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LA LITERATURA Integrantes:

Angie Cajamarca Palomino


PERUANA Armando Cocches Rojas
LUIS ALBERTO SANCHEZ

Luis Alberto Félix Sánchez Sánchez (Lima, 12 de octubre de 


1900 - 6 de febrero de 1994) fue un escritor, abogado, 
historiador, periodista, crítico literario, traductor y político 
peruano. Miembro histórico del APRA.
En la vida literaria peruana es una figura central y también
polémica, tanto por sus posiciones políticas como por sus
juicios apresurados o impresionistas, que en parte se deben a las
difíciles circunstancias de exiliado político (sufrió destierro en
1932, 1934 y 1948) en las que tuvo que escribir varios de sus
libros, y luego a la ceguera que lo afectó. Pero es innegable que
su interpretación de la literatura peruana como un aspecto de su
proceso social ha tenido un efecto considerable en la
historiografía literaria.
Comenzó a publicar cuando tenía apenas 20 años y siguió
haciéndolo, pese a todos los avatares de su vida, hasta sus
últimos días. Se doctoró en Letras por la Universidad de San
Marcos, en la que enseñó literatura e historia y de la fue tres
veces rector (1946, 1961 y 1966).
En 1994, Sánchez ingresó en una clínica de Lima por una
dolencia renal, y poco después falleció en su domicilio, lo
que puso punto y final a una vida entregada al mundo
intelectual y a uno de los personajes más carismáticos del
país, capaz de provocar sentimientos dispares entre los
cuales nunca se encontró la indiferencia.
LA LITERATURA PERUANA
• Luis Alberto Sanchez en su libro transmite nostalgia por el Perú.
• Este libro nos permitirá ver el Perú a través de distintos puntos de vista y diversos
criterios porque el autor recoge apreciaciones de nuestra realidad nacional de otros
personajes como: Francisco García Calderón (Le Pérou Contemporain), Víctor Andrés
Belaúnde (La Realidad Nacional), Jorge Basadre (Perú: Problema y Posibilidad), José
Carlos Mariátegui (Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana) y algunos
otros , lo que permitirá ver el Perú a través de distintos lentes y con sujeción a criterios .
• Esta obra contribuirá a formar una imagen más adecuada y completa de la patria.
• Es un libro subjetivo, ajeno a toda regla, a toda finalidad externa.
• Este libro, es un acto de homenaje, de reparación y de fe; ya que otros en igualdad de
circunstancias no han podido expresarse siquiera como lo hace el autor.
LA LITERATURA PERUANA: DERROTERO
PARA UNA HISTORIA ESPIRITUAL DEL PERÚ

AUTOR: Luis Alberto Sánchez

PUBLICACIÓN: Editorial Guarania, Buenos


Aires – 1928
TOMOS: VI
LA LITERATURA PERUANA: DERROTERO
PARA UNA HISTORIA ESPIRITUAL DEL
PERÚ - TOMO II
INDICE
Capítulo Primero.- EL GENIO POPULAR DE LA CONQUISTA.- Dos clases de literatura
en la conquista .- La ausencia femenina .- Comienzos de periodismo.
Capítulo Segundo.- LA JUSTIFICACIÓN DE LA CONQUISTA: GARCILAZO Y LOS
DEMÁS .- Clasificación de los escritores de entonces.- Cronistas, doctrineros y juristas.- Las
primeras crónicas.- Los indígenas y mestizos.- Concepto del cronista y de la crónica:
milagrería, totalismo, el retrato, andarinaje.
Capítulo Tercero.- CATEQUISTAS Y DOCTORES: - LA IMPRENTA.-
ESTABLECIMIENTO DE LA IMPRENTA.- Los catequistas: vocabularios, sermonarios,
catecismos, confesionarios.- Ideas religiosas e intereses de terrenos .- Los piratas y el
incipiente periodismo.
Capítulo Cuarto.- EL CRIOLLO Y LA CORTE .- Los poetas de Aguilar.-
Cervantes, el anónimo del Loor .- El caso de Hojeda y los poetas mineros .- Poesía
cortesana .- Carácter de la musa colonial
Capítulo Quinto.- POLÍTICA Y BARROQUISMO .- El gobierno virreinal fue
absolutista .- Qué género de Literatura florece bajo el absolutismo .- Significado de
Góngora .- Gongorinos y gongóricos .- La inexistencia de la lírica .- Ausencia de la
mujer .- Ausencia de la mística .- Sentido de lo político en esa época
Capítulo Sexto.- HACÍA UN ESPIRITU NACIONAL .- EL PIRATA .- EL
VIAJERO .- RUPTURA DEL MONOPOLIO .- Fines del setecientos .- Aparición del
pueblo .- La expulsión de los jesuitas .- Las algaradas populares .- -Manifestaciones
satíricas y libelísticas .- Túpac Amaru y la literatura .- Influencia europea .-
Sociedades y periódicos .- Carácter beligerante y político de la literatura de entonces.
LA LITERATURA PERUANA: DERROTERO
PARA UNA HISTORIA CULTURAL DEL PERÚ

