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Santiago Ramón y Cajal

Extractos científicos de su autobiografía “Recuerdos de mi vida”

Recuerdo que una vez me pasé sobre el microscopio veinte horas seguidas, avizorando los
gestos de un leucocito moroso, en sus laboriosos forcejeos para evadirse de un capilar
sanguíneo.

Sobre la epidemia de viruela

…la prueba experimental de la vacuna química, es decir, de la posibilidad de preservar a


los animales de los efectos tóxicos del vírgula más virulento, inyectándoles de antemano,
por la vía hipodérmica, cierta cantidad de cultivos muertos por el calor.

Excusado es decir que todas estas modestas contribuciones teórico-experimentales


pasaron inadvertidas por los bacteriólogos. Eran aquellos tiempos harto difíciles para los
españoles aficionados a la investigación. Debíamos luchar con el prejuicio universal de
nuestra incultura y de nuestra radical indiferencia hacia los grandes problemas biológicos.
Admitíase que España produjera algún artista genial, tal cual poeta melenudo, y
gesticulantes danzarines de ambos sexos; pero se reputaba absurda la hipótesis de que
surgiera en ella un verdadero hombre de ciencia.

El microscopio Zeiss

Agradecida la Diputación de Zaragoza al celo y desinterés con que trabajé por servirla,
decidió recompensar mis desvelos, regalándome un magnífico microscopio Zeiss. Al recibir
aquel impensado obsequio, no cabía en mí de satisfacción y alegría. Al lado de tan
espléndido Statif, con profusión de objetivos, entre otros el famoso 1,18 de inmersión
homogénea, última palabra entonces de la óptica amplificante, mi pobre microscopio
Verick parecía desvencijado cerrojo. Me complazco en reconocer que, gracias a tan
espiritual agasajo, la culta Corporación aragonesa cooperó eficacísimamente a mi futura
labor científica, pues me equiparó técnicamente con los micrógrafos extranjeros mejor
instalados, permitiéndome abordar, sin recelos y con la debida eficiencia, los delicados
problemas de la estructura de las células y del mecanismo de su multiplicación.

…me sentiría dichoso contemplando en mi rincón olvidado el espectáculo cautivador de la


vida íntima, y escuchando embelesado, desde el ocular del microscopio, los rumores de la
bulliciosa colmena que todos llevamos dentro.

La Histología es ciencia modesta y barata. Adquirido el microscopio, redúcese el gasto a


reponer algunos reactivos poco dispendiosos, y a procurarse, de vez en cuando, tal cual
rana, salamandra o conejo. Pero la Bacteriología es ciencia de lujo. Su culto requiere toda
una Arca de Noé de víctimas propiciatorias. Cada experimento encaminado a fijar el poder
patógeno de un germen, o la acción de toxinas y vacunas, exige una hecatombe de conejos,
conejillos de Indias, a veces de carneros y caballos. Súmese a esto el dineral que cuesta la
cría y reposición de tantos animales de experimentación, amén del gasto de gas
indispensable al régimen de autoclaves y estufas de esterilización e incubación.

Tal fue la consideración, harto prosaica y terrena, que me obligó a guardar fidelidad a la
religión de la célula y a despedirme con pena del microbio

La Histología.

Ocupábame también por entonces en la publicación de una obra extensa de Histología y


técnica micrográfica, que apareció por cuadernos.

Sentíame avergonzado y dolorido al comprobar que los pocos libros anatómicos e


histológicos, no traducidos, publicados hasta entonces en España, carecían de grabados
originales y ofrecían exclusivamente descripciones servilmente copiadas de las obras
extranjeras.

Firmábalos el doctor Bacteria, pseudónimo terrible, que yo usaba para mis temeridades
filosófico-científicas y las críticas loco-serias.

Proyección internacional

…me acometió la comezón de exportarlo al mercado extranjero. Tal propósito pareciome


hasta indispensable a los fines de mi educación científica. Sólo luchando con los fuertes se
llega a ser fuerte.

…aproveché la primera ocasión que se me presentó de colaborar en revistas alemanas,


entonces, como hoy, las más leídas y autorizadas.

