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Contaminación

auditiva
DEFINICIÓN
Se llama contaminación acústica o contaminación sonora al
exceso de sonido que altera las condiciones normales del
ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se
acumula, traslada o perdura en el tiempo como las otras
contaminaciones, también puede causar grandes daños en la
calidad de vida de las personas si no se controla bien o
adecuadamente.
El término «contaminación acústica» hace referencia al ruido (entendido
como sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas
(tráfico, industrias, locales de ocio, aviones, barcos, entre otros) que produce
efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de los seres vivos.
Este término está estrechamente relacionado con el ruido debido a que esta
se da cuando el ruido es considerado como un contaminante, es decir, un
sonido molesto que puede producir efectos nocivos fisiológicos y psicológicos
para una persona o grupo de personas.
Causas
Las principales causas de la contaminación acústica son aquellas relacionadas con las actividades humanas como
el transporte, la construcción de edificios, obras públicas y las industrias, entre otras.

Se ha dicho por organismos internacionales, que se corre el riesgo de una disminución importante en la capacidad
auditiva, así como la posibilidad de trastornos que van desde lo psicológico (paranoia, perversión) hasta lo
fisiológico por la excesiva exposición a la contaminación sónica.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera los 70 dB (A), como el límite superior
deseable. En España, se establece como nivel de confort acústico los 55 dBA. Por encima de este nivel, el sonido
resulta pernicioso para el descanso y la comunicación. Según estudios de la Unión Europea (2005): «80 millones
de personas están expuestas diariamente a niveles de ruido ambiental superiores a 65 dBA y otros 170 millones, lo
están a niveles entre 55-65 dBA».
Consecuencias
Psicopatológicos

Agitación respiratoria, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial, dolor de cabeza y, ante sonidos extremos y
constantes, gastritis, colitis o incluso infartos.

Psicológicos

El ruido puede provocar episodios de estrés, fatiga, depresión, ansiedad o histeria tanto en seres humanos como en
animales.

Sueño y conducta

Un ruido por encima de los 45 dB impide conciliar el sueño o dormir correctamente —recordemos que lo ideal según la
OMS es no exceder los 30 dB—. Esto puede influir, a posteriori, en nuestra conducta provocando episodios de
agresividad o irritabilidad.

Memoria y atención

El ruido puede afectar a nuestra capacidad de concentración, lo que al tiempo puede provocar bajo rendimiento.
También a la memoria, por ejemplo a la hora de estudiar. Como dato curioso: el oído necesita algo más de 16 horas de
reposo para compensar dos horas de exposición a 100 dB.
Planes de solución
Con el fin de erradicar y atenuar un
poco los efectos del exceso de ruido en
las diferentes partes del planeta,
muchos especialistas en el tema han
planteado algunos métodos para estos:
en algunos casos se habla de la
elaboración de un mapa acústico, en el
cual se encierran medidas y análisis de
los diferentes niveles sonoros de
diversos puntos de la ciudad, haciendo
énfasis en el sonido provocado por el
tráfico sin olvidar otro tipo de emisores
de ruido.
Medidas que se
deben tomar
La reducción del ruido se debe llevar a cabo siguiendo la secuencia de
medidas a tomar que se muestra a continuación, ordenadas de mayor
a menor eficacia y de un aspecto colectivo a uno individual:

➢ Identificar las fuentes que producen el ruido y eliminarlas.


➢ Control de producción del ruido (en el origen).
➢ Llevar a cabo la reducción a través de medidas en el entorno.
➢ Aplicar medidas de tipo individual.
Actividad

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