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Vía Crucis del Verdadero Amor bajo la mirada de

Nuestra Señora de Las Lagrimas


1ª Estación: DELANTE DE
PILATOS
Mi adorable Jesús, prostrada en esta
primera estación del camino al calvario, te
suplico, enséñame la verdadera ciencia.
 
Jesús: Hija mía, aquí me ves recibiendo la
sentencia de Pilatos, que me condenó a
muerte de cruz! así como Yo, tú también
debes ser condenada. Mas la pena que yo
te doy es de amarme locamente, así como
yo te amo. Si no fuera por amor no me
sujetaría a la condena de mi pueblo. Y
porque mi amor es infinito, permití que me
llevaran a los tribunales para en ellos ser
juzgado como un simple hombre. Oh alma
que me contemplas, graba en tu corazón
mi sentencia de amor, esto es lo que te
pido, porque amándome, podrás llegar a la
santidad.
¡Señor mío y Dios mío, como agradecerte
tanta bondad! Oh mi madre de las
Lágrimas, graba en mi corazón y en mi alma
la sentencia de amor de Jesús para que de
hoy en delante ame a Dios con todo mi
corazón, sólo a Él sirviendo en todo a través
de vuestras santísimas manos. Te ló suplico
por el valor de vuestras Lágrimas.
2ª Estación: EN El CAMINO
DEL CALVARIO
¡Te adoro, mi Jesús, que por amor,
derramaste tu preciosa sangre por mí!
Mi adorable Jesús, en esta segunda estación
te veo abriendo vuestros santísimos brazos
para recibir una tremenda humillación, la
cruz. ¿Qué me dices, Oh mi Jesús, en este
momento tan humillante para ti y tan
precioso para mí?
 
Jesús: ¡alma que me contemplas, es el
amor que has pecado el día de hoy, porque
él te dará fuerzas para abrazar las
pequeñas cruces, que surgen en el
desempeño de tus deberes! si Me amares,
mi imitación, abrirás los brazos para la cruz
de cada día.

Mi Jesús, dame la gracia de bien


comprender vuestras lecciones de amor,
para que sepa abrazar las cruces que
vuestra paternal bondad me envían. Y vos
Virgen Santísima, mi Madre de las Lágrimas,
enséname a amar la cruz de cada día, para
que así pueda en el futuro estar a vuestro
lado, alabando a Dios que es todo Amor.
3ª Estación: 1ª CAÍDA
Te adoro, mi Jesús, que, por amor, derramaste
tu preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta tercera estación os
veo caído por tierra!
 
Jesús: alma que me oyes, así dejé caer mi
humanidad por tierra, porque quería darte
una sublime lección! escucha y graba en tu
corazón y en tu alma.
El espíritu está pronto, mas la carne es débil!
Exhausto por la pérdida de sangre en la dura
flagelación, ya no tenía fuerzas para cargar la
pesada cruz, poner el Amor dentro de mi
alma me dio nuevas energías y me levanté,
cargándola de nuevo. He ahí la lección que te
deseo dar: cuando estés exhausta por las
fatigas de la vida, busca en tu corazón el
amor que Me consagras, será él la fuerza
para retomar la cruz y seguirme en la vía
dolorosa.
Mi adorable Jesús, que estas lecciones de
vuestro santo Amor queden grabadas en mi
alma y en mi corazón, para así imitarte en esta
vida, y un día alabarte eternamente. Virgen
Santísima, auxíliame en estas lecciones de
Jesús. Esto te lo suplico por las penas de
vuestra alma, las cuales te hicieron derramar
abundantes Lágrimas.
4ª Estación: JESUS SE
ENCUENTRA CON SU MADRE
Te adoro, mi Jesús, por amor, derramaste tu preciosa sangre
por mí.
Mi adorable Jesús, te veo en el camino doloroso del Calvario,
cargando una pesadísima cruz. Además de eso, te contemplo
con el corazón despedazado al encontrar a vuestra tierna
madre con el alma angustiada, al verte así tratado! mi
adorable Jesús, que debo aprender en este cuadro
conmovedor?

