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Es sabido por los historiadores que el poblamiento de nuestra isla grande tiene una data superior a
doce mil años en las inmediaciones del canal de Chacao, compartiendo nuestra etnia “territorio y
maritorio”, consolidando el uso consuetudinario de nuestro archipiélago. Tal y como lo corrobora
Beranger en 1773. Estos hechos que están claramente documentados, dan cuenta de la absoluta
validez que posee nuestra ley Lafkenche. Es necesario agregar que el pueblo Veliche se encontraba
en una etapa cultural definida como agroalfarera a la llegada de los españoles (1567). Así, el
cultivo del poñi, el magú y el wa, junto a los recursos marinos fueron su principal sustento.
El historiador Moraleda, reconoció y documentó el uso del fullingue o mapucho, el cual estuvo
vinculado al uso chamanístico y con fines medicinales. Cabe mencionar que hasta fines del siglo
XVIII, se mantiene como exclusiva la ruta Castro‐ San Carlos (Ancud), incluyendo rutas alternativas
o caminos en medio del bosque, las cuales fueron reforzadas con calzadas de madera llamadas
“planchados” o “envaralados”. Un misionero jesuita escribe en 1769‐70; “Desde Quetalco hasta
Huite, en medio del bosque hay un camino todo de tablones gruesos atravesados de siete leguas
de largo. Otros caminos semejantes hay en otros sitios y en otras islas.
Es relevante recordar que el pueblo mapuche‐huilliche sufrió múltiples usurpaciones, desde la
ocupación española y la imposición de la encomienda, para continuar durante el dominio Chileno
hasta la pérdida total de sus territorios al convertir las áreas indígenas en tierras fiscales. Los
mapuches‐huilliches concebían una propiedad heredada de sus ancestros, donde desarrollaron
sus actividades agrícolas. Poseían también extensas áreas sin dueño que les proveía de caza y
recolección (incluido mar y playa). Todo lo anteriormente expuesto, tiene por finalidad reafirmar
los derechos ancestrales de nuestra nación sobre el territorio y su resguardo.
Ahora bien, como Chilote, creo firmemente en que nuestra Provincia requiere de energía limpia,
“siempre y cuando”:
1. Ésta no transgreda los derechos consuetudinarios de nuestros pueblos originarios, su
patrimonio histórico y cultural,
2. Si este megaproyecto impacta positivamente –y a largo plazo‐ a nuestra Provincia, es
decir, que la energía eléctrica que se genere vaya en directo beneficio de la ciudadanía
chilota,
3. Que en lo sucesivo, megaproyectos como éste estén condicionados a un proceso de
diálogo inclusivo y transparente, en donde la ciudadanía sea informada a cabalidad
respecto de todos los aspectos que éstos implican.
Carlos Gómez Miranda
Alcalde de Queilén
Pre‐candidato a la alcaldía en la comuna de Ancud