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Universidad Michoacana de San

Nicolás de Hidalgo
Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas
“Dr. Ignacio Chávez”

# Los consejos de
Esculapio
Asignatura: Patología Quirúrgica I
Profesor: Dr. Felipe de Jesús Domínguez Chávez
Alumno: Guillermo Avila Hurtado
Fecha: 24.abril.2023
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Fortunio Liceto, (1577-1657)
Célebre médico, filósofo y anticuario genovés. Fue profesor
de filosofía en Pisa y Padua, mostrándose siempre gran
partidario de la filosofía de Aristóteles. Explicó después la
medicina teórica en la segunda de las ciudades citadas y dejó
diferentes obras como son: De ortu animo humana; De
lucernis antiquorum reconditis; Peripatetica medicaque
placita; De vita; De his qui diu vivunt sine alimento; De
perfectu constitutione hominis in utero; De monstruorum
causis; De novis astris et cometis; De animorum rationalium
inmortalitate; etc.
Expone en su obra "Monstruorum causis" casos teratológicos
junto a distintas técnicas quirúrgicas, sobre todo plastias e
injertos.

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Rufo de Éfeso
Rufo de Efeso fue un médico de la Antigua
Grecia. Es autor de un tratado de dietética,
patología, anatomía y terapéutica titulado
Artis Medicae Principes. Se considera a
Rufo seguidor de la escuela hipocrática,
aunque en su obra se encuentran diferencias
e incluso críticas abiertas a algunos de los
postulados del médico de Cos. Su obra trata
de aspectos médicos usualmente relegados
por otros autores, como el capítulo
dedicado al tratamiento de los esclavos.

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Giovanni Alfonso Borell
(Nápoles, 1608-Roma, 1679) Físico
italiano. Estudió también medicina y
matemática y fue profesor en Mesina, Pisa
y Roma. Por sus ideas astronómicas es
considerado como el precursor de Newton.
Inventó el helióstato y enunció las leyes de
la capilaridad. Su mayor aportación a la
ciencia consiste en la aplicación de las
leyes físicas y matemáticas a los procesos
biológicos, interpretados como
consecuencia de las tensiones de los sólidos
y las presiones de los líquidos.
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Carta de esculapio
a su hijo

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¿Quieres ser
médico, hijo mío?

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Aspiración es ésta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia. ¿Has
pensado bien en lo que ha de ser tu vida?

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Tienes que renunciar a la
vida privada. La mayoría
de los ciudadanos pueden,
terminada la tarea, aislarse
lejos de los importunos; tu
puerta quedará siempre
abierta a todos: de día y de
noche. Vendrán a turbar tu
descanso, tus placeres, tu
meditación; ya no tendrás
horas que dedicar a la
familia, a la amistad o al
estudio.

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Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia;
pero los ricos, te tratarán como a esclavo encargado de remediar sus excesos sea
porque tengan una indigestión, sea porque estén acatarrados, pues estiman en
muchísimo su persona. Habrás de demostrar interés por los detalles más vulgares
de su existencia, decir si ha de comer cordero o carnero, si ha de andar de tal o
cual modo cuando pasea. No podrás ir al teatro, ausentarte de la ciudad, ni estar
enfermo

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Eres severo en la
elección de tus amigos;
buscas la sociedad de
hombres de talento, de
artistas, de almas
delicadas, pues bien, en
adelante no podrás
desechar a los
fastidiosos, a los
escasos de inteligencia,
a los despreciables. El
malhechor tendrá tanto
derecho a tu asistencia
como el hombre
honrado. 13
Tienes fe en tu trabajo; ten presente que te
juzgarán no por tu ciencia, sino por las
cualidades del vestido, por el porte de tu capa,
por la apariencia de tu casa, por el número de
tus criados, por la atención que dediques a las
charlas y a los gustos de tu clientela.
Los habrá que desconfiarán de ti si no gastas
barba; otros si no vienes de Asia; otros si crees
en los dioses; otros si no crees en ellos. Tu
vecino, el carnicero, no te concederá su clientela
si no eres parroquiano suyo, y lo mismo ocurrirá
con el tendero y con el zapatero. Habrás de
luchar de continuo contra las supersticiones de
los ignorantes, pues no hay portero que no sea
capaz de dar consejos a un enfermo.

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Te gusta la sencillez;
habrás de adoptar la
actitud de un augur. Eres
activo, sabes lo que vale
el tiempo; tendrás que
aguantar relatos que
arranquen del principio
de los tiempos, para
explicarte un cólico;
ociosos te consultarán por
el solo placer de charlar,
serás el vertedero de
disgustos, de vanidades.

