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Condolencia
Condolencia
Cuando las parejas de los enfermos o fallecidos son ancianos, existe una
última responsabilidad: tratar de dar apoyo emocional a la persona que ha
sufrido la pérdida.
Primera etapa.
En esta etapa se incluirían todos los aspectos relacionados con el momento más
adecuado, lugar, profesional, paciente, etc., así como una pequeña evaluación
del estado emocional del paciente para averiguar si es el momento más
adecuado para dar la mala noticia; por ejemplo,
¿Cómo se encuentra hoy?, o
¿Qué tal, cómo se siente?, o
¿Se siente hoy lo suficientemente bien para hablar un rato? (dependiendo de la
situación se elegirá una de estas preguntas o alguna similar).
Segunda etapa.
Averiguar cuánto sabe el paciente
El paciente a menudo presenta ideas o al menos sospechas (paciente fumador que ha ido al
hospital por “algo” en un pulmón y le han hecho pruebas incluida una broncocospia).
Se realiza mediante preguntas indirectas abiertas y escucha activa con técnicas de apoyo
narrativo, concentrando la atención no sólo en la narración del enfermo, sino también en su
comunicación no verbal.
Conviene estar atento a lo que el paciente dice y a lo que no dice o evita decir, así como a
todas las claves no verbales que seamos capaces de captar.
Tercera etapa.
Encontrar lo que el paciente quiere saber
Este tipo de preguntas puede parecer que «desvela» información o que incluso puede
causar más estrés en los pacientes, pero la realidad es que si se realiza bien, puede
clarificar muchas cosas sin perjudicar al paciente. No es necesario preguntarlo tan
abiertamente. Una sensibilidad adecuada en el profesional puede obtener la misma
información.
En nuestra cultura, una opción puede ser la de esperar a que el enfermo sea el que nos
pida más información, muy pendiente de la comunicación no verbal y silencios y
escucha activa.
Compartir la información
En esta fase es importante ser consciente del derecho del paciente a tomar sus
propias decisiones, en relación al tratamiento principalmente, y que ello no genere
frustración en el profesional si no coincide con su visión de la situación.
Quinta etapa.
Como elementos importantes hay que destacar aquí el papel de los silencios, la
empatía no verbal y la escucha y el respeto al paciente.
Sexta etapa.
Planificación y seguimiento del proceso
El seguimiento debe ser consensuado. El profesional debe dejar claro al paciente que
siempre estará a su disposición para lo que necesite.
En este sentido, hay que tener en cuenta que este tipo de enfermos generan
verdaderos núcleos de soledad al no compartir sus preocupaciones y miedos con
otros familiares o amigos para no hacerlos sufrir.
La actitud obviamente debe ser positiva, preparándose para lo peor cuando exista
esta posibilidad y esperando lo mejor, sin falsas esperanzas y sin aportar información
no real.
En Niños:
Más allá del pronóstico de la enfermedad todo niño tiene necesidades y
derechos: