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El Hombre como revelación

El hombre como criatura

El hombre es finito:
• El hombre no es su propio creador.
• No está en sus manos elegir lugar, tiempo y circunstancias.
El hombre como criatura
¿Cómo experimenta el hombre su finitud?

El hombre experimenta su finitud en lo que ocurre sin el y a menudo contra él dentro de


una situación histórica:
• En el fracaso
• En las cosas que le salen mal
• En el derrumbamiento de sus planes y proyectos
• En el carácter fragmentario de sus obras
• En la fragilidad de sus realizaciones.
• En la experiencia de sus limites
• En su incapacidad.
El hombre como criatura
La condición de criatura desde la “dimensión de revelación”

Desde esta dimensión el hombre experimenta la condición de criatura en forma


totalmente distinta:
• Como felicidad
• Como un don
• Como ayuda
• Como salvación
y altamente significativa: “Gracias a Dios”:
El hombre como criatura
La condición de criatura desde la “dimensión de revelación” le
concede al hombre dignidad humana

La dignidad humana viene dada con el hecho y la realidad de Dios, que está por encima
del hombre y su finitud, a que somos criaturas de Dios y somos imagen y semejanza
suya.
El hombre en su conducta

El hombre puede encontrarse con el mundo fuera de sí mismo mediante


• el conocimiento,
• la acción y
• la actuación

Y desde estas tres dimensiones, el hombre experimenta su condición de criatura,


manifestándose en él una relación a la trascendencia.
El hombre en su conducta

La relación de trascendencia es experimentada por el hombre cuando se da cuenta que


no es él personalmente quien a condiciona su conocer y obrar, sino más bien le señalan
hacia lo ilimitado y sin fronteras, hacia lo incondicional y absoluto, pero que si puede
experimentar en su obrar una realidad que todo lo determina; y eso es una descripción
de Dios.

El obrar del hombre tiene la cualidad de un ser revelador que señala a Dios.

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