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LA VIDA EXAGERADA

1964: En octubre marcha a París. Estudiará en La Sorbona durante


dos cursos universitarios.
1965: Reside, por temporadas, en las ciudades de Peruggia, en
Italia, y la isla de Mykonos, en Grecia, donde escribe su primer libro
de cuentos, que le roban al regresar a París.
1967: El 27 de enero se casa en París con Maggie Revilla. Las
revistas Cuadernos del Ruedo Ibérico, de París, y Amaru, de Lima,
publican su primer cuento, “Con Jimmy, en Paracas”.
1968: Se publica su primer libro de cuentos, Huerto cerrado, gracias
a una mención honrosa en el concurso Casa de las Américas, de La
Habana. Obtiene la plaza de lector en la Universidad de Nanterre.
1981: Se publica con éxito La vida exagerada de Martín Romaña,
primer volumen del díptico Cuadernos de navegación en un sillón
Voltaire.
1983: Sale a la luz en París la traducción La vie exagérée de Martín
Romaña, con gran éxito de público y crítica. Obtiene el premio
Passion, creado por los libreros de Francia para premiar su novela
preferida del año.
Trece novelas del autor: Un mundo para Julius (1970), Tantas
veces Pedro (1977), La vida exagerada de Martín Romaña (1981),
El hombre que habla de Octavia Cádiz (1984), La última mudanza
de Felipe Carrillo (1988), Dos señoras conversan (tres novelas
breves), No me esperen en abril (1995), Reo de nocturnidad
(1997), La amigdalitis de Tarzán (1999), El huerto de mi amada
(2002) y Las obras infames de Pancho Marambio (2007).
La de Alfredo Bryce Echenique es una obra narrativa que en su larga
y prolífica trayectoria ha mantenido ciertas facetas constantes
como son: su humor agridulce, el tono intimista para narrar, los
matices orales de su lenguaje, la exaltación del amor y de la
amistad, su apelación a la cultura popular, el examen crítico de
la sociedad peruana, su indagación sobre la experiencia del exilio
del latinoamericano en Europa, entre otros. Sin embargo, quizás
la marca que más nítidamente distingue la escritura bryceana sea
su sello autobiográfico y memorioso. Tanto en sus cuentos como
en sus novelas, Bryce hurga en un mundo personal en el que el
“yo” narrativo existe en función de un pasado que se reconstruye
sobre la base de la memoria, pero a una memoria mediatizada
por fuertes dosis de ficción.
Situación de Bryce: A Bryce Echenique se lo ha intentado
incorporar a grupos o generaciones cayendo en un
encasillamiento de su escritura de “escurridiza catalogación”.
Donald L. Shaw en su libro Nueva narrativa hispanoamericana de
1992, lo ubica en el “boom junior”. Es decir, se trataría de un
grupo de novelistas que bajo la sombra o tutelaje del “boom
padre” o “boom clásico” disputan la preeminencia del grupo
original. Entre los autores “juniors” estarían: Fernando del Paso,
Gustavo Sáinz, Salvado Elizondo, Severo Sarduy, Reynaldo
Arenas, Salvador Garmendia, Adriano González León, Enrique
Congrains Martín, David Viñas, Manuel Puig, Néstor Sánchez,
Jorge Edwards y el propio Bryce, entre otros. Esta dependencia
del boom, “minusvalorización” o falta de una nueva catalogación
independiente de la anterior se observa también en José Miguel
Oviedo al englobar a Poniatowska, J. E. Pachecho, Ferré, Mutis y
Bryce en “otras direcciones desde el ‘boom’”. También están
aquellos que han preferido la denominación “posboom” o la más
aséptica “nueva narrativa latinoamericana” entre las categorías
organizativas. El propio Bryce ha criticado en sus escritos estos
membretes con tintes despectivos que afectan no solo a él sino a
otros escritores contemporáneos. Ha tildado de “Flash Gordon
Boom” a esta fiebre mercantil y fugaz del boom al defender a su
amigo y compatriota Julio Ramón Ribeyro en: “Retrato de
escritor sin ‘boom’”.
La intelectualidad latinoamericana y el momento histórico del mayo
del 68: la visión del autor
 Alfredo Bryce Echenique efectúa una parodia de la figura del
intelectual-revolucionario, y en especial de aquellos intelectuales
hispanoamericanos exiliados en el París de Mayo de 1968, en su obra
La vida exagerada de Martín Romaña (1981). En este primer volumen
o en este “cuaderno azul” del díptico Cuadernos de navegación en
un sillón Voltaire, Bryce parodia a través de diversos personajes a
los intelectuales hispanoamericanos que pretendieron
comprometerse a los ideales revolucionarios del Mayo francés. El
autor critica ácidamente en esta novela a aquellos
“pseudorevolucionarios” que en la moda o el calor del Mayo del ’68
comulgaron con los ideales político-sociales de los estudiantes
franceses y una vez apagado el fuego revolucionario torcieron
radicalmente sus tendencias ideológicas.
La parodia
 Si la paradoja y el absurdo instauran su reflexividad en la
diferencia, la parodia, por el contrario, lo hace en la
identidad. La parodia es imitación para, en el mismo instante,
ser transformación. De allí que sea a la vez homenaje y crítica
del objeto parodiado. Para Freud la parodia es ‘procedimiento
de degradar objetos eminentes’, así, por la parodia la
conciencia irónica pone en cuestión la jerarquía, lo instituido.
La parodia, desde esta perspectiva, no es sino discurso
desmitificador, desde lo colectivo, de las élites de poder. Así
lo entendió Bajtin en su estudio de la cultura carnavalesca, al
ver la fuerza de la parodia en la voz colectiva que, de manera
festiva, degrada los valores altos de poder y de la jerarquía.
[...] La novela, género paradigmático de la modernidad, es,
fundamentalmente, multiplicidad de voces, presencia de lo
colectivo y no es irrelevante en este sentido que sea, en la
modernidad, el género paródico por excelencia (Víctor Bravo,
1996: 117-118).
En este sentido, la parodia que realiza Bryce del intelectual-revolucionario es
un proceso de degradación de un elemento jerárquicamente poderoso e
importante en los años ’60. Con este procedimiento el autor construye un
discurso desmitificador de la consideración positiva e idealista del intelectual
comprometido en ese tiempo.
El marco poético de la parodia
Martín Romaña o bien Bryce Echenique, en su calidad de extranjero, outsider,
o escritor-observador en la periferia del fenómeno del Mayo del ’68, posee
un palco preferencial a la hora de contemplar los hechos y así poder crear la
construcción ficcional que es la novela. Esta posición ventajosa está lograda
gracias a la condición ontológica de extranjero. Este carácter de outsider del
fenómeno sociológico del Mayo francés se manifiesta desde dos perspectivas
de alejamiento o extrañamiento: 1) una perspectiva espacial, es decir que
Romaña es un peruano que contempla los hechos protagonizados por actores
en su mayoría europeos y 2) una temporal, esto se entiende al reparar en la
fecha de confección de la obra: principios de la década del ochenta.
La distinción de este extrañamiento espacio-temporal de la voz del
narrador como marco poético de la parodia posibilita sentar las bases
de la visión de Martín Romaña. El narrador no es un “fabulador”, sino
que desde su alejamiento y distinción de los protagonistas de los
hechos del ’68, reconstruye un pasado novelesco en donde se
entrecruzan ficción y realidad. En la mayoría de los casos, la porosidad
vida-ficción es tal, que la correspondencia es casi total, Martín Romaña
es Bryce y Bryce es Martín Romaña. Este distanciamiento en el tiempo
—escribe desde los ’80 recordando los ’60— se efectúa con un sentido
irónico y humorístico para permitir la mitigación de las huellas de la
dolorosa realidad. Romaña mientras parodia a los intelectuales se
parodia así mismo, todo esto mediante la reconstrucción de los hechos
por la memoria desde un sillón Voltaire, espacio simbólico que
representa el presente de la focalización del narrador y nos remite a las
condiciones de creación del propio Bryce.