Se constituye en memorable ejemplo de entrega y dedicación


por el Perú.
Desde su primera aparición, allá por el año de 1928.

AUTOR: Luis Alberto Sánchez

EDITOR: Juan Mejía Baca, Lima - 1981


LA LITERATURA PERUANA: DERROTERO
PARA UNA HISTORIA CULTURAL DEL PERÚ

INDICE
Tomo I
Advertencias necesarias a esta edición
Introducción a la segunda edición de 1951
Panorama cultural del Perú
PRIMERA PARTE
Generalidades.- El Hombre y el medio.- La cultura aborigen
Capítulo primero.- Orientación y plan
Capítulo segundo.- El escenario
Capítulo tercero.- El intérprete

Capítulo cuarto.- La literatura aborigen (I): Los incas y


folclor
Capítulo quinto.- La literatura aborigen (II)
Capítulo sexto.- Boceto sobre la imitación en la literatura
peruana
SEGUNDA PARTE
El genio popular de la conquista. Copleros, cronistas,
catequistas y juristas
Capítulo primero.- El genio popular de la conquista

Capítulo segundo.- La justificación de la conquista (I).


Los cronistas: Cieza de León y Garcilaso

Capitulo tercero.- La justificación de la Conquista (II)


LA LITERATURA PERUANA: DERROTERO
PARA UNA HISTORIA CULTURAL DEL PERÚ
Introducción a la segunda edición de 1951 “Panorama cultural del Perú”
1. El medio.
Si toda cultura es, en gran parte, fruto del medio, podemos decir que así como Egipto es un “don
del Nilo”, el Perú es –al menos parcialmente- un don de los Andes. Gracias a la cordillera nuestro
espacio contiene todos los climas imaginables, desde valles tropicales hasta desiertos
impenetrables que remiten al paisaje africano, pasando por un panorama lacustre que se
homologa con las altas mesetas del Asia septentrional y selvas abrumadoras donde todo es agua y
verdor. Estos espacios son divisibles, desde una perspectiva espiritual en relación al paisaje en
siete regiones: Costa Norte, Costa Centro, Costa Sur, Sierra Septentrional, Sierra Central, Sierra
Meridional y Selva.
Los hombres de cada una de estas regiones difieren bastante entre sí, estas peculiaridades son, se
ven y están, por lo que es importante el análisis del paisaje para entender las diferencias entre el
tipo humano.
2. El hombre.
El humano es el otro elemento que diversifica el desarrollo cultural del país, el hombre de
altura es distinto a cualquier humano común y su proceso de aclimatación en simbiosis
con el uso de la coca es objeto de estudio.
Independientemente de las teorías sobre el origen del hombre americano (origen asiático,
polinesio, contacto invertido), es preciso señalar que el indio es un complejo de influencias
más orientales que occidentales, una muestra de ello es que su literatura contiene dos
rasgos que Hegel y Spengler asignan a las culturas orientales: anonimato y colectivismo.
3. El tiempo.
Sería un error plantear el problema de nuestra cultura sin atender a la cuestión del tiempo,
en nuestro país el tiempo se desarrolla de forma desigual puesto que coinciden en nosotros
la prehistoria, protohistoria e historia. La cultura del Perú no radica solo en el sector que
podríamos denominar “histórico” sino que es una amalgama de instituciones, hábitos y
estructuras que datan de la prehistoria y la protohistoria; el ejemplo más saltante es el del
Ayllu, que es más una realidad que un capricho y que desemboca en la idea de comunidad
para finalmente dar paso a la cooperativa.
4. Decadencia y anarquía.
Al contrario de la creencia popular, la sociedad incaica se encontraba
muy lejos de representar la cumbre de la cultura peruana precolombina,
de hecho se encontraba más cerca de la decadencia europea de la
época, por lo que no hay que analizar el encuentro entre el aborigen y
el extranjero como un mero choque bélico sino como una intersección
de afluentes que, tanto en su decadencia como en sus momentos
cumbres, forman un caudal común que desemboca en la expresión del
Perú criollo y mestizo, no hay persona ni periodo de la historia con el
derecho de atribuirse el título de genuino intérprete de la peruanidad.
5. La tradición común.
Debido a que no cabe cultura sin tradición, podemos decir que sin
tradición auténtica no cabe sino una cultura fragmentada, ruda y
decadente; por lo que ninguna tradición puede quedar al margen del
panorama cultural del Perú. (si no hay tradición no hay cultura)
6. Predominio formal.
Tanto los nativos peruanos, como los negros y los españoles han demostrado en el
Perú al menos una coincidencia: las artes plásticas. El intrínseco sentido decorativo
del indio mesoamericano debe extenderse también a los nascas, chimúes, paracas,
entre otros pueblos originarios del Perú y se debe notar que este sentido decorativo
se fusionó a la perfección con el barroco español de la Colonia y floreció a través del
arte plateresco. La proclividad a lo suntuario como característica de nuestro mundo
da cuenta de que la Edad del Oro pudo ser en América anterior o coetánea a la de
piedra.
A pesar de sus particularidades, el Perú no es una entidad sui generis ajena a la
evolución cultural del mundo, ni es un país con un desarrollo absolutamente idéntico
al de España o Francia, por dar ejemplos, no se puede simplificar a tal punto el
análisis del desarrollo cultural.
7. Carácter de lo indio.
