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El contrato social

Jean Jacques Rousseau


«El hombre ha nacido libre y en todas partes está encadenado»

Libertad vs. Esclavitud


Derecho Fuerza
Moralidad Necesidad
Legitimidad
Convenciones

«Sería, pues, preciso, para que un gobierno arbitrario fuese legítimo, que,
en cada generación, el pueblo fuese dueño de aceptarlo o rechazarlo»

«… privar de toda libertad a su voluntad es privar de toda moralidad a sus


acciones»
«Es la relación de las cosas, no la de los hombres, lo que constituye la
guerra»

«Los combates particulares, los duelos, las peleas, son actos que no
constituyen un estado»

«La guerra no es, pues, una relación de hombre a hombre, sino una
relación de Estado a Estado, en la cual los particulares son solo
enemigos accidentalmente, no como hombres, ni siquiera como
ciudadanos, sino como soldados; no como miembros de la patria, sino
como defensores de la misma»
«Antes, pues, de examinar el acto por el cual un pueblo elige un rey,

convendría examinar el acto por el cual un pueblo es un pueblo»

«La ley misma de la pluralidad de los sufragios es resultado de la

convención, y supone la unanimidad por lo menos una vez»

«‘Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la

fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado, y por lo cual,

uniéndose cada uno a todos, no obedezca, sin embargo, más que así

mismo y permanezca tan libre como antes’. Tal es el problema

fundamental, cuya solución da el contrato social»


«De suerte que si se separa del pacto social lo que no forma parte de su esencia, resultará que

se reduce a los términos siguientes: Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo

su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general: y recibimos en cuerpo a cada

miembro como parte indivisible del todo»

«En el mismo instante, en lugar de la persona particular de cada contratante, este acto de

asociación produce un cuerpo moral y colectivo compuesto de tantos miembros como votos

tiene la asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su

voluntad. Esta persona pública que se forma así, por la unión de todas las demás, tomaba en

otro tiempo el nombre de Ciudad, y toma ahora el de República o el de cuerpo político, al cual

llaman sus miembros Estado cuando es pasivo, Soberano cuando es activo, Poder cuando lo

comparan con otros de su misma especie. Por lo que se refiere a los asociados, toman

colectivamente el nombre de Pueblo, y se llaman en particular Ciudadanos como participantes

en la autoridad soberana, y Súbditos como sometidos a las leyes del Estado»


«Ahora bien, como el soberano está formado únicamente por los particulares que lo componen,

no tiene ni puede tener interés contrario al de estos; por consiguiente, el poder soberano no

tiene ninguna necesidad de garantía ante los súbditos, porque es imposible que el cuerpo quiera

perjudicar a todos sus miembros; y luego veremos que no puede perjudicar a ninguno en

particular. El poder soberano, por el simple hecho de serlo, es siempre todo lo que debe ser»

«…para que el pacto social no sea un formulario vano, implica tácitamente el compromiso, único

que puede dar fuerza a los otros, de que el que se niegue a obedecer a la voluntad general será

obligado a ello por todo el cuerpo; lo cual no significa otra cosa sino que se le obligará a ser

libre; pues tal es la condición que, dando cada ciudadano a la patria, le garantiza toda

dependencia personal; condición que constituye el artificio y el funcionamiento de la máquina

política y que es lo único que hace legítimas las obligaciones civiles, las cuales serían sin esto,

absurdas, tiránicas y expuestas a los más enormes abusos»


«Este paso del estado de naturaleza al estado civil, produce en el hombre un cambio muy importante,

sustituyendo en su conducta el instinto por la justicia y dando a sus acciones la moralidad que les faltaba

antes»

«…sus facultades se ejercitan y desarrollan, sus ideas se amplían, sus sentimientos se ennoblecen, su alma

entera se eleva hasta tal punto que, si los abusos de esta nueva condición no le degradaran a menudo por

debajo de aquella de que salió, debería bendecir constantemente el dichoso momento que le sacó de ella

para siempre y que, de un animal estúpido y limitado, hizo un ser inteligente y un hombre»

«Lo que el hombre pierde por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que le

tienta y está a su alcance; lo que gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee […] la libertad

civil, que está limitada por la voluntad general»

«Podría agregarse a las adquisiciones del estado civil la libertad moral, única que hace al hombre

verdaderamente dueño de sí, pues el impulso del simple apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno

se ha prescrito es libertad»
«[…] los antiguos monarcas […] titulándose solamente reyes de los
persas, de los escitas, de los macedonios, parecían considerarse
jefes de los hombres más que dueños del territorio. Los de hoy se
llaman más hábilmente reyes de Francia, de España, de Inglaterra,
etcétera… Siendo así dueños del territorio, están bien seguros de
serlo de los habitantes»

«Lo singular de esta enajenación es que la comunidad, al aceptar


los bienes de los particulares, no solo no los despoja de ellos, sino
que les asegura su legítima posesión, convierte la usurpación en
un verdadero derecho y el disfrute de la propiedad»

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