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Introducción
¡Centinela, ha llegado el momento de vivir nuestro mes misionero!
Nuestro subsidio tiene tres momentos para guiar nuestra reflexión misionera e
incluye algunas ideas que servirán de ayuda para profundizar aún más en nuestra
labor como misioneros de Jesús.
Este año, meditaremos en el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús,
una oportunidad para detenernos y meditar en las diversas experiencias que a lo
largo de nuestra adolescencia hemos podido vivir, sobre todo, reconocer esa
presencia de Cristo en nuestras vidas.
Para ello reflexionaremos nuestro lema: “corazones ardientes pies en camino”,
junto con el tema de fondo ser misioneros que comparten el pan y comparten la
vida. Una invitación plena a dar encontrarnos con Jesús y a llevarlo con alegría a
todos nuestros hermanos.
Oración
Señor, también yo marcho hoy por la vida como los discípulos de Emaús:
pensando que mi vida no tiene sentido, creyendo que en la vida todo es negro,
incapaz de ver con mis ojos la claridad del día y las estrellas de la noche.
Señor, ¿Podrías salir hoy al camino y pasear conmigo? ¿Podrías levantar mi
esperanza de este suelo por dónde camino? ¿Podrías quedarte a comer y calentar
mi corazón frío?
Amén.
1ER MOMENTO
Iluminación
Sus corazones ardían mientras les explicaba las Escrituras.
Para este primer momento vamos a utilizar un letrero que diga: Emaús
Reflexión
A lo largo del camino, los dos discípulos iban tristes desorientados, su fe se había
quebrantado ya que en quien habían puesto su confianza se ha ido, estaba muerto
y los corazones de los dos discípulos estaban tristes —como se reflejaba en sus
rostros— a causa de la muerte de Jesús, en quien habían creído (cf. v. 17).
Sin embargo, si estos dos discípulos, que estuvieron compartiendo con el Señor
en el día a día, la tristeza y la desolación no les permitía reconocer que era el
mismo Jesús quien se había puesto a caminar con ellos, ¿cómo nosotros
centinelas vamos a reconocer ese rostro de Jesús que va a nuestro lado?
La imagen que ellos tenían guardad de Jesús se ha ido, ahora tiene una nueva
imagen, por eso es importante hacer un alto en el camino y reconocer en que
momento de nuestras vidas nuestro corazón ha comenzado a arder cuando Jesús
nos ha explicado las escrituras.
2DO MOMENTO
Canto Emaús- Maite López
https://www.youtube.com/watch?v=0KHAgrEoSnA
Iluminación
Sus ojos se abrieron y lo reconocieron al partir el pan
Reflexión
«[…] Participando realmente del Cuerpo del Señor en la fracción del pan
eucarístico, somos elevados a una comunión con Él y entre nosotros. “Porque el
pan es uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único
pan” (1 Co 10,17). Así todos nosotros nos convertimos en miembros de ese
Cuerpo (cf. 1 Co 12,27) “y cada uno es miembro del otro” (Rm 12,5)».
(Lumen Gentium, n. 7)
Reflexión
“Como aquellos dos discípulos «contaron a los otros lo que les había pasado por
el camino» (Lc 24,35), también nuestro anuncio será una narración alegre de
Cristo el Señor, de su vida, de su pasión, muerte y resurrección, de las maravillas
que su amor ha realizado en nuestras vidas.
Pongámonos de nuevo en camino también nosotros, iluminados por el encuentro
con el Resucitado y animados por su Espíritu. Salgamos con los corazones
ardientes, los ojos abiertos, los pies en camino, para encender otros corazones
con la Palabra de Dios, abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, e invitar a todos
a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha
dado a la humanidad.”