ofrece la
oportunidad de llevar este material al internet, pues no ha sido posible reeditarlo; y en este tiempo tan
importante que el planeta entero está pasando de verdaderos cambios espirituales, es necesario contar
con este tipo de material que sea una verdadera guía para apoyar nuestro Despertar. Mil bendiciones
para Antonio Velasco Piña, se que más de alguna persona apoyará que se reedite material tan valioso
como el que este autor nos ofrece y todos salgamos beneficiados del esfuerzo de seres tan llenos de luz
que se dedican a este hermoso servicio.
Con todo mi amor:
Angy Bahl
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ANTONIO VELASCO PIÑA
HOMBRES
QUE QUIEREN SER
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Índice
3
Prólogo
De Laura Esquivel
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disciplina propia del oficio, descubría voces sutiles que siempre sabían
sacarme de los aprietos de no saber cómo, hacia dónde continuar, o
cómo rematar una situación o la trayectoria de un personaje. Pensé que
esto debía ser un proceso parecido al que ocurre cuando un aparato de
radio se pone en la frecuencia indicada para recibir las ondas emitidas
por una estación, que debía de ser un proceso de comunicación por
medio de vibraciones. Cuando veía la televisión, me sentía igualmente
fascinada. ¿Cómo era posible que esos cuerpos aparecieran a la
distancia y con toda nitidez? Y si se podía viajar en el espacio, ¿no sería
posible también transportarse en el tiempo?
Ahora, otro muy querido amigo, Antonio Velasco Pina, nos permite
penetrar en la historia personal de Jorge Berroa, un médium con
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cualidades excepcionales, dotado de un aparato receptor capaz de
recibir las vibraciones emitidas por seres que nos precedieron. Solo con
una sensibilidad como la de Jorge es posible captar las sutiles
vibraciones que pertenecen a planos superiores de conciencia para
hacerlas presentes en este plano de realidad. Los consejos de don
Antonio contienen tal carga de sabiduría y verdad que inspiran un estado
de paz y de fortaleza interior a cualquier persona que tiene algún
contacto con ellos. Antonio Velasco Pina consigue en este libro una
narración tan atractiva e interesante que no nos es posible hacerla a un
lado hasta que la damos por terminada. Este libro ha sido escrito para
todos aquellos que saben que un aparato puede recibir señales de una
estación radiodifusora o de un televisor y convertirlas en voces y en
imágenes cercanas. Este libro fue escrito para aquellos que pueden
aceptar que en este universo todo vibra, la luz, el sonido, los astros, las
piedras, y que existen seres como Jorge Berroa que son capaces de
captar y transformar esas vibraciones en voces que trabajan para lograr
el bienestar y provecho de todos los seres humanos.
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1
Una isla y un niño
C
UANDO en la mañana del día 28 de octubre de 1492 Cristóbal
Colón avistó las playas de Cuba, creyó que al fin había arribado a
las costas de China, a las que los europeos de entonces llamaban
Cipango. Acto seguido el almirante redactó una larga carta dirigida al Gran
Khan, informándolo de su llegada al continente asiático y haciendo de su
conocimiento el deseo de los monarcas españoles de establecer lazos
comerciales con los países del Extremo Oriente.
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Sus nombres eran Rodrigo de Ayamante y Luis Torres, este último era de origen judío y hablaba
algo de chino, por lo que Cristóbal Colón consideró que podría darse a entender cuando se encontrase
frente a los digna-taros del Celeste Imperio.
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indirectamente ha tenido Cuba en varias ocasiones sobrepasa con mucho
lo que podría esperarse juzgando tan solo su limitada extensión geográfica
y reducido poderío económico. En 1898 se libra en la isla una guerra entre
España y los Estados Unidos. Fue la victoria alcanzada por los
norteamericanos en esta contienda la que les otorgó el reconocimiento de
potencia a nivel mundial. En 1962, la instalación de misiles soviéticos en
Cuba generó un conflicto con los Estados Unidos que llevó al borde de
una guerra nuclear, y con esta, de una factible extinción de la especie
humana en una hoguera nuclear. Durante varias décadas de la segunda
mitad del siglo xx, los movimientos revolucionarios que tuvieron lugar en
muchas partes de África y de Latinoamérica contaron con el apoyo militar
del Gobierno cubano.
Así como Cuba posee la bien ganada fama de generar un elevado número
de excelentes atletas, tiene también la no muy conocida singularidad de
ser la cuna de numerosos médiums. Los testimonios de la existencia de
seres que pueden comunicarse con personas ya fallecidas abundan en la
historia. En los anales de la Grecia clásica son de sobra conocidas las
referencias a los denominados oráculos o augures, que -entre otras cosas
tenían la función de servir de enlace entre vivos y muertos. En la religión
católica son numerosos los casos de santos que, de alguna manera, han
recibido mensajes del más allá, basta tan solo con recordar el caso de
Juana de Arco, quien dialogaba cotidianamente con los espíritus de Santa
Margarita y Santa Catalina. El hecho de que por cada auténtico médium
existan muchos centenares de charlatanes y de simples orates, no invalida
en nada la realidad, reiteradamente confirmada a lo largo de la historia, de
que hay personas que poseen la extraña facultad de poder ver y hablar
con quienes ya han fallecido.
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Jorge Berroa del Río. El hogar del recién nacido era de modesta clase
media y estaba integrado por su padre, el ingeniero mecánico Agustín
Berroa Benítez; su madre, la señora Sara del Río Álvarez, y su hermana,
la niña Miriam Alicia Berroa del Río.
No pasó mucho tiempo sin que el niño Jorge descubriese que él también
poseía una innata disposición para observar y sentir cosas que resultaban
imperceptibles para los demás. Comúnmente eran tan solo fugaces
apreciaciones de colores y sonidos, pero había veces en que advertía la
presencia de entidades no físicas, sin que le resultase posible establecer
con ellas alguna forma de comunicación. Se abstuvo de comentar con
nadie sus percepciones extrasensoriales, ni siquiera con su madre. Algo
en su interior le decía que aún no era llegado el momento de vivir a un
mismo tiempo en dos mundos que presentía eran del todo diferentes.
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inertes pedazos de materia flotando en el espacio, sino poderosos seres
dotados de vida y de conciencia, con los cuales, al igual que con los
espíritus, los seres humanos podían tener alguna forma de comunicación.
¿Cuándo sería esto posible para él? Aun sin saberlo a ciencia cierta,
presentía que ese momento estaba por llegar.
***
Era un día domingo, Jorge efectuó un mañanero paseo por el Castillo del
Morro, luego deambuló largamente por el malecón, observando el
continuo desfile de guapas jovencitas y escuchando las melodiosas voces
de los pregoneros que vendían bolsas de maní. Al mediodía retorno a su
casa a comer para después dirigirse al parque Mariana Grajales (2), lugar
de reunión de su grupo de amigos. Ahí estaban ya Mario Delgado,
Armando Cordero y José Aguilar, tres de los más osados e ingeniosos
alumnos del Instituto.
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Mariana Grajales fue la madre de varios importantes héroes de la Guerra de Independencia cubana.
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les ganó a todos. Silbando la tonada de un cha cha cha de moda, Jorge
iba caminando rumbo a su casa cuando se dio la conexión que llevaba
tanto tiempo esperando. Esta vez no fueron aisladas voces ni frases
incoherentes, sino un mensaje claro y preciso que resonó en el interior de
su cerebro indicándole una acción concreta a realizar: debía inscribirse
como participante en el programa de preguntas que estaba por iniciarse
en la estación de televisión C.M.Q. El tema en que debía concursar era la
vida y la obra de Ludwig van Beethoven.
