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de las bacterias
capitulo 12
Las bacterias, que son las células más pequeñas, sólo se pueden visualizar con ayuda de un
microscopio.
Las bacterias de menor tamaño (Chlamydia y Rickettsia) miden sólo 0,1-0,2 um de diámetro,
mientras que las bacterias más grandes pueden alcanzar varias micras de longitud.
Sin embargo, la mayoría de las especies miden aproximadamente 1 um de diámetro y sólo se
visualizan con el microscopio óptico, cuya resolución es 0,2 um.
En comparación, las células de las plantas y los animales son mucho más grandes, y oscilan entre
0,7 um (el diámetro de un eritrocito)
Las células de los animales, las plantas y los
hongos son eucariotas (palabra de origen griego
que significa «núcleo verdadero»), mientras que
las bacterias, las archaea y las algas azul-
verdosas son miembros de las procariotas (del
griego «núcleo primitivo»).
Diferencias entre El cromosoma de una bacteria típica, como
Escherichia coli, es una molécula única circular
eucariotas y con dos cadenas de ácido desoxirribonucleico
(ADN), que contiene aproximadamente unos 5
procariotas millones de pares de bases (o 5.000 pares de
kilobases [kb]) y tiene una longitud aproximada
de 1,3 mm (es decir, casi 1.000 veces el
diámetro de la célula). Los cromosomas
bacterianos más pequeños son los de los
micoplasmas, que miden aproximadamente la
cuarta parte de este valor.
En comparación, los seres humanos tienen dos copias de 23 cromosomas, lo
que representa unos 2,9 × 109 pares de bases y 990 mm de longitud.
Las bacterias emplean un ribosoma de menor tamaño, el ribosoma 70S, y en
la mayor parte de las bacterias existe una pared celular constituida por
peptidoglucanos que rodea a modo de entramado las membranas para
protegerlas del entorno.
Las bacterias pueden sobrevivir y, en algunos casos, crecer en entornos
hostiles, en los que la presión osmótica en el exterior de la célula es tan baja
que la mayor parte de las células eucariotas se lisarían, con temperaturas
extremas (tanto cálidas como frías), en ambientes secos y en presencia de
fuentes de energía muy diluidas y diversas.
Clasificación bacteriana
Estructuras citoplásmicas
El citoplasma de la célula bacteriana contiene ADN cromosómico, ARN mensajero
(ARNm), ribosomas, proteínas y metabolitos. A diferencia del cromosoma de los
eucariotas, el cromosoma bacteriano se compone de una única molécula circular de
doble cadena que no está contenida en un núcleo, sino en una zona definida
conocida como nucleoide.
La célula también puede poseer plásmidos, unas moléculas extracromosómicas
circulares más cortas de ADN. Los plásmidos, aunque por regla general no son
esenciales para la supervivencia de la célula, le proporcionan a menudo una
ventaja selectiva: muchos de ellos confieren resistencia frente a uno o más
antibióticos
La ausencia de membrana nuclear simplifica las necesidades y los mecanismos de
control de la síntesis de proteínas.
La falta de esta membrana nuclear conlleva el acoplamiento de los procesos de
transcripción y de traducción; en otras palabras, los ribosomas se fijan al ARNm y
fabrican proteínas a medida que se está sintetizando el ARNm aún unido al ADN. El
ribosoma bacteriano consta de dos subunidades de 30S y 50S que forman un
ribosoma 70S. Este ribosoma es distinto del ribosoma 80S (subunidades 40S y 60S)
de los eucariotas. Las proteínas y el ARN del ribosoma bacteriano son muy distintos
de los observados en los ribosomas de los eucariotas y constituyen un señalado
objetivo de los fármacos antibacterianos
Pared celular
Las membranas citoplásmicas de la mayor parte de los procariotas están rodeadas
de unas rígidas capas de peptidoglucano (mureína), salvo en los organismos. El
peptidoglucano es el elemento que proporciona rigidez, por lo que también
determina la forma de cada célula bacteriana. Las bacterias gramnegativas están
envueltas además por membranas externas.
Bacterias grampositivas
Una bacteria grampositiva posee una pared celular gruesa que consta de varias
capas y está formada principalmente por peptidoglucano (150 a 500 Å) que rodea la
membrana citoplásmica
El peptidoglucano es un elemento clave para la estructura, la replicación y la
supervivencia de la célula en las condiciones normalmente hostiles en las que
proliferan las bacterias.
El peptidoglucano puede degradarse mediante el tratamiento con lisozima. La
lisozima es una enzima presente en la mucosidad y las lágrimas del ser humano que
también producen las bacterias y otros microorganismos.
Esta enzima es capaz de desdoblar el esqueleto de glucano del peptidoglucano. Sin
el peptidoglucano, la bacteria sucumbe a las grandes diferencias de presión
osmótica existentes a uno y a otro lado de la membrana citoplásmica y
experimenta un fenómeno de lisis.
La eliminación de la pared celular produce un protoplasto, el cual experimenta un
proceso de lisis a no ser que se estabilice osmóticamente.
Los ácidos lipoteicoicos poseen un ácido graso y se encuentran unidos a la
membrana citoplásmica. Estas moléculas son antígenos de superficie frecuentes
que diferencian los serotipos bacterianos y favorecen la fijación a otras bacterias y
a receptores específicos localizados en la superficie de las células de los mamíferos
(adherencia).
Bacterias gramnegativas
Desde el punto de vista estructural, una pared celular gramnegativa contiene dos
capas situadas en el exterior de la membrana citoplásmica
Inmediatamente por fuera de la membrana citoplásmica se encuentra una delgada
capa de peptidoglucano que representa tan sólo entre un 5% y un 10% del peso de
la pared celular.
la zona externa está formada fundamentalmente por lipopolisacárido (LPS). Con
excepción de las moléculas de LPS presentes en el proceso de síntesis, la zona
externa de la membrana externa es la única localización donde aparecen moléculas
de LPS.
El LPS también es conocido como endotoxina y constituye un potente estimulador
de las respuestas inmunitarias.
Los LPS se desprenden de la bacteria hacia el medio de cultivo y el hospedador. Los
LPS activan los linfocitos B e inducen la liberación de interleucina 1, interleucina 6,
factor de necrosis tumoral y otros factores por parte de los macrófagos, las células
dendríticas y otras células.
Los LPS ocasionan fiebre y pueden provocar shock.
Las bacterias de tipo Neisseria liberan grandes cantidades de una molécula
relacionada, el lipooligosacárido (LOS), lo que determina fiebre y síntomas graves.