Teoría Reticular

Reinaba entonces en Histología una de esas concepciones esquemáticas que fascinan


temporalmente los espíritus e influyen decisivamente en las pesquisas y opiniones de la
juventud. Aludo a la teoría reticular de Heitzmann y Carnoy

Caemos tanto mejor en el lazo cuanto que los esquemas sencillos estimulan y halagan
tendencias profundamente arraigadas en el espíritu: la inclinación nativa al ahorro de
esfuerzo mental y la propensión, casi irresistible, a tomar como verdadero lo que satisface a
nuestro sentido estético, por exhibirse bajo formas arquitectónicas agradables y armoniosas.
Como siempre, la razón calla ante la belleza.

Método Golgi

En realidad, el instrumento revelador existía; sólo que ni yo, aislado en mi rincón, lo


conocía, ni se había divulgado apenas entre los sabios, no obstante haber visto la luz por los
años de 1880 y 1885. Fue descubierto por C. Golgi, eximio histólogo de Pavía
Genérase de este modo un depósito de bicromato argéntico, el cual, por dichosa
singularidad que no se ha explicado todavía, selecciona ciertas células nerviosas con
exclusión absoluta de otras.

Al examinar la preparación, los corpúsculos de la substancia gris muéstranse teñidos de


negro marrón hasta en sus más finos ramúsculos, que destacan con insuperable claridad,
sobre un fondo amarillo transparente, formado por los elementos no impregnados.

…demuestra una vez más la potencia vivificante y dinamógena de las cosas vistas, es
decir, de la percepción directa del objeto, enfrente de la debilísima y por no decir nula
influencia de estas mismas cosas, cuando a la mente llegan por las frías y desvaídas
descripciones de los libros

Debo a L. Simarro, el afamado psiquiatra y neurólogo de Valencia, el inolvidable favor


de haberme mostrado las primeras buenas preparaciones efectuadas con el proceder del
cromato de plata

En Francia, como en Alemania, y más en ésta que en aquélla, reina una severa disciplina
de escuela. Por respeto al maestro, ningún discípulo suele emplear métodos de
investigación que no se deban a aquél. En cuanto a los grandes investigadores, creeríanse
deshonrados trabajando con métodos ajenos. Las dos grandes pasiones del hombre de
ciencia son el orgullo y el patriotismo.

A mi regreso a Valencia decidí emplear en grande escala el método de Golgi y estudiarlo


con toda la paciencia de que soy capaz. Innumerables probaturas, hechas por Bartual y por
mí, en muchos centros nerviosos y especies animales, nos convencieron de que el nuevo
recurso analítico tenía ante sí brillante porvenir

Sabido es que la substancia gris representa algo así como fieltro apretadísimo de hebras
ultrasutiles; para perseguir estos filamentos nada valen los cortes delgados ni las
coloraciones completas. Requiérense al efecto reacciones intensísimas que consientan el
empleo de cortes muy gruesos, casi macroscópico (las expansiones de las células nerviosas
tienen a veces muchos milímetros y aun centímetros de longitud), y cuya transparencia, no
obstante el insólito espesor, sea posible, gracias a la exclusiva coloración de algunas pocas
células o fibras que destaquen en medio de extensas masas celulares incoloras. Sólo así
resulta empresa factible seguir un conductor nervioso desde su origen hasta su terminación.

¿por qué no aplicar sistemáticamente el método a los animales inferiores o a las fases
tempranas de la evolución ontogénica, en las cuales el sistema nervioso debe ofrecer
organización sencilla y, por decirlo así, esquemática?

1888, mi año cumbre

Y llegó el año 1888, mi año cumbre, mi año de fortuna. Porque durante este año, que se
levanta en mi memoria con arreboles de aurora, surgieron al fin aquellos descubrimientos
interesantes, ansiosamente esperados y apetecidos. Sin ellos, habría yo vegetado tristemente
en una Universidad provinciana, sin pasar, en el orden científico, de la categoría de
jornalero detallista, más o menos estimable. Por ellos, llegué a sentir el acre halago de la
celebridad; mi humilde apellido, pronunciado a la alemana (Cayal), traspasó las fronteras;
en fin, mis ideas, divulgadas entre los sabios, discutiéronse con calor. Desde entonces, el
tajo de la ciencia contó con un obrero más.

