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PULSACIONE

La superposición de ondas de frecuencias ƒ1 y ƒ2 muy cercanas entre sí produce un fenómeno


particular denominado pulsación (o batido).En esos casos nuestro sistema auditivo no es capaz de
percibir separadamente las dos frecuencias presentes, sino que se percibe una frecuencia única
promedio (ƒ1 + ƒ2) / 2, pero que cambia en amplitud a una frecuencia de ƒ2 - ƒ1 .
Es decir, si superponemos dos ondas senoidales de 300 Hz y 304 Hz, nuestro sistema auditivo
percibirá un único sonido cuya altura corresponde a una onda de 302 Hz y cuya amplitud varía con
una frecuencia de 4 Hz (es decir, cuatro veces por segundo).

FIGURA 01: Pulsaciones producida por la superposición de dos ondas de frecuencias muy cercanas
Las pulsaciones se perciben para diferencias en las frecuencias de hasta aproximadamente 15-20
Hz. Diferencias mayores de 15-20 Hz le dan al sonido percibido un carácter áspero, mientras que
si la diferencia aumenta comienzan nuevamente a percibirse las dos ondas simultánea y
separadamente.
OSCILACIONES

Oscilación libre
En el caso en que un sistema reciba una única fuerza y
oscile libremente hasta detenerse por causa de la
amortiguación, recibe el nombre de oscilación libre. Éste
es por ejemplo el caso cuando pulsamos la cuerda de una
guitarra.

FIGURA 01: Oscilación libre. La envolvente dinámica


muestra fases de ataque y caída
Oscilación amortiguada

Si en el caso de una oscilación libre nada perturbara al sistema en


oscilación, éste seguiría vibrando indefinidamente. En la naturaleza existe
lo que se conoce como fuerza de fricción (o rozamiento), que es el
producto del choque de las partículas (moléculas) y la consecuente
transformación de determinadas cantidades de energía en calor. Ello resta
cada vez más energía al movimiento (el sistema oscilando), produciendo
finalmente que el movimiento se detenga. Esto es lo que se conoce como
oscilación amortiguada.

FIGURA 02: Oscilación amortiguada


En la oscilación amortiguada la amplitud de la misma varía en el tiempo (según
una curva exponencial), haciéndose cada vez más pequeña hasta llegar a cero.
Es decir, el sistema (la partícula, el péndulo, la cuerda de la guitarra) se
detiene finalmente en su posición de reposo.
La representación matemática es , donde es el
coeficiente de amortiguación. Notemos que la amplitud es también
una función del tiempo (es decir, varía con el tiempo), mientras que a y son
constantes que dependen de las condiciones de inicio del movimiento.
No obstante, la frecuencia de oscilación del sistema (que depende de
propiedades intrínsecas del sistema, es decir, es característica del sistema) no
varía (se mantiene constante) a lo largo de todo el proceso. (Salvo que se
estuviera ante una amortiguación muy grande.)
Oscilación autosostenida

Si logramos continuar introduciendo energía al sistema, reponiendo la que se


pierde debido a la amortiguación, logramos lo que se llama una oscilación
autosostenida. Éste es por ejemplo el caso cuando en un violín frotamos la
cuerda con el arco, o cuando soplamos sostenidamente una flauta.

