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INTRODUCCIÓN

• Juan Ponce de León, un navegante español


en el año de 1510 después de descubrir la
Florida y Puerto Rico, se lanzó por el resto
de su vida a la ventura de encontrar la tan
ansiada fuente de la eterna juventud.
• Después de varios viajes y aventuras, fue
herido por una flecha envenenada al norte
de la Florida, muriendo en la Habana en
1521.
• Fue sepultado en el viejo San Juan, Puerto
Rico, sin encontrar la ilusión de su vida, vivir
para siempre.
1. El ser humano ha querido
siempre tener salud, posesiones
y felicidad.
• Pero ¿Quien no quiere esto?
• El hombre tiene este deseo natural,
pues Dios no lo hizo para sufrir o
morir.
• Sino para vivir por siempre, sin
enfermedades ni carencias.
• Lamentablemente el plan de Dios
fue estropeado por el enemigo.
• Astutamente engaño a Adán y Eva
con mentiras como: “No es cierto,
no moriréis” o “Seréis como Dios,
conociendo el bien y el mal.” ( Gen:
3:1-4)
• Es así como el hombre perdió
su confianza en Dios.
• Perdió también la vida eterna
y su prosperidad permanente.
• Desde entonces, el hombre
ha entrado en un deseo mal
sano, encaminado al egoísmo
y a la opresión.
• Ha intentando ser feliz y
prospero equivocadamente.
• Pero Jesús quiere darnos un
camino diferente.
2.Al hablar de prosperidad y felicidad,
Jesús tiene mucho que decir.
• Su filosofía de vida para el ser
humano es integral.
• Abarca todo, no sólo las cosas
materiales.
• Quiere que el hombre viva
cómodo, satisfecho y feliz.
• Su Palabra dice: “…Mirad las
aves del cielo como se
alimentan… Mirad los lirios del
campo como se visten… más
valéis vosotros que todos
ellos.” (Mat. 6:26 y 28)
LAS RIQUEZAS
• Al hablar de las riquezas Jesús
nos recuerda: “Haced tesoros
en el cielo, donde ni la orina ni
el hollín corroen, y donde
ladrones ni minan ni hurtan.”
(Mateo 6:20).
• Dios tiene bien claro que es lo
que nos conviene.
• Ante un mundo de
incertidumbre económica,
Jesús nos garantiza que en el
banco del cielo nuestra
inversión está segura.
LA VIDA
• Con relación al tiempo de vida,
Jesús tampoco guarda silencio.
• Nos recuerda: “…Yo he venido para
que tengas vida, y la tengas en
abundancia.” (Jn:10:10)
• Que cosa tan perfecta, la vida al
lado de Jesús es plena, grandiosa,
completa.
• Mira a tu alrededor y notarás que
todo envejece, no importa que
cremas se use, cuantas cirugías se
haga o cuanto tinte para cabello
use.
• Definitivamente nos arrugamos y al
final morimos.
• Pero con Jesús el concepto de
prosperidad cambia
rotundamente.
• Con El no sólo esta segura una
vida terrenal llena de
satisfacción y prosperidad.
• También la vida eterna.
• Ha preparado riquezas que ni
siquiera Roquefeller, el magnate
estadounidense soñó en su
momento más grandioso.
3. VIDA EN ABUNDANCIA
• ¿Te imaginas un mundo donde no existe
la vejez, la enfermedad o la tristeza?
• Parece una utopía.
• Con justa razón la escritura dice: “Cosas
que ojo no vio ni oído oyó, ni ha subido
a pensamiento humano, son las que
Dios tiene preparadas para los que le
aman.” (1 Corintios 2:9)
• Jesús vino a restablecer su plan original.
• Pagó con su sangre en la cruz, el
derecho para que tú y yo tengamos
acceso a una vida plena, prospera y feliz
por toda la eternidad.
CONCLUSIÓN

• Hace algún tiempo, un hombre caminaba


por la calle al lado del cementerio, al
doblar en la equina, miró que el
panteonero estaba colgando un letrero de
venta sobre un hermoso yate. Sorprendido
el caballero preguntó al panteonero:
¿Perdone, de quién es el yate? Mío señor,
contesto el panteonero. “¡Oahu, si que
deja billetes ser panteonero amigo!”,
replico el hombre. ¡No señor!, era de
aquel, contestó el panteonero mientras
señalaba una tumba; y agregó “PERO NO
SE LO PUDO LLEVAR”.
CONCLUSIÓN

• La prosperidad y la felicidad, no dependen


de tener sino de ser.
• Cuando decidimos ser cristianos
comprometidos con nuestro Señor, podemos
entonces ser verdaderamente felices y
prósperos.
• Dios te promete un hogar para vivir con los
tuyos para siempre en la Jerusalén celestial.
• ¿Quieres comprometerte con Jesús hoy?
¿Quieres renovar tus votos con El? Ven al
frente y oremos juntos.
• Traigan sus votos de mayordomía y
depositenlos en el recipiente.

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