0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
5 vistas8 páginas
El anciano le da respuestas diferentes a dos jóvenes que preguntan sobre la gente que vive en el oasis, basándose en cómo cada uno describe a la gente de su lugar de origen. Cuando el primer joven habla mal de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará lo mismo en el oasis; pero cuando el segundo joven habla bien de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará amigos en el oasis. El anciano explica que cada uno ve en otros el reflejo de sí mismo.
El anciano le da respuestas diferentes a dos jóvenes que preguntan sobre la gente que vive en el oasis, basándose en cómo cada uno describe a la gente de su lugar de origen. Cuando el primer joven habla mal de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará lo mismo en el oasis; pero cuando el segundo joven habla bien de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará amigos en el oasis. El anciano explica que cada uno ve en otros el reflejo de sí mismo.
El anciano le da respuestas diferentes a dos jóvenes que preguntan sobre la gente que vive en el oasis, basándose en cómo cada uno describe a la gente de su lugar de origen. Cuando el primer joven habla mal de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará lo mismo en el oasis; pero cuando el segundo joven habla bien de la gente de su lugar, el anciano dice que encontrará amigos en el oasis. El anciano explica que cada uno ve en otros el reflejo de sí mismo.
viven en este lugar?” En respuesta, el anciano le preguntó: “¿Qué clase de personas viven en el lugar de dónde vienes?”
“Oh, un grupo de egoístas y malvados”, replicó el joven,
“estoy encantado de haberme alejado de allí”. A lo cuál contestó el anciano:
“Lo mismo habrás de encontrar aquí”.
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
“¿Qué clase de personas viven en este lugar?”.
El anciano respondió con la misma pregunta: “¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?”.
“Un magnífico grupo de personas, honestas,
amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlas dejado”, dijo el joven.
“Lo mismo encontrarás aquí”, replicó el anciano.
Un hombre que había oído ambas conversaciones, preguntó al anciano:
“¿Cómo es posible dar dos respuestas
tan diferentes a la misma pregunta?” A lo cuál el anciano respondió:
“Cada uno lleva en su corazón el medio
ambiente de donde vive. Aquél que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo, no podrá encontrar otra cosa aquí. Quien encontró amigos allá, podrá encontrar amigos aquí, porque, a decir verdad, lo que ellos han visto en los lugares donde han estado, no es más que el reflejo de ellos mismos”. Autor: Milena Rojas- http://www.idcsevilla.org