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San Pablo visitó varias ciudades antiguas en su misión de evangelización, incluidas Perga en Turquía, Filipos en Grecia y Éfeso en Turquía, donde ayudó a convertir a muchos habitantes. Finalmente, Pablo fue a Jerusalén, donde fue reconocido por los judíos y arrestado por el tribuno romano antes de ser enviado a Roma, donde murió mártir por orden del emperador Nerón.
San Pablo visitó varias ciudades antiguas en su misión de evangelización, incluidas Perga en Turquía, Filipos en Grecia y Éfeso en Turquía, donde ayudó a convertir a muchos habitantes. Finalmente, Pablo fue a Jerusalén, donde fue reconocido por los judíos y arrestado por el tribuno romano antes de ser enviado a Roma, donde murió mártir por orden del emperador Nerón.
San Pablo visitó varias ciudades antiguas en su misión de evangelización, incluidas Perga en Turquía, Filipos en Grecia y Éfeso en Turquía, donde ayudó a convertir a muchos habitantes. Finalmente, Pablo fue a Jerusalén, donde fue reconocido por los judíos y arrestado por el tribuno romano antes de ser enviado a Roma, donde murió mártir por orden del emperador Nerón.
Turquía, fue una de las primeras ciudades visitadas por san Pablo en Asia Menor. • San Pablo llegó a la antigua ciudad de Filip os, en la provincia griega de Macedonia, de spués de tener una visión de un hombre qu e lo llamó a difundir el Evangelio en la regi ón. Hoy en día, el sitio arqueológico de Fili pos, en la Grecia actual, es Patrimonio de l a Humanidad de la UNESCO. • La Acrópolis de Atenas, donde se le pidió a san Pablo que diera un discurso sobre el “ Dios Desconocido” a los pensadores pagan os de Atenas. • Una reconstrucción del Templo de Artemis a, en Éfeso, una ciudad de la actual Turquí a donde san Pablo ayudó a evangelizar a ca si todos los habitantes locales durante su t ercer viaje. • Luego Pablo visitó a Santiago, quien le aconsejó que hablara con los judíos más tradicionalistas del Templo. Aquí Pablo fue reconocido por los judíos de las provincias asiáticas y, una vez más, fue recibido con hostilidad. Claudio Lisias, el tribuno romano local, intervino y encarceló a Pablo antes de saber que era ciudadano romano. Aquí comenzó lo que muchos llaman la “Pasión de Pablo”, en la que la dedicación de san Pablo a su misión evangelizadora lo llevó a ser arrestado, golpeado, torturado y finalmente asesinado en Roma por orden del emperador Nerón entre los años 62-64.