El incompleto conocimiento de la historia prehispánica del Perú, limitado al primario lenguaje de la piedra, el
cobre, la cerámica, el tejido, la música, la tradición oral y finalmente el muy discutible testimonio de los
primeros cronistas, llevó a estos últimos a inscribir todo lo que existió en el Perú dentro de una perspectiva
exclusivamente incaica.
Esta limitación de los primeros cronistas, que se encontraron ante una situación de idolatría del Estado, impidió
que pudiesen observar otros aspectos.
El primero de ellos es la supervivencia del idioma general, la riqueza del quechua le ha permitido resistir los
embates del tiempo y la servidumbre y no obstante su uso regular, mantener su pureza en regiones distantes,
pertenecientes incluso a distintas repúblicas.
El segundo aspecto es la riqueza plástica de la cultura indígena, su extraordinaria hermosura, variedad y fijeza
de colores en tejidos y cerámicas hasta hoy insuperables han captado la atención de artistas y artesanos de todo
el mundo.
El tercer aspecto es la arquitectura, que revela un sentido urbanístico muy elaborado propio de las sociedades
prehispánicas; la arquitectura monumental y masiva del Perú data de épocas tan remotas como las más viejas
del mundo occidental.
El cuarto aspecto es la música, con la que sucede exactamente lo mismo que con las tonadas chinas, arábigas,
judías y hasta con el cante jondo español: los forasteros lo juzgan melancólico, incluso cuando para los indios
rebosa de júbilo.
El quinto y último aspecto es la filosofía del indio, la misma que le permite observar la vida desde un punto de
vista ajeno al criollo y al español. Sus reacciones se producen en función al triunfo de antaño, su derrota
posterior y la resistencia vencedora.
8. Heterogeneidad.
No se puede reducir la cultura peruana a solo un eco de la española. Esta no fue
uniforme o unitaria gracias a que España no contaba con un idioma común, es más,
se encontraba atrapada en conflictos por regionalismos y esto puede extrapolarse a
las desavenencias idiomáticas de los conquistadores, que desembocó en las
variantes lingüísticas regionales del castellano en el Perú. A esta heterogeneidad
española, el indio enfrentó su lengua general. Aunque las lenguas indoeuropeas son
idiomas de flexión, lo que aumenta sus posibilidades, ello no coloca a los
aglutinantes y monosilábicos en la condición de inferiores en ninguno de los casos.
9. Hacia Europa.
El Perú virreinal no poseía una cultura hispánica ni mantenía férreamente una
estructura mental indígena, por lo que es innegable la influencia de Europa en la
construcción de una cultura peruana. Al filo de la independencia, los peruanos ya
miraban hacia Europa, es destacable la hora de Francia como catalizador de las
corrientes europeas, sobre todo propias e inglesas, y que influenció con el
enciclopedismo, el romanticismo, la curiosidad científica y la filosofía política.
La idea de realizar un estudio de la evolución cultural del Perú es determinar la
dirección de las influencias (del extranjero y hacia el extranjero) y la naturaleza de
las mismas, cuáles fueron simbiosis y cuáles mera adición.
10. Dos etapas republicanas.
Una revolución no es un mero cambio de cabezas, no consiste en sustituir a un rey por un director,
emperador o presidente, sino en deshacer el orden social de abajo hacia arriba. En ese sentido se pueden
identificar dos etapas republicanas, una de 1848 hasta 1885 y otra desde 1885. La primera de estas etapas
estuvo marcada por la paradoja de la clase media, una tajante separación de clases, el apartamiento del
indio de toda actividad y el inalterable status social de la colonia; la segunda vio definida por la pólvora y
por profundos cambios estructurales inspirados en la reactualización de Francia, que por aquella época
disputaba el dominio cultural del Perú con Alemania.
11. El año terrible.
A partir de 1885, con el fin de la guerra civil entre Cáceres e Iglesias y como inevitable efecto de esta, el
Perú desarrolló un ritmo mucho más acelerado y experimentó un “Renacimiento” a partir de 1900,
caracterizado por una especie de insurgencia provinciana, indigenista, agnóstica, heterodoxa, anticolonial y
juvenilista. En lo literario, surgió el indigenismo y los autores de la época, inclusive los poetas líricos,
dieron primacía a la razón y a la ciencia. En lo político se generó una incesante necesidad de organización
y se ensayó un más atento juego democrático. Todo esto derivó en una transformación radical hacia un
nacionalismo humanista a partir de 1918.
Son varios los hechos que caracterizan los cambios causados por el año terrible, la libertad de cultos, la
reforma universitaria, el sindicalismo y la lucha por las ocho horas, la legislación para la mujer y el niño
trabajador, entre otros muchos factores que cumplieron su cometido de delimitar la personalidad cultural
peruana contemporánea.
A decir de Basadre, la etapa republicana del Perú no empieza sino hasta la llegada al poder de Ramón
Castilla, que fuera de su rol como presidente de junta de gobierno, cumplió servicio como presidente
constitucional en un primer periodo desde 1845 hasta 1851.
ANALISIS

