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LA PARÁBOLA DE:

La Red echada en el mar


Juicio y proclamación

Pedro Armijo 1
LA PARÁBOLA DE:
La Red echada
Inserte o arrastre y coloque su imagen en el mar.
(Mateo 13:47-50)
Asimismo el reino de los cielos es semejante
47 

a una red que, echada al mar, recoge toda


clase de peces.

Cuando está llena, la sacan a la orilla, se


48 

sientan y recogen lo bueno en cestas y echan


fuera lo malo.

Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles


49 

y apartarán a los malos de entre los justos,

y los echarán en el horno de fuego; allí será


50 

el lloro y el crujir de dientes.


Que es una parábola
• La parábola es una narración ilustrativa, en la cual el autor describe un
EVENTO COMUN en la vida, para ILUSTRAR UNA VERDAD
ESPIRITUAL.
• “Es un relato terrenal que ilustra una verdad celestial”

Propósito de las Parábolas (Mateo 13:10-16)


• Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas
por parábolas?

11 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los


misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que


no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no
oyen, ni entienden

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LA PARÁBOLA DE LA RED: JUICIO
Mateo 13:47-50

• Asimismo, el reino de los • La parábola de la red es una


cielos es semejante a aterradora advertencia
una red, que echada en acerca de lo que pasará a
el mar, recoge de toda los malvados cuando sean
clase de peces; y una vez separados de los justos en
llena, la sacan a la orilla; los últimos días
y sentados, recogen lo
bueno en cestas, y lo • Jesús ofrece aquí una
malo echan fuera. Así imagen vívida de juicio, una
será al fin del siglo: explicación breve del inicio
saldrán los ángeles, y del juicio y una seria
apartarán a los malos de advertencia sobre el peligro
entre los justos, y los del juicio.
echarán en el horno de
fuego; allí será el lloro y
el crujir de dientes.
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• Asimismo el
reino de los
cielos es
semejante a una
red, que echada
en el mar,
recoge de toda
clase de peces; y
una vez llena, la
sacan a la orilla;
y sentados,
recogen lo
bueno en cestas,
y lo malo echan LA IMAGEN
fuera. (13:47-48) La actividad que Jesús utiliza para ilustrar el juicio de Dios sobre los
incrédulos era común para sus oyentes. Era especialmente conocida por
quienes vivían cerca del lago de Galilea, y más especialmente para los
pescadores, entre los que estaban varios de los discípulos.

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Tipos de pesca que utilizaban redes.

La primera: La individual.

La Segunda: Una era una red pequeña,

Que lanzaba un solo hombre, llamada amphiblēstron.

Pedro y su hermano Andrés se turnaban para lanzar una


amphiblēstron cuando Jesús los llamó a convertirse en
“pescadores de hombres” (Mt. 4:18-19).

La red doblada se transportaba sobre el hombro del


pescador mientras este se metía en aguas poco
profundas en busca de un banco de peces.

Cuando los peces estaban suficientemente cerca, el


hombre sostenía la cuerda con una mano y con la otra
mano lanzaba la red de tal manera que se abría en un
largo círculo que descendía sobre los peces. Las Pesas
alrededor del perímetro de la red la hacían hundir y
atrapar los peces. Entonces el pescador tiraba de la
cuerda, que juntaba las pesas hacia el centro de la red y
envolvía a los peces como en un saco. Una vez cerrada
la red, el pescador arrastraba su pesca hasta la orilla.
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La tercera: era la sagēnē, una red o jábega muy
grande para pesca de arrastre

• Esta red requería un equipo de


pescadores para operarla, y que a
veces cubría hasta casi un kilómetro
cuadrado. Se colocaba en un círculo
gigante alrededor de los peces, entre
dos barcas en aguas profundas, o
mediante una sola barca cuando se
trabajaba desde la orilla.

• En el último caso, el extremo de la red


se amarraba firmemente a tierra
mientras que el otro se fijaba a la
barca, la cual recorría un gran círculo
en el agua y regresaba al lugar de
inicio. Se amarraban flotadores a la
parte superior de la red y pesas a la
parte inferior, formando una pared de
red desde la superficie hasta el fondo
del lago
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Debido a que la red no permitía que
nada se escapara, quedaba atrapado
todo tipo de cosas además de los
deseados peces. La red barría todo a su
paso: algas, objetos lanzados por la
borda de las embarcaciones, toda
especie de vida marina y toda clase de
peces.

