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Sofía se lastimó el tobillo jugando fútbol con sus amigos y no le dijo a nadie por miedo a ser castigada. Cuando llegó a su casa cojeando, su mamá notó que algo no estaba bien. Más tarde, cuando vinieron los médicos a inyectar a su abuela, Sofía les pidió que revisaran su tobillo y descubrieron que tenía un esguince. Los médicos le explicaron a Sofía la importancia de aprovechar su derecho a la salud y avisar a los adultos en caso de lesiones para recibir atenc
Sofía se lastimó el tobillo jugando fútbol con sus amigos y no le dijo a nadie por miedo a ser castigada. Cuando llegó a su casa cojeando, su mamá notó que algo no estaba bien. Más tarde, cuando vinieron los médicos a inyectar a su abuela, Sofía les pidió que revisaran su tobillo y descubrieron que tenía un esguince. Los médicos le explicaron a Sofía la importancia de aprovechar su derecho a la salud y avisar a los adultos en caso de lesiones para recibir atenc
Sofía se lastimó el tobillo jugando fútbol con sus amigos y no le dijo a nadie por miedo a ser castigada. Cuando llegó a su casa cojeando, su mamá notó que algo no estaba bien. Más tarde, cuando vinieron los médicos a inyectar a su abuela, Sofía les pidió que revisaran su tobillo y descubrieron que tenía un esguince. Los médicos le explicaron a Sofía la importancia de aprovechar su derecho a la salud y avisar a los adultos en caso de lesiones para recibir atenc
Grupo: Mario Pérez, Julieta Barahona, Francisca Castro y
Había una vez una niña llamada Sofía, que tenía 12 años, le gustan mucho los deportes, especialmente el fútbol. Una vez mientras jugaba a la pelota, Sofía, muy adolorida, les dijo que no iba a seguir jugando cayó mal y se torció el tobillo, todos pero que no le iba a contar a nadie, ni a su mamá ni a su sus amigos le decían que siguiera abuelita. Después de eso, se fue cojeando a su hogar, jugando y que no le contase a nadie, mientras pensaba en que hacer: “¿Debería contarle a mi que solo era una simple caída. abuela, o a mi mami?, ¿o mejor ir a la posta sola?”. Decía la niña mientras llegaba a su casa. Su madre fue a verla y le avisó: Al llegar, saludó a su madre y a su “Hijita linda, en la tarde van a venir abuela pero se fue a su pieza médicos de la posta para poner rápidamente, mientras intentaba no inyecciones, debes inyectarte cojear mucho, aunque su mamá ya porque te falta una”. La hija pensó notó que andaba rara. rápido y llegó a la conclusión de pedir a aquellos médicos que le revisen su tobillo, porque cada vez le dolía más. Ya a las 7 pm llegaron los médicos, “¿Hola Sofía, ¿qué tal?”. Dijeron los inyectaron a la abuelita porque a médicos ella también le faltaba una inyección y después fueron a ver a Sofía. “Medio mal, me duele un poco el tobillo, ¿después de inyectarme podrían revisarme?, por favor”. Contestó Sofía. Los médicos aceptaron, la pincharon y le “Pero Sofía, ¿porque no le avisaste revisaron el tobillo, llegando a la de esto a tu mamá para que te conclusión que la niña tenía un esguince. hubiese llevado a la posta?”. Preguntaron los médicos. “Te vamos a medicar reposo, ponerte un poco de hielo cada cierto tiempo y ya vas a Sofía respondió que no avisó nada mejorar”. Hablaban los médicos por miedo a que la castiguen y para no preocupar a su abuelita, que ya estaba muy viejita y no quería que le pasara nada. “Está bien, pero por favor última vez “Sí médicos, muchas gracias por que pase esto Sofía, es un derecho ayudarme con mi esguince, chaoo”. vital el derecho a la salud y tu Decía Sofía, muy agradecida. misma lo estás ignorando. Cada vez que te pase algo así avísale por lo “Adiós Sofía”. Se despidieron los menos a tu mamá”. Decían los médicos. médicos Ahora Sofía aprendió que cada vez que le pasaba algo debía examinarse lo más pronto posible porque debe aprovechar el derecho a la salud, a parte podría ser algo peligroso para ella misma. FIN