Jesús: Alma que me oyes, y del amor que estamos hablando!


en esta escena deseo darte la lección que yo practiqué
primero. Al encontrarme con mi santa Madre, podía como
Dios soltar mi cruz, ir a su encuentro y lanzarme en sus
brazos maternos. Pero así no hice. LA DEJÉ en su gran dolor y
continué mi trayectoria! era que mi corazón fue insensible a
las penas de tan buena madre? ah! no. Así procedí por la ley
del amor y sacrificio. Amándote infinitamente no me ahorré,
ni mi madre, cuyos dolores irían a beneficiar más tarde a sus
pobres hijos. Aprende esta lección que hoy te doy: cuando se
ama, todo se sacrifica por el objeto amado. Cuando yo te
pida un sacrificio, si te cuesta, recuerda de este mi generoso
amor, que no me dejó ahorrarme ni ahorrar la criatura que
más amo, Mi Madre!

Mi adorable Jesús, graba en mi corazón y en mi alma tan


santas lecciones, para que todo sacrifique por vuestro santo
Amor. Y Tú ó Virgen Santísima, mi madre de las Lágrimas, te
suplico, por el dolor que experimentaste en este doloroso
encuentro, que me des la energía necesaria para cumplir los
designios de amor de mi adorable Jesús crucificado.
5ª Estación: CIRENE ayuda A
JESÚS a llevar LA CRUZ
Te adoro, mi Jesus, que, por Amor, derramaste
vuestra preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, te veo necesitando del
auxilio de una simple criatura, Tú que eres el
Dios de los ejércitos! Que me enseñas aquí?
 
Jesús: Alma que me oyes, tu Jesús se
sujetó al auxilio de una pobre criatura, para
darte más una lección de amor! sí, fue el amor
que me llevó a este acto de humildad, de
necesitar del auxilio de un pobre hombre a
cargar la cruz. No fue por amor, pero si a
fuerza, pues los soldados lo obligaron a
ayudarme!
Lo que deseo que aprendas es que, cuando
abatida bajo el peso de una dura provocación,
aceptes el auxilio de las criaturas, acordándote
que tu Dios no se avergonzó de aceptar la
ayuda de una simple criatura, aún cuando no
es hecho por amor.

Mi adorable Jesús, grava en mi corazón y en mi


alma tan santas enseñanzas, para que pueda
imitarte, aceptando el auxilio de las criaturas,
para cada vez más me levante hacia ti. Virgen
Santísima, Madre mía, suplicando por vuestras
benditas Lágrimas, dame la gracia de bien
comprender las lecciones de Jesús.
6ª Estación: VERÓNICA LIMPIA
EL ROSTRO DE JESÚS
Te adoro, mi Jesús, que, por amor, derramasteis
vuestra preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta trayectoria de
vuestro amor, Te contemplo con el rostro
humedecido y toda cubierto de sangre, el cual
no te deja ver el camino! Una santa mujer, al
contemplarte así maltratado, va a tu encuentro
para limpiarte tu rostro! Jesús que lección aquí
me das?
 
Jesús: El amor que llevó a dejar que los
verdugos desfigurasen mi rostro, también me
llevó a permitir que una mujer me limpiara.
Esta lección de amor te dice que por amor
limpies mi rostro tan ultrajado por los
pecadores e ingratos, también los días de hoy.
Con vuestro generoso amor limpia mi rostro en
el alma de los pobres pecadores y en cambio te
daré en el paraíso la felicidad de contemplar mí
sagrado rostro.

Mi adorable Jesús, hacer que yo comprenda este


aprendizaje amoroso para que en este mundo
sea en la realidad vuestra Verónica, por amor
para un día poder contemplar vuestro rostro.
Virgen Santísima, Madre mía, pidiendo por el
valor de vuestras benditas Lágrimas, hacerme
semejante a ti para la alegría de nuestro Jesús.
7ª Estaçión: 2ª CAÍDA
Te adoro, mi Jesus, que, por amor, derramaste tu
preciosa sangre por mi.
Mi adorable Jesús, por la segunda vez os
contemplo doblado bajo el peso inmenso de la cruz que
llevas, para en ella ser crucificado! Ó mi dios, como son
pesados mis pecados y los de toda la humanidad, pues
ellos te hacen caer por tierra! Enséñame, adorable Jesús,
lo que debo evitar y como ser generosa para ayudarte
llevando almas a Tu Divino Corazón. Señor dime lo que
mi alma está necesitando aprender para cada día amarte
más.

Jesús: Alma que me contemplas cargando el peso


de todas las iniquidades de la humanidad, mi corazón
te dice: Me ama y tendrás fuerza de cargar tu cruz de
cada día. Y cuando caída bajo el peso de ella, te
acuerdes que Yo por tu amor me levanté, retomando la
cruz para sufrir hasta el fin! Aprende a no desanimar en
el camino del Calvario, que es el camino de tu
perfección. Y si un día sientas mas fuerte el peso de la
cruz te acuérdate de tu Jesús, que tres veces cayó y tres
veces se levantó impulsado por el amor que por ti
sentía en mi corazón!