? 1.ª Las ramificaciones colaterales y terminales de todo cilindro eje acaban en la


substancia gris, no mediante red difusa, según defendían Gerlach y Golgi con la
mayoría de los neurólogos, sino mediante arborizaciones libres, dispuestas en
variedad de formas (cestas o nidos pericelulares, ramas trepadoras, etc.).
? 2.ª Estas ramificaciones se aplican íntimamente al cuerpo y dendritas de las células
nerviosas, estableciéndose un contacto o articulación entre el protoplasma receptor
y los últimos ramúsculos axónicos.

De las referidas leyes anatómicas despréndense dos corolarios fisiológicos:

? 3.ª Puesto que el cuerpo y dendritas de las neuronas se aplican estrechamente las
últimas raicillas de los cilindros-ejes, es preciso admitir que el soma y las
expansiones protoplásmicas participan en la cadena de conducción, es decir, que
reciben y propagan el impulso nervioso, contrariamente a la opinión de Golgi, para
quien dichos segmentos celulares desempeñarían un papel meramente nutritivo.
? 4.ª Excluida la continuidad substancial entre célula y célula, se impone la opinión de
que el impulso nervioso se trasmite por contacto, como en las articulaciones de los
conductores eléctricos, o por una suerte de inducción, como en los carretes de igual
nombre.

A mis éxitos de entonces contribuyeron, sin duda, algunos perfeccionamientos del método
cromo-argéntico, singularmente la modificación designada proceder de doble
impregnación;4 pero el resorte principal, la causa verdaderamente eficiente, consistió —
¡quién lo dijera!— en haber aplicado a la resolución del problema de la substancia gris los
dictados del más vulgar sentido común

Mas semejante táctica, a la que Golgi y Weigert debieron notables descubrimientos, resulta
poco apropiada a la dilucidación del problema propuesto, a causa de la enorme longitud y
extraordinaria frondosidad del ramaje nervioso, que inevitablemente aparece mutilado y
casi indescifrable en cada corte.

Puesto que la selva adulta resulta impenetrable e indefinible, ¿por qué no recurrir al estudio
del bosque joven, como si dijéramos, en estado de vivero? Tal fue la sencillísima idea
inspiradora de mis reiterados ensayos del método argéntico en los embriones de ave y de
mamífero.

Crea su propia revista

Contrariábame mucho la lentitud de la imprenta y el atraso de las fechas. Para sacudir de


una vez tales trabas, decidí publicar por mi cuenta una nueva revista, la Revista trimestral
de Histología normal y patológica. El primer cuaderno vio la luz en mayo de 1888 y el
segundo apareció en el mes de agosto del mismo año. Naturalmente, todos los artículos, en
número de seis, brotaron de mi pluma.

Congreso de Berlín

Natural es que todo autor aspire a la aprobación, y si es posible al aplauso, de su público. Y


el mío, formado por limitado número de especialistas, se hallaba en el extranjero,
desparramado por unas cuantas Universidades alemanas, francesas, italianas, suizas,
inglesas y escandinavas

Me alarmaba un poco el silencio guardado por los autores, a quienes hice obsequio de los
números de mi revista, durante la última mitad del año 1888 y la primera de 1889. Varios
trabajos recibidos este último año acerca de la estructura del sistema nervioso, o no me
citaban o lo hacían desdeñosamente, como de pasada, y sin conceder beligerancia a mis
opiniones. 1 De la consulta de las revistas alemanas saqué la impresión de que la mayoría de
los histólogos ni me había leído. Verdad que el español es una lengua desconocida de los
sabios.

…reuní al efecto todos mis escasos ahorros, y me encaminé, lleno de esperanzas, a la


capital del Imperio germánico.

Desembalé mis preparaciones; requerí dos o tres instrumentos amplificantes, además de mi


excelente modelo Zeiss, traído por precaución; enfoqué los cortes más expresivos
concernientes a la estructura del cerebelo, retina y médula espinal, y, en fin, comencé a
explicar, en mal francés, ante los curiosos, el contenido de mis preparaciones.

…natural es que se prefiera enseñar lo propio a examinar lo ajeno

Al fin, desvanecida la prevención hacia el modesto anatómico español, las felicitaciones


estallaron calurosas y sinceras.

El más interesado de mis oyentes fue A. Kölliker, el venerable patriarca de la Histología


alemana… En su afecto hacia mí, llevó la benevolencia hasta aprender el español para leer
mis primeras comunicaciones.

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