Sánchez empieza su análisis sobre el panorama cultural peruano desde una perspectiva
multidimensional e histórica. Es multidimensional por cuanto considera la confluencia
de medio (espacio) tiempo y hombre (el peruano, el indio) en el desarrollo de una
“personalidad cultural peruana” e histórica porque hace especial hincapié en el discurrir
del pueblo peruano en el tiempo, sus particularidades históricas como la triple
intersección de prehistoria, protohistoria e historia, las características comunes de los
conquistadores y conquistados, la constante mirada hacia Europa y las vicisitudes
republicanas como factor determinante en la conformación de una identidad Nacional.
Mención aparte merece la disertación de Sánchez sobre el indio. Al igual que
Mariátegui reconoce su estado de explotación y “resistencia victoriosa” pero enfoca el
asunto en el desarrollo cultural del indio peruano, su tendencia a la suntuosidad y cómo
esta encajó perfectamente con la tradición artística española.
Finalmente, hace una aproximación a dos factores de suma
importancia en el tema del hombre nativo: su filosofía y el
idioma. Considera la existencia de una filosofía indígena
totalmente distinta a la occidental, causante de que cuando el
indio percibe júbilo, el extranjero perciba melancolía y del
abismo cultural que lo separa del resto. Sobre el idioma
contrapone la homogeneidad del quechua por ser lengua general
a la heterogeneidad del conquistador español, que llegó carente
de identidad nacional y hasta de un idioma estándar y eleva al
Runasimi al estatus de aglutinante, no solo de “idioma
aglutinante” –que, ciertamente es- sino de aglutinante cultural,
que por su uniformidad ha permitido la pervivencia de una
identidad del indio a lo largo de extensos territorios que
pertenecen incluso a repúblicas distintas.
Un país es como un ser viviente, que posee cuerpo y espíritu: Inteligencia, sentimiento,
subconsciencia y voluntad. Se encrespa y se apacigua. Disfruta de infancia, adolescencia,
juventud, madurez, y sufre también su edad senil.
El Perú, a semejanza de muchos otros, es un país con espíritu, tradiciones y apetencias. Tiene un
cuerpo vasto, vario y exangüe. Es un país paradójico, donde coexisten anacrónicamente todos los
estados sociales, todos los paisajes y todas las estructuras , todas las pasiones y casi todas las ideas.

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