PERMITE ATEMPERAR EL INTERES DEL CLIENTE OBJETIVAMENTE CONSIDERADO EN EL MARCO DE LOS INTERESES SUPERIORES DE LA COLECTIVIDAD. La “administración” del cliente no debe anular la tutela de sus intereses y el respeto a su personalidad. Por tanto, exige un atento sentido del deber de la propia responsabilidad, diligencia reserva y discreción. Se ha escrito que un esmerado control de si mismo constituye la contrapartida de esta llamada soledad y convierte al abogado en único árbitro de sus deberes, sin que ello suponga, sin embargo; que permanezca insensible a las preocupaciones y a los problemas de su cliente. Ciertamente, el abogado debe basarse siempre en sus propias fuerzas y en su capacidad profesional, incluso si se encuentra inserto en un equipo de trabajo, al que contribuirá con su preparación de la que sólo el es responsable.- “Atérmico” frio, sutil, distante “Superhombre invencible” “ Intervencionista” “Entusiasta de su profesión”, enamorado de la causa “Piadosos” fraternal La abogacía cumple una función social de notable importancia. Esta función social se explicita sobre todo a través de una obra de mediación entre el que juzga y el que es juzgado, entre intereses contrapuestos de todo tipo, susceptibles de ser considerados desde distintos puntos de vista (económicos, sociales, ético) LA LEGISLACION VIGENTE ( Código de Organización Judicial (C.O.J) Establece los requisitos y las incompatibilidades para el ejercicio de la profesión de Abogados y Procuradores.