Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ECUADOR
Trabajo de investigación:
Por todos, ora Enrique esa noche, en que las almas, dice lo
despertaron de su sueño junto a su esposa y lo impulsaron a pesar
del clima. Antes de empezar, tiene bien aprendida una lección:
“nunca se debe regresar a ver hacia atrás. Podría ver a alguno de
mis conocidos. Mariano Flores, el animero de Aloguincho (una
localidad cercana a Puéllaro), me contó que un día se cayó en un
camino. Sin querer volteó. En ese momento vio a cientos de
hombres, de mujeres y niños, vestidos de blanco… Claro, supongo
que eran las almitas”, dice.
Antes del recorrido también especifica que siempre tiene que estar
solo y no responderá ninguna pregunta en la próxima hora. “No
tendría sentido que vaya acompañado, la labor del animero es
solitaria”. Confiesa que no es fácil ingresar a un camposanto a
media noche, que hay que mantener una cierta conexión con Dios,
con las almas y mucha fe.
El padre Almeida
El padre Almeida
EL PADRE ALMEIDA
En esta historia se cuenta, como un padre el cual no era
precisamente el mejor debido a su mala conducta.
La leyenda cuenta que este padre, todas las noches salía a tomar
aguardiente, para salir tenía que subir en un brazo de la estatua de
Cristo, pero una noche mientras intentaba salir se dio cuenta que la
estatua lo regreso a ver y le dijo: ¿Hasta cuando padre Almeida? y
este le contesto "Hasta la vuelta" y se marchó. Una vez ya
emborrachado, salió de la cantina y se encontraba paseando en las
calles de Quito, hasta que pasaron 6 hombres altos completamente
vestidos de negro con un ataúd, aunque el padre Almeida pensó
que era un toro con el cual chocó y se desplomo, pero al levantarse
regreso a ver en el interior del ataúd, y ere él, el padre Almeida, del
asombro huyo del lugar. Se puso a pensar que eso era una señal y
que si seguía así podía morir intoxicado, entonces desde ese día ya
no ha vuelto a tomar y se nota en la cara de la estatua de Cristo
más sonriente.
El gallo de la catedral
La rutina de un hombre rico era de comer un desayuno opíparo,
dormir una siesta, vestirse y luego pasear por la Plaza de la
Independencia. Cuando un día pasó la catedral, miró hacia
arriba y miró al gallo de metal sobre el domo, dijo: "¡Los gallos
no valen para nada, ni éste de la catedral!" Después caminó a la
tienda de la Señora Mariana para beber algunas mistelas
(bebidas alcohólicas con sabores diferentes). Al volver, otra vez
miró hacia al gallo, esta vez más efusivo por el alcohol que
tomó. Una noche, cuando regresó desde la tienda de la Señora
Mariana, sintió una garra en su pierna. Se sintió atrapado y oyó
al gallo decir:
"¡Promete que nunca más vas a beber alcohol!"
"¡Promete que nunca más vas a insultarme!"
"¡Levántate y haz tu promesa!!!"
El hombre respondió:
"¡Prometo, no voy a beber ni agua!"
"¡Prometo, nunca más voy a mencionarte!"
"¡Perdóname! Perdóname!"
Así se cumplió la misión y el gallo volvió al más alto del domo.
LA LUTONA
De lo que más se ha hablado en mi pueblo desde hace tiempo es
de un ser fantasmal conocido como La Lutona. Para entonces la
ciudad no contaba con el alumbrado eléctrico, las calles luego de
las diez de la noche presentaban total ausencia de gente, no así
los lugares de expendio de licores asediados por trasnochadores
bohemios.
¿Quién era LA LUTONA?, los que la vieron que no fueron pocos
dijeron que era una mujer esbelta con batona negra, melena larga,
de rostro variable, que salía a sus recorridos después de las 12 de
la noche, hasta las tres de la madrugada. Se dijo una ocasión,
que en un baile muy animado una persona invito a bailar a una
dama, que no acepto y que se retiraba avergonzado, pero otra
dama accedió y danzaron animosamente, que no vio en ella nada
raro, sino hasta cuando le dijo, ¿Dónde la dejo?, a lo que ella
respondió, hacia allá, así lo hizo, luego volvió la mirada al lugar,
solo una sombra parecía delatar a la mujer con quien bailo: LA
LUTONA.
Otra vez en una noche de absoluta oscuridad aconteció un caso
que estremeció a todo un vecindario. En una cantina alumbrada
por un mechero, varios ciudadanos libaban, hablaban de todo de
machismo y de malas visiones, en eso de las 12 de la noche un
sonido sórdido se hizo sentir en la puerta de la entrada, ¿Quién?
Pregunto el cantinero. Nadie respondió, continuo la charla,
nuevamente, la puerta, pero esta vez con mayor fuerza. ¡Carajo,
quien jode!, grito el dueño, la puerta se abrió, un fuerte viento
apago el mechero. Y se hizo la confusión, prendieron el mechero.
Y el cantinero y clientes asustados tomaron una decisión, no mas
trago, nos veremos mañana dijo al despedirlos el cantinero.
Los tres amigos era vecinos, se quedo uno, los dos avanzaron
unos pasos más, quedo el otro, el ultimo aun tenía que cubrir unos
metros más, siguió el borrachito blasfemando, caray, que va, yo
soy bien macho, miedo , viva yo carajo, repetía… de repente sintió
que una mano se poso en su hombro, es usted compadre?, sigue ,
sigue respondió una voz suave, el jumito volvió a preguntar, oye
que te pasa, donde me llevas, quien eres tú, y levanto la mirada,
me conoces?. La Lutona, grita el borrachito, auxilio, auxilio, y cae
a la vía…. Los vecinos escucharon los gritos y salieron a prestarle
ayuda, allí estaba inconsciente. Este hombre vive en la otra calle
a donde iría?, vamos a dejarlo a su casa y así lo hicieron. Cuando
) LEYENDAS DEL TIEMPO HEROICO 2a., ed.
http://books.google.com.ec/books?id=3CFCjzdutio
C&pg=PA222&lpg=PA222&dq=leyendas++de+jipij
apa&source=bl&ots=nwHU0ryaze&sig=JzC0PrsaCk
aa4GddcimbyNccl38&hl=es&ei=Qd0BSrPoKJ-
ltge37qGOBw&sa=X&oi=book_result&ct=result&re
snum=6#PPA216,M1