Mi adorable Jesús! hacer que grave en mi alma las


lecciones admirables que me das y que ellas produzcan
en mí frutos de vida eterna. Y Tú, ó Virgen Santísima,
darme Tu auxilio para que dé cumplimento a las palabras
de Jesús, que son palabras de amor. Esto te suplico por el
valor de tus benditas Lágrimas.
8ª Estación: JESÚS consuela a las
mujeres de Jerusalén
Te adoro, mi Jesus, que, por amor, derramastes Tu
preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta estación, Te
contemplo consolando con vuestra caridad a unas
mujeres que lloraban, viéndote tan maltratado. Mi
Jesús, cual es la lección, que das a mi alma la vista
de este cuadro de vuestra vida?
 
Jesús: Alma que me oyes. El Amor que te enseña a
ser compasiva con todos, especialmente con los
que sufren! El Amor que hace el corazón sensible a
la vista de los sufrimientos del prójimo. Además de
eso, debes aprender a compadecerte de los pobres
pecadores, pues fueron ellos la causa de mis
padecimientos y son ellos mi finalidad. Fue para
rescatar a los cautivos del pecado que descendí al
mundo para padecer y morir en una cruz. Aprende
a ser compasiva con los que sufren y a amar las
pobres almas que viven en el pecado, porque ellas
Me costaron toda mi Sangre!
Mi Adorable Jesús, grava en mi alma tan
santas lecciones, esto te suplico por tu infinita
caridad. Y Tú, oh Virgen Santísima, mi madre de las
Lágrimas, dame tu corazón compasivo para
hacerme un alma agradable a Jesús, haciendo en
todo su Santísima Voluntad. Ésto te ló suplico por
tu amable corazón.
9ª Estación: 3ª CAÍDA

Te adoro, mi Jesus, que por amor, derramaste Tu


preciosa sangre por mi.
Mi adorable Jesús! por tercera vez te veo
caído por tierra! Aquí te contemplo besando la
tierra sin queja alguna! Decirme señor, lo que
debo aprender?
 
Jesús: Alma que me oyes, es mi amor que
te explica el motivo de verme caído. Es el
infinito amor por tu alma que me llevó a tantos
sufrimientos, a punto de derrumbar por tierra
mi humanidad! Sólo el fuego del amor es capaz
de aceptar tanta humillación para mostrar al
objeto amado hasta donde llegaron sus llamas,
que sólo son saciadas en el sacrificio.
Mi adorable Jesús! que aprendizaje tu
ardiente amor aquí me proporciona! Hacer que
yo le grave en mi alma y que de hoy en delante
las llamas de su Santo Amor me lleven a abrazar
con alegría las humillaciones, que surjan en mi
vida. Y tú, madre mía de las Lágrimas, dame tu
auxilio para que de hoy en delante no tema tanto
al sacrificio, para que, a imitación de Jesús, sepa
abrazar con amor todo lo que su Santísima
Voluntad me envíe, lo que suplico por tu ternura
de Madre.
10ª Estación: ARRANCAN LAS
VESTIDURAS DE JESÚS

Te adoro, mi Jesús, que por amor, derramaste Tu


preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta estación de Tu
camino de Amor, te contemplo como un manso
cordero, aceptando que los soldados te desnuden!
Ó mi dios, no eres Tú la pureza infinita?! Y como
permitiste que manos sacrílegas profanaran así Tu
cuerpo Santísimo? Que devo aqui aprender?
 
Jesús: Alma que me oyes, mi ardiente
Amor permitió todo eso para enseñarte a
despojarte de ti misma por mi Amor. El amor es
un fuego que purifica, por eso hay que quemar
todas tus voluntades, dejándote pura para
pertenecer a mi causa. Por amor de ti me dejé
despojar de mis ropas; por amor de mí deja mi
ardiente amor despojarte de todas tus
voluntades.
Mi adorable Jesús, grava en mi corazón, con
fuego de Tu Santo Amor, vuestras sagradas
lecciones, para que así pueda hacer siempre Tu
Santísima Voluntad. Y Tú, Virgen Santísima, mi
Madre de las Lágrimas, grava en mi alma lo que
Jesús me enseña con su despojamiento en el
camino del Calvario. Esto te lo suplico por cuánto
sufriste en esta vía dolorosa.
11ª Estación: JESÚS CLAVADO
EN LA CRUZ
Te adoro, mi Jesus, que, por amor, derramaste Tu
preciosa Sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta estación de
vuestra trayectoria al Calvario te contemplo en
las manos de los verdugos, los cuales van a
clavarte en la cruz! Ó mi Jesús, oh, el Dios de los
ejércitos, así te dejaste tratar?! Que enseñas aquí
a mi alma?
 
