ESPECIALISTA EN DERECHO PROCESAL PENAL Brajim.beetar@tecnar.edu.co 1.0 CONCEPTO DE CULPABILIDAD
Se define la culpabilidad como el juicio de reproche subjetivo que se le hace a una persona imputable como consecuencia de haber realizado una conducta típica y antijurídica. 1.2 CONCEPCIONES
1.2.1 Concepción psicológica de la culpabilidad
Sus principales representantes son Franz Von Liszt y Beling. La culpabilidad apunta a la relación psicológica que debe existir entre el hecho y el autor. Dicho pensamiento ha permitido sostener, siguiendo los postulados propios de la escuela positiva, que la teoría del delito descansa sobre dos premisas: una externa o causalidad material referida a la antijuridicidad de la conducta y, una interna o causalidad psíquica referida al juicio de culpabilidad, las que conjugadas a través del nexo causal permiten entender que un comportamiento típico y antijurídico fue el resultado de una disposición mental del sujeto agente. 1.2.2 Concepción normativa de la culpabilidad
Entre sus principales exponentes están Reinhardt Frank, James
Goldschmidt, Berthold Freudenthal y Luis Jiménez de Asúa, quienes estructuraron un nuevo pensamiento jurídico con miras a superar los vacíos y problemas presentados por la teoría psicológica. La culpabilidad fue concebida como un juicio de desvalor que se le hace al autor de una conducta punible por su desapego a una determinada norma (prevalencia normativa no psicológica), pese a tener el deber de actuar conforme a derecho (exigibilidad de una conducta conforme a la ley).
El juicio de reproche desde el punto de vista de la antijuridicidad, tiene
asidero en que el agente obra de manera diferente a las normas de convivencia social protegidas por el derecho penal, sin que haya lugar a reconocer la prevalencia de una causal de ausencia de responsabilidad. La imputabilidad vino entendida como capacidad psicológica y la culpabilidad (dolo y culpa) como expresión de la voluntad reprochable. En otros términos, culpabilidad equivale a reprochabilidad. 1.2.3 Concepción finalista de la culpabilidad Como máximo exponente de esta corriente doctrinaria encontramos a Hans Welzel, quien, sirviéndose de las enseñanzas de Honigswald y Hartmann, consideró que el dolo no debía estudiarse en la culpabilidad sino como un elemento más del tipo penal; es decir, que el dolo como juicio de reproche hace parte de la acción y por ende, del juicio de tipicidad, en la medida en que la conducta criminosa se encuentra constituida por elementos objetivos y subjetivos, a diferencia del causalismo en que la descripción del tipo penal es analizada de manera objetiva. 1.3 Elementos de la culpabilidad Tres son los elementos que normalmente integran la culpabilidad:
a. Capacidad de culpabilidad o imputabilidad: Entendida como la madurez
psíquica, acompañada de la capacidad de comprensión, que debe tener el sujeto agente al momento de la comisión de la conducta punible, significando que la persona que adolezca de madurez o capacidad de comprensión suficiente no puede ser declarada culpable. b. Conocimiento de la antijuridicidad: La norma penal tiene por destinatario al individuo medio que conoce de manera general las prohibiciones consagradas en la ley. Cuando el sujeto agente vulnera por acción u omisión un bien jurídicamente tutelado sin justificación atendible, su comportamiento se encuadra dentro del campo de la antijuridicidad material. En los eventos en que el agente por ignorancia o error, desconozca o tenga un juicio equivocado de la realidad, su proceder podría ubicarse dentro de una de las causales de ausencia de responsabilidad o afectar el juicio de culpabilidad (culpabilidad disminuida, artículo 32 numeral 11). c. Exigibilidad de un determinado comportamiento: Con miras a preservar el orden jurídico y social el legislador exige el acatamiento de las normas de carácter constitucional y. legal, siendo objeto de reproche y sanción todo proceder imputable que sin justificación atendible vulnere un bien jurídico tutelado. 1.4 FORMAS DE CULPABILIDAD Como formas de culpabilidad se tienen el dolo, la culpa y la preterintención, las cuales procederemos a desarrollar para su mayor comprensión:
1.4.1 Dolo Es la producción de un resultado típico y antijurídico (acción u omisión) resultante de un juicio consciente y libre de la voluntad por parte del sujeto agente que conoce los efectos jurídicos negativos de su actuar.
El artículo 22 del ordenamiento penal lo define de la siguiente manera: "La conducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción penal y quiere su realización". Doctrinariamente se distinguen dos etapas en el dolo:
El aspecto cognoscitivo:
Consiste en la representación previa que el autor o
partícipe tiene de la antijuridicidad de la conducta típica pretendida o llevada a cabo, el conocimiento de que su actuar se encuentra prohibido bajo sanción penal.
El aspecto volitivo:
Consiste en la voluntad o la intención del sujeto agente
de querer realizar una conducta típica y antijurídica que previamente se ha representado (acción u omisión). 1.4.2 Clases de Dolo
1.5.1 Dolo directo
Se presenta cuando hay una estrecha consonancia entre lo querido ilícitamente por el autor y el resultado obtenido.
