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Consejos para Jóvenes
Consejos para Jóvenes
Acuérdate de Dios
Honra a tus padres
desde tu juventud
Consejos
para edificar
una vida de
éxito
“Acuérdate de tu Creador
en los días de tu
juventud, antes que
vengan los días malos, y
lleguen los años de los
cuales digas: No tengo
en ellos contentamiento”.
Eclesiastés 12:1
“ … antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia”,
(Eclesiastés 12:2). Se va perdiendo la vista y cuesta distinguir los pequeños detalles.
“… cuando temblarán los guardas de la casa”, (Eclesiastés 12:3): Las manos con los años comienzan a temblar,
especialmente en la vejez.
“… y se encorvarán los hombres fuertes”, (Eclesiastés 12:3): Las piernas se encorvan en la vejez perdiendo su
habilidad y fortaleza.
Acuérdate de Dios
desde tu juventud
“ … y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas
de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela”, (Eclesiastés 12:3-4). Sus dientes se pierden y su vista le
falla.
“ … cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas”, (Eclesiastés 12:4):
Disminuye la capacidad para escuchar y disfrutar de la música.
“… cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino”, (Eclesiastés 12:5): Se
experimentan temores debido a que se pierden todas las fuerzas y destrezas.
“ … y la langosta será una carga”, (Eclesiastés 12:5): Al hombre le es imposible sostenerse sobre sus dos
piernas y necesita usar un bastón.
Finalmente, se muere: “porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las
calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la
fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que
lo dio”, (Eclesiastés 12:5-7).
Honra a tus padres
“Honra a tu padre y a tu
madre, que es el primer
mandamiento con
promesa; para que te
vaya bien, y seas de
larga vida sobre la
tierra”.
Efesios 6:2-3
Hoy en día vivimos en un mundo sometido por el pecado, pero Dios nos
desafía a ser vencedores
José a través de
su Integridad
venció la
seducción del
pecado
“Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus
ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la
mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo
de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha
reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues,
haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?”.
Génesis 39:7-8
Un mundo necesitado de personas con integridad
Sinónimos de la
integridad
“Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de
Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del
tabernáculo de reunión. Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de
en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; y fue tras el varón de Israel a la
tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la
mortandad de los hijos de Israel”.
Números 25:6-8
Cuando nos decidimos
entregar completamente a Dios
y honrarlo, Dios nos honra.
“Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Finees hijo de Eleazar, hijo del
sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo
entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. Por
tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; y tendrá él, y
su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por
cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel”.
Números 25:10-13
“Sadrac, Mesac y Abed-nego
respondieron al rey Nabucodonosor,
diciendo: No es necesario que te
respondamos sobre este asunto. He aquí
nuestro Dios a quien servimos puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y
de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no,
sepas, oh rey, que no serviremos a tus
dioses, ni tampoco adoraremos la
estatua que has levantado”.
Daniel 3:16-17