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2
Beethoven toma
la palabra
E
VARISTO FIGUEROA, el encargado de la selección de
concursantes al nuevo programa-de la C.M.Q., observó con
escrutadora y desconfiada mirada a la persona que tomaba asiento
frente a su escritorio. Se trataba de un joven mulato de unos 19 años de
edad, alto, de recia musculatura y firmes facciones, cuya chispeante
mirada ponía de manifiesto una inquieta y vivaz inteligencia. El señor
Figueroa no pudo ocultar su sorpresa al leer cuál era el tema escogido por
el joven para tomar parte en el concurso.
—Está bien —concluyó—, ven el próximo viernes a las nueve para que te
hagan una prueba con preguntas sencillas sobre ese tema; si la pasas, te
pongo en la lista de concursantes.
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El joven concursante inició su participación televisiva en el estreno mismo
del programa «Esta Noche en C.M.Q.*. El conductor del evento era el
conocido locutor Germán Pinelli, personaje dotado de recia e inconfundible
voz, así como de una desbordante locuacidad y de una gran simpatía. El
programa tenía lugar todos los miércoles a las 10 de la noche, y en cada
ocasión, si el participante respondía adecuadamente a las preguntas que
se le formulaban, decidía entre retirar el dinero que ya había ganado o
seguir concursando, sobre la base de que lo mismo podía doblar sus
ganancias que perder todo lo obtenido.
Acto seguido el rostro del concursante reflejó una extraña expresión, como
si estuviese haciendo un esfuerzo para prestar atención a lejanas voces
de las cuales era tan solo una especie de eco. Primero lentamente y con
vacilante acento, pero luego con gran fluidez y seguridad, comenzó a
disertar sobre los sentimientos que habían inspirado la creación de la
sonata de la que se acababan de escuchar algunas notas. Era una obra
musical que reflejaba las encontradas emociones de un hombre que
amaba apasionada y desesperadamente a una mujer, pero que no se
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atrevía a manifestarle abiertamente a esta sus sentimientos, pues
consideraba que su amor tenía tan elevado grado de sublime
espiritualidad que jamás podría alcanzar su plenitud en el plano terrenal y
material, ya que cuanto acontece en este está sujeto a cambios y es
perecedero.
El locutor Pinelli sabía muy bien que la participación del concursante había
rebasado con mucho la duración del tiempo que para él se tenía prevista,
pero no solo se abstuvo de interrumpir su exposición, sino que al concluir
esta pidió que se transmitiese nuevamente un fragmento de la sonata en
cuestión. Así se hizo, y esto fue causa de imprevisibles consecuencias. La
inmediata y primera fue el llanto que al escuchar la música se generó en
buena parte del auditorio presente en el salón de actos del estudio. Otro
tanto ocurría en numerosos televidentes que en muy distintas partes de la
isla habían presenciado el programa a través de sus pantallas. Y es que
aquella música expresaba de forma insuperable la aspiración de poseer
un amor de carácter eterno que subyace en lo más profundo del alma
humana.
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que se abordaban la vida y la obra de Beethoven. Y es que un gran
número de personas habían descubierto que ellas también podían sentir y
vibrar con las notas de un músico cuyo nombre tan solo había significado
hasta entonces el de alguien famoso, pero al que habían considerado
distante y desconectado de su realidad y sentimientos.
La noche del gran premio y, por tanto, de la final del concurso tuvo lugar el
27 de agosto de 1957. Una gran expectación prevalecía en las casas de
incontables televidentes que desde hacía varias semanas seguían con
gran interés el desarrollo del concurso. En esta ocasión las preguntas
estuvieron centradas en varias cuestiones relativas a distintas partes de la
Tercera Sinfonía de Beethoven, la denominada Heroica.
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combatiendo en las filas republicanas. Al instaurarse la dictadura de
Francisco Franco en la Península Ibérica, el joven Méndez se había visto
obligado a refugiarse en Francia. Ahí le había sorprendido el estallido de la
Segunda Guerra Mundial, con la consiguiente ocupación del país galo por
los ejércitos germanos. Decidido defensor de los ideales de justicia y
libertad, Méndez había ingresado en las filas de la Resistencia Francesa y
llevado a cabo riesgosas operaciones en contra de los invasores. En una
de ellas fue capturado y sometido a crueles torturas que lo dejaron
paralítico e inválido de por vida. Una vez liberado del campo de
concentración y concluida la guerra, se trasladó a Cuba, en donde vivían
algunos de sus familiares. Estos lo acogieron y dieron manutención, pero
quedó prácticamente marginado del mundo, solo y aislado en una
pequeña y calurosa habitación, en donde veía transcurrir el tiempo y
crecer su amargura, sin otro entretenimiento que el de escuchar por la
radio programas de música clásica de la que se había vuelto gran
aficionado.
1«Aquí Londres.»
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En la transmisión de la estación inglesa se utilizaban diferentes idiomas
con miras a difundir valiosa información para quienes luchaban contra la
tiranía de Hitler. El señor Méndez comprendía ahora que lo que había
generado
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3
Iniciando el ascenso
L
A NOCHE EN QUE Jorge Berroa recibiera por vez primera un claro
mensaje del más allá representó un auténtico parteaguas en su vida.
Al escuchar una voz indicándole que se inscribiese para participar en
un concurso de televisión sobre Beethoven, el joven decidió actuar con
gran reserva y cautela. Para empezar, quiso saber quién estaba comu-
nicándose con él. Al escuchar la respuesta de que era el propio Beethoven
quien le hablaba, Berroa cuestionó la veracidad de semejante afirmación,
alegando que el músico alemán no sabía español, y, por tanto, difícilmente
podía su espíritu estar haciendo uso de este idioma.
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se implantó en la conciencia de este y habló directamente, dando toda
clase de explicaciones sobre los motivos y propósitos que le habían
guiado al crear su prodigiosa música. El éxito del concursante y del
programa había sido rotundo.
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Guidado por intuiciones que surgían de lo más profundo de su ser y que
percibía cada vez con mayor certeza, Jorge resolvió que a los estudios
encaminados a formarse como pianista y compositor debía añadir otros
que le permitiesen iniciarse en la comprensión de las ideas elaboradas por
los más destacados pensadores que ha tenido la humanidad. Para lograr
este propósito se inscribió en la Escuela de Filosofía y Letras de la
Universidad de La Habana. Con gran dedicación, comenzó a estudiar el
pensamiento de los grandes filósofos de la Historia, desde los griegos
hasta los filósofos alemanes del siglo XIX.
—Te has tardado en llegar —afirmó la mujer con amable voz, no exenta de
cierto acento de reproche—. Te he estado esperando desde que te vi
concursar en televisión, conozco cuál es tu naturaleza, el don latente que
posees y que si lo desarrollas te permitirá comunicarte con quienes nos
han precedido en el tiempo. Si aceptas o no este don, es tu
responsabilidad, algo que solo tú puedes decidir, como también será
únicamente tuya la decisión respecto a la forma de hacer uso de ese
privilegio que te fue otorgado por la Providencia Divina. Yo solo podría
ayudarte a despertar tus aptitudes, si es que te comprometes desde un
principio a utilizarlas, no para una vanagloria o enriquecimiento personal,
sino para ayudar a los demás a encender su luz interior y a encontrar su
camino.
