El documento resume la biografía y obra del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Detalla los años en que vivió en París estudiando en La Sorbona, así como sus primeras publicaciones. También enumera 13 novelas que escribió y describe su estilo narrativo que se caracteriza por el humor, la intimidad y la autobiografía. Finalmente, analiza cómo otros críticos han intentado clasificarlo dentro de generaciones literarias.
El documento resume la biografía y obra del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Detalla los años en que vivió en París estudiando en La Sorbona, así como sus primeras publicaciones. También enumera 13 novelas que escribió y describe su estilo narrativo que se caracteriza por el humor, la intimidad y la autobiografía. Finalmente, analiza cómo otros críticos han intentado clasificarlo dentro de generaciones literarias.
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El documento resume la biografía y obra del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Detalla los años en que vivió en París estudiando en La Sorbona, así como sus primeras publicaciones. También enumera 13 novelas que escribió y describe su estilo narrativo que se caracteriza por el humor, la intimidad y la autobiografía. Finalmente, analiza cómo otros críticos han intentado clasificarlo dentro de generaciones literarias.
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1964: En octubre marcha a París. Estudiará en La Sorbona durante
dos cursos universitarios. 1965: Reside, por temporadas, en las ciudades de Peruggia, en Italia, y la isla de Mykonos, en Grecia, donde escribe su primer libro de cuentos, que le roban al regresar a París. 1967: El 27 de enero se casa en París con Maggie Revilla. Las revistas Cuadernos del Ruedo Ibérico, de París, y Amaru, de Lima, publican su primer cuento, “Con Jimmy, en Paracas”. 1968: Se publica su primer libro de cuentos, Huerto cerrado, gracias a una mención honrosa en el concurso Casa de las Américas, de La Habana. Obtiene la plaza de lector en la Universidad de Nanterre. 1981: Se publica con éxito La vida exagerada de Martín Romaña, primer volumen del díptico Cuadernos de navegación en un sillón Voltaire. 1983: Sale a la luz en París la traducción La vie exagérée de Martín Romaña, con gran éxito de público y crítica. Obtiene el premio Passion, creado por los libreros de Francia para premiar su novela preferida del año. Trece novelas del autor: Un mundo para Julius (1970), Tantas veces Pedro (1977), La vida exagerada de Martín Romaña (1981), El hombre que habla de Octavia Cádiz (1984), La última mudanza de Felipe Carrillo (1988), Dos señoras conversan (tres novelas breves), No me esperen en abril (1995), Reo de nocturnidad (1997), La amigdalitis de Tarzán (1999), El huerto de mi amada (2002) y Las obras infames de Pancho Marambio (2007). La de Alfredo Bryce Echenique es una obra narrativa que en su larga y prolífica trayectoria ha mantenido ciertas facetas constantes como son: su humor agridulce, el tono intimista para narrar, los matices orales de su lenguaje, la exaltación del amor y de la amistad, su apelación a la cultura popular, el examen crítico de la sociedad peruana, su indagación sobre la experiencia del exilio del latinoamericano en Europa, entre otros. Sin embargo, quizás la marca que más nítidamente distingue la escritura bryceana sea su sello autobiográfico y memorioso. Tanto en sus cuentos como en sus novelas, Bryce hurga en un mundo personal en el que el “yo” narrativo existe en función de un pasado que se reconstruye sobre la base de la memoria, pero a una memoria mediatizada por fuertes dosis de ficción. Situación de Bryce: A Bryce Echenique se lo ha intentado incorporar a grupos o generaciones cayendo en un encasillamiento de su escritura de “escurridiza catalogación”. Donald L. Shaw en su libro Nueva narrativa hispanoamericana de 1992, lo ubica en el “boom junior”. Es decir, se trataría de un grupo de novelistas que bajo la sombra o tutelaje del “boom padre” o “boom clásico” disputan la preeminencia del grupo original. Entre los autores “juniors” estarían: Fernando del Paso, Gustavo Sáinz, Salvado Elizondo, Severo Sarduy, Reynaldo Arenas, Salvador Garmendia, Adriano González León, Enrique