Proceso de confección de la novela
Martín Romaña es condenado por su herencia oligárquica a no ser incluido en
ningún proceso gregario político e ideológico. A su vez, es coaccionado a concebir
la novela como un género que funcione como instrumento de propaganda política.
De esta forma prima la función socio-política de la novela en detrimento de su
poder ficcional, es decir, de creación de mundos imaginarios. De esta forma, esta
concepción de la literatura social se puede entender como una manifestación tardía
del debate del realismo socialista de los años ’30. Ahora bien, Romaña no puede
con su genio creativo y termina ficcionalizando su propio pasado, recreando e
reinventando su propia historia. En este marco, también reconstruye un Mayo del
’68 transformado mediante el pasaje por la criba de sus sentimientos, a través de la
dialéctica planteada entre recuerdo y olvido. En cuanto a la visión del narrador
protagonista, es decir Martín Romaña, esta patentiza una crítica ácida y casi
destructiva de las corrientes ideológicas que dieron como eclosión los sucesos
revolucionarios del Mayo francés. Los discursos canónicos y las ideologías
hegemónicas exasperan a este protagonista imbuido en su mundo de frustraciones
sentimentales y en plena búsqueda de identidad.
Génesis de un fracaso amoroso
Los Cuadernos de navegación escritos por Martín Romaña bien podrían
considerarse “Cuadernos de naufragio” puesto que este protagonista se
encuentra incapacitado de navegar por los mares del amor sin naufragar.
Todas las experiencias amatorias de Romaña tienden a transformarse en
fracaso y son relatadas desde la exageración para darles un tono irónico
y humorístico. “Las primeras experiencias amorosas de Martín acaban de
naufragar debido a la impericia como navegante que demuestra el
protagonista (Fuente, 1994: 122). En este marco, la confección de estos
cuadernos se establece fusionando siempre melancolía, distancia de los
hechos y los seres humanos, humor, olvidos y recuerdos. Es decir, en
esta actitud melancólica, el amante-creador-confesador —puesto que
ama, crea su diario de amores frustrados y además se confiesa en cada
página— recupera su pasado con humor recordando y olvidando ciertos
hechos para proteger su integridad sentimental.
Amor y matrimonio. La crudeza de la convivencia
Martín Romaña es el único protagonista bryceano que llega a casar y
debe padecer la crudeza de la convivencia. Lo que vincula a Martín
con Inés a menudo son los episodios sexuales tragicómicos en la
hondonada, puesto que los dos se van diferenciando por cuestiones
ideológicas y casi existenciales: ella es una izquierdista conversa y el
un “podrido oligarca”, estas dicotomías maniqueístas producen una
castración en Martín que empieza a ser sexual, luego es literario por
la obligación de escribir lo que desea el grupo de
pseudorevolucionarios casi liderados por Inés y termina siendo una
castración existencial porque para Inés, Martín tiene una existencia
vacía y sinsentido desde su óptica revolucionaria. El amor entre Inés
y Martín es un enamoramiento inmaduro: erótico, ciego, egoísta,
sádico, posesivo, dependiente e irresponsable (Orlandini, 1998: 65).
Amor dependiente o subordinado al vínculo con la familia de uno de
los miembros de la pareja o a un grupo de amigos.
La familia Bryce Echenique hacia 1945.
Con sus compañeros del Colegio San Arribo a Dunkerque, norte de Francia, en
Pablo, a mediados de la década del 1964.
50.
Con su gran amigo Julio Ramón En el balcón del departamento parisino de
Ribeyro y su primera esposa, Maggie Ribeyro, hacia 1970.
Revilla, a quien le dedicó su novela
Un mundo para Julius (1970).

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