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Se inició el diálogo. Berroa habló largamente, relatando por vez primera
las distintas vivencias que había tenido en su hasta entonces intermitente
proceso de comunicación con los planos invisibles. Sus primeras
impresiones infantiles al sentirse rodeado de inmateriales presencias. Las
fugaces visiones de colores sin forma y la audición de voces remotas e
incoherentes. El ir percibiendo siluetas de seres transparentes con
características diferentes, y, finalmente, la clara percepción de la voz de
Beethoven, indicándole primero lo que tenía que contestar y respondiendo
luego directamente a través de él a las preguntas del concurso.
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Doña Esther concluyó afirmando que el camino para llega a ser un
auténtico médium era difícil y requería de una gran tenacidad y espíritu de
sacrificio. El hecho de que alguien como Beethoven hubiese utilizado el
conducto de Jorge para manifestarse, demostraba que este poseía las
cualidades necesarias para servir como transmisor de elevados espíritus
en forma permanente y no puramente ocasional; pero para ello se
requería de un previo proceso de aprendizaje y de la práctica de rigurosas
disciplinas. ¿Estaba dispuesto a ello?
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Dos revoluciones
E
L 8 DE ENERO DE 1959 el ejército rebelde que comandaba Fidel
Castro entró en La Habana. Los antecedentes de esta victoria se
remontaban al 26 de julio de 1953, fecha en que ciento sesenta
jóvenes cubanos, hastiados de la corrupción del Gobierno de Fulgencio
Batista, habían intentado tomar por asalto el cuartel Moneada, situado en
las cercanías de la ciudad de Santiago. La operación resultó un desastre.
La mayor parte de los jóvenes fueron muertos y el resto capturados, entre
ellos Fidel, el cual fue posteriormente amnistiado y se trasladó a México,
en donde junto con un pequeño grupo de exiliados cubanos y de un joven
doctor argentino —el Che Guevara— se sometió a un intenso
entrenamiento militar, impartido por un ex general republicano español, en
los bosques próximos a la comunidad de Chalco en el estado de México.
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rebeldes consideraban a cada nuevo amanecer que muy posiblemente
este sería el último que verían. Fue después de transcurrido un año y
algunos meses cuando se produjo el milagro. Un cambio inexplicable y
misterioso comenzó a operarse en el inconsciente colectivo de los
habitantes de la isla. La indiferencia y el temor que prevalecía en lo
referente a cuestiones políticas, fue siendo sustituidos por un creciente
sentimiento de rebeldía en núcleos de población cada vez mayores. Los
mismos campesinos, que hasta hacía poco delataban la presencia del
grupo rebelde, le proporcionaban ahora toda clase de ayuda. En las
ciudades aumentaban día con día las células subversivas de apoyo al
movimiento armado, el cual veía engrosar sus filas de voluntarios a una
velocidad que superaba a su capacidad para organizarlos. Transmitidas
con gran frecuencia por las estaciones de radio, inundaban el aire las
notas de dos conocidas sinfonías de Beethoven la Tercera y la Quinta.
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país un territorio que le había sido arrebatado injustamente. Fueron
derrotados y el hecho no produjo ninguna reacción de apoyo a los
estudiantes. Algo del todo semejante ocurriría en muy distintas partes del
continente americano durante los años siguientes. Los grupos de jóvenes
que se alzaban en armas y se iban a las montañas eran exterminados y su
memoria caía muy pronto en el más completo olvido.
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imposible predecir cuál será el rumbo que tomará Cuba en los próximos
años, sí es factible, en cambio, tratar de evaluar cuál ha sido la enseñanza
aportada tanto por el evento en sí mismo de la Revolución Cubana, como
por los intentos de exportar esta a otros países. Una primera conclusión es
que ningún movimiento de rebelión puede tener éxito si no cuenta con el
apoyo mayoritario de los habitantes de un país, y que el hecho de que en
un determinado tiempo y lugar se produzca ese generalizado sentimiento
de rebelión que constituye la esencia de toda auténtica revolución, no es
algo que pueda lograrse por medios meramente humanos, sino que
requiere de la intervención de seres y fuerzas provenientes de planos
superiores al nivel de materialidad en que nos encontramos. Una segunda
conclusión es que, sin pretender negar los logros alcanzados por la
Revolución Cubana —entre los cuales no es el menor el de no haber
sucumbido ante las agresiones y el incesante acoso del Gobierno
norteamericano—, de ninguna manera puede afirmarse que dicha
Revolución haya alcanzado las elevadas metas de bienestar, justicia y
libertad que se propusiera en su origen. Finalmente, un desapasionado
análisis de la experiencia cubana lleva a una tercera conclusión. Las
revoluciones armadas no producen un cambio radical y permanente de la
condición humana, esto solo se logra a través de una revolución interna y
personal que haga surgir una nueva y superior conciencia.
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Una casa abierta
para todos
C
INCUENTA Y DOS ESCALONES de mármol blanco. Al ir subiendo
las escalinatas que conducían al departamento en que vivía Esther
Gomiz —ubicado en el tercer piso del número 6 de las calles de
Armendárez en la ciudad de La Habana—, Jorge Berroa repasaba
mentalmente la larga serie de preguntas que tenía pensado formular en la
que sería BU primera clase de mediumnidad. Toda una lista de
interrogantes referidas a la forma de ser y de comportarse de los espíritus
que venía haciéndose de mucho tiempo atrás y para las que consideraba
había llegado el tiempo de conocer sus respuestas.
La puerta del departamento estaba abierta, pero Jorge optó por tocar y
aguardar a la entrada. Doña Esther apareció de inmediato, en sus manos
portaba dos grandes escobas.
—Hola chico, pasa; esta casa está abierta" siempre para todos, espíritus o
humanos son bien recibidos. Hoy tenemos mucho trabajo, la casa está
muy sucia por tantas visitas y hay que limpiarla. Ayúdame.
Al tiempo que hablaba, la mujer hizo entrega de una de las escobas y, sin
añadir palabra, empezó a barrer el piso con vigorosos movimientos. Un
tanto desconcertado, Jorge tomó la escoba que se le ofrecía y comenzó a
utilizarla. En realidad no veía la necesidad de limpiar la pieza pues esta no
tenía basura por ningún lado. Una vez que concluyeron de barrer la sala
siguieron por las otras habitaciones del amplio departamento. No había en
esos momentos ninguna otra persona en la casa. Uno de los cuartos
estaba ocupado por un gran piano, y en todas partes se veían montones
de partituras musicales; era, sin duda, el lugar de trabajo de Esther Ferrer,
la amiga y maestra de música de Jorge. Otra de las habitaciones contenía
más de un millar de libros, cuyos títulos indicaban la preferencia de su
dueña por cuanto tuviese que ver con la comunicación con el más allá;
muchos de los ejemplares revelaban una gran rareza y antigüedad. Al
entrar a una amplia y bien iluminada habitación, doña Esther afirmó:
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—Esta es mi recámara.
—En vida se llamó Antonio Cortina. Tomó el nombre de su amo, pues fue
esclavo en una plantación de azúcar en el siglo diecinueve. Su espíritu ha
sido mi maestro y él es quien me guía en todo. Como nunca cobro nada
por los servicios que doy, y la gente se enteró de que a él le gustan mucho
las pipas, de seguida nos las regalan de todas clases.
—Creo que aún está muy sucia la casa, habrá que barrer de nuevo.
Uniendo la acción a la palabra, la impredecible mujer retornó a barrer unos
pisos que lucían impecablemente limpios. Tras unos instantes de
vacilación, Jorge intuyó que tan extraña conducta encerraba quizás el
propósito de transmitirle cierta enseñanza, y sin manifestar ningún reparo
volvió a emplear la escoba con redoblado empeño, procurando ahora no
fijarse más en lo que había en los cuartos, sino mantener centrada toda su
atención en el acto mismo de barrer. No tardó en percibir resultados.