Jesús: Alma que me oyes, el pecado así
me trató, porque cometí el crimen de amarte
con amor infinito! Cuando los hombres o el
maligno un día te desprecien por mi amor,
alégrate porque en esta hora estas imitándome.
Bien aventurados los que, por mi amor, sean así
tratados, porque están en el camino del
paraíso.

Mi adorable Jesús, grava en mi alma el


amor la cruz y el deseo de ser en ella crucificada
por vuestro santo Amor. Y Tú, Virgen Santísima,
mi Madre de las Lágrimas, dame la gracia de
realizar este mi deseo. Esto te lo suplico por el
dolor que sentiste al ver a vuestro Divino Hijo
clavado en la cruz.
12° Estación: JESÚS MUERE
EN LA CRUZ
Te adoro, mi Jesus, que, por amor, derramaste
Tu preciosa Sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta estación, te
contemplo en una dolorosísima agonía! Mi
buen Jesús, Tú que suavizaste con vuestra
presencia la muerte de San José, no suavizaste
la Tuya!
 
Jesús: Alma que me oyes, para mí los
espinos y para tí el perfume de mi infinita
caridad! Para conmigo usé de todos los rigores
posibles e inimaginables, para con ustedes soy
todo caridad! Ve, alma, lo que te enseño en
este camino de sangre! Soy todo amor! para
demostrar este amor, permití que me dieran la
muerte más humillante!
Mi adorable Jesús, dame vuestra
preciosísima sangre, para que, purificada de
toda mancha, pueda yo bien aprender estas
lecciones tan preciosas. Y Tú, mi Bendita Madre
de las Lágrimas, dame tu entendimiento para
que comprenda el amor que Jesús tiene por mi
alma, y así pueda intentar amarlo en la misma
medida con que Él me amó. Esto te lo suplico
por cuánto sufriste a los pies de la cruz.
13ª Estación: JESÚS MUERTO en
los brazos de SU MADRE
Te adoro, mi Jesús, que, por amor, derramasteis Tu
preciosa sangre por mí.
Mi adorable Jesús, en esta estación te
contemplo en los brazos de vuestra desolada
Madre, que, al verte tan desfigurado, siente su
alma traspasada de tanto dolor, lo que a hace
derramar muchas lágrimas sobre vuestro Santísimo
Rostro! Ó mi Jesús, que me dices en este cuadro de
tanto dolor?
 
Jesús: Alma que me oyes, ve como se ama!
es el amor que me llevó a causar tanto dolor a mi
madre! Si no tuviera te amado tanto, habría
ahorrado el corazón de tan tierna madre! pero mi
ardiente amor así me hizo actuar, pues es así que
se ama!
Mi adorable Jesús, cuánto dolor y cuánto
amor! Cuan débil es aún mi amor al contemplar el
vuestro, el cual os llevó a herir el alma de esta
madre, que tanto Te ama! Grava, mi Jesús, estas
enseñanzas sublimes en mi corazón, para que todo
sacrifique por vuestro santo amor. Y Tú, ó Virgen
Santísima, mi Madre lacrimosa, por vuestro
silencio en este gran dolor, dame vuestra fortaleza
para que jamás niegue mi amor a quien dio toda su
Sangre por mí.
14ª Estación: JESUS ES
SEPULTADO
Te adoro, mi Jesus, que por amor,
derramaste tu preciosa sangre por mí.
 
