Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El envejecimiento del sistema nervioso en los adultos mayores es un proceso natural que puede afectar la estructura y
función del cerebro y del sistema nervioso periférico, pueden conducir los impulsos más lentamente y liberar
neurotransmisores, lo que da lugar a una disminución de la sensibilidad, reflejos más lentos y, a menudo, cierta
torpeza Algunos de los cambios comunes en el sistema nervioso en el adulto mayor incluyen:
Pérdida de células cerebrales: Con el envejecimiento, se produce una disminución del número de células
cerebrales , lo que puede afectar la velocidad de procesamiento de la información y la memoria.
La nitidez de la audición puede declinar ligeramente comenzando alrededor de los 50 años, posiblemente ocasionada por
cambios en el nervio auditivo, Esta pérdida de audición relacionada con la edad se denomina presbiacusia, se considera
que el 30% de todas las personas de más de 65 años tienen deterioro significativo de la audición, más de una cuarta
sufren discapacidad auditiva, y a los 75 años un tercio de las personas presentan signos de discapacidad auditiva
Pérdida de células ciliadas en el oído interno, lo que reduce la capacidad de detectar sonidos de alta
frecuencia.
Reducción en la capacidad de discernir el habla en ambientes ruidosos.
Problemas para detectar sonidos de baja intensidad.
Los problemas médicos como la presión arterial alta o la diabetes, que son más comunes en las
personas mayores, pueden contribuir a la pérdida de audición.
Hay medicamentos que son tóxicos para las células sensoriales en los oídos (por ejemplo, algunos
medicamentos para la quimioterapia) que también pueden causar la pérdida de audición.
La mayoría de las personas mayores con pérdida de audición tienen una combinación de pérdida de
audición relacionada con la edad y pérdida de audición inducida por el ruido.
CAMBIOS DEL ENVEJECIMIENTO DE LA
VISION
El número de células mucosas de la conjuntiva puede disminuir con la edad. La producción de lágrimas
también disminuye con la edad, y en consecuencia hay menos lágrimas disponibles para mantener húmedo
el ojo. Estos cambios explican por qué las personas mayores tienen más probabilidad de sufrir sequedad
ocular (xeroftalmia).
Algunos cambios son: