Está en la página 1de 20

LA BELLA

Y
LA BESTIA

COMENZAR
Escucha el cuento de la
Bella y la Bestia.

Da clic en la flecha color


rojo para comenzar
Había una vez un hombre muy rico que tenía
tres hijas preciosas. Sin embargo, de la noche
a la mañana perdió casi toda su fortuna y la
familia tuvo que vender su gran mansión y
mudarse a una pequeña casita de campo.
El padre emprendió un viaje para encontrar
trabajo y les preguntó a sus hijas qué les gustaría
que les llevara de regalo si lograba hacer un poco
de dinero. La hermana mayor pidió un vestido, la
hermana de en medio pidió joyas y la hermana
menor, llamada Bella, pidió una rosa de pétalos
rojos. 
Los únicos regalos que pudo comprar fueron frutas
y chocolate para sus dos hijas mayores, pero no
consiguió la flor para Bella. De repente, mientras
caía la noche, se desató una tormenta de nieve y el
desgraciado hombre se encontró perdido en medio
de un oscuro bosque pero encontró una mansión
para resguardarse.
Cuando despertó, ya era por la mañana. Se levantó
completamente recuperado y se sentó a la mesa, donde
le esperaba el desayuno. Una rosa con pétalos rojos,
puesta en un jarrón de plata, adornaba la mesa. Con
gran sorpresa exclamó:
– ¡Oh, una rosa roja! ¡Qué suerte! Al fin Bella tendrá
su regalo.
Comió cuanto pudo, se levantó y tomó la rosa del jarrón.
En ese momento, un rugido terrible llenó la estancia. ¿Era
un hombre o una bestia? La extraña figura vestía ropas de
caballero, pero tenía garras peludas en vez de manos y su
cabeza aparecía cubierta por una enmarañada
pelambrera. Mostrando sus terribles colmillos gruñó:
– Ibas a robarme mi rosa ¿eh? ¿Así me agradeces mi
hospitalidad?
Al escuchar estas palabras, el hombre casi muere de
miedo, le devolvió la rosa que había tomado sin permiso
y le pidió perdón a la bestia. La bestia seguía molesta y
para no hacerle daño le ordenó llevarse la rosa pero
enviarle a su hija como prisionera.
La bestia le prometió al hombre que su hija sería
tratada como una reina y no le haría daño. El padre de
Bella muerto de miedo accedió al trato.
Bella fue a la mansión de la Bestia y al llegar nadie la
recibió y Bella comenzó a recorrer la mansión.  Todo era
muy agradable: las puertas se abrían solas, los
candelabros flotaban escaleras arriba para iluminarle el
camino de su habitación, la comida aparecía servida en
la mesa y, misteriosamente, cuando regresaba ya habían
recogido los platos, aunque no veía a ningún sirviente.
Eran los accesorios de la mansión quiénes tenían vida.
Un día, mientras paseaba por el jardín, la Bestia salió
de detrás de un árbol. Los dos pasearon por el jardín y
se divirtieron tanto que, a partir de aquel momento, la
Bestia iba a menudo a hablar con Bella.  Bella se sentía
tan sola y él era tan amable que empezó a gustarle su
compañía e incluso le extrañaba cuando no estaba.
 Bella abandona el castillo para ir a visitar a su padre enfermo,
prometiendo regresar. Al retrasarse a su vuelta, la Bestia está
a punto de morir de tristeza porque la extraña, y cuando Bella
le encuentra así casi muriendo, le confiesa su amor y le da un
beso deshaciendo el encantamiento que encerraba a un
príncipe bajo la forma de bestia. La Bella y la Bestia se
casaron y fueron muy felices.

FIN
Instrucción
Responde las preguntas
seleccionando la respuesta
correcta.
¿Qué regalo le pidió Bella
a su padre?
¿A quién le tiene miedo el
padre de Bella?
¿Qué tomó del castillo sin
permiso el padre de Bella?
¿De quién se enamoró la
Bestia?
¿En qué terminó el
cuento?

Bella besó a la Bestia y le quitó el hechizo


La Bestia no pudo romper el hechizo que lo tenía así y
convirtiéndose en príncipe. Se casaron y fueron felices.
sufrió porque Bella lo dejó solo.
Volver a
escuchar el
cuento

También podría gustarte