FIGURA 03: Oscilación autosostenida. La envolvente dinámica presenta


una fase casi estacionaria (FCE), además de las fases de ataque y caída
La acción del arco sobre la cuerda repone la energía perdida debido a la
amortiguación, logrando una fase (o estado) casi estacionaria. Preferimos llamarla
fase casi estacionaria -y no estado estacionario, como suele encontrarse en alguna
literatura- debido a que, en condiciones prácticas, resulta sumamente difícil que la
energía que se introduce al sistema sea exactamente igual a la que se pierde producto
de la amortiguación. En consecuencia, la amplitud durante la fase casi estacionaria no
es en rigor constante, sino que sufre pequeñas variaciones, cuya magnitud dependerá
de nuestra habilidad para compensar la energía perdida.
Si la energía que se repone al sistema en oscilación es menor a la que se pierde
producto de la fricción obtenemos una oscilación con amortiguación menor, cuyas
características dependen de la relación existente entre la energía perdida y la que se
continúa introduciendo. También en este caso el sistema termina por detenerse,
aunque demore más tiempo. (En música lo llamaríamos decrescendo.)
Por el contrario, si la energía que introducimos al sistema es mayor que la que se
pierde por la acción de la fricción, la amplitud de la oscilación crece en dependencia
de la relación existente entre la energía perdida y la que se continúa introduciendo.
(En música lo llamaríamos crescendo.)
Oscilación forzada
Las oscilaciones forzadas resultan de aplicar una fuerza periódica y de magnitud
constante (llamada generador G) sobre un sistema oscilador (llamado
resonador R). En esos casos puede hacerse que el sistema oscile en la frecuencia
del generador (ƒg), y no en su frecuencia natural (ƒr). Es decir, la frecuencia de
oscilación del sistema será igual a la frecuencia de la fuerza que se le aplica. Esto
es lo que sucede por ejemplo en la guitarra, cuando encontramos que hay cuerdas
que no pulsamos pero que vibran "por simpatía".

Debe tenerse en cuenta que no siempre que se aplica una fuerza periódica sobre
un sistema se produce una oscilación forzada. La generación de una oscilación
forzada dependerá de las características de amortiguación del sistema generador
y de las del resonador, en particular su relación.
Resonancia

Si, en el caso de una oscilación forzada, la frecuencia del generador (ƒg)


coincide con la frecuencia natural del resonador (ƒr), se dice que el sistema
está en resonancia.
La amplitud de oscilación del sistema resonador R depende de la magnitud de
la fuerza periódica que le aplique el generador G, pero también de la relación
existente entre ƒg y ƒr.
Cuanto mayor sea la diferencia ente la frecuencia del generador y la
frecuencia del resonador, menor será la amplitud de oscilación del sistema
resonador (si se mantiene invariable la magnitud de la fuerza periódica que
aplica el generador). O, lo que es lo mismo, cuanto mayor sea la diferencia
entre las frecuencias del generador y el resonador, mayor cantidad de energía
se requerirá para generar una determinada amplitud en la oscilación forzada
(en el resonador).
Por el contrario, en el caso en que la frecuencia del generador y la del
resonador coincidieran (resonancia), una fuerza de pequeña magnitud
aplicada por el generador G puede lograr grandes amplitudes de oscilación
del sistema resonador R. La Figura 04 muestra la amplitud de oscilación del
sistema resonador, para una magnitud constante de la fuerza periódica
aplicada y en función de la relación entre la frecuencia del generador ƒg y la
frecuencia del resonador ƒr.
FIGURA 04: Curva de resonancia a = f (t)
ƒg/ƒr = 1 => Resonancia
En un caso extremo el sistema resonador puede llegar a romperse. Esto es lo que ocurre cuando un
cantante rompe una copa de cristal emitiendo un sonido con la voz. La ruptura de la copa no ocurre
solamente debido a la intensidad del sonido emitido, sino fundamentalmente debido a que el
cantante emite un sonido que contiene una frecuencia igual a la frecuencia natural de la copa de
cristal, haciéndola entrar en resonancia. Si las frecuencias no coincidieran, el cantante debería
generar intensidades mucho mayores, y aún así sería dudoso que lograra romper la copa.
El caso de resonancia es importante en el estudio de los instrumentos musicales, dado que muchos de
ellos tienen lo que se conoce como resonador, como por ejemplo la caja en la guitarra. Las
frecuencias propias del sistema resonador (caja de la guitarra) conforman lo que se denomina la curva
de respuesta del resonador. Los parciales cuyas frecuencias caigan dentro de las zonas de resonancia
de la caja de la guitarra serán favorecidos frente a los que no, de manera que el resonador altera el
timbre de un sonido.

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