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«Sería, pues, preciso, para que un gobierno arbitrario fuese legítimo, que,
en cada generación, el pueblo fuese dueño de aceptarlo o rechazarlo»
«Los combates particulares, los duelos, las peleas, son actos que no
constituyen un estado»
«La guerra no es, pues, una relación de hombre a hombre, sino una
relación de Estado a Estado, en la cual los particulares son solo
enemigos accidentalmente, no como hombres, ni siquiera como
ciudadanos, sino como soldados; no como miembros de la patria, sino
como defensores de la misma»
«Antes, pues, de examinar el acto por el cual un pueblo elige un rey,
uniéndose cada uno a todos, no obedezca, sin embargo, más que así
se reduce a los términos siguientes: Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo
«En el mismo instante, en lugar de la persona particular de cada contratante, este acto de
asociación produce un cuerpo moral y colectivo compuesto de tantos miembros como votos
tiene la asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su
voluntad. Esta persona pública que se forma así, por la unión de todas las demás, tomaba en
otro tiempo el nombre de Ciudad, y toma ahora el de República o el de cuerpo político, al cual
llaman sus miembros Estado cuando es pasivo, Soberano cuando es activo, Poder cuando lo
comparan con otros de su misma especie. Por lo que se refiere a los asociados, toman
no tiene ni puede tener interés contrario al de estos; por consiguiente, el poder soberano no
tiene ninguna necesidad de garantía ante los súbditos, porque es imposible que el cuerpo quiera
perjudicar a todos sus miembros; y luego veremos que no puede perjudicar a ninguno en
particular. El poder soberano, por el simple hecho de serlo, es siempre todo lo que debe ser»
«…para que el pacto social no sea un formulario vano, implica tácitamente el compromiso, único
que puede dar fuerza a los otros, de que el que se niegue a obedecer a la voluntad general será
obligado a ello por todo el cuerpo; lo cual no significa otra cosa sino que se le obligará a ser
libre; pues tal es la condición que, dando cada ciudadano a la patria, le garantiza toda
política y que es lo único que hace legítimas las obligaciones civiles, las cuales serían sin esto,
sustituyendo en su conducta el instinto por la justicia y dando a sus acciones la moralidad que les faltaba
antes»
«…sus facultades se ejercitan y desarrollan, sus ideas se amplían, sus sentimientos se ennoblecen, su alma
entera se eleva hasta tal punto que, si los abusos de esta nueva condición no le degradaran a menudo por
debajo de aquella de que salió, debería bendecir constantemente el dichoso momento que le sacó de ella
para siempre y que, de un animal estúpido y limitado, hizo un ser inteligente y un hombre»
«Lo que el hombre pierde por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que le
tienta y está a su alcance; lo que gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee […] la libertad
«Podría agregarse a las adquisiciones del estado civil la libertad moral, única que hace al hombre
verdaderamente dueño de sí, pues el impulso del simple apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno
se ha prescrito es libertad»
«[…] los antiguos monarcas […] titulándose solamente reyes de los
persas, de los escitas, de los macedonios, parecían considerarse
jefes de los hombres más que dueños del territorio. Los de hoy se
llaman más hábilmente reyes de Francia, de España, de Inglaterra,
etcétera… Siendo así dueños del territorio, están bien seguros de
serlo de los habitantes»