Efectivamente, «algo» había en ciertas partes que permanecía adherido al
piso, no se trataba de algún tipo de basura visible, sino de una especie de
«aire» enrarecido y denso que parecía resistirse a su desalojo.
—Muy bien, chico, vas muy rápido. Toda esta basura son los residuos que
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dejan: las emociones negativas de los espíritus y de los humanos que
entran en la casa. Yo nunca le pido a nadie que venga, pero si lo hace
tampoco me opongo a su entrada. Si hablan, los escucho, y después
resuelvo, basándome en mi experiencia y en las indicaciones de don
Antonio, si debo ignorarlos o si es posible prestarles ayuda; pero hay que
mantener la casa limpia de bajas vibraciones, pues de lo contrario los que
vivimos aquí pronto enfermaríamos. Tengo que hacer unas visitas, así que
te dejo a cargo de terminar la limpieza, estoy segura de que puedes
hacerlo.
Tal y como ocurriera en la primera vez, las siguientes clases de doña
Esther a Jorge —que tendrían lugar dos veces por semana, martes y
jueves— se desarrollarían siempre siguiendo un mismo estilo. No habría
nunca sesiones de preguntas y respuestas ni profundas exposiciones
sobre determinados temas. Simplemente, el discípulo seguía al pie de la
letra las indicaciones de la maestra, realizando tareas muy variadas que
en ocasiones parecían absurdas, pero que indudablemente iban
despertando sus facultades de médium. Además de la práctica y ejercicios
que Berroa efectuaba para ir desarrollando una mayor sensibilidad ante
todo lo existente, su mejor medio de aprendizaje era la sola observación
de la forma de ser y de actuar de doña Esther Gomiz.
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generosidad y sabiduría que poseía el ser que, en vida, había padecido
las penurias inherentes al oprobioso régimen de la esclavitud. Unida a las
mencionadas cualidades destacaba igualmente la de un festivo sentido del
humor, que le llevaba a expresarse siempre con alegre optimismo,
haciendo toda clase de bromas y contagiando a quienes lo escuchaban de
jovialidad y entusiasmo. Don Antonio podía hablar durante horas enteras,
impartiendo por medio de sus cuentos y chistes profundas enseñanzas,
proporcionando astutas soluciones para enredados dilemas y revelando
incluso, en muy contadas circunstancias, mágicos secretos para lograr
hacer frente a obstáculos considerados como humanamente insuperables.
De entre la múltiple variedad de problemas que cotidianamente doña
Esther ayudaba a resolver, había uno que revestía peculiares
características: el de las personas que creían estar o realmente estaban
embrujadas. Muy pronto Jorge aprendió a percibir las notorias diferencias
entre ambos casos. Mientras que las primeras —que constituían la
inmensa mayoría— eran tan solo simples víctimas de su autosugestión,
las segundas padecían los nefastos resultados de algún trabajo de magia
negra efectuado en su contra. Al observar a su maestra combatir los
efectos causados por esta clase de operaciones, Jorge fue cobrando
conciencia del grado de intensidad que tiene en el interior del alma
humana la lucha que se libra en el universo entero entre la luz y las
tinieblas. ¿Cómo podían existir seres poseedores de una perversidad o
inconsciencia capaces de desear e incluso producir en sus semejantes tan
graves daños?
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perforada con numerosos alfileres.
Las expresiones reflejadas en los rostros de los médiums dejaban ver que
estos habían retornado a un estado de percepción ordinaria y que se
encontraban muy satisfechos con la tarea realizada. La mexicana se puso
de pie y, extrayendo de su bolsa de mano un cuchillo y un limón, partió
este en dos mitades, acto seguido exprimió con fuerza el cítrico haciendo
que el jugo cayese sobre la muñeca de trapo, luego dijo:
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La fuente de la luz
M
ÚSICA, FILOSOFÍA Y ESPÍRITUS son una buena combinación
para generar una variada gama de experiencias. Si a ello
añadimos el ambiente revolucionario que permeaba todas las
actividades que tenían lugar en Cuba en la década de los sesenta, es de
concluir que Jorge Berroa no tenía mucho tiempo para aburrirse, y que la
transformación que estaba operándose en su interior se producía en una
forma mucho más radical y acelerada que la que estaba aconteciendo en
las estructuras políticas y socioeconómicas de la isla. No obstante, su
intuición le decía que había algo indeterminado que le impedía avanzar a
su entera satisfacción en las tres actividades a las que consagraba la
totalidad de su tiempo. A pesar de que sus maestros del Conservatorio lo
felicitaban por su rápido aprendizaje de la teoría y la práctica musicales, él
sentía que sus interpretaciones en el piano carecían de la suficiente fuerza
y belleza. Algo semejante le ocurría en lo referente a su inmersión en el
campo del pensamiento, pues se daba cuenta que tan solo alcanzaba a
memorizar y repetir los conceptos elaborados por los filósofos de las
diferentes épocas, pero sin comprender plenamente los alcances y el
auténtico significado de dichos conceptos. Finalmente, y en lo tocante a su
trato con los espíritus, si bien ya le era posible establecer contacto a
voluntad con los planos en los que habitan los desencarnados, tan solo
lograba ver y oír a multitud de espíritus situados en muy bajos niveles de
vibración, sin que le fuese dable establecer directa comunicación con los
que moran en los planos superiores.
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ella y Jorge fue creciendo una amistad cada vez mayor. Nunca dejaban
pasar un día sin mantener largas conversaciones para intercambiar sus
más íntimas confidencias. Sus gustos eran del todo semejantes, lo mismo
en cuestiones musicales que cinematográficas o gastronómicas.
Una mañana del mes de abril de 1961, Jorge Berroa y Raúl Iglesias —otro
de los integrantes del grupo de amigos— caminaban por la calle Galeana
muy cerca del malecón. Su plática versaba sobre el incendio ocurrido la
noche anterior en una casa muy cercana a la que habitaba Raúl, quien
había acudido al presenciar las llamas y con riesgo de quedar atrapado
por el fuego se había saltado la cerca e introducido en la casa para alertar
a sus moradores, los cuales no se habían percatado del peligro que
corrían. Afortunadamente todo había quedado en daños materiales sin
desgracias personales. Jorge opinó que le resultaba incomprensible el que
alguien pudiese no darse cuenta de que se estaba incendiando su casa.
Raúl replicó que el fuego tenía muchas semejanzas con el amor, siendo
una de ellas que en ocasiones los observadores externos se percatan de
su existencia mucho antes de que lo hagan los propios interesados. Una
vez más, Jorge manifestó un criterio del todo contrario al de su amigo.
Este se detuvo, lo observó con burlona sonrisa y afirmó:
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Desvelado y nervioso, Jorge llegó al Conservatorio y se dirigió en
derechura en busca de Carmita. En cuanto la halló, le dijo que tenía que
hablar algo serio con ella, y como ambos sabían que en esos momentos
no había clases en el aula número nueve entraron en esta. Sin mayores
preámbulos, Jorge dio a conocer su descubrimiento de la noche anterior.
Una variada gama de emociones poco usuales en ella parecían dominar a
la joven. Su blanca tez había enrojecido y sus ojos castaños reflejaban
sorpresa y desconcierto. Cuando logró hablar, comenzó diciendo algo que
Jorge ya sabía —que ella nunca había tenido un novio—, y concluyó
pidiendo un plazo de 24 horas para poner en orden sus sentimientos y dar
una respuesta.
