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Un día al despuntar el sol, los rayos Molesta por la luz, la fiera se levantó y

del astro empezaron a caer sobre comenzó a caminar dando tumbos por la
la cabeza de un león, el cual se espesura de la selva en dirección a la
encontraba profundamente pradera. Soñoliento aún y sin fijarse por
dormido. dónde caminaba, pues pensaba solamente
en su desayuno.
El león pisó lo que no tenía que pisar... Pero poco a poco el dolor empezó
una tuna del tamaño de un puñal. a aumentar y su andar comenzó a
Si bien el pinchazo lo sintió hasta cambiar; es decir, la cojera le era
la cola, al principio no le puso atención inevitable.
Al llegar a la pradera, la fiera cambió Cuando el pastor lo vio tan cerca, se
sus intenciones, pues en lugar de frotó los ojos creyendo que se trataba
acercarse a las ovejas que allí pastaban. de una ilusión... ¡Pero no! El león
utilizó su sigilo de gran cazador y se estaba a su lado con una`pata levantada
acercó al pastor que las cuidaba.... y moviendo su cola sin cesar, en señal
de paz.
El pastor comprendió la actitud amable hasta lograr extraer de ella la espina que
del león y observó que algo extraño le lo molestaba por su tamaño descomunal.
atormentaba en una de sus patas. Sacando De inmediato el león sintió un alivio y, cual
fuerza y valor de donde no tenía, se arrimó Fuese un gatito inofensivo, lamió la mano
al animal y, con sus manos temblorosas, del pastor en un gesto de agradecimiento.
empuñó su cuchillo y procedió a rajar la Tras un breve descanso, el pastor llamó a
hinchazón, escarbándola cuidadosamente su rebaño y se fue con él en dirección al
pueblo; en tanto que el león, olvidando su
hambre matutina, se fue corriendo hacía
la selva con gran satisfacción.
A los pocos días de atrapado el león,
Días después, el león fue atrapado y el pastor también fue capturado
llevado con otras fieras a un circo de “in fraganti” robando en una mesa
la ciudad. Se trataba de un circo del mercado citadino. El pastor fue
cuyo espectáculo central consistía en condenado y su día señalado le llegó.
arrojar a la jaula de las fieras a las rejas de la jaula se abrieron y
bandoleros y truhanes capturados en tigres, panteras y leones se
plena acción de su maldad. abalanzaron sobre el indefenso
condenado.
El pastor cerró los ojos y se resignó a morir descuartizado; pero cuál sería su
sorpresa cuando sintió que un aire caliente resoplaba en sus ropas... Abriendo
tímidamente un ojo, observó que el león lo olfateaba minuciosamente.
Enseguida se reconocieron. La fiera asumió la defensa de su antiguo curandero
y dando vueltas a su alrededor, rugía a sus contrincantes con el más apuro
orgullo de león.
El pastor contó lo sucedido días atrás en
El Público en las graderías no lograba
la pradera. La gente se negaban a creer,
entender lo que pasaba. El dueño del
pero la amistad entre ellos era
circo, seguido de una multitud de
indiscutible. Lo que comenzó como un
espectadores se arrimó a la jaula para
suave murmullo, terminó en un coro a
comprobar lo que estaba sucediendo.
gritos... La multitud solicitaba a las
el león se había recostado al lado del
autoridades de la ciudad la libertad
pastor y lo lamía cariñosamente. Todo
incondicional para tan estupendo par de
mundo quería saber la razón de tan
amigos. Las autoridades accedieron.
extraña e inexplicable amistad.
el pastor regresó feliz a su pradera y
el león de igual manera a su selva.

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