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La asediada oposición
El derrumbe de la camarilla política a Fujimori creció
Fujimori-Montesinos- en la medida en que los
militares, que capturó las escándalos de corrupción y
principales instituciones las violaciones de los
del Estado peruano durante derechos humanos iban
la «década infame» de los intensificándose. Dichos
años noventa, llegó a su fin escándalos, que giraban en
debido a las sucesivas torno a la inconstitucional
crisis y escándalos que se tercera elección del
desataron en áreas claves presidente, abrieron la
diversas. herida que puso fin al
régimen.
En 1998, el poder judicial y el
legislativo, controlados por el
régimen, rechazaron el intento
Desde 1996, Fujimori y efectuado por grupos
Montesinos se esforzaron por democráticos y manifestaciones
imponer, mediante todos los estudiantiles de realizar un
medios posibles, una dispensa referéndum nacional en torno a la
legal para su tercera candidatura legalidad de la reelección de
presidencial. Fujimori.
El 16 de septiembre, Fujimori
anunció que habrían nuevas
elecciones y que las funciones del
SIN habían quedado suspendidas.
CULMINACIÓN DE UN CICLO
Se formó, entonces, un gobierno de transición encabezado por el líder de la oposición Valentín Paniagua, elegido por el Congreso
para que actuara como presidente interino.
Los medios despertaron, la sociedad civil se vio informada y se le escuchó, y surgió una nueva generación de líderes, periodistas y
jueces anticorrupción de diversos antecedentes políticos. Los parlamentarios que reclamaron el derecho de supervisión y los jueces
especiales que reafirmaron la autonomía del poder judicial contribuyeron a la renovación institucional. Lourdes Flores, Fernando
Olivera, Anel Townsend, Ernesto Herrera, Fernando Rospigliosi, Gustavo Gorriti, José Ugaz y Nelly Calderón reforzaron y
complementaron las revelaciones anticorrupción hechas por Mario Vargas Llosa y otros
En conclusión, los gobiernos de Fujimori-Montesinos
alcanzaron nuevos grados de corruptela incontrolada, la más
reciente en una larga historia de corrupción estructural y
sistémica. Aunque parecido al gobierno de Leguía, este régimen
autoritario tuvo, además del sólido sustento militar que recuerda
a otras dictaduras, que conservar una fachada de democracia
para legitimarse a sí mismo en el nuevo contexto internacional
de la década de 1990.