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desarrollando un juicio analítico que le permitía distinguir y valorar los
conceptos esenciales de los pensadores de antaño, separando dichos
conceptos de las elucubraciones carentes de permanente validez. Pero
era en el campo de la mediumnidad donde se estaban produciendo los
más importantes avances. Hasta entonces, y salvo el caso excepcional de
lo ocurrido con Beethoven, Berroa solo se percataba de lo que acontecía
en la parte inferior del mundo de los espíritus, e incluso no percibía los
diferentes niveles en que este se subdivide, lo cual hacía que en muchas
ocasiones observase a distintos espíritus ocupando un mismo espacio en
confuso montón. Ahora las cosas habían empezado a cambiar, pues
gradualmente había ido notando que el hecho de que en un mismo
espacio coexistiesen numerosos espíritus no implicaba revoltura alguna,
ya que cada uno se encontraba en diferente nivel, de tal forma que en la
mayoría de los casos ni siquiera eran conscientes de la presencia de otros
seres junto a ellos. Asimismo, había logrado empezar a ver y a oír a los
moradores de niveles más elevados, seres que en vida habían constituido
positivos ejemplos para sus semejantes en muy diversas áreas de
actividad.
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Estas eran algunas de las preguntas que Jorge se hacía y cuyas
respuestas fue conociendo al irse enterando poco a poco del historial de
don Antonio.
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Don Antonio Cortina
A
L INICIARSE EL SIGLO xix, los habitantes de la región costera
atlántica del África Central vivían en un auténtico paraíso. Una
pródiga naturaleza les brindaba gran variedad de frutas y en los
numerosos ríos de la región abundaban toda clase de peces. La
población, dispersa en la larga y angosta franja territorial comprendida
entre las costas y la selva, veía transcurrir su pacífica existencia
completamente ajena a cuanto ocurría en el resto del mundo. 'Su
cosmovisión religiosa era de carácter animista. Se veneraba a los árboles
y a los ríos, al mar y al viento. En forma natural, los niños iban
aprendiendo a establecer comunicación con cuantos seres los rodeaban.
No era inusitado que algunas personas pudiesen calmar las agresivas
intenciones de un leopardo con solo dirigir al felino amables palabras.
Una soleada mañana del mes de mayo de 1803, en las playas habitadas
por la tribu de los Taño, descendieron de dos navíos de enormes velas
unos hombres de rostros endurecidos y cuyos ojos despedían malignos
fulgores. Cerca del lugar del desembarco un grupo de jóvenes negros
semidesnudos observaban con curiosa atención a los recién llegados,
estos se aproximaron con rápidas zancadas y arrojaron sobre los
confiados observadores una enorme y negra red. Varios de los
aprisionados comenzaron a entonar los cánticos con que se acostumbraba
calmar a las fieras de la selva, pero las bestias a las que se enfrentaban
eran mucho más insensibles y crueles que cualesquier otro animal salvaje,
por lo que las exhortaciones a que adoptasen una mejor conducta no
tuvieron efecto alguno. Antes al contrario, se dieron a la tarea de propinar
fuertes golpes a quienes intentaban zafarse de las redes.
37
respectivamente. Superada la paralizante sorpresa que significó su
captura, reaccionaron en forma diferente. Yongui optó por esperar
pacientemente, confiado en que algo tendría que ocurrir que le permitiese
retornar a su aldea y a la forma de vida que le era habitual. Omi se dio a la
tarea de aprovechar las distracciones de sus captores para roer las
cuerdas que lo aprisionaban; cuando una noche logró zafarse, corrió
velozmente hasta la borda del barco y saltando por esta se arrojó al mar.
Estrechamente vinculado a su hermano y compañero de juegos, no le
resultó difícil a Yongui imaginar, y en cierta forma sentir, lo que a este
acontecía: su desesperada lucha por sobrevivir entre las olas, su
agotamiento, asfixia y muerte. Un dolor moral jamás sentido le traspasó el
alma, haciéndole estallar en llanto.
Tras casi dos meses de navegación los barcos atracaron en Puerto Padre,
ubicado en la región oriente de la colonia española de Cuba. Al tocar
tierra, los portugueses efectuaron una ceremonia que acostumbraban
realizar los tratantes de esclavos de esa época y que tenía por objeto
hacer ver que, a su juicio, ellos no tenían ninguna culpa por lo que hacían,
ya que los verdaderos responsables eran quienes compraban seres
humanos para convertirlos en esclavos. Superado ya hasta el menor
atisbo de remordimiento que hubiesen podido tener, los esclavistas
llevaron su cargamento hasta el mercado del puerto y se dieron a la tarea
de tratar de sacar el máximo provecho posible con su venta.
38
cualquier idea de fuga o rebelión.
Sin que tuviese para ello ninguna razón o fundamento, Antonio Cortina
mantenía la esperanza de que así como de una manera inesperada había
caído en tan horrenda situación, se produciría igualmente un imprevisto
cambio de suerte que le permitiría retornar a su tierra y con su familia. Era
esto lo que pedía diariamente en sus oraciones dirigidas al sol, a las
plantas y a muy diversas manifestaciones de la naturaleza. No estaba solo
en sus plegarias, en el otro lado del Atlántico su madre no cesaba de rogar
a la Tierra (a la que consideraba la gran progenitora de todo lo existente)
para que le devolviese a los hijos que le había dado, o que al menos le
proporcionase noticias sobre su paradero.
39
no eran nada halagüeñas. Aun cuando jamás había salido de la hacienda,
sabía que colindaba con otras en donde prevalecían idénticas condiciones
de esclavitud, de tal forma que si huía a estas no cambiaría en nada su
suerte, antes al contrario, sería devuelto y castigado severamente. Decidió
que intentaría llegar hasta una lejana y deshabitada zona montañosa de la
que había escuchado algunas vagas referencias.
40
madre el haberle dado la vida, gratitud que jamás había manifestado
desde el primer día en que fuera capturado. La experiencia de sentirse
libre producía en él una desbordante alegría, si bien no ignoraba que
habría de hacer frente a una forma de vida en extremo difícil, pues tendría
que soportar la más completa soledad y aprender a subsistir con sus
propios medios. Hablando en voz alta, repitió varias veces el juramento de
primero morir antes que volver a ser esclavo.
41
él la mentalidad y los sentimientos propios de esta condición: conservaba
profundos resentimientos en contra de sus antiguos amos y era presa del
miedo, lo que le obligaba a mantenerse oculto.
Antonio Cortina tuvo que admitir que era cierto lo que el ángel afirmaba y
preguntó cómo podía superar dicha situación, ya que su propósito de
alcanzar una auténtica libertad continuaba siendo el principal móvil de su
conducta. El ángel le respondió que para ello debía no solo perdonar, sino
llegar a sentir por sus opresores un profundo afecto, a grado tal que este
se tradujese en tangibles beneficios para los mismos. En igual forma,
debía perder todo temor a ser capturado, pues quien en verdad es libre
continúa siédolo aún en la más oscura prisión. El ermitaño se
comprometió a tratar de conquistar las metas que se le proponían y el
ángel le señaló una primera tarea por realizar. El hacendado que lo había
comprado cuando llegó del África ya había muerto y su alma padecía
terribles sufrimientos por haber oprimido y explotado a sus semejantes, su
esclavo de antaño debía encontrar la forma de ayudarlo.
Don Antonio Cortina decidió que ya no tenía por qué permanecer solo y
escondido, consultó con su espíritu guía sobre la mejor conducta a seguir
42
y este le aconsejó que retornase a la hacienda en donde había vivido. Su
influencia entre sus compañeros esclavos siempre había sido positiva y
ahora tenía muchas más posibilidades para poder prestarles consejo y
ayuda. Así pues, don Antonio abandonó su refugio en las montañas y, sin
tratar de ocultarse, marchó en derechura hacia la hacienda de la que
huyera. En el camino se cruzó con diferentes personas. Algo perceptible
debía haber cambiado en él, pues nadie lo juzgó un esclavo prófugo, sino
que lo consideraban un negro liberto y, por tanto, con derecho a
deambular por doquier. Llegó a la hacienda y buscó hablar primero con Ña
Dominga, una anciana y sabia mujer negra que fungía como cocinera en
la casa de los amos. Le pidió que fuese ella quien informase a estos que
había regresado y que estaba dispuesto a trabajar por una módica paga.
Los nuevos amos eran el hijo mayor del anterior hacendado y su joven
esposa. En un primer momento no supieron qué actitud adoptar. La ley les
autorizaba a infligir castigos a los esclavos que se fugaban, inclusive
latigazos y cepo, pero haciendo caso a las sugerencias de Ña Dominga, la
esposa decidió hablar primeramente con el sujeto en cuestión. Lo hizo y
quedó gratamente impresionada, por lo que convenció a su esposo de que
lo contratase como ayudante de cochero y efectuase los trámites
necesarios para otorgarle la condición de liberto.
43
muchos cuentos que había elaborado durante su estancia en las
montañas. Se trataba de ingeniosos relatos rebosantes de humorismo,
que en forma velada transmitían profundas enseñanzas sobre diversos
temas, como el de conseguir una verdadera libertad.
Los cuentos que narraba don Antonio gustaban tanto que su fama pronto
trascendió los límites de la hacienda. Domingo a domingo venían a
escucharlo numerosos libertos y mulatos provenientes de haciendas y
poblaciones cercanas y no tan cercanas. Una de las más asiduas
concurrentes a las sesiones de cuentos era una mulata cuyo vientre
denotaba un avanzado estado de embarazo. La mujer reflejaba en cada
uno de sus rasgos, palabras y movimientos una relevante y carismática
personalidad. La desarrollada intuición de don Antonio le hizo percibir que
aquella mujer pertenecía al selecto círculo de seres humanos que son
capaces de vincular su destino con el de su nación, y que, por tanto, están
llamados a figurar en la historia porque son ellos los que escriben sus
páginas.
44
envilecimiento de los numerosos seres humanos que poblaban la ciudad.
Era un espectáculo a un tiempo aterrador y fascinante.
1
Mariana Grajales fue la madre de varios importantes héroes de la Guerra de Independencia cubana,
el más destacado de ellos fue Antonio Maceo, ardiente defensor de la emancipación de los esclavos.
En el viaje de regreso a la hacienda en que laboraba don Antonio se sintió
dominado por la nostalgia, recuerdos que creía olvidados de su ya lejana
infancia acudían a su mente, renovando el dolor que dejara en él la
pérdida de su familia y el alejamiento de su tierra de origen. Le pesaba
también el haber sobrepasado los cuarenta años sin tener un hogar con
esposa e hijos. Un sentimiento de soledad y abandono, superior incluso al
que experimentara durante su época de ermitaño, se apoderó de su
ánimo. Lloró abierta y desconsoladamente.
Don Antonio Cortina murió a los ochenta y tres años en una bonita quinta
ubicada en las afueras de La Habana, en una zona denominada en aquel
entonces «El Cerro». Hacía tiempo que era un personaje altamente
querido y respetado. Sus antiguos amos llegaron a considerarlo como un
miembro más de la familia, al que consultaban para toda clase de
decisiones, y de buen grado aplicaban muchas de las sugerencias que
proponía en beneficio de los esclavos, cuya mejoría buscó hasta el último
día de su vida. En la quinta de La Habana —propiedad también de los
dueños de la hacienda— el anciano cochero era visitado por numerosas
personas —blancos, negros y mulatos— que le planteaban toda clase de
problemas, para los cuales tenía siempre acertadas opiniones y sabios
45
consejos. A su entierro acudió una enorme multitud de dolientes.
46
8
Música y romances
E
N LA VIDA DE LAS PERSONAS hay a veces etapas de marcada
inactividad, épocas en las que no se produce cambio alguno y en
las que todo parece indicar que las cosas habrán de continuar así
por tiempo indefinido; por el contrario, hay también periodos que se
singularizan por generar incesantes transformaciones. A partir del
momento en que Jorge Berroa cobrara conciencia de estar enamorado y
diera comienzo su noviazgo con Carmita Collado, se inició en su vida una
etapa de importantes logros y realizaciones.
47
existiese una causa o razón explicable para ello— ambos decidieron de
buenas a primeras y de común acuerdo dar por terminado su compromiso
matrimonial. Era la primera vez que Jorge experimentaba el abatimiento y
desconcierto que puede producir la traumática ruptura de una relación
sentimental.
****
48
enriquecedora experiencia. Recorrer las calles, plazas y museos de la
capital checa, asistir a conciertos y conferencias de altísima calidad,
dialogar con algunos de los más destacados exponentes del arte a nivel
mundial. Más allá de las cuestiones culturales, el viaje proporcionó a Jorge
una directa información sobre lo ocurrido en uno de los puntos neurálgicos
del movimiento de protesta que había sacudido al planeta el año anterior.
Los tanques soviéticos habían invadido Checoslovaquia aplastando todo
asomo de resistencia. Jan Palach, un joven checo de gran espiritualidad,
se había inmolado en llamas para protestar contra la invasión de su país.
Aun cuando la feroz represión parecía haber liquidado al movimiento
libertario, esto no era así y en forma subterránea estaba surgiendo una
creciente oposición que, tarde o temprano, terminaría echando por tierra el
burocrático andamiaje de los regímenes comunistas.
****
«Matrimonio y mortaja del cielo bajan.» En 1973 Jorge Berroa casó con
Aurora Gramach, una mujer poseedora de una gran erudición,
especialmente en lo referente a temas históricos y derecho internacional.
La razón de por qué algunas parejas alcanzan una armónica integración
mientras que a btras dicho logro les resulta imposible, es un enigma
indescifrable y se traduce en una de las mayores fuentes de conflicto en
las relaciones humanas. La boda que nos ocupa resultó un desastre. Total
incapacidad para comprender la forma de ser y sentir de la otra parte.
Ideales y puntos de vista contrapuestos. Diferencias de gustos en lo
tocante a comidas, diversiones y decoración del hogar. Tal parecía que
eran dos seres provenientes de muy distintas galaxias. El matrimonio
habría quedado disuelto a poco de iniciado de no ser por la llegada de un
hijo, al cual se dio el nombre del padre. El niño significó una especie de
tregua que disminuyó por un tiempo la intensidad del conflicto sin llegar a
resolverlo. Finalmente, terminó imponiéndose la lógica y la pareja tomó la
determinación de divorciarse.
****
49
Escuela de Danza Moderna. Influida por ideales revolucionarios, Lorna se
había trasladado a Cuba en 1958 para unirse a los rebeldes que luchaban
en Sierra Maestra comandados por Fidel Castro. Ahí conoció y formó
pareja con Manuel Piñeiro, apodado Barbarroja. Tras el triunfo de la
Revolución, Piñeiro fue designado jefe de Seguridad Nacional,
demostrando tal eficacia en el desempeño de su cargo que todos
coincidían en considerarlo el tercer hombre dentro de la jerarquía del
poder en Cuba, tan solo por debajo de Fidel y de Raúl Castro. Las
maquinaciones urdidas por el Gobierno norteamericano al través de la CÍA
—tendentes a derrocar al Gobierno cubano y dar muerte a sus dirigentes
— eran siempre descubiertas y anuladas por la sagacidad del pelirrojo
comandante. Tal parecía que en la isla no podía moverse la hoja de un
árbol sin que el jefe de Seguridad se enterase de que había ocurrido dicho
movimiento.