Una vez llena la red se necesitaba una


Inserte o arrastre y coloque su imagen
gran cantidad de hombres solo para
sacarla a la orilla. Luego se sentaban a
recoger lo bueno en cestas, y lo malo lo
echaban fuera. Los pescados que se
llevaban a un mercado lejano se ponían
en contenedores con agua para
conservarlos vivos, y los que se vendían
en las inmediaciones se colocaban en
contenedores secos, por lo general
cestas.
EL PRINCIPIO
Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de
entre los justos, (13:49)
• Jesús empieza su interpretación de la parábola explicando que la
separación de los peces buenos y malos representa el juicio de
Dios al fin del siglo.
• La parábola del trigo y la cizaña ilustra la coexistencia de
creyentes e incrédulos en la actual forma de reino, y esta
parábola ilustra su separación cuando la forma del reino cambie.
• En su interpretación de la parábola del trigo y la cizaña, Jesús
declara la misma verdad que da aquí: Al fin del siglo saldrán los
ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos .
• Durante la época actual, que es la era de la Iglesia, Dios permite
la incredulidad y la injusticia; pero llegará el momento en que la
tolerancia de Dios terminará y comenzará su juicio. La primera
fase del juicio será la separación de los malos de entre los justos,
la cizaña de entre el trigo. La red del juicio divino se mueve en
silencio a través del mar de la humanidad y atrae a todos los
seres humanos hacia las orillas de la eternidad para la
separación final hacia sus destinos definitivos: los creyentes a
vida eterna y los incrédulos a condenación eterna.
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• Jesús no está dando una descripción total de los últimos días,
sino que se está concentrando en el juicio a los incrédulos.
Está hablando de juicio en general, con enfoque especial en
lo que se conoce como el juicio final en el gran trono blanco
(Ap. 20:11-15).
• Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de
11 

delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se


encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños,
de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en
él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había
en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la
muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de
la vida fue lanzado al lago de fuego.
• Allí “los grandes y pequeños” serán “juzgados”
• La separación incluirá a todo individuo que entonces esté vivo
y a todos los que hayan muerto, “los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación” (Jn. 5:29).

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Vez tras vez Jesús advierte sobre los Ni desea que alguna persona perezca (2 P. 3:9).
horrores del infierno y les suplica a los
hombres que lo eviten llegando a Él para 9 
El Señor no retarda su promesa, según algunos la
salvación. El Señor advirtió que, así tienen por tardanza, sino que es paciente para con
como en los días de Noé antes del nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
diluvio, las personas estarán “comiendo que todos procedan al arrepentimiento.
y bebiendo, casándose y dando en
casamiento…. Entonces estarán dos en el El Señor lloró por Jerusalén porque sus habitantes no
campo; el uno será tomado, y el otro venían a Él para ser salvos (Lc. 19:41). Él advirtió en
será dejado. Dos mujeres estarán cuanto al infierno no para poner a las personas en
moliendo en un molino; la una será agonía sino para salvarlas de este lugar.
tomada, y la otra será dejada” (Mt.
24:38, 40-41) Él advirtió en cuanto al infierno no para poner a las
personas en agonía sino para salvarlas de este lugar. El
Dios no se complace en la muerte de los infierno ni siquiera fue creado para los seres humanos
malvados (Ez. 18:23)  ¿Quiero yo la sino para el diablo y sus ángeles caídos (Mt. 25:41).
muerte del impío? dice Jehová el
Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus Entonces dirá también a los de la izquierda:
caminos? Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado
para el diablo y sus ángeles.
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EL PELIGRO
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(13:50)

Tal vez ninguna doctrina sea más difícil de aceptar emocionalmente


que la del infierno. Pero es demasiado clara y se menciona con
demasiada frecuencia en la Biblia como para negarla o para hacerle
caso omiso. Jesús habló más del infierno que cualquiera de los profetas
o apóstoles, quizás porque la horrible verdad del infierno habría sido
Inserte o arrastre y coloque su imagen
totalmente imposible de aceptar si el Hijo de Dios no la hubiera
afirmado de manera tan categórica. Dicha doctrina tuvo un énfasis
especial en la enseñanza de Jesús desde el principio hasta el fin de su
ministerio terrenal. Él habló más del infierno que del amor. Más que
todos los demás maestros combinados en la Biblia, Jesús advirtió a los
hombres acerca del infierno, prometiendo que no escaparían quienes
rechacen el misericordioso y amoroso ofrecimiento de salvación que Él
brinda. Solo en el Sermón del Monte, el Señor hace varias advertencias
específicas y directas acerca del infierno: “Cualquiera que le diga:
Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mt. 5:22), y “mejor te es
que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado
al infierno” (v. 29; cp. v. 30; 18:8-9; Mr. 9:43).

