Juan de Dios Hernández Gómez.

Letras hispánicas.
Teoría y análisis de textos IV.

Análisis de Campeones de Pedro Juan Soto

En este texto hay varias cuestiones fundamentales que le dan forma y sentido al relato,
primeramente tenemos el espacio, el cual es un salón de billares en la ciudad de New York,
poco se describe el sitio, ya que la mayor atención se concentra en los personajes y más aún
en sus acciones.
Son dos los personajes principales, un hombre que no hace mucho tiempo acaba de salir de
prisión y un joven un tanto presuntuoso, el narrador describe poco los describe poco, puesto
que son sus acciones y sus palabras lo que muestra al lector el carácter de ambos, además
de una manera ingeniosa el narrador sólo refiere ciertos detalles de los dos personajes que
permite saber otras cosas más de ellos, por ejemplo el hecho de decir que uno había estado
en prisión deja ver que conoce bien la vida de las calles, los embustes, los delitos, las
peleas, es decir, tiene experiencia sobre cómo se vive en tales circunstancias por tanto su
ingenuidad es poca en comparación al joven que parece vivir más dentro de su propia
imaginación que en la realidad misma, puesto que al ganar los juegos de billar se siente el
mejor de todos, se cree capaz de las mayores proezas, piensa tener ya toda la experiencia de
un hombre maduro y además el carácter de alguien que ha vivido muchas situaciones de
riesgo. Estos dos personajes, logran un efecto de sentido preciso por la oposición de sus
personalidades, hacen una combinación propicia para llevar a cabo el conflicto central, pues
la astucia de uno complementa la ingenuidad del otro para lograr el lance que se suscita en
el momento en que el joven le reprocha que hizo trampa y el otro hombre acaba con el
asunto manifestando esa malicia y esa violencia que infunde temor a los ánimos llenos de
inocencia, como lo es el del joven aunque pretenda dar una imagen de hombre astuto, rudo
e imponente pero que en el fondo no es más que vanidad y presunción.
Otra cuestión importante en el relato y que ayuda también a lograr ese efecto buscado, es el
de los diálogos que más que verosímiles me parecen miméticos, ya que reflejan fielmente la
manera real en que se hablaba en aquel lugar y aquel tiempo.

Sin duda lo que da mayor sentido y fuerza al relato es la perspectiva bajo la cual está
narrado, ya que aunque está narrado por una tercera persona la visión es la del joven, las
reflexiones son las de la inexperiencia que pintan un mundo mucho más ideal y alentador
que el mundo real, el cual en estas circunstancias suele ser bastante crudo, esta visión
soñadora no puede ser sino la del joven que se siente un hombre hecho y derecho a sus diez
y seis años, y sólo bajo esta perspectiva se puede lograr este efecto de sentido que logra el
relato al culminar con ese conflicto, ese encuentro de caracteres opuestos que revela la
realidad de cada uno, incluso el suceso final en que el joven desahoga su enojo pateando un
aro de barril que golpea a un niño que iba a recogerlo, muestra la tenacidad con que
continúa en la imagen que tiene de sí mismo dentro de su propia fantasía, presuntuosa, sí,
pero siempre fundada en su falta de experiencia sobre la vida y la natural inocencia de su
edad.