50
la pareja y de tener con esta cualesquier otra forma de comunicación. El
chismoso militar y diplomático redactó un pormenorizado informe de su
descubrimiento al directamente afectado, o sea, al comandante Manuel
Piñeiro. Al parecer, la clave utilizada en la transmisión del informe era del
conocimiento de la CÍA y esta juzgó conveniente filtrar la noticia a los
periodistas de Miami, pues el caso es que en algunas publicaciones del
mayor centro de cubanos en el exilio se dio a conocer públicamente —con
gran sarcasmo y burla— el hecho de que el jefe de Seguridad de Cuba,
quien se preciaba de poseer un completo conocimiento de cuanto sucedía
en la isla, había manifestado una total incompetencia para vigilar la
conducta de su mujer.
51
9
A
VANZAR POR LA ESTRECHA VEREDA que, al través del
desarrollo de facultades extra-sensoriales, permite a los vivos
adentrarse en el mundo de los desencarnados, constituye una
riesgosa aventura. Como ya se ha dicho, la mayor parte de los médiums
tan solo logran establecer comunicación con espíritus ubicados en planos
de muy densa vibración. El contacto con esta clase de seres resulta a la
postre altamente perjudicial para las personas que lo realzan y para los
propios espíritus. Muy diferente es el caso de la relación que se establece
con espíritus que habitan ya en las moradas celestes, los cuales están
siempre dispuestos a proporcionar una invaluable y generosa ayuda a los
seres humanos.
52
Otra cuestión que, a juicio de don Antonio, revestía una particular
importancia era la relativa a la manera específica que cada cual tiene para
lograr desarrollarse, manera que debe ser buscada, encontrada y aplicada
por cada ser de forma particular. Jorge se empeñó, por tanto, en resolver
esta cuestión y encontró que su forma personal de buscar el desarrollo era
la de «dejarse llevar», esto es, la de tratar siempre de ajustarse a todo tipo
de cambios y circunstancias, sin pretender cuestionar el porqué de las
cosas, aceptando que cuanto existe es resultado de las leyes cósmicas y
divinas.
Cuando don Antonio juzgó que su nuevo médium había alcanzado el nivel
adecuado para ejercer plenamente dicha función, no se limitó ya a
dialogar con él, sino que comenzó a transmitir por su conducto toda clase
de enseñanzas y orientaciones. El número de personas que acudían con
Jorge buscando ayuda y solución a sus problemas crecía continuamente;
si lo que este anhelaba era poder ser útil a los demás, había encontrado la
forma de lograrlo.
****
53
comandante Barbarroja sería despojada de ciertos privilegios terminó por
surtir efecto. En la Cuba revolucionaria estaba prohibido el empleo de
servidumbre doméstica, tan solo los más altos funcionarios gozaban del
privilegio de tener sirvientes en sus casas. Ese había sido el caso de
Lorna por ser la compañera del jefe de Seguridad Nacional, pero ahora,
tras de ocho años de tener que hacer frente a las labores cotidianas de un
hogar, fueron aflorando en su subconsciente antiguos resentimientos en
contra de su padre, quien, siendo ella aún muy pequeña, la había obligado
a trabajar en las faenas de la casa. Jorge representaba un sustituto de la
figura paterna y contra él se canalizaban los no superados resentimientos.
Antes de que surgiesen mayores conflictos la pareja optó por separarse,
preservando un sincero y amistoso afecto.
*****
54
por tanto sus recién adquiridos conocimientos para proporcionar mejores
soluciones a los múltiples problemas que le presentaban las personas que
solicitaban su auxilio. En muchos casos se trataba de conflictos derivados
de la falta de armonía que predominaba en las vidas de quienes lo
consultaban. Las enseñanzas de Dante resultaban especialmente
aplicables a esta clase de problemas. Para recuperar la perdida armonía,
a veces se requería tan solo de sencillas medidas, como cambiar el color
de la ropa que se usaba, variar el régimen alimenticio o reacomodar de
lugar el mobiliario de la casa habitación o de la oficina.
*****
55
Finalmente, los espíritus de don Antonio y de Dante dieron a conocer a
Jorge los motivos por los que habían venido interiorizándolo en la
comprensión de los grandes ciclos históricos. La suerte del planeta
dependía de que los seres humanos lograsen superar la inconsciencia que
los dominaba y fuesen capaces de impulsar el surgimiento de una nueva
cultura de alcances planetarios. El lugar de la tierra donde estaba
naciendo esta nueva cultura era México. Debían, por tanto, los dos
espíritus y Jorge dirigirse a dicho país, para participar activamente en tan
importante acontecimiento.
56
10
Misión en México
A
TENDIENDO A LAS INDICACIONES del Dante, al arribar Jorge al
aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México buscó la forma
de transportarse al valle de Tepoztlán en el estado de Morelos. Le
aguardaba una de las experiencias más impresionantes de toda su
existencia. En cuanto el automóvil en el que viajaba dejó la carretera de
Cuernavaca para tomar la que conduce al lugar en que naciera
Quetzalcóatl, un verdadero torrente de vibraciones inundó la conciencia
del cubano. Berroa bajó del automóvil y trató de captar ordenadamente las
incontables impresiones que le llegaban. Había de todo. Poderosos
espíritus, que muy posiblemente habían sido guías de luz para la
humanidad en pasadas edades, dialogaban animadamente. Todas las
montañas del valle mantenían también un incesante diálogo. Igual lo
hacían las plantas y los animales. Por encima de aquel aturdidor barullo
predominaban dos voces de cósmicas resonancias: las de los dos
volcanes de elevadas cumbres que, aun cuando no estaban en los
linderos del valle, imperaban en este con su avasalladora presencia.
Era la primera vez que a Jorge le era dado escuchar hablar a las
montañas. No entendía nada de lo que decían, como tampoco alcanzaba
a comprender en esta ocasión lo que dialogaban entre sí los espíritus de
los muertos. La confusión que generaba en su ánimo aquel alud de
variadas vibraciones fue tan grande que consideró que estaba a punto de
perder la razón. Tan solo perdió momentáneamente el conocimiento,
cuando lo recobró todo estaba en calma. No se escuchaba ninguna voz
proveniente de las montañas, ni se atisbaba espíritu alguno. El valle de
Tepoztlán lucía en toda su esplendorosa y enigmática belleza.
Jorge suponía que debía existir una causa por la cual se le había hecho
vivir esa prueba, así que invocó a los espíritus del Dante y de don Antonio
para preguntarles. La pareja de desencarnados no se hizo esperar y
procedió a formular una explicación seguida de una inusitada propuesta.
Habían considerado necesario que el médium se percatase por sí mismo
de su imposibilidad para comprender la forma de expresarse de los
57
distintos seres que existían en México. Necesitaba capacitarse para lograr
este fin, y la única forma de hacerlo era cambiando su fecha y lugar de
nacimiento, pues en el momento en que nace una persona y realiza su
primera inhalación todo su ser se impregna con las energías
prevalecientes en ese instante y en ese determinado lugar, las mismas
que habrán de darle un sello peculiar y característico. Las energías que
Jorge recibiera el nacer el 13 de diciembre de 1938 en La Habana habían
sido de lo más apropiadas para el proceso de desarrollo realizado hasta
entonces, pero ahora no eran las adecuadas para las tareas que tendría
que llevar a cabo en México; debía, por tanto, insistieron, efectuar un
cambio de su fecha y lugar de nacimiento.
