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Venus

Lo femenino.

Correspondencias.

Planeta femenino (columna izquierda) y


suave
Saturno y Urano
Regente de Tauro y Libra
Día de la semana: viernes
Metal: cobre
Aspecto: sextil
Figura: triángulo de talento pequeño
Cruz fija
Temperamento: agua
Sentido del gusto
Lívido femenina
Armonía y belleza
Seguridad.
Como principio femenino, Venus nos alegra
mediante la belleza y el encanto, enfatiza las
cosas buenas de la vida y busca la perfección
y lo completo.

Allí donde aparece, aporta distensión,


equilibrio y armonía. De esta manera sirve al
desarrollo: nos eleva a un nivel en el que la
vida es agradable y nos encontramos con los
demás de forma afectuosa.

Venus es feliz si los demás son felices, y


siempre hace todo lo posible para
incrementar el bienestar. Quiere vivir en
armonía con los seres humanos y todo lo
creado, así como disponer de recursos en
abundancia.

En la mitología griega corresponde a Afrodita,


la hija predilecta de Zeus, que satisfacía todos
sus deseos. Como diosa del amor y la belleza
era bien recibida en todas partes.
En las obras de arte se la representa delicada, graciosa y
coronada con flores. Su buen gusto y natural percepción
del estilo la preservan de tratar con personas o cosas que
no armonizan con su esencia.

El sentido del gusto.

En el nivel físico, Venus es el sentido del gusto. Mediante


la lengua apreciamos si algo es salado, dulce, amargo o
agrio. Cuando a nuestro olfato llega el olor de una buen
comida, la boca se nos hace agua.

En este caso Marte y Venus trabajan conjuntamente,


puesto que Marte rige el olfato. Pero cuando algo no
huele bien, se despierta en nosotros un sentido de
rechazo, de asco.

Como órgano sensorial, Venus reacciona


instantáneamente a los buenos y malos olores: busca
siempre lo bonito y lo que le hace bien, sea en comida,
ropas, vivienda... Como planeta femenino, está
relacionado con el instinto básico de asegurar la vida, la
salud y el bienestar en general.
Las energías agotadas deben recargarse y las
necesidades satisfacerse. Al satisfacer el hambre se
remedia el desasosiego y aparece una sensación de
bienestar.

La selectividad y el comportamiento protector de Venus

La función de Venus en el ser humano lo capacita para


seleccionar y elegir. De la oferta existente, Venus
selecciona lo que le va mejor, lo que le hace bien. Esto es
un comportamiento preventivo que lo preserva de
posibles dificultades.

No sólo elige las cosas que quiere poseer sino también a


las personas. Prueba a todos aquéllos con los que entra
en contacto hasta que encuentra a las personas
adecuadas, aquéllas a las que puede amar.

Venus busca experimentar la consonancia de


sentimientos para llegar a tener el mayor placer posible
en la relación. Reacciona inmediatamente al contacto y
se muestra accesible para el juego de Eros en todos los
grados de
sensibilidad.
Pero todos los detalles deben estar en armonía. Percibe
cualquier irregularidad por pequeña que sea (la
princesa del guisante) y cuando algo perturba el
desarrollo armónico, pierde el equilibrio.

En estado de amor y disfrute, Venus es vulnerable


porque se abre y se entrega completamente al otro. Pero
cuando percibe algún peligro o amenaza, se cierra. Esta
sensibilidad es una función de protección natural para
no ser lastimado. Esto explica por qué realizar la
selección adecuada y elegir lo bueno y armónico es tan
importante para Venus aunque, a veces, esto parezca
egoísmo. Este
instinto básico lo hace apartar de todo lo feo y
desagradable.

Arte y estética

Venus se ha relacionado desde siempre con el arte y la


expresión artística. Por otra parte, el buen gusto de
Venus también tiene que ver con la estética. La
capacidad de establecer criterios estéticos y reconocer lo
equilibrado y armónico le dan un buen sentido de la
calidad de las cosas.
En el ámbito de Venus, la propia sensibilidad se decide
por lo armónico y conveniente.

Un Venus intensamente enfatizado en un horóscopo no


indica necesariamente cualidades artísticas, pero sí la
existencia de valores estéticos (en este contexto, por
estética entendemos la facultad de ver la armonía en
cosas de muy distinto orden).Venus disfruta de lo bueno
y armónico, tanto en el sentido material como cultural y
espiritual.

De este modo se mantiene el equilibrio entre el cuerpo y


el espíritu.

Cuando algo pierde el equilibrio o la armonía, Venus lo


percibe inmediatamente.

El desequilibrio de fuerzas le produce sufrimiento y se


siente enganchado en la polaridad entre belleza y
fealdad, armonía y conflicto, atracción y rechazo... Este
abismo entre los opuestos puede ser una fuerte
motivación para la organización creativa de la vida.

Las disonancias suelen ser un requisito indispensable


para la creación artística.
La perturbación de la armonía dispara el ingenio de
Venus. Entonces, empieza a buscar caminos para hacer
una obra tan perfecta como sea posible.

Siempre hay algo que limar y mejorar hasta que lo


creado se acerque lo máximo posible a la imagen
interior. Las más grandes obras de arte no hubieran sido
posibles con un equilibrio permanente y sin tensiones.

Belleza y armonía

De lo visto hasta ahora se desprende que, en el


horóscopo,Venus simboliza la belleza y la armonía, la
eliminación de asperezas.

El sextil, aspecto que corresponde a Venus, también


resuelve tensiones (aspectos rojos de oposición) o, por lo
menos, las suaviza.

Venus equilibra, busca compromisos, suaviza las


asperezas de la vida e intenta aportar lo bueno y
armónico a los procesos de la vida diaria.
Como gran afirmador de la vida, quiere embellecer e
iluminar la existencia. Venus no es sólo el custodio de las
obras de arte, también permite organizar la vida diaria
de forma artística y llena de alegría.

Lo que alegra la vida son las pequeñas cosas, los detalles


de buen gusto, los adornos y la decoración festiva del
hogar. En cierto modo, Venus disfruta de las flores del
árbol de la vida.

Esto no sirve para ningún objetivo en concreto sino


exclusivamente para el bienestar. Agradece cualquier
apoyo o ayuda en este sentido. Siempre aspira al
equilibrio y evita la unilateralidad.

Todo lo que recibe, lo vuelve a dar con alegría. De este


modo sirve a la ley del equilibrio y mantiene la armonía.

Política y paz.

La función armonizadora y equilibradora de Venus es


mucho más necesaria en nuestros días que en el pasado.
Promover el entendimiento mutuo es una de las tareas
políticas más urgentes en estos tiempos de guerras y
conflictos.
Los esfuerzos que se realizan a nivel mundial para
conseguir un bienestar económico para todos son un
paso importante en esta dirección. La mayoría de las
negociaciones están dirigidas a lograr una convivencia
pacífica, aunque no en todas partes se funcione así.

No obstante, la buena voluntad y la disponibilidad para


el entendimiento mutuo están presentes en muchos
casos. Un Venus cultivado puede crear armonía a partir
de la multitud de disonancias del mundo y convertir las
iniciativas individuales en un esfuerzo global. En este
sentido, lo femenino tiene un papel muy importante.

Las mujeres deben tener un peso específico cada vez


mayor en el mundo para que se produzca un equilibrio
con lo masculino (Marte).

Mucha gente opina que el mundo masculino y los


políticos son los responsables de la mayoría de las
situaciones de precariedad y pobreza de nuestra
sociedad.

Con medios venusinos, hoy puede conseguirse mucho


más de lo que nos puede parecer a simple vista. El
principio equilibrador de Venus puede actuar de forma
efectiva tanto en forma de compromiso social, como de
potencia política.
Venus siempre tiene recursos y ha conseguido muchas
cosas que no podrían haberse logrado mediante la
violencia. Como regente de Libra ha producido algunos
diplomáticos muy buenos.

Sabe apelar al honor del hombre, despertar en él la


ilusión,
impulsarlo a actuar y hacerle dar lo máximo de sí
mismo.
Muchos grandes hombres sólo llegaron a ser lo que
fueron gracias a sus mujeres.

Una mujer verdaderamente venusina puede conseguir


mucho del hombre. Tiene una gran habilidad para
suplicar, exigir y pedir comprensión. Los medios que
emplea para alcanzar sus objetivos corresponden
completamente a su esencia.

Sabe cómo imponer sus criterios sin violencia para


mejorar las cosas y lograr lo que desea. Éste es el secreto
de la función de Venus: a diferencia de Marte, no
necesita la fuerza ni la violencia.

Venus aspira al bienestar, a mejorar las condiciones de


vida y, para conseguirlo, sabe esperar el tiempo
suficiente hasta que las cosas o las circunstancia hayan
madurado, hasta que llega la oportunidad adecuada.
Raramente actúa, más bien deja actuar y tiene una gran
Venus, la lívido femenina.

En la pareja sexual que forman Venus y Marte, Venus es la


lívido femenina y Marte la masculina. Venus encuentra su
realización en una alternancia sutil entre dar y recibir,
conceder y negar, tensar y distender... Cuando pone en
juego sus artes, nadie puede librarse de su encanto.

