Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al
mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Ahora, pongan atención y les diré lo que significa el ejemplo del sembrador. Hay algunos que escuchan el mensaje del reino de Dios, pero como no lo entienden, el diablo viene y hace que lo olviden. Éstos son como las semillas que cayeron junto al camino. Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que oyen el mensaje del reino de Dios, y lo aceptan rápidamente y con gran alegría, pero como no entienden muy bien el mensaje, su alegría dura muy poco. Cuando tienen problemas, o los maltratan por ser obedientes a Dios, enseguida se olvidan del mensaje. Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Sólo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos. Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el mensaje y lo entienden. Éstos sí cambian sus vidas y hacen lo bueno. Pero parte cayó en buena tierra Pero parte cayó en buena tierra Pero parte cayó en buena tierra