58
Durante una primera etapa, las dificultades de Jorge para adaptarse a su
nuevo ambiente fueron de índole estrictamente material. Provenía de una
ciudad situada al nivel del mar y la Ciudad de México se encuentra a 2.000
metros de altura y con uno de los índices de contaminación atmosférica
más elevados del planeta. Estaba acostumbrado a vivir dentro de un
régimen socialista y ahora tenía que hacerlo en un sistema capitalista.
Carecía de amigos en México y tenía tan solo unos cuantos conocidos,
artistas que habían estado en Cuba estudiando o actuando. Su carácter
afable y don de gentes le permitieron hacerse con amigos y relaciones, así
como proseguir la que consideraba constituía su principal misión en la
vida: ayudar a los demás a resolver toda clase de conflictos y
desequilibrios emocionales.
59
luminosa era para todos los habitantes del planeta. Una mujer excepcional
llamada Regina era quien había dirigido los rituales conducentes a lograr
el despertar de los volcanes. Esto había requerido de su personal
inmolación, así como del sacrificio de 400 personas más, lo cual había
ocurrido en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.
Desde luego, los dos mencionados espíritus no eran los únicos que
estaban colaborando en la delicada tarea de ir propiciando el surgimiento
en México de una nueva edad y cultura. Incontables seres luminosos de
elevados planos participaban en ella. Uno de los más activos era el
espíritu de Mahatma Gandhi, quien trabajaba con la misión específica de
lograr que la religiosidad de la nueva cultura tuviese un carácter
ecuménico, esto es, que se diese un profundo respeto y colaboración
entre las distintas religiones existentes en el mundo. El espíritu de Gandhi
había hecho una gran amistad con Dante y con don Antonio, por lo que
pronto Jorge comenzó a tener la increíble oportunidad de poder escuchar
las conversaciones que sobre variados y siempre elevados temas tenían
la trilogía de espíritus.
Al iniciarse 1994, cuando Jorge Berroa estaba por cumplir cuatro años de
residencia en México, sus espirituales guías le dijeron que aun cuando
todavía faltaba algún tiempo para que lograse una plena incorporación a
las energías de este país, había alcanzado el grado suficiente de
desarrollo como para iniciar una labor de enseñanza que permitiese a
cierto número de personas descubrir y acrecentar sus propias facultades,
lo que les daría la posibilidad de participar más conscientemente en el
proceso de expansión de la nueva era. Entre aquellos a quienes había
ayudado a resolver sus problemas Jorge había hecho una buena cantidad
60
de amigos y conocidos, por lo que no le resultó difícil integrar un grupo de
20 personas, firmemente decididas a realizar los esfuerzos necesarios
para adquirir una mejor comprensión de sí mismas, de sus semejantes y
de las necesidades de su época.
Fue también a principios del citado año de 1994 cuando sus amigos del
más allá informaron al médium que se aproximaban días en extremo
difíciles para México. Las fuerzas más tenebrosas provenientes del mundo
de las tinieblas estaban agrupándose para llevar a cabo un demoledor
ataque en su contra. Intentaban no solo eliminar hasta la menor
probabilidad del florecimiento de una nueva era, sino aniquilar a la nación
que la estaba incubando. Los acontecimientos no tardaron en corroborar
la verdad de lo anunciado por los espíritus. Uno tras otro fueron dándose
una serie de infaustos sucesos. La nación se vio envuelta en una oleada
de crímenes políticos y en una crisis económica de gran magnitud. La
desconcertada población no lograba adivinar las posibles causas de los
inesperados eventos. En realidad, cuanto acontecía en los planos
materiales y visibles era tan solo un pálido reflejo de lo que estaba
ocurriendo en otras dimensiones. El 21 de diciembre de 1994 tuvo lugar
en estas una trascendental batalla, en la cual las fuerzas demoníacas
intentaron destruir la identidad y el espíritu mismo de México. Estuvieron a
punto de lograrlo. No lo consiguieron gracias a la heroica resistencia de
todos los seres luminosos que desde diferentes planos custodian al país y
a su valiosa herencia sagrada (1).
1
El libro El Séptimo Cadete, de Patricia Zarco (Editorial Grijalbo), contiene una pormenorizada
relación de esa batalla, así como los principales acontecimientos que la antecedieron y precedieron.
61
Jorge una mayor comprensión de las respectivas tareas en que estaban
empeñados sus invisibles maestros, pudiendo así prestarles una más
eficaz
62
Colofón
E
N LA ACTUAL COYUNTURA de la humanidad, al concluir un
milenio de historia e iniciarse otro, es evidente que cuanto
acontece en el mundo es resultado de dos simultáneos y diferentes
procesos. Un proceso de muerte, que abarca a todas las culturas del
pasado y a las instituciones generadas por estas, y un proceso de
nacimiento de una nueva Edad y Cultura, que apenas está iniciándose,
pero que se manifiesta ya de múltiples maneras con fuerza incontrastable.
Ahora bien, dentro de esta búsqueda para encontrar los caminos que
conduzcan a un retorno a lo sagrado, habrá que tomar en cuenta el
ancestral anhelo humano de establecer puentes que permitan la
comunicación entre quienes vivimos en esta dimensión material y quienes
moran en más elevados planos, llámense ángeles y arcángeles, o
espíritus de hombres y mujeres que alcanzaron en el pasado un
importante desarrollo interno.
63
El propósito central al escribir esta obra fue el de presentar un testimonio
sobre la vida de un médium de nuestros tiempos. Estoy seguro de que
para muchas personas todo lo aquí expuesto será visto como una pura y
simple fantasía. En igual forma, es muy posible que aquellos que han
tenido la oportunidad de constatar por sí mismos las facultades del señor
Berroa tiendan a considerar que el libro no refleja suficientemente la índole
excepcional de dichas facultades. En realidad, este testimonio no fue
elaborado pensando en alguno de estos dos extremos. Para quienes no
creen en la existencia de lo sobrenatural, ningún libro les hará cambiar de
opinión. Para quienes han vivido la personal experiencia de establecer
comunicación con el más allá, cualquier relato al respecto les parecerá
siempre defectuoso e insulso.
Entre los dos opuestos mencionados existe una amplia gama de personas
que, sin aceptar ciegamente lo que leen o escuchan, tampoco están
cerradas a la posibilidad de que en la vida puedan darse toda clase de
hechos extraordinarios y milagrosos, siendo uno de ellos el que los
humanos podamos recibir ayuda y orientación de quienes nos precedieron
en la existencia. Es, pues, para estas personas para las que fue elaborado
el presente trabajo, ya que estoy seguro de que a todas ellas les animará
el saber que, al parecer, existe actualmente en el mundo de los espíritus
un generalizado criterio: el de que están por llegar tiempos mejores para
toda la humanidad, una era de auténtico progreso, de mayor justicia y
libertad y de un evidente predominio del espíritu.
64
DATOS SOBRE EL AUTOR
Los textos con asterisco están fuera de circulación debido que no han sido reeditados.
Quien estuviera interesado en adquirir los derechos para la publicación de los mismos, favor de
ponerse en contacto con el vía telefónica con el autor directamente o bien escribir a la siguiente
dirección de correo electrónico: mexicosagrado
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