no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno”. (Daniel 10:8) Elaborado por: Hno. Jose Cruz Gutierrez Autor: Bernard López Davis I. A ¿Qué significa la palabra visión?
La visión es una representación de lo
que debe ser el futuro. Es un conjunto de ideas, algo que deseamos, por tanto es el sueño o imagen de lo que uno quiere alcanzar en un tiempo determinado y debe ser el norte o la dirección hacia donde se quiere llegar. 1) Por supuesto que las visiones deben de ser realistas y posibles de alcanzar, positiva alentadora, orientada a objetivos nobles y deben reflejar quiénes somos; cuál es nuestro propósito y las metas que queremos lograr. 2) Pero, vayamos a la Biblia y estudiemos lo que es una visión según el pensamiento de Dios, pues la visiones humanas puede que nunca se logren, pero Dios ha prometido que cuando él siembra una visión en su corazón, es porque él ha provisto en su Palabra las herramientas bíblicas para lograrlo y el poder para lograr esa visión (Hechos 1: 8). Usted recibió ese poder cuando confió en Jesucristo como su único salvador, pues ese día recibió el Espíritu Santo, Gálatas 3:2. Además, Dios proveerá todo lo necesario para que su visión sea una realidad en nuestras vidas. (Filipenses 1:6) a) Génesis (37: 2-10) b) Dios colocó una visión, un sueño en el corazón de José, pero es normal que cada uno de nosotros tenga sus propios sueños o visiones para nuestras vidas, pues es necesario. Esto nos ayuda a cumplir los deseos importantes.
c) Sin embargo, la visión principal o el mayor sueño
que usted y yo debemos tener como cristianos debe ser: Que el carácter de Jesucristo sea formado en nosotros, (Gálatas 4:19), y así no será muy difícil que cumplamos la gran comisión (Mateo: 19-20). La primera, o sea la madurez nos equipa para esa difícil labor de ganar y entrenar almas para Cristo. B. ¿Es fácil para la iglesia lograr la visión?
La respuesta es un rotundo no, pues siempre
habrá obstáculos tales como: creyentes que no cooperan con la visión, pues no les gusta, tampoco a los líderes que están al frente. Además, es probable que la visión produzca sentimientos negativos en los miembros o en algunos líderes, quizás algunos creyentes conspiren contra la visión que Dios ha dado y hagan todo lo posible para que la visión no se realice. (Génesis 37: 10-11- 28). Lograr la visión será difícil, pero recuerde que Dios es con usted. (Génesis 39: 2). Usted será tentado a abandonar la visión, ya sea por sus debilidades humanas o por las pruebas (Génesis 39: 7-9- 19-20), pero siempre Dios estará allí para animarlo. (Génesis 39- 21-22-23). La falta de visión produce consecuencias negativas a la iglesia
II. A. Es importante meditar en este
punto, pues podemos pedirle a Dios que revise nuestras vidas de esta forma “Examíname, oh Dios y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos” (Salmo 139: 23-24). Ahora bien, estas son algunas señales de una iglesia sin visión:
1) Los creyentes se desenfrenan (Proverbios 29.18). En
otras palabras los creyentes actúan como si estuvieran muertos espiritualmente, pues su fe se apaga, tanto que no la comparten con nadie; caen fácilmente en pecado, son perezosos, con facilidad son presa del espíritu de desanimo, el amor cristiano escasea en ellos, son muy indolentes. 2) Además, no apoyan al pastor, ni a los líderes en las actividades de la iglesia, los dones y ministerios es algo desconocidos para este tipo de iglesia, causan división en el cuerpo de Cristo, se deprimen fácilmente, son muy conflictivos, no tienen interés en escudriñar las Escrituras. 3) Asimismo, son muy orgullosos, pues no aceptan correcciones, ni opiniones que se refieran a su mal comportamiento, no asumen ninguna responsabilidad, ni siquiera con ellos mismos. Estos creyentes, por lo general, vuelven a la vida mundana, son chismosos, hipócritas y envidian a aquellos creyentes que están comprometidos con la visión de Dios. Son muy carnales y religiosos, no invierten su tiempo y dinero para llevar el plan de salvación a otros. 4) Cuando no hay visión de Dios lo que queda en nosotros son los recuerdos de lo que Dios en algún momento hizo en nuestras vidas, y esto es lo que produce una mentalidad o un espíritu religioso, lo cual hace que la vida de la iglesia se convierta en una rutina. (Gálatas 3: 1-4). UNA IGLESIA CON/SIN VISION