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El documento resume un texto escrito por Ángel Ossorio titulado "El Alma de la Toga" sobre la perspectiva que los juristas pueden tener al asumir un caso y la importancia de la oratoria en los abogados. Un comentarista señala que los abogados a veces se extienden demasiado en sus discursos tratando de hacerlos elocuentes, en lugar de enfocarse directamente en los fundamentos legales del caso.
El documento resume un texto escrito por Ángel Ossorio titulado "El Alma de la Toga" sobre la perspectiva que los juristas pueden tener al asumir un caso y la importancia de la oratoria en los abogados. Un comentarista señala que los abogados a veces se extienden demasiado en sus discursos tratando de hacerlos elocuentes, en lugar de enfocarse directamente en los fundamentos legales del caso.
El documento resume un texto escrito por Ángel Ossorio titulado "El Alma de la Toga" sobre la perspectiva que los juristas pueden tener al asumir un caso y la importancia de la oratoria en los abogados. Un comentarista señala que los abogados a veces se extienden demasiado en sus discursos tratando de hacerlos elocuentes, en lugar de enfocarse directamente en los fundamentos legales del caso.
Yancly Escobar Sierra Comentarios Es evidente que la perspectiva que nos da Ossorio es de un imaginario que todos los juristas pueden llegar a tener en el momento de adoptar un caso y mas cuando este lo lega a apasionar profundamente.
Por otro lado, la oratoria siempre ha sido una de las
características mas resaltadas de los abogados, donde la riqueza de las palabras a la hora de adornar el discurso es predomínate en los altos estrados.
Aunando a esto, es una muestra indiscutible de la
profundidad y cultura que el letrado debe tener, pues es bien sabido que los abogados son sinónimo de cultura, lectura y dicción. Conclusiones
Como se reflejo en el texto, es una critica evidente a la
dilatación predominante y en ocasiones desembocada en verborrea que los abogados, en afán de hacer parecer su discurso elocuente y certero, redundan en palabras que lo que hace es adornar los hechos que pretende defender.
Por lo tanto, considero, que es un claro llamado para que
los legistas no busquen redundar en discursos apasionados y frívolos en ocasiones, para que abogue por una apología directa, clara y concisa en los fundamentos legales que atañen al problema jurídico.