1.5.2 Dolo indirecto
Es la concurrencia accidental dolosa de una segunda conducta punible, que se adiciona a otra querida y ejecutada en forma directa por el autor.
1.5.3 Dolo eventual Obra con dolo eventual o condicionado la persona que se representa como posible un resultado criminal no deseado directamente, cuya producción viene aceptada en el caso en que suceda (dolo de riesgo). El aparte segundo del artículo 22 del Código Penal, lo describe así: "También será dolosa la conducta cuando la realización de la infracción penal ha sido prevista como probable y su no producción se deja librada al azar."
La diferencia que se presenta entre el dolo directo y el dolo eventual, estriba en que en el primer caso existe una plena identidad entre la intención y el resultado querido por el agente, mientras que en el segundo el suceso puede o no ocurrir. 1.4.3 CULPA
EL artículo 23 del Código Penal enseña que: La conducta es culposa cuando el resultado típico es producto de la infracción al deber objetivo de cuidado y el agente debió haberlo previsto por ser previsible, o habiéndolo previsto, confió en poder evitarlo. De la definición anterior se desprenden dos especies de culpa: culpa con representación y culpa sin representación. CULPA CON REPRESENTACIÓN
El agente causa un resultado típico y antijurídico (acción
u omisión), el cual previamente se representó convencido de poderlo evitar.
CULPA SIN REPRESENTACIÓN
Es la causación de un resultado típico y antijurídico
producto de la falta de representación del deber objetivo de cuidado, al que estaba obligado el agente. 1.4.4 Factores generadores de la culpa Cuatro son las formas generadoras de culpa: negligencia, imprudencia, impericia y/o la violación de normas o reglamentos.
a. Negligencia
Es un comportamiento humano negativo, cuya génesis
está dada por la falta de diligencia, actuación o cuidado exigibles en el cumplimiento o desarrollo de ciertas actividades.
b. Imprudencia Consiste en la conducta activa, peligrosa y censurable que trasgrede el ordenamiento legal, debido a que el agente actúa sin la debida cautela o cuidado en el cumplimiento o ejercicio de específicas actividades de riesgo.
c. Impericia Es la falta de idoneidad, aptitud o competencia exigibles en el ejercicio de un arte, profesión u oficio.
d. Violación de reglamentos
Podemos definirla como la suma de preceptos, principios y límites
imperativos que regulan el desarrollo de ciertas actividades humanas, cuya violación o falta de acatamiento pueden desencadenar en responsabilidad penal.
Como fuentes se destacan la ley, los decretos, las ordenanzas,
los acuerdos, los reglamentos públicos y privados, las reglas de la experiencia o de convivencia social, las cuales se combinan con las precedentes formas de culpa: negligencia, imprudencia e impericia.
Su común denominador es el deber objetivo de cuidado,
entendido como la diligencia, prudencia y pericia con que toda persona debe conducirse en el ejercicio o cumplimiento de las actividades de riesgo jurídicamente permitidas y reglamentadas, atendiendo a su doble manifestación: deber de cuidado interno y deber de cuidado externo. e. Deber de cuidado interno Es la obligación que le asiste a toda persona de avizorar de manera previa los riesgos que conlleva la realización de una actividad permitida, con el fin de conjurar sus consecuencias negativas.
f. Deber de cuidado externo Es la obligación de comportarse debidamente con base en la norma de cuidado, al ejecutar una actividad de riesgo, a efecto de evitar un comportamiento típico y antijurídico. PRETERINTENCIÓN
Su naturaleza jurídica descansa sobre dos resultados que fusionados, constituyen una única conducta punible (dolo más culpa), en la que el agente se representa y quiere la causación de un determinado resultado típico y antijurídico, el que efectivamente se produce con la contingencia de generar un daño mayor, previsible y no querido, lo que ha llevado a que el legislador, aplicando la dosimetría penal, adopte una sanción intermedia.
Las conductas punibles preterintencionales (al igual que las culposas) se encuentran taxativamente descritas en el Código Penal, siendo un ejemplo el homicidio preterintencional (Art. 105 del C.P.) El artículo 24 define esta forma de culpabilidad de la siguiente manera: “La conducta es preterintencional cuando su resultado, siendo previsible, excede la intención del agente.”
La preterintención descansa sobre los siguientes presupuestos:
1. El agente debe dirigir su voluntad a producir un resultado en particular por acción u omisión. 2. El resultado, consecuencia de la acción u omisión, debe ser más grave del deseado por el autor. 3. La conducta inicial en el agente debe ser dolosa. 4. El resultado no querido pero ocasionado debe ser en previsible por el agente. 5. El nexo de causalidad material se presenta entre la conducta deseada y el resultado final no querido, pero previsible en el agente. BIBLIOGRAFÍA YESID VIVEROS CASTELLANOS Y OTROS (2011). DERECHO PENAL GENERAL CASUISTICO. PRIMERA EDICION. BOGOTÁ D.C. PÁGS 373 A 390