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ALEXANDER Y STAUB

NOMBRE:
Nalleli Sarahi Barrios Mendoza
Patsy Youlleths Bandilla Lozano
Jenifer Anayansi Sánchez Rueda
Asignatura: Psicología Criminal 02
ALEXANDER Y STAUB

• Para estos autores todo hombre es innatamente un criminal, es decir, un inadaptado.


Conserva en su plenitud esta tendencia durante los primeros años de la vida; la
adaptación del sujeto a la sociedad comienza después de la victoria sobre el
complejo de Edipo.
• Explican que la primera relación del recién nacido con su medio es un impulso
ilimitado de apoderarse de todo. Este impulso de posesión se exterioriza en acciones
verdaderamente caníbales del niño y es el contenido de la primera fase que el
psicoanálisis denomina oral sádica. Las perturbaciones sufridas durante esta fase
instintiva, especialmente los descuidos en la educación, pueden influir en la
posterior relación del niño con la sociedad. La primera condición para adaptarse a
las exigencias de los adultos la sufre el niño.
ALEXANDER Y STAUB

• La satisfacción de placer, enlazada a sucesos fecales y que se relaciona tanto con


la retención de los excrementos, como son su expulsión, se perturba por las
exigencias de los adultos respecto al orden, limpieza y disciplina.
• Es evidente que para comprender la criminalidad se necesita conocer cómo se ha
formado la parte del yo adaptado socialmente, saliendo del gran reservorio de la
vida instintiva y asocial, es decir, del ello. El temor al padre, el deseo de ser
querido por él y la tendencia de emularlo, forman por eso, los resortes de la
identificación ansiada por el niño con su consecuencia impeditiva. A esta instancia
nacida de la identificación y que representa a la vez una función impersonalidad
ideal, se la denomina súper-yo, es decir, la parte social de la personalidad.
ALEXANDER Y STAUB REALIZAN LA
SIGUIENTE CLASIFICACIÓN

• El Criminal Neurótico: Cuya conducta de enemistad social representa el


punto de escape del conflicto que nace de influencias anímicas semejantes a las
que producen la psiconeurosis y que tienen lugar durante la primera infancia o
en la vida posterior (etiología psicológica).
• El Criminal Normal: Se estructura anímica semejan-te al hombre normal,
pero identificado por la educación con modelos criminales (etiología
sociológica).
• Además de estos dos grupos, condicionados psicológicamente, otro
condicionado orgánicamente: el de los criminales a causa de procesos
patológicos orgánicos (etiología biológica).
ALEXANDER Y STAUB

• Estos últimos delinquen no por pertenecer a un grupo determinado de hombres,


sino por hallarse en condiciones tales que cualquier persona, puesta en la
misma situación, infringiría la Ley. En estos casos, lo característico no son las
particularidades del sujeto, sino las de la situación y aunque no pueden entrar
en una teoría de los tipos criminales y sociales comunes son, sin embargo, de
un interés psicológico excepcional.
CR IM INALIDAD C RÓNICA
A) AC CIONES C RIM INALES POR C AUSAS TÓXIC AS

Este grupo puede escindirse con arreglo al grado de participación del yo en el hecho, en las
siguientes unidades diagnósticas:
a) Acciones criminales en que por causas tóxicas o por otros acontecimientos orgánico-patológicos,
la función del yo está perjudicada o desconectada en gran medida.
En este grupo entran todos los casos que la Jurisprudencia y la Medicina señalan como
irresponsables. El grado de participación del yo en la acción puede llegar a ser nulo (enfermos
mentales, alcohólicos y toxicómanos en general).
Pero como la intoxicación se puede producir voluntariamente por el sujeto para anular sus
instancias impeditivas, y en cambio, en otros casos (por ejemplo, en los toxicómanos) el estado de
intoxicación es la consecuencia y la exteriorización de una neurosis grave, sólo se puede
comprender en este grupo una parte y no todos los delitos que se realizan por personas intoxicadas.
CRI MINALIDAD CRÓNICA
B ) ACCIONE S C RIMINAL ES CONDICIONADAS
NEUR ÓTICAM ENTE.

b) Acciones criminales condicionadas neuróticamente.


