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Recuerdo que una vez me pasé sobre el microscopio veinte horas seguidas, avizorando los
gestos de un leucocito moroso, en sus laboriosos forcejeos para evadirse de un capilar
sanguíneo.
El microscopio Zeiss
Agradecida la Diputación de Zaragoza al celo y desinterés con que trabajé por servirla,
decidió recompensar mis desvelos, regalándome un magnífico microscopio Zeiss. Al recibir
aquel impensado obsequio, no cabía en mí de satisfacción y alegría. Al lado de tan
espléndido Statif, con profusión de objetivos, entre otros el famoso 1,18 de inmersión
homogénea, última palabra entonces de la óptica amplificante, mi pobre microscopio
Verick parecía desvencijado cerrojo. Me complazco en reconocer que, gracias a tan
espiritual agasajo, la culta Corporación aragonesa cooperó eficacísimamente a mi futura
labor científica, pues me equiparó técnicamente con los micrógrafos extranjeros mejor
instalados, permitiéndome abordar, sin recelos y con la debida eficiencia, los delicados
problemas de la estructura de las células y del mecanismo de su multiplicación.
Tal fue la consideración, harto prosaica y terrena, que me obligó a guardar fidelidad a la
religión de la célula y a despedirme con pena del microbio
La Histología.
Firmábalos el doctor Bacteria, pseudónimo terrible, que yo usaba para mis temeridades
filosófico-científicas y las críticas loco-serias.
Proyección internacional
Teoría Reticular
Caemos tanto mejor en el lazo cuanto que los esquemas sencillos estimulan y halagan
tendencias profundamente arraigadas en el espíritu: la inclinación nativa al ahorro de
esfuerzo mental y la propensión, casi irresistible, a tomar como verdadero lo que satisface a
nuestro sentido estético, por exhibirse bajo formas arquitectónicas agradables y armoniosas.
Como siempre, la razón calla ante la belleza.
Método Golgi
…demuestra una vez más la potencia vivificante y dinamógena de las cosas vistas, es
decir, de la percepción directa del objeto, enfrente de la debilísima y por no decir nula
influencia de estas mismas cosas, cuando a la mente llegan por las frías y desvaídas
descripciones de los libros
En Francia, como en Alemania, y más en ésta que en aquélla, reina una severa disciplina
de escuela. Por respeto al maestro, ningún discípulo suele emplear métodos de
investigación que no se deban a aquél. En cuanto a los grandes investigadores, creeríanse
deshonrados trabajando con métodos ajenos. Las dos grandes pasiones del hombre de
ciencia son el orgullo y el patriotismo.
Sabido es que la substancia gris representa algo así como fieltro apretadísimo de hebras
ultrasutiles; para perseguir estos filamentos nada valen los cortes delgados ni las
coloraciones completas. Requiérense al efecto reacciones intensísimas que consientan el
empleo de cortes muy gruesos, casi macroscópico (las expansiones de las células nerviosas
tienen a veces muchos milímetros y aun centímetros de longitud), y cuya transparencia, no
obstante el insólito espesor, sea posible, gracias a la exclusiva coloración de algunas pocas
células o fibras que destaquen en medio de extensas masas celulares incoloras. Sólo así
resulta empresa factible seguir un conductor nervioso desde su origen hasta su terminación.
¿por qué no aplicar sistemáticamente el método a los animales inferiores o a las fases
tempranas de la evolución ontogénica, en las cuales el sistema nervioso debe ofrecer
organización sencilla y, por decirlo así, esquemática?
Y llegó el año 1888, mi año cumbre, mi año de fortuna. Porque durante este año, que se
levanta en mi memoria con arreboles de aurora, surgieron al fin aquellos descubrimientos
interesantes, ansiosamente esperados y apetecidos. Sin ellos, habría yo vegetado tristemente
en una Universidad provinciana, sin pasar, en el orden científico, de la categoría de
jornalero detallista, más o menos estimable. Por ellos, llegué a sentir el acre halago de la
celebridad; mi humilde apellido, pronunciado a la alemana (Cayal), traspasó las fronteras;
en fin, mis ideas, divulgadas entre los sabios, discutiéronse con calor. Desde entonces, el
tajo de la ciencia contó con un obrero más.
? 3.ª Puesto que el cuerpo y dendritas de las neuronas se aplican estrechamente las
últimas raicillas de los cilindros-ejes, es preciso admitir que el soma y las
expansiones protoplásmicas participan en la cadena de conducción, es decir, que
reciben y propagan el impulso nervioso, contrariamente a la opinión de Golgi, para
quien dichos segmentos celulares desempeñarían un papel meramente nutritivo.
? 4.ª Excluida la continuidad substancial entre célula y célula, se impone la opinión de
que el impulso nervioso se trasmite por contacto, como en las articulaciones de los
conductores eléctricos, o por una suerte de inducción, como en los carretes de igual
nombre.
A mis éxitos de entonces contribuyeron, sin duda, algunos perfeccionamientos del método
cromo-argéntico, singularmente la modificación designada proceder de doble
impregnación;4 pero el resorte principal, la causa verdaderamente eficiente, consistió —
¡quién lo dijera!— en haber aplicado a la resolución del problema de la substancia gris los
dictados del más vulgar sentido común
Mas semejante táctica, a la que Golgi y Weigert debieron notables descubrimientos, resulta
poco apropiada a la dilucidación del problema propuesto, a causa de la enorme longitud y
extraordinaria frondosidad del ramaje nervioso, que inevitablemente aparece mutilado y
casi indescifrable en cada corte.
Puesto que la selva adulta resulta impenetrable e indefinible, ¿por qué no recurrir al estudio
del bosque joven, como si dijéramos, en estado de vivero? Tal fue la sencillísima idea
inspiradora de mis reiterados ensayos del método argéntico en los embriones de ave y de
mamífero.
Congreso de Berlín
Me alarmaba un poco el silencio guardado por los autores, a quienes hice obsequio de los
números de mi revista, durante la última mitad del año 1888 y la primera de 1889. Varios
trabajos recibidos este último año acerca de la estructura del sistema nervioso, o no me
citaban o lo hacían desdeñosamente, como de pasada, y sin conceder beligerancia a mis
opiniones. 1 De la consulta de las revistas alemanas saqué la impresión de que la mayoría de
los histólogos ni me había leído. Verdad que el español es una lengua desconocida de los
sabios.