Congrains Martín, David Viñas, Manuel Puig, Néstor Sánchez, Jorge Edwards y el propio Bryce, entre otros. Esta dependencia del boom, “minusvalorización” o falta de una nueva catalogación independiente de la anterior se observa también en José Miguel Oviedo al englobar a Poniatowska, J. E. Pachecho, Ferré, Mutis y Bryce en “otras direcciones desde el ‘boom’”. También están aquellos que han preferido la denominación “posboom” o la más aséptica “nueva narrativa latinoamericana” entre las categorías organizativas. El propio Bryce ha criticado en sus escritos estos membretes con tintes despectivos que afectan no solo a él sino a otros escritores contemporáneos. Ha tildado de “Flash Gordon Boom” a esta fiebre mercantil y fugaz del boom al defender a su amigo y compatriota Julio Ramón Ribeyro en: “Retrato de escritor sin ‘boom’”. La intelectualidad latinoamericana y el momento histórico del mayo del 68: la visión del autor Alfredo Bryce Echenique efectúa una parodia de la figura del intelectual-revolucionario, y en especial de aquellos intelectuales hispanoamericanos exiliados en el París de Mayo de 1968, en su obra La vida exagerada de Martín Romaña (1981). En este primer volumen o en este “cuaderno azul” del díptico Cuadernos de navegación en un sillón Voltaire, Bryce parodia a través de diversos personajes a los intelectuales hispanoamericanos que pretendieron comprometerse a los ideales revolucionarios del Mayo francés. El autor critica ácidamente en esta novela a aquellos “pseudorevolucionarios” que en la moda o el calor del Mayo del ’68 comulgaron con los ideales político-sociales de los estudiantes franceses y una vez apagado el fuego revolucionario torcieron radicalmente sus tendencias ideológicas. La parodia Si la paradoja y el absurdo instauran su reflexividad en la diferencia, la parodia, por el contrario, lo hace en la identidad. La parodia es imitación para, en el mismo instante, ser transformación. De allí que sea a la vez homenaje y crítica del objeto parodiado. Para Freud la parodia es ‘procedimiento de degradar objetos eminentes’, así, por la parodia la conciencia irónica pone en cuestión la jerarquía, lo instituido. La parodia, desde esta perspectiva, no es sino discurso desmitificador, desde lo colectivo, de las élites de poder. Así lo entendió Bajtin en su estudio de la cultura carnavalesca, al ver la fuerza de la parodia en la voz colectiva que, de manera festiva, degrada los valores altos de poder y de la jerarquía. [...] La novela, género paradigmático de la modernidad, es, fundamentalmente, multiplicidad de voces, presencia de lo colectivo y no es irrelevante en este sentido que sea, en la modernidad, el género paródico por excelencia (Víctor Bravo, 1996: 117-118). En este sentido, la parodia que realiza Bryce del intelectual-revolucionario es un proceso de degradación de un elemento jerárquicamente poderoso e importante en los años ’60. Con este procedimiento el autor construye un discurso desmitificador de la consideración positiva e idealista del intelectual comprometido en ese tiempo. El marco poético de la parodia Martín Romaña o bien Bryce Echenique, en su calidad de extranjero, outsider, o escritor-observador en la periferia del fenómeno del Mayo del ’68, posee un palco preferencial a la hora de contemplar los hechos y así poder crear la construcción ficcional que es la novela. Esta posición ventajosa está lograda gracias a la condición ontológica de extranjero. Este carácter de outsider del fenómeno sociológico del Mayo francés se manifiesta desde dos perspectivas de alejamiento o extrañamiento: 1) una perspectiva espacial, es decir que Romaña es un peruano que contempla los hechos protagonizados por actores en su mayoría europeos y 2) una temporal, esto se entiende al reparar en la fecha de confección de la obra: principios de la década del ochenta. La distinción de este extrañamiento espacio-temporal de la voz del narrador como marco poético de la parodia posibilita sentar las bases de la visión de Martín Romaña. El narrador no es un “fabulador”, sino que desde su alejamiento y distinción de los protagonistas de los hechos del ’68, reconstruye un pasado novelesco en donde se entrecruzan ficción y realidad. En la mayoría de los casos, la porosidad vida-ficción es tal, que la correspondencia es casi total, Martín Romaña es Bryce y Bryce es Martín Romaña. Este distanciamiento en el tiempo —escribe desde los ’80 recordando los ’60— se efectúa con un sentido irónico y humorístico para permitir la mitigación de las huellas de la dolorosa realidad. Romaña mientras parodia a los intelectuales se parodia así mismo, todo esto mediante la reconstrucción de los hechos por la memoria desde un sillón Voltaire, espacio simbólico que representa el presente de la focalización del narrador y nos remite a las condiciones de creación del propio Bryce. Proceso de confección de la novela Martín Romaña es condenado por su herencia oligárquica a no ser incluido en ningún proceso gregario político e ideológico. A su vez, es coaccionado a concebir la novela como un género que funcione como instrumento de propaganda política. De esta forma prima la función socio-política de la novela en detrimento de su poder ficcional, es decir, de creación de mundos imaginarios. De esta forma, esta concepción de la literatura social se puede entender como una manifestación tardía del debate del realismo socialista de los años ’30. Ahora bien, Romaña no puede con su genio creativo y termina ficcionalizando su propio pasado, recreando e reinventando su propia historia. En este marco, también reconstruye un Mayo del ’68 transformado mediante el pasaje por la criba de sus sentimientos, a través de la dialéctica planteada entre recuerdo y olvido. En cuanto a la visión del narrador protagonista, es decir Martín Romaña, esta patentiza una crítica ácida y casi destructiva de las corrientes ideológicas que dieron como eclosión los sucesos revolucionarios del Mayo francés. Los discursos canónicos y las ideologías hegemónicas exasperan a este protagonista imbuido en su mundo de frustraciones sentimentales y en plena búsqueda de identidad. Génesis de un fracaso amoroso Los Cuadernos de navegación escritos por Martín Romaña bien podrían considerarse “Cuadernos de naufragio” puesto que este protagonista se encuentra incapacitado de navegar por los mares del amor sin naufragar. Todas las experiencias amatorias de Romaña tienden a transformarse en fracaso y son relatadas desde la exageración para darles un tono irónico y humorístico. “Las primeras experiencias amorosas de Martín acaban de naufragar debido a la impericia como navegante que demuestra el protagonista (Fuente, 1994: 122). En este marco, la confección de estos cuadernos se establece fusionando siempre melancolía, distancia de los hechos y los seres humanos, humor, olvidos y recuerdos. Es decir, en esta actitud melancólica, el amante-creador-confesador —puesto que ama, crea su diario de amores frustrados y además se confiesa en cada página— recupera su pasado con humor recordando y olvidando ciertos hechos para proteger su integridad sentimental. Amor y matrimonio. La crudeza de la convivencia Martín Romaña es el único protagonista bryceano que llega a casar y debe padecer la crudeza de la convivencia. Lo que vincula a Martín con Inés a menudo son los episodios sexuales tragicómicos en la hondonada, puesto que los dos se van diferenciando por cuestiones ideológicas y casi existenciales: ella es una izquierdista conversa y el un “podrido oligarca”, estas dicotomías maniqueístas producen una castración en Martín que empieza a ser sexual, luego es literario por la obligación de escribir lo que desea el grupo de pseudorevolucionarios casi liderados por Inés y termina siendo una castración existencial porque para Inés, Martín tiene una existencia vacía y sinsentido desde su óptica revolucionaria. El amor entre Inés y Martín es un enamoramiento inmaduro: erótico, ciego, egoísta, sádico, posesivo, dependiente e irresponsable (Orlandini, 1998: 65). Amor dependiente o subordinado al vínculo con la familia de uno de los miembros de la pareja o a un grupo de amigos. La familia Bryce Echenique hacia 1945. Con sus compañeros del Colegio San Arribo a Dunkerque, norte de Francia, en Pablo, a mediados de la década del 1964. 50. Con su gran amigo Julio Ramón En el balcón del departamento parisino de Ribeyro y su primera esposa, Maggie Ribeyro, hacia 1970. Revilla, a quien le dedicó su novela Un mundo para Julius (1970).