Mi adorable Jesús, aquí te contemplo
en los brazos de tus piadosos amigos, que
Te llevan a la sepultura! Ó mi Dios, es el
amor por mi alma, que os lleva a quedar
sepultado en la tierra! Vuestro adorable
Cuerpo, formado por el Amor, por tres días
escondido en esta grande humillación sólo
merecida por nuestros pecados! Los
esplendores de vuestras divinidades están
escondidos bajo este velo de la santa
humildad! he aquí la explicación del cuánto
me amas! Ó Jesús, que yo sepa, a vuestra
imitación, esconderme siempre en el olvido,
todo dando a Tí y quedando para mí
solamente el conocimiento de mi nada! Y
Tú, ó Virgen Santísima, mi madre de las
lágrimas, por los dolores de vuestra
soledad, alcanzarme la gracia de vivir
siempre envuelta en la santa humildad,
virtud predilecta del corazón Santísimo de
Jesús. 23-12-1932
Oración por los Agonizantes

• Dulcísimo Jesús Crucificado, cuando dijiste “Tengo sed”,


meditando en esta conmovedora súplica, sentí la necesidad de
proporcionar un alivio para vuestros labios.
• Por eso a pesar de mi nada, te ofrezco las buenas obras de toda
mi vida, purificadlas en vuestra sangre divina, por las manos
purísimas de María y en unión con sus merecimientos, a favor de
los pobres pecadores agonizantes.
• Mi Jesús Crucificado, por las lágrimas de vuestra tierna Madre,
salvad a los pobres pecadores en su ultima hora, tocándolos con
vuestra misericordia. Concédeme que yo pueda ser misionera de
los agonizantes para que ninguno se pierda. Aceptad mis pobres
limosnas por ellos, sin excepción, y de corazón te ruego que por
amor se consagren a vuestra Madre Santísima. Así sea.
Oración por El Clero

 
• Dejar Jesús que en vuestro Corazón Eucarístico, deposite mis más ardientes oraciones
para nuestro clero.
• Multiplicad las oraciones sacerdotales en nuestra patria; atraed a vuestro altar a tus hijos
de todo México (país propio) llamarlos con insistencia para vuestro ministerio.
• Conservarlos en perfecta fidelidad a vuestro servicio, aquellos a quien llamaste para tan
alta dignidad; a fervorarlos, purificarlos, santificarlos, no permitiendo que se aparten del
espíritu de vuestra Iglesia.
• No consientas o Jesús, nosotros te suplicamos que bajo el cielo Mexicano (su país) sean
profanados por manos indignas vuestros misterios de amor. También te pedimos con
insistencia, dejar que la misericordia de vuestro corazón venga a vuestra justicia divina a
aquellos que niegan honrar la vocación sacerdotal, o desertan de las filas sagradas.
• Que nuestros sacerdotes, por su conciencia sean la verdadera luz de nuestras almas, y
que por su afán sean salvos con vida a nuestros corazones necesitados de la virtud.
Atended o Jesús, a esta insistente oración que ofrecemos a favor de un santo clero,
presentando para eso el valor de las benditas Lagrimas de María Santísima, Madre de los
Sacerdotes.
• O María a vuestro Corazón confiamos a nuestro clero; guiarlo, protegerlo, salvarlo, para
honra de vuestro Divino Hijo y provecho de las almas regeneradas por Su Preciosa Sangre.
Letanía a favor de los pecadores
• Dulce María, Madre de Jesús, darnos el Corazón Manso y Humilde de
Jesús, para conducir al Paraíso a los corazones endurecidos de los pobres
pecadores.
• Dulce María, darnos vuestra paciencia, para salvar a los pecadores.
• Dulce María, darnos vuestra Humildad, para reconstruir pecadores
• Dulce María, darnos vuestra delicadeza, para conducir a Jesús los corazones
coléricos.
• Dulce María, darnos vuestras maneras delicadas para edificar a los groseros.
• Dulce María, darnos vuestra voz melodiosa, para amansar a los corazones
llenos de ira.
• Dulce María, danos tu caridad indulgente para que todos los que nos
ofenden con palabras ásperas respondamos con una dulce sonrisa.
• Dulce María, dadnos vuestros deseos de auxiliar a todos, para que como Tú
deseemos a todos hacer el bien.
• Dulce María, darnos vuestra generosidad, para que nosotros nos
sacrifiquemos, como Tú a favor de los pobres pecadores.
Ofrecimientos de las Lagrimas de María a Jesús
Sacramentado, por los Sacerdotes