Cuando seduce al hombre y lo tienta, prometiéndole


satisfacción, es irresistible. Al amar experimenta una
sensación de totalidad que no puede sentir de otra forma y,
de ahí, saca energías para realizar cosas nuevas.

En cuanto al placer sensorial, ama los momentos de placer y


bienestar, y quisiera permanecer siempre en los momentos
de felicidad.

No obstante, tras la satisfacción suele surgir el hastío, la


tristeza. Entonces cae en la polaridad de placer y malestar, y
siente una contradicción de la que quiere escapar lo más
rápido posible.

Esto lo lleva a buscar la justa medida de las cosas para


mantener el equilibrio. Una persona con un Venus bien
situado posee el arte de adaptarse a las circunstancias y
vivir en armonía consigo misma, con el resto de personas, la
naturaleza y el cosmos.
Este comportamiento, que está en total sintonía con su
más profundo deseo de perfección y belleza, le asegura
una existencia
armónica.

Elección de pareja

En las personas, Venus es la energía causante del anhelo


y la búsqueda de una pareja de sexo contrario.

Las personas con una posición de Venus fuerte están


siempre buscando pareja. Miran continuamente a las
otras personas para ver si serían una buena pareja o no.

Un hombre o una mujer solos son incompletos y en la


pareja buscan el complemento. Para la elección de
pareja, Venus actúa según las archiconocidas y
probadamente efectivas reglas de juego femeninas.

La mejor forma en que lo blando y delicado puede


imponerse a lo duro es la adaptación.

La fuerza de Venus es dar cariño, matizar, ser flexible,


mostrar comprensión en las distintas situaciones,
escuchar y saber esperar el momento adecuado.
Venus deja actuar a los demás y, sin que se den cuenta,
dirige el curso de los acontecimientos de manera que sus
deseos se vean cumplidos.

Actúa sobre los sentimientos de los demás mediante


impresiones sensoriales; sobre los ojos con la elegancia,
el colorido y la belleza de las formas; sobre los oídos
mediante la armonía y la música; sobre la sensualidad
con aromas sugerentes... Sabe escuchar, enfatizar lo
bueno y ponerse emocionalmente en el lugar del otro.

Le gusta manifestar amor y comprensión, y con toda


naturalidad suele decir: «¿Cómo lo prefieres?». La
gastronomía se cuenta entre las artes venusinas, como
expresa el dicho popular: «El amor pasa por el
estómago».

El alma gemela.

En la elección de pareja, Venus busca siempre su otra


mitad. Cree en la idea platónica del alma gemela y opina
que en algún lugar existe alguien que, desde siempre, ha
sido su complemento perfecto y representa su otra
mitad. Debe encontrar a esa persona cueste lo que
cueste.

Cuando Venus encuentra a alguien que encaja con esta


imagen, que de manera sensible accede a la satisfacción
de sus deseos y con quien tiene una total armonía,
entonces cree haber dado con su alma gemela.
Ésta es una idea que Venus lleva consigo a cada nueva
relación. Sólo así puede sentir una unión total con la
persona amada y, en esa sensación de unidad,
experimentarse a sí mismo de manera completa.

Cuando Venus ha experimentado esa fusión una vez,


quiere
repetir la experiencia para no dejar de sentir el placer de
la totalidad.

Deja que el ciclo de tareas repetidas se convierta en un


estilo de vida regulado y busca un sistema equilibrado y
seguro para satisfacer sus necesidades.

En la cruz fija, Venus se agarra intensamente a su


pareja, en la cardinal hace lo que sea para no aburrir al
otro y en la mutable despliega sus artes amorosas.

Excesos de la función venusina.

Venus también tiene sus partes negativas. Ya


mencionamos algunas de ellas. En caso de excesos de la
función venusina suele producirse, como compensación,
un vuelco total de los sentimientos.

La atracción se convierte en repulsión, la belleza en


fealdad y el arte en artificialidad. La creación amorosa
degenera en cursilería.
La sociabilidad y la hospitalidad venusinas se convierten
en adulación vacía y mentirosa, por ejemplo en las
fiestas. La sensibilidad natural se convierte en
hipersensibilidad a la crítica y al rechazo.

La fascinación por lo opuesto a la propia naturaleza


puede volverse tan intensa que lleve a la persona a
establecer unas relaciones de lo más raro que se pueda
imaginar.

Por ejemplo, una persona de tipo venusino, sensible,


condescendiente y delicada, puede buscarse una pareja
que la atormente.

Frecuentemente, la incapacidad de percibir la dura


realidad se convierte en un optimismo infundado que lo
ve todo de color de rosa y en una incapacidad de
soportar los conflictos.