Estas acciones están condicionadas en primer lugar por motivos inconscientes, y por tanto, la
parte consciente de la personalidad no puede tener ninguna relación en tales motivos,
inasequibles para ella. El yo es ganado para la ejecución del hecho mediante especiales
mecanismos neuróticos, que relajan su dependencia del súper-yo, ocultándole el verdadero
sentido de la acción sobre los móviles reales. Y según los mecanismos que producen efectos
principalmente en la acción, Alexander y Staub distinguen.
Delitos por auto coacción o sintomáticos (cleptomanía) son los más próximos al síntoma
neurótico. El impulso coactivo surge en el yo como un cuerpo extraño, sin sentido y asimismo
aislado del restante contenido de la conciencia. El yo en estos casos, está superado por
tendencias inconscientes.
Actuaciones criminales neuróticas con participación de la personalidad total. Se induce al yo
para realizar el hecho mediante mecanismos de dolor o por racionalizaciones. Casi siempre por
las dos cosas.
CRIMINALIDAD CRÓNICA
C) ACCIONES CRIMINALES DE
DELINCUENTES NORMALES NO
NEURÓTICOS CON UN SÚPER-YO CRIMINAL.

• c) Acciones criminales de delincuentes normales no neuróticos con un


súper-yo criminal.
• Estos individuos están adaptados a una sociedad especial con una moral
propia, que pudiéramos llamar "moral criminal" distinta de la moral
dominante. Por eso su personalidad se identifica totalmente con la acción.
Su conducta social es adecuada al yo.
• Forman parte de este grupo, por ejemplo, los delincuentes reincidentes.
CRIMINALIDAD CRÓNICA
D) EL CRIMINAL GENUINO.

d) El criminal genuino. Caso límite imaginable del hombre que no ha sufrido


ninguna especie de adaptación social y se encuentra al nivel primitivo del
hombre ancestral y cuyos instintos no domados por ninguna instancia interna,
se traducirían inmediatamente en hechos, si no lo impidiera la resistencia de
la realidad exterior, es decir, el temor real ante las represalias.
Se trata del hombre sin súper-yo, aunque suene a paradoja, entre el
representante puro de este grupo teórico, cuya existencia real parece
cuestionable y el término medio del hombre normal, no hay más que una
diferencia cuantitativa. Una adaptación tan extensa a las exigencias sociales
como para producir en el aparato psíquico la existencia de una organización
impeditiva, que funcionase automáticamente y velando siempre por el sentido
social de las acciones, no se da en realidad.
La criminalidad es, por tanto, un fenómeno general humano y únicamente
puede reprimirse por la fuerza conjunta del dolor imaginado o del dolor
real.
CRIMINALIDAD ACCIDENTAL

• a) Delitos por equivocación (culpa o negligencia): Cuando el yo está con la atención


fija en una cosa distinta de la situación real en que se encuentra, puede cualquier
tendencia criminal inconsciente llegar a desbordarse, el yo rechaza por completo el
hecho realizado en estas circunstancias.
• b) Delitos de situación: Todo el mundo comprende y disculpa las acciones realizadas
en ciertas especiales situaciones, cuyo choque afectivo provoca en el sujeto una
reacción criminal. Se citan entre estos casos aquellos en que se trata de una situación
real de dolor que lesiona tan fuertemente el sentimiento de lo justo, que el poder
impeditivo del súper-yo, aún funcionando perfectamente en distintas condiciones,
queda anulado en el hecho concreto.
• El juez debe encasillar al delincuente no solo en el área legal del crimen
infringido si no en una categoría psicológica adecuada.
• El primer grado de la criminalidad crónica cuya base son los sucesos tóxicos u
orgánicos-patológicos, pertenecen al dominio médico.
• El criminal neurótico, es de la competencia del terapeuta psicoanalista. El
delincuente con un súper-yo criminal nos sitúa ante un problema más bien de
índole pedagógica.
HUGO STAUB REALIZÓ EL ESTUDIO Y ANÁLISIS
DE LOS SIGUIENTES TIPOS DE DELINCUENTES:

• a) El delincuente por sentimientos de culpabilidad o delito expiatorio.


• b) Los cleptómanos: Son personalidades neuróticas.
• c) Los estafadores: Aquí la conducta delictiva implica un síntoma neurótico originado en el narcisismo de la
infancia.
• d) El delito pasional: En este delito hay una debilitación de la fuerza moral inhibitoria debido a las vivencias de
la primera infancia, que por la presión de los sentimientos de odio reprimidos y solo imperfectamente sujetos por
frenos insuficientes, causada por los sufrimientos y agravios padecidos conduce finalmente por medio de la
proyección de culpabilidad a levantar la represión y a producir la descarga de agresiones. Los delitos del
delincuente pasional, se dirigen ordinariamente contra aquellas personas que tienen para el homicida la
significación de un acto de veganza simbólico contra una autoridad.
• e) El delincuente político: El delito político representa una acción agresiva contra la autoridad del Estado. Estos
delitos, dice Staub, se castigan frecuentemente con una crueldad desproporcionada. El juez es el representante de la
autoridad estatal, que en el ejercicio de su profesión se identifica con el Estado, cuya existencia tiene que proteger.

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