• Dulcísimo Jesús, presente en esta Hostia Santa,


deseoso de santidad de vuestros sacerdotes, te
ofrecemos las lagrimas de vuestra Madre,
derramadas cuando el Padre Eterno pidió el sacrificio
de separación de sus queridos padres, Grande fue su
generosidad en dejarlos en edad avanzada, mas, fiel
al llamado divino todo sacrificó, O Jesús, este
sacrificio y estas lagrimas te ofrecemos por aquellos
que llamaste para vuestro ministerio, que
generosamente dejaron todo, aun con lagrimas en los
ojos.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lagrimas derramadas de María


cuando de pequeña, en el templo, sus
compañeras, viendo su santo comportamiento, por
envidia levantaron calumnias. María inocente solía
llorar en silencio y estas lágrimas te ofrecemos por
los seminaristas, para que sepan recibir las
reprensiones de sus profesores y muchas veces ante
envidias de sus compañeros, hacer, o Jesús, que por
estas lágrimas sepan ellos, desear como María las
calumnias y humillaciones, para que se preparen
para la sublime misión para la que son llamados.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lágrimas de María,


derramadas cuando fuiste presentado en el
templo, y oído el profeta Simeón profetizar
que una espada de dolor atravesaría su
Corazón. Estas lágrimas, derramadas en
silencio, te ofrecemos para que tus sacerdotes
sean obedientísimos a sus legítimos Pastores.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Las lágrimas de María, derramadas cuando te


presentaron para la circuncisión, te las
ofrecemos por los sacerdotes, para que
generosamente sepan sacrificarse por vuestro
amor, como Tú te sacrificaste.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lágrimas de María,


derramadas, junto con San José, cuando
obedientes a la Luz del cielo partieron para
Egipto, para salvar a Jesús. Que vuestros
ministros sepan escapar de las ocasiones de
pecado, te ofrecemos, o Dios de amor, estas
lágrimas benditas para dar fuerzas a estos
hijos tuyos.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lágrimas de vuestra Madre


bendita cuando, al llegar a Egipto, no tenían
pan para evitar el hambre. O Dios de amor,
estas lágrimas, entonces derramadas, te las
entregamos por vuestros queridos ministros,
que no saben mortificar sus apetitos,
ampliando la tentación de la gula.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Por vuestros sacerdotes te ofrecemos las


lágrimas de María, derramadas en silencio,
cuando obedeciendo al Padre por muchos días
estuviste lejos de ella, predicando la divina
doctrina. O Jesús, estas lágrimas derramadas
por estar lejos de Ti, las ofrecemos por estos
hijos predilectos, para que sepan sacrificarse
generosamente por la salvación de las almas.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lágrimas de María, derramadas,


cuando se encontraron en el camino al Calvario,
cargando la cruz, para vuestros queridos ministros
sepan, con generosidad, abrazar las cruces de cada
día. O Dios de amor, que ellas sirvan, a vuestra
imitación sacrificarse por las almas. Las lágrimas de
vuestra querida Madre sean su fuerza en las horas
difíciles en que el mundo, con sus maldades, se
levante contra ellos, calumniándolos injustamente.
Dulcísimo Jesús Sacramentado

• Te ofrecemos las lágrimas de María derramadas, cuando


fuiste clavado en la cruz, para que vuestros queridos
ministros sepan morir para el mundo, con todas sus
invitaciones. O Dios de amor, estas lágrimas benditas,
derramadas en esta hora tan cruel, sean el estímulo y la
fuerza a vuestros ministros, que todavía no mueren por el
mundo. Jesús, las lágrimas preciosas de esta hora bendita
te las ofrecemos, para que de ahora en adelante jamás te
ofendan con una falta voluntaria. Que ellos, con la
meditación del camino al Calvario, al ver a nuestra Madre
Dolorosa, tengan el coraje, de no ceder a las invitaciones
del mundo engañador.
Dulcísimo Jesús Sacramentado
• Te ofrecemos las lágrimas de desolación de la Virgen María, derramadas en su
soledad, para que vuestros queridos ministros, amen la Divina Eucaristía y sean
ejemplo vivo para las almas que a ellos entregues. Jesús, las lágrimas derramadas
por María, en esta hora de angustia, sean el estímulo de tantos ministros, que
muchas veces se olvidan de hacer su morada a los pies de vuestro altar; sea la
fuerza de estos hijos predilectos que escogiste para dar ejemplos de virtud y
santidad.
• Hacer, ó Dios de amor, por las lagrimas de vuestra Santísima Madre, que ninguno
de estos se pierda, que todos ellos sirvan de Luz y camino a la humanidad decaída.
 
• Y Tú, ó Virgen María, que por nosotros lloraste lágrimas tan preciosas, hacer
que los ministros del Señor sean todos ejemplos de virtud, conduciendo así a las
almas a Jesús. De ti, ó Madre querida, esperamos tal regalo. Ser finalmente
nuestra guía, para que un día estemos contigo y podamos exaltar tus lágrimas
benditas.

• Alabanza y honra sean dadas a la Santísima Trinidad.


 
• Amén. 17-2-1931

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