Entonces Venus puede, por ejemplo, afirmar que algo es


bueno y armónico, no porque lo crea así, sino porque le
conviene opinar según el gusto de otros. Esto no es
mentir, sino un acto de adaptación.

Una persona de tipo venusino adaptada quiere armonía


a cualquier precio y puede llegar a compromisos de
dudosa autenticidad.
Reprime la verdad y prefiere vivir en un mundo
aparentemente perfecto donde todo está en orden.

En casos así, Venus no es capaz de soportar el conflicto


y, en lugar de participar activamente en su destino,
prefiere permanecer prisionero en una armonía
cristalina, en una jaula de oro. La vanidad y la
coquetería son otras de las debilidades de Venus.

Es dependiente de la opinión del entorno y hace lo que


sea para gustar. Esto puede degenerar en un narcisismo
exagerado que se da frecuentemente con posiciones de
Venus en el Ascendente (el punto del yo) o un poco antes.

En las zonas de estrés antes de los ejes cardinales, los


planetas están sometidos a fuerzas de compensación.

En el caso de Venus, el encanto se convierte


frecuentemente en una pose artificial, la belleza en
ostentación exagerada, la elegancia en dejadez, el
sentido del placer en formalismo... Su efecto deja
entonces de ser natural y atractivo, convirtiéndose en
exagerado, pesado e incluso repelente.
La mitología nos presenta también a Venus-Afrodita de
dos formas diferentes.

Por una parte, la Afrodita nacida de la espuma del mar,


proveniente de un orden superior y, por otra, la Afrodita
Pandemos que pertenece al mundo inferior. Mantener la
vida en equilibrio es el arte de las artes y esto es lo que
Venus nos enseña.

Venus en Libra es la diosa del amor puro y celeste,


mientras que, en Tauro, rige la sensualidad. El amor
contempla ambas posibilidades.

Las crisis de Venus.

Ni siquiera Venus puede vivir constantemente una vida


rodeada de alegría. Cuando las fuerzas del desarrollo
actúan sobre Venus, la persona también experimenta
crisis, conflictos y problemas que provocan la
transformación del pequeño yo en el yo superior.

El modo de manejar esto depende mucho de la


motivación. Si la motivación egoica todavía es
demasiado fuerte, Venus busca lo bueno y armónico sólo
para sí, según el lema: «Sólo lo mejor es suficientemente
bueno para mí». En la crisis de transformación debe
poner, cada vez más, sus capacidades al servicio de los
demás.
El bienestar de los demás pasa, entonces, a ser tan
importante como el propio. Consigue el equilibrio entre
el querer interno y el deber externo y, de este modo,
ejerce un efecto curativo y benéfico en el entorno.

Esto depende, evidentemente, de la cruz en que se


encuentre
Venus. En la cruz cardinal actúa de modo distinto que
en la fija o la mutable.

Como Venus se encuentra bajo la influencia del cuarto


rayo, el Rayo de Armonía a través del Conflicto, aprende
a emplear su energía equilibradora y armonizadora allí
donde el conflicto o la penuria deben desaparecer.

Sus fuerzas sanadoras despiertan sólo cuando aparece


un conflicto, problema o peligro. En estas situaciones,
Venus se activa y actúa de manera armonizadora y
equilibradora.

Venus transformado

Tras la transformación, Venus representa la sabia


capacidad de moverse y orientarse en el mundo real sin
tener dificultades con nada ni con nadie. Busca,
entonces, soluciones prácticas para los problemas y los
funcionamientos erróneos, y la comprensión de las
interconexiones le permite poner las cosas en su
Tiene la capacidad de sacar la espina de los conflictos
y hallar caminos para resolverlos. En caso de bloqueos
fuertes actúa de forma mediadora, construyendo
puentes de comprensión entre las partes discordantes.

Desde un punto de vista más elevado, Venus es la razón


pura, ya que es incapaz de lastimar a nadie y manifiesta
amor y comprensión hacia todas las personas.

Según Alice A. Bailey, Venus es el regente esotérico del


signo de Géminis, y lo describe como el planeta de la
síntesis móvil. Su movilidad lo convierte en un artista del
arte de vivir, capaz de producir el equilibrio y hacer feliz
a los demás, y en un maestro agradable.

Venus puede unir armónicamente el tiempo y el espacio,


creando lo que se conoce como «atmósfera». Puede
alegrar, divertir, mejorar la calidad de vida y, mediante
su capacidad de comprensión, hermanar partes
discordantes.

Conoce muy bien el arte de vivir, sabe crear armonía,


mostrar buena voluntad y, mediante un trato agradable
y mostrando comprensión por los demás, facilitar y
embellecer las relaciones humanas.

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