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Sientes pasión por la verdad; ya no
podrás decirla. Habrás de ocultar a
algunos la gravedad de su mal; a
otros su insignificancia. Habrás de
ocultar secretos que posees,
consentir en ser burlado, ignorante,
cómplice. La medicina es una
ciencia oscura, que los esfuerzos de
sus fieles van iluminando de siglo
en siglo. No te será permitido dudar
nunca, so pena de perder todo
crédito; si no afirmas que conoces la
naturaleza de la enfermedad, que
posees un remedio infalible para
curarle, el vulgo irá a ver
charlatanes, que venden la mentira
que necesita. 16
No cuentes con agradecimientos;
cuando el enfermo sana la curación es
debida a su robustez; si muere, tú eres
el que lo ha matado. Mientras está en
peligro, te trata como a un dios, te
suplica, te promete, te colma de
halagos; no bien está en
convalescencia, ya le estorbas; cuando
se trata de pagar los cuidados que le
has prodigado, se enfada y te denigra.
Cuanto más egoístas son los hombres,
más solicitud exigen del médico;
cuanto más codiciosos, más
desinteresado ha de ser él. Aquellos
mismos que se burlan de los dioses, le
confieren sacerdocio para interesarlo
al culto de su sacra persona. 17
No cuentes con que este oficio tan penoso te
hará rico. Te lo he dicho: es un sacerdocio, y
no sería decente que produjera ganancias
como las que saca un aceitunero, o el que
vende lana. Te compadezco si sientes afán
por la belleza; verás lo más feo y más
repugnante que hay en la especie humana.
Habrás de pegar tu oído contra el sudor de
pechos sucios, respirar el olor de míseras
viviendas, los perfumes harto subidos de las
cortesanas, palpar tumores, curar llagas
verdes de pus, contemplar las orinas,
escudriñar los esputos, fijar tu mirada y
olfato en inmundicias.
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Cuántas veces un día hermoso,
soleado y perfumado, al salir
de un banquete o de una pieza
de Sófocles, te llamarán para
un hombre que, molestado por
los dolores de vientre, te
presentará un bacín
nauseabundo, diciéndote
satisfecho: «¡Gracias a que he
tenido la precaución de no
tirarlo!». Recuerda entonces
que habrá de parecer
interesarte mucho aquella
deyección.
19
Hasta la belleza misma de las
mujeres, consuelo del
hombre, se desvanecerá para
ti. Las verás por la mañana
desgreñadas, desencajadas,
desprovistas de sus bellos
colores y olvidando sobre los
muebles parte de sus
atractivos. Cesarán de ser
diosas para convertirse en
pobres seres afligidos de
miserias sin gracia. Sentirás
por ellas más compasión que
deseos. ¡Cuántas veces te
asustarás al ver un cocodrilo
adormecido en el fondo de la
fuente de los placeres! 20
Tu vida transcurrirá como a la
sombra de la muerte, entre el
dolor de los cuerpos y de las
almas, entre los duelos y la
hipocresía que calcula a la
cabecera de los agonizantes;
la raza humana es un
Prometeo desgarrado por los
buitres.
Te verás solo en tus tristezas,
solo en tus estudios, solo en
medio del egoísmo humano.
Ni siquiera encontrarás apoyo
entre los médicos, que se
hacen sorda guerra por interés
o por orgullo.
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Únicamente la conciencia de aliviar males podrá
sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras estás a
tiempo; pero si, indiferente a la fortuna, a los
placeres de la juventud; si sabiendo que te verás solo
entre las fieras humanas, tienes un alma bastante
estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin
ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de
una madre, con una cara que sonríe porque ya no
padece, o con la paz de un moribundo a quien
ocultas la llegada de la muerte; si ansías conocer al
hombre, penetrar todo lo trágico de su
destino... ¡hazte médico, hijo mío!»

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Preguntas a responder
1. ¿A qué renuncias?
2. ¿En qué momento te llamarán los pobres?
3. ¿En qué momento te llamarán los ricos?
4. ¿Qué dice de la belleza?
5. ¿Qué dice de la belleza femenina?
6. ¿Cómo describe a la raza humana?
7. ¿Qué dice acerca de la remuneración económica?
8. ¿Qué opina sobre la duda?
9. ¿Qué dice sobre cómo te juzgarán?
10. ¿Quiénes tienen derecho a recibir tu atención médica?

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Preguntas y respuestas
1. ¿A qué renuncias?
2. ¿En qué momento te llamarán los pobres?
3. ¿En qué momento te llamarán los ricos?
4. ¿Qué dice de la belleza?
5. ¿Qué dice de la belleza femenina?

1. A la vida privada.
2. No te llamarán si no en caso de urgencia.
3. Los ricos te tratarán como esclavo
4. Te compadezco si sientes afán por la belleza; verás lo más feo y más repugnante que hay en la especie humana.
5. Hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre, se desvanecerá para ti. Las verás por la mañana
desgreñadas, desencajadas, desprovistas de sus bellos colores y olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos.

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Preguntas y respuestas
6. ¿Cómo describe a la raza humana?
7. ¿Qué dice acerca de la remuneración económica?
8. ¿Qué opina sobre la duda?
9. ¿Qué dice sobre cómo te juzgarán?
10. ¿Quiénes tienen derecho a recibir tu atención médica?

6. Ta raza humana es un Prometeo desgarrado por los buitres.


7. No cuentes con que este oficio tan penoso te hará rico. Te lo he dicho: es un sacerdocio, y no sería decente que
produjera ganancias como las que saca un aceitunero, o el que vende lana.
8. No te será permitido dudar nunca, so pena de perder todo crédito; si no afirmas que conoces la naturaleza de la
enfermedad, que posees un remedio infalible para curarle, el vulgo irá a ver charlatanes, que venden la mentira que
necesita.
9. Re juzgarán no por tu ciencia, sino por las cualidades del vestido, por el porte de tu capa, por la apariencia de tu casa,
por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela.
10. El malhechor tendrá tanto derecho a tu asistencia como el hombre honrado.

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Bibliografía
Super User. (n.d.). Consejos de Esculapio a su hijo. Edu.ar. Retrieved April 23,
2023, from
http://www.med.unlp.edu.ar/index.php/biblioteca3/lecturas1/consejos-de-
esculapio-a-su-hijo

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