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Evaluación de un programa de

habilidades para la vida.


Las habilidades para la vida promueven el desarrollo de factores de
protección comunes a diversos problemas psicosociales y que facilitan a los
estudiantes la tarea de enfrentar con éxito las exigencias, demandas y
desafíos de la vida diaria; reconoce el rol de las competencias psicosociales
tales como: la autoestima, la asertividad, las habilidades para la toma de
decisiones, el pensamiento creativo crítico y reflexivo, el manejo de
emociones y sentimientos, la comunicación efectiva y la autonomía moral.
Los programas más efectivos para prevenir el consumo de tabaco alcohol y
otras drogas se basan en las habilidades para la vida
 Los programas de habilidades para la vida son aquellos que fomentan la capacidad de las personas de tomar
decisiones y llevar a cabo las acciones que impactan positivamente en sus vidas y en las de quienes les rodean.
Uno de los objetivos principales es promover el bienestar psicológico y físico de las personas. Un ejemplo muy
común de programas de habilidades para la vida son los que tratan de facultar a los jóvenes para que tomen
decisiones responsables y saludables relacionadas son su salud reproductiva, en particular, con el riesgo de VIH.
Los programas de habilidades para la vida se perfilan también como una posible estrategia de prevención de la
violencia contra las mujeres y las niñas, dado que dichas habilidades permiten abordar las cuestiones, tanto
individuales como interpersonales, que influyen en la comisión de actos de violencia.
 Pese a que los programas de habilidades para la vida relacionados con la
violencia contra las mujeres y las niñas son algo relativamente nuevo en
contextos de conflicto, existen ejemplos aislados sobre los que desarrollar una
base más amplia de prácticas.

• En situaciones de conflicto, los jóvenes se ven expuestos a una peligrosa mezcla


de violencia, pobreza e inactividad. Sin soluciones viables ni modelos de
conducta positivos a los que imitar, los jóvenes corren el riesgo de abrazar
ideologías militares y de perpetuar ciclos de violencia en sus parejas y
comunidades. En cambio, si cuentan con apoyo y recursos suficientes, los
jóvenes pueden ser grandes partícipes y líderes de cualquier proceso de
reconstrucción
1. Los programas de habilidades para la vida y de formación en liderazgo
que abordan la violencia contra las mujeres y las niñas deben estar
estrictamente basados en teorías de desarrollo de la juventud,
prevención de la violencia y cambio de las conductas de salud.

2. Realizar un análisis de la situación o una evaluación de las necesidades


antes de desarrollar los programas, a fin de entender las necesidades y
los deseos de la comunidad y determinar si existen las infraestructuras
necesarias o si han de crearse.

3. Proporcionar espacios seguros donde las niñas puedan reunirse,


aprender, construir una comunidad y desarrollar sus habilidades.
 4. Determinar qué es lo mejor para la población objetivo, si un modelo basado en la escuela o
un modelo dirigido a los jóvenes que no asisten a la escuela. Incluir un análisis de costes, de las
infraestructuras de la población objetivo y de los objetivos generales del programa.

 5. Dado que la violencia contra las mujeres y las niñas está arraigada en las normas culturales
que se plasman en las relaciones interpersonales, es necesario desarrollar una estrategia para
implicar a otros miembros de la comunidad además de a la población objetivo (p. ej., las
familias de las adolescentes). La participación de los medios de comunicación es una estrategia
viable para favorecer el cambio en las normas sociales.

 6. Incluir a los jóvenes en el desarrollo del programa cuando la educación entre iguales y la
participación de los jóvenes sea fundamental para la puesta en práctica del programa. La
colaboración con las organizaciones que prestan servicios a los jóvenes puede abrir las puertas
de los espacios juveniles en los que implementar el programa.
 7. El aprendizaje de habilidades para la vida podría resultar más eficaz si se combina con programas sobre
medios de vida como programas de empleo, de formación profesional o de crédito, que promueven la
sostenibilidad a largo plazo.

 8. Evidentemente, será necesario desarrollar una estrategia de permanencia en el programa que se ajuste a
las necesidades de las adolescentes de la comunidad objetivo. Muchas niñas afrontan a diario dificultades
para asistir a los programas debido a sus responsabilidades en el hogar o en la comunidad, o al riesgo de
sufrir abusos al ir y volver de la escuela.

 9. La eficacia de cualquier programa de habilidades para la vida ha de ser rigurosamente supervisada y


evaluada a fin de orientar el desarrollo de nuevos programas de este tipo en el futuro. Las evaluaciones de
programas de habilidades para la vida, en particular los que abordan la violencia contra las mujeres y las
niñas, son escasas.

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