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El infierno no es simplemente el destino de volver a vivir para
siempre malos recuerdos o de entrar en la nada, tal como creen y
enseñan muchas personas. Tampoco es un lugar donde los pecadores
seguirán pecando sin restricciones ni reprensión. No habrá
absolutamente ningún placer en el infierno, ni siquiera el placer
pervertido del pecado… solo el castigo del mal.

Cuando un entrevistador preguntó a una joven cantante de rock punk


qué esperaba para el final de su carrera, ella contestó: “La muerte.
Espero la muerte”. Cuando le preguntaron por qué, la joven declaró:
“Quiero ir al infierno, porque allí habrá diversión”.

Tal engaño es tan trágico que no hay palabras para describirlo. Nada
puede describir menos al infierno que la diversión. La mente humana
ni siquiera puede comenzar a concebir el horror eterno que es el
infierno. Incluso las imágenes bíblicas relacionadas al infierno solo
son alusivas, porque la mente finita no puede comprender el
sufrimiento y el tormento infinito más de lo que puede comprender
la felicidad y el gozo infinito

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.Pero por la Palabra de Dios conocemos cuatro
verdades básicas acerca del horno de fuego que
nos ayudarán a captar parcialmente su terror
Primero, el infierno es un lugar de
constante tormento, desdicha y dolor. El
tormento se describe a menudo como
tinieblas (Mt. 22:13), donde ninguna luz
puede penetrar y nada puede verse.
A lo largo de innumerables años de
eternidad, los condenados nunca volverán
a ver luz o algo que la luz ilumine. El
Inserte o arrastre y coloque su imagen tormento del infierno también se describe
como “fuego que no puede ser apagado”
(Mr. 9:43)
Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala;
mejor te es entrar en la vida manco, que
teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que
no puede ser apagado
y del que los condenados nunca hallarán
alivio. El infierno no puede ser otro que un
lugar donde será el lloro y el crujir de
dientes.
Segundo, en el infierno participará del tormento tanto el cuerpo como
el alma. Ni el uno ni la otra se aniquilarán en la muerte; nunca se
acabarán. Cuando una persona no salva muere, su alma sale de la
presencia de Dios al tormento eterno. En la resurrección de todos los
muertos, los cuerpos de los no salvos resucitarán y esos cuerpos
resucitados se unirán a sus almas en el tormento del infierno (Mt.
10:28; cp. Jn. 5:29; Hch. 24:15; Ap. 20:11-15). Así como los creyentes
serán equipados con cuerpos resucitados para poder disfrutar
eternamente las glorias celestiales, los incrédulos serán equipados con
cuerpos resucitados para que puedan soportar los tormentos del Inserte o arrastre y coloque su imagen
infierno sin ser destruidos.

Jesús habló del infierno como un lugar “donde el gusano de ellos no


muere” (Mr. 9:44). Cuando los cuerpos físicos son enterrados y
empiezan a descomponerse, los gusanos pueden atacarlos solo
mientras dura la carne. Una vez consumida esta, el cuerpo no puede
experimentar más daño. Pero los cuerpos resucitados de los incrédulos
nunca serán consumidos, y los “gusanos” infernales que se alimentan
de ellos nunca morirán.

 
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Tercero, los tormentos del infierno serán experimentados en diversos grados. Para todo el mundo en el infierno, el
sufrimiento será intenso y permanente, pero algunos experimentarán mayor tormento que otros. El escritor de Hebreos
afirma: “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor
castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (He. 10:28-29). Los que rechazan de manera voluntaria a Jesucristo y,
por así decirlo, pisotean el sacrificio que con su propia sangre Él hizo por ellos recibirán mucho mayor castigo que
aquellos que solo tuvieron la luz del antiguo pacto. Y en el día del juicio, este será más tolerable para las ciudades
paganas de Tiro, Sidón y Sodoma que para las ciudades judías de Corazín, Betsaida y Capernaúm, las que no solo tuvieron
la luz del antiguo pacto sino también la oportunidad de ver y oír al Hijo de Dios en persona y presenciar las obras
milagrosas que hizo (Mt. 11:22-23).

Cuarto, el tormento del infierno será eterno. Nada será tan horrible acerca del infierno como su infinitud. Jesús utiliza la
misma palabra para describir la duración del infierno como la duración del cielo: “E irán éstos al castigo eterno, y los
justos a la vida eterna” (Mt. 25:46). Las personas en el infierno experimentarán ausencia total de esperanza.

Aunque Dios diseñó originalmente el infierno para el diablo y sus ángeles caídos, los hombres que deciden seguir el
camino de Satanás en lugar del de Dios también sufrirán el destino de Satanás.

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Tu decides